Quedaba poco más de un mes de escuela y todo parecía en calma. Los estudiantes estaban preparándose para sus TIMOS que empezaban en una semana, las parejas estaban tratando de alargar los fines de semana y la escuela en general tenía ese aire de que todo iba bien en el universo. Incluso El Profeta no había tenido ninguna noticia de actividad de Voldemort o sus mortífagos.
Harry recibió una carta de su primo donde le decía que ahora tenía una "casi novia por correspondencia", la chica se llamaba Lena y la había conocido en sus vacaciones de navidad pasadas ya que sus padres y él fueron a Nueva York y ahí la conoció. Harry estaba feliz de que su primo hubiera superado su fallida relación con Hermione quien ahora estaba dividida ya que mientras parecía que se había encaminado a tener algo con Viktor Krum, Ron había empezado a "salir" con Parvati Patil, o al menos eso parecía. Hermione estaba enfurruñada y no dejaba que nadie estuviera cerca, insistiendo en que estaba estudiando para los TIMOS.
Harry pensó que sus dos amigos eran transparentes como celofán, pero no dijo nada. Ginny había empezado a picar a Blaise, quien respondió el fuego y entre esos dos estaban viendo quien tenía más aguante antes de aceptar que se gustaban. Pansy le había comentado a Luna que le gustaba alguien, pero no sabía si esa persona también gustaba de ella y estaban haciendo planes entre ambas para averiguarlo.
Draco seguía derramando miel en cada salida a Hogsmeade para ver a Cedric y cada que leía las cartas de este último. Cedric le dijo que quería que fuera a cenar con sus padres, parecía que su relación iba en serio. Del lado de los adultos, Severus tuvo que pedir ayuda a Luna ya que planeaba una cena "romántica" para él y Hadiya, iba a hacerle la pregunta para ser pareja oficial. Hadiya se desmayó luego de que él le pregunto, pero en cuanto recupero la conciencia le dijo que si y ahora eran pareja oficialmente. Dumbledore cobro una generosa apuesta contra Remus, quien decía que iba a esperar hasta el fin del año escolar. Dumbledore dijo que lo haría antes.
Sirius había comprado un anillo y llegó al castillo con un ramo de rosas rojas (casi color sangre) en una mano y la caja con la joya en la otra, interrumpió en medio de la cena y se plantó frente a Remus, diciéndole que quería hacer su vida junto a su "lobito" y tener muchos cachorritos. Remus le dio un coscorrón, pero acepto de todas formas y ahora estaba comprometidos.
Definitivamente, todo lo normal que podía ser Hogwarts y sus habitantes.
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Severus le había pasado la información de su reunión con los Malfoy a Dumbledore y este había llamado a una reunión urgente a la Orden, Harry fue llamado también a esta reunión, ya que en palabras de Dumbledore "podía tener ideas". Cuando le dijeron a Harry lo que buscaban, Harry solo pregunto cómo eran las hadas del bosque.
—Son del tamaño de un humano, idénticas a nosotros, pero tienen alas como de insecto, muy brillantes y traslucidas. No vuelan con ellas, solo es una marca de su condición. Sueles ver el futuro y poder conectarse con la tierra y sus criaturas. También son extremadamente inteligentes, pero no parecen interesarse en el mundo terrenal—.
Fue la descripción que le dio Dumbledore. Harry busco en la biblioteca información sobre las hadas, y la encontró hasta el final en un libro de Cuidado de Criaturas Mágicas que estaba hasta el final de un estante. Ahí, describían a estos seres como "etéreos", de una belleza particular, más cercana a los Tuatha Dé Danann. Cuando Harry llegó a la parte donde describían su aura y los colores de su magia, supo dónde buscar.
Llevó a Luna con Severus y Albus al despacho de este, para explicarles sus descubrimientos, su novia era la clave. Harry pidió a Albus que llamara al padre de Luna, Xenophilius. Si el hombre confirmaba las sospechas de Harry, entonces podrían hacer esa arma.
Cuando estuvieron todos presentes, Harry empezó a hablar.
—Señor Lovegood, un placer conocerlo, soy Harry Potter—.
—El novio de Luna, un gusto—.
—Sí, verá. Estuvimos investigando sobre unas criaturas mágicas llamadas Hadas del bosque, al parecer son casi imposibles de encontrar ya que rehúyen a los humanos y sobre todo a los magos—.
—Si, he escuchado hablar sobre ellas joven Potter. ¿Acaso quiere mi ayuda para encontrarlas? —.
—Algo así, ¿Quisiera que me hablara de por qué la madre de mi novia era un Hada del bosque? —Todos en el despacho de Dumbledore se quedaron callados mientras Xenophilius palidecía.
—¿Quién... quien te lo dijo? —Luna no parecía muy sorprendida de esa revelación sobre su madre.
—Nadie, vi el aura de Luna hace poco, y me pareció que ella era parte de criatura mágica, solo que no supe cual, hasta hace poco que buscábamos donde encontrar Hadas del bosque. Ahí describían el aura de las Hadas y vi que el aura de Luna es similar. Usted tiene un aura de color azul, pero la de Luna es verde oscuro y tiene chispas doradas. Justo como describen el aura de las Hadas del bosque—.
—¿Así que soy mitad hada? ¿Mamá era un Hada? —.
Luna miraba hacia su padre con sus ojos soñadores. Xenophilius suspiro derrotado.
—Tu madre Pandora era un hada renegada. Yo estaba interesado en encontrar un grupo de Hadas del bosque y escribir un libro sobre sus costumbres. Al final lo encontré y las espiaba a la distancia, pero una de ellas me vio. Con los días nos hicimos amigos y los días se convirtieron en semanas. Cuando menos lo pensé, ya tenía dos meses viendo en exclusiva a Pandora, y las otras Hadas se dieron cuenta de que ambos nos sentíamos atraídos uno al otro—.
>> Le dieron a escoger, o ellas o yo. Tu madre me eligió y tuvo que conseguir sacar sus exámenes como cualquier bruja, excepto que ella "acababa de convertirse en bruja". Nos casamos y ella estaba fascinada con la magia de los magos, tan diferente de la de las Hadas, aunque ella aun podía hacer magia de hadas. Luego naciste tú y fuimos felices hasta... —.
—Hasta que mamá falleció—.
—Si, tesoro—.
—No estés triste papá, mamá fue feliz contigo, estoy segura de que jamás se arrepintió de seguirte—.
Luna fue a abrazar a su padre dejando que llorara por su perdida, aun después de esos años le dolía. Harry se conmovió con Xenophilius, pensando en su madre, él llegó a esa misma conclusión, si alguien le hubiera dicho a su madre que para seguir viva solo debía dejar a James Potter, ella, aun así, hubiera seguido con él.
Cuando su padre se calmó, Luna volteo a ver a su novio con la pregunta muda en sus ojos.
—Necesitaba confirmar la razón de tu aura Luna, buscábamos un Hada del bosque para acabar con Voldemort. La diadema que tu encontraste tenía dentro una parte del alma de Voldemort, hemos eliminado casi todas esas partes que oculto en varios objetos, pero queda una además del mismo Voldemort, su serpiente. Para matarla necesitamos que un Hada del bosque forje un arma, una espada o daga—.
—Supongo que Voldemort se dio cuenta de que eliminaron sus pedazos de alma—.
—Si, así fue—.
—¿Qué necesitan de mí? —.
Harry sonrió y entonces les dijo a los presentes su plan y lo que había aprendido de varios libros de la biblioteca, Luna tenía que elegir el metal a forjar y elegir una persona que pudiera manejar el arma, ella debía seguir sus instintos.
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Luna escogió plata y oro, en cuanto se corrió la voz en la escuela, hubo una enorme colecta entre los hijos de familias sangrepura, los cuales llevaron sus joyas para ser fundidas. Cada alumno y adulto que se enteró envió lo que pudo para forjar esa arma. Luna ya había decidido que sería un par de espadas cortas.
Como muchas cosas, Luna sabia las cosas nada más, no se preguntaba los porqués. Esos se revelarían solos. Y Harry confiaba en los instintos de Luna.
El par de espadas estuvo forjado una semana antes del fin de cursos, ya que con los TIMOS el tiempo no era un bien en abundancia. Y Luna solo dijo que cuando fuera la hora, las personas que podían usarlas se revelarían, así que quedaron bajo resguardo del castillo.
Severus y Sirius estaban alistando todo para los Slytherin que regresarían a la mansión y asegurando los papeles de los nuevos protegidos de la asociación. Para los que terminaban su educación, tenían algunas redes para conseguirles un trabajo y localizar a sus parientes más próximos que no estuvieran de acuerdo con las ideas de Voldemort.
Algunos alumnos y no solo los Slytherin estaban tentados a huir al mundo muggle y a ellos también les ayudaban, los hijos de muggles les explicaban cualquier cosa de la que tuvieran dudas, Dumbledore les ofreció "santuario" a cualquier alumno que lo solicitará.
A pesar de que en el castillo se respiraba tranquilidad, ninguno de los profesores, ni siquiera Albus, podía garantizar la completa seguridad, Hogwarts era uno de los lugares más seguros de toda Inglaterra, así como Surrey y la mansión "Príncipe negro", pero eso no significaba que tuvieran barreras infalibles.
Sirius lo sabía bien, Severus lo sabía bien y Albus lo sabía demasiado bien. Siempre hay un punto donde todo se quiebra y Voldemort averiguó la falla en las protecciones de sangre.
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Era el día en que Dudley regresaría a casa para las vacaciones de verano, el día era soleado y el cielo claro y azul no tenía ni una nube a la vista, era un día hermoso. O quizás el buen humor de Dudley se debía a que esa chica que conoció en sus vacaciones de navidad prometió ir a visitarlo a Inglaterra y quedarse unos días. Parecía que al fin tenía una "casi relación" y con suerte ese verano, una relación.
Su primo le había dicho que él tenía una novia llamada Luna, era un bonito nombre en su opinión. Su primo Harry era algo despistado para las chicas, así que lo más probable es que ella fuera quien le dio todas las pistas. Si la chica Luna era tan bonita como esa mujer de cabello rojinegro, entonces Harry tenía mucha suerte.
El tren estaba aminorando su marcha y Dudley se asomó por la ventana, en la estación estaban ya sus padres esperándolo. Se moria por abrazarlos, así que ya había bajado su baúl desde antes y estaba junto a la puerta para salir inmediatamente el tren parara por completo.
Apenas se detuvo el tren, Dudley agarro su baúl y casi corrió hacia la salida. Alcanzo a sus padres y los abrazo con fuerza.
—¡Los extrañe! —.
—¡Nosotros a ti terroncito! —Petunia Dursley había extrañado horrores a su hijo.
—Vámonos a casa campeón, tu mamá hizo tu plato favorito—Vernon Dursley disfrutaba de ver a su familia reunida de nuevo.
Vernon jaló el baúl de su hijo y llevando de la mano a su esposa, se acercaron hacia el auto y emprendieron el camino a casa. Dudley iba hablando sobre su año escolar, lo habían elegido el capitán del equipo de boxeo, les dijo a sus padres que los movimientos que su tío Severus le había enseñado, fueron los que hicieron que el resto del equipo lo eligiera como su capitán.
Iban tan entretenidos con el relato de su hijo, que el matrimonio Dursley no notó nada raro cuando el puente sobre el que iba su auto empezó a moverse.
Cuando fue evidente el movimiento, Vernon pensó que se trataba de un temblor, así que les dijo a su mujer e hijo que conservarán la calma y salieran del auto, si el puente se caía, no estarían atrapados en el auto y podrían correr. Dudley saco de su camisa, el dije que hace un año, Severus le diera por seguridad en el mundial de quidditch. Si el puente se caía, podía gritar ¡Casa!, tomar de la mano a sus padres y los tres estarían de vuelta en casa de Harry y Severus, perderían el auto y el baúl, pero estarían bien.
No se trataba de un temblor.
El puente dejo de bambolearse y una nube negra iba a una velocidad pasmosa hacia donde estaban, como si se tratase de humo "consciente", si es que eso tenía algún sentido.
La nube oscura se fragmento en varias y caían hacia el puente, tomando formas definidas... de humanos con capas negras y mascaras que asemejaban una calavera.
—¡Mortífagos! —.
Dudley alcanzó a gritar y uno de esos encapuchados lanzo un rayo rojo hacia donde estaban ellos. Su padre alcanzó a ponerse frente a él y su madre, y solo alcanzo a gritarle: ¡Váyanse!
Lo último que vio Dudley antes de activar el traslador agarrando la mano de su madre fue el rostro de su padre mientras era levitado por uno de los encapuchados.
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Vernon Dursley no era un hombre especialmente religioso, conocía sus fallas y sus pecados como quien conoce las letras del alfabeto. No había sido un tío excepcional con el sobrino de su esposa, pero confiaba en que tampoco hubiera sido tan malo.
No es que no lo quisiera, su esposa había hablado tan mal de su hermana y su cuñado, que cuando Harry llegó a sus vidas, Vernon no podía dejar de ver a su esposa enojada con esos dos, y el niño era la mezcla de ambos, era casi una copia de su padre, y tenía los ojos de su difunta cuñada.
Si no hubiera sido por Severus, Vernon estaba seguro de que la vida de Harry hubiera sido mala. Su esposa pudo poner distancia a sus emociones, gracias a que otra persona se hizo cargo del niño. Eso ayudo a Petunia a separarse de la culpa de no haberse reconciliado con su hermana, y de no haber conocido un poco más a su cuñado.
También le permitió reconciliarse con aquel niño que alguna vez fue Severus y tener, sino una amistad, al menos una relación cordial con el hombre, que trataba a su hijo como si fuera su sobrino de sangre. Gracias al hombre, su hijo había tenido una infancia feliz y plena con un primo que lo adoraba, ambos mejores amigos de la infancia, hasta que sus caminos se separaron, y, aun así, Harry no abandono a su primo, sino que lo llevó a conocer su mundo, un mundo donde Dudley jamás podría ingresar sin esa ayuda.
Su hijo había tenido aventuras, tenía amigos magos, había comido esas "ranas de chocolate que brincan", incluso había salido con una bruja y tenido un breve noviazgo con ella.
Sin Harry y sin Severus, su vida hubiera sido aburrida.
Así que cuando el mortífago (Así le había llamado su hijo al mago encapuchado), le apuntaba con su varita diciendo Crucio, aun sintiendo como si sus terminaciones nerviosas estuvieran siendo bañadas en ácido, Vernon estaba agradecido de haber conocido a su sobrino y a su peculiar guardián.
—Este muggle es más resistente de lo que pensé. Muchos ya hubieran suplicado piedad—.
—Deberíamos estar enviando la lechuza en vez de que te estés divirtiendo con el muggle, Macnair—.
—Cállate Rookwood, hace tiempo que no me tocaba uno "resistente". Casi todos los muggles suplican piedad al segundo Crucio y este ya lleva seis—.
—Pues entonces date prisa, envíale un Avada y listo. Nuestro señor no estará complacido cuando sepa que se nos escapó la esposa y el hijo—.
—Pues entonces usa esa cosa que te dio el Lord para atravesar las protecciones de sangre—.
Mientras sus captores estaban distraídos, Vernon rebusco entre sus ropas esa ampolleta que un día, hace años, le diera Severus. Una última opción cuando todo se estuviera yendo al carajo.
Severus se la había dado por si Voldemort volvía a alzarse y llegaban a enfrentarse a él. Severus aceptaba que era difícil esa opción, lo más probable es que mandara a uno de sus esbirros a matarlos, pero Severus se distinguía por hacer planes para todo, y con Vernon no fue la excepción.
Esa ampolleta, tenía una potente poción que haría una explosión de al menos un kilómetro a la redonda, desvaneciendo cualquier cosa que estuviera en ese radio. Severus le dijo que debía usarlo solo en caso de mucha, pero mucha necesidad, morir era mejor opción que caer en manos del Lord o sus secuaces. Vernon ahora entendía por qué Severus lo decía, si los Crucios, como su captor les llamaba, eran solo una muestra de lo que podían hacerle a su mujer e hijo, bueno, entonces se llevaría a esos dos con él.
No permitiría que le pusieran una sola mano a su familia.
—¡Hey ustedes dos! ¡Idiotas! —.
Ambos magos se voltearon a ver como Vernon Dursley se paraba del suelo, retándolos con la mirada. Ambos mortífagos sonrieron. Nunca un muggle los había enfrentado.
—Vaya, vaya, mira, una morsa parada—Vernon identifico esa voz como la del tal Macnair.
—Atúrdelo otra vez, puede darnos problemas—Rookwood se veía claramente nervioso, y movía sus manos dentro de las mangas de su ropa con frenesí.
—Cállate, ¿Qué nos puede hacer? Es solo un muggle. ¡Deja de lloriquear y ve por la mujer y el mocoso! —.
—Ustedes no van a tocarlos, ¿Me oyen? —.
Sin darles tiempo a reaccionar, Vernon estrello la ampolleta en el suelo, y un haz de luz blanco se expandió en una oleada. El último pensamiento de Vernon fue de gratitud por la vida feliz que había llevado al lado de su esposa e hijo, mientras los dos mortífagos gritaban con horror por las quemaduras que les producía lo que fuera que había en la ampolleta.
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Severus sintió sus alarmas vibrar, dos de ellas de hecho, la primera no la había sentido desde el mundial de quidditch hace un año, y la otra, esperaba nunca haberla sentido. Significaba que uno o dos de los Dursley había muerto.
Severus estaba dando su ronda por las mazmorras, alistando a su casa para partir al día siguiente hacia la mansión, los Slytherin no tomarían el tren sino el flu. Ya había terminado el papeleo de los nuevos con Remus y Sirius y ya se había presentado ante el ministerio con varias cláusulas de confidencialidad, por si acaso.
En cuanto oyó las alarmas, corrió hacia sus aposentos y busco desesperadamente, y esperando no encontrar, el frasco que debía aparecer con el nombre y los recuerdos de quien o quienes habían muerto.
Después de lo que pareció una eternidad, con un suave 'pop', un frasco etiquetado apareció en el escritorio de Severus. Acercándose, vio el nombre escrito, Vernon Dursley. Eso quería decir que Vernon había utilizado la ampolleta que le dio como última opción y eso solo quería decir una cosa, mortífagos. Habían descubierto la falla en las protecciones.
Si moría el último de los Dursley, las protecciones morían con ellos.
Severus busco entonces el dije gemelo del que tenía Dudley en el cuello. Severus rezaba porque Dudley lo hubiera activado como una vez le dijo, y así fue. Haciendo una floritura con su varita, Severus confirmo que Dudley estaba a salvo, y ya que solo el frasco de Vernon había aparecido, era probable que Petunia estuviera con él.
Severus tomó entonces un puñado de polvos flu y llamó por la chimenea.
—Despacho del director—La cabeza de Albus Dumbledore apareció entre las llamas.
—¿Severus? ¿Qué sucede? —.
—Mortífagos, atacaron a la familia Dursley, Vernon murió—.
—¿Estás seguro? —Por toda respuesta, Severus le mostró el frasco con recuerdos.
—Necesito que tengan un ojo en Harry y el resto de los alumnos, no dejen que nadie salga hasta que revise los recuerdos, puede que las protecciones estén comprometidas. Tengo que ir a Privet Drive a ver si Dudley o Petunia están bien, si es así, los traeré al castillo—.
—Si, claro, ve. Les diré a los aurores y a los profesores que hagan guardias hasta nuevo aviso y aislaremos el castillo—.
—Bien, solo deja abierta mi chimenea, yo mismo la cerrare cuando regrese—.
—¿Severus? —.
—¿Sí Albus? —.
—Ten cuidado—.
Severus asintió con la cabeza, y esperó a que la cabeza de Albus desaparecía de las llamas antes de tomar otro puñado de polvos flu y gritar: ¡Hogar!
Cuando estaba atravesando las llamas, un solo pensamiento ocupaba la mente de Severus, la guerra había comenzado.
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Nota al margen: Tuatha Dé Danann (Def. Wikipedia): La tradición pagana consideraba a los Tuatha De Danann como dioses venidos del cielo. Llegaron a Irlanda, lucharon con los Fir Bolg, los Fir Domnann y los Galioin, así como con sus dioses los Fomoré, y se convirtieron durante un tiempo en los únicos señores de Irlanda.