Jared
13 de noviembre, 2014
No puedo evitar sentirme bien conmigo mismo al ver a Roger salir por la puerta en dirección al apartamento de Grace. Llevan más de una semana sin dirigirse la palabra y, después de lo que vi y escuché el sábado, Grace necesita a Roger en estos momentos.
Aun no puedo creer que su madre antepusiera a alguien sobre su propia hija, en especial en un evento tan importante y significativo para ella. Grace puede parecer muy fuerte, y de hecho lo es, pero aun así tiene sus partes vulnerables. Deseo no volver a sentir la impotencia de verla sufrir y no poder hacer nada al respecto. Por más que la abracé y sequé sus lágrimas no pude apartar el dolor.
La relación que estaba llevando con Grace, de solo ser conocidos con repentinos encuentros, está cambiando por completo. Ahora ella es una amiga, como Roger, alguien importante a quien deseo proteger. No sé si asustarme. No puedo definir si es bueno o malo que el acuerdo este tomando giros bruscos. Estoy seguro de que ella jamás planeo que yo la viese en un estado tan sensible, pero a pesar de ello no me aparto, por lo tanto creo que es algo bueno. No soy el único que acepta que la interacción ha cambiado por completo.
Recojo mi chaqueta del sofá y estoy a punto de salir cuando Louis entra en su apartamento. Luce algo cansado, y sin embargo se ve feliz y aliviado. Cuando me ve su ceño se frunce y yo no puedo evitar sentirme un poco incómodo. Le saludo y él solo asiente.
—¿Y Roger? –cuestiona mientras deja sus llaves en la mesa de entrada.
—Acaba de salir, y yo ya me iba.
Louis asiente. Me mira con algo de suspicacia, es como si estuviese tratando de averiguar lo que pienso en este momento.
—¿A dónde fue?
—Con Grace —respondo un poco más rápido de lo que pretendía, incluso creo que no puedo evitar una media sonrisa—. Él fue dónde Grace para hablar con ella.
Louis solo asiente y aparta la mirada. Es un momento en el cual ninguno sabe que decir. No puedo definir a Louis como un amigo íntimo o algo parecido, pero creí que hasta cierto punto nos llevábamos bien, pero justo ahora... bueno, lo dudo un poco.
—¿Quieres tomar algo o llevas prisa?
La pregunta me sorprende y extraña, sin embargo, por alguna razón acepto. Pasamos a la cocina y él abre dos cervezas, me entrega una y ambos tomamos asiento en la barra. Son solo un par de minutos en los que ninguno de los dos sabe que decir hasta que el Crighe mayor rompe el silencio.
—Roger, Michael y tú son algo así como mejores amigos, ¿no es cierto?
—Lo somos. Nos conocemos desde los quince.
El chico asiente, yo tomo un largo trago de cerveza.
—¿Te va bien con el trabajo?
—Es excelente, me gusta lo que hago y mi jefe me agrada mucho.
—Perfecto, tal vez en alguna ocasión deberías invitarle a comer contigo y tu hermano.
Louis sonríe secamente y deja su botella sobre la barra, me mira fijamente y en definitiva me pone un poco de nervios. Los hermanos Crighe tienen un rasgo en común: los dos saben cómo penetrarte con la mirada.
—Me parece que seguiré la sugerencia, Jared, y tal vez igual invite a mi prima para que le conozca.
Tomo un largo sorbo más, y en verdad ya deseo retirarme del lugar. La casa de Roger nunca me pareció tan incómoda como ahora.
—¿Quieres escuchar algo interesante? —Vuelve a hablar Louis. La verdad no sé qué exactamente responder a eso, así que me quedo en silencio, algo que toma como afirmación puesto que ríe un poco—. Antes Roger y Grace no se llevaban para nada bien. Siempre discutían y peleaban constantemente por cualquier tontería. Roger solía tirar de la coleta de Grace para ganarle en las carreras.
No veo por qué Louis me cuenta todo esto, solo asiento cortésmente y él vuelve a reír. ¿Qué es lo que le causa tanta gracia? Supongo que la escena mencionada viéndola ahora debe ser muy divertida y añorable. Me imagino una pequeña Grace haciendo muecas y sonrío yo mismo.
Termino mi cerveza y decido que es mejor retirarme pronto.
—Creo que es mejor que me vaya, yo...
—¿Sabes también algo? —me interrumpe a media frase— Siempre fue mi prima más querida. Éramos muy unidos antes de que me fuera. Ella nunca comprendió porque lo hice. Simplemente... No soportaba tener que ser lo que se esperaba de mí. El hermano mayor, el maduro, «el hombre de la casa» —Louis suspira— No soportaba que me presionaran con ser el hijo perfecto. Incluso llegue a envidiar y resentir a Roger un poco, disfrutando siempre libre de preocupaciones... La única con la que me sentía relajado era Grace, con su charla incesante y llena de divagación, sus sarcasmos e ironías me hacían reír. Ella conseguía apartar la presión de mis hombros, era la única que no tenía una expectativa sobre mi aparte de siempre estar con ella y sin embargo... No fue suficiente. No pude llenar ese pequeño resquicio.
Louis hace una pausa y aparta la mirada. Para mi es sumamente extraño que me cuente todo esto. No sé qué comentar al respecto, no es muy común entre los chicos hablar tan abiertamente con un conocido, porque eso es lo que somos Louis y yo. Mi relación de amistad solo es con Roger y ni él ha hablado nunca tan ampliamente conmigo sobre el tema de su hermano y su partida. Puedo comprender que Louis se sintió presionado al fallecer su padre y solo quiso librarse de todo el control. Supongo que fue valiente por parte de él.
—¿Por qué me cuentas todo esto? —No puedo evitar preguntar.
Louis me mira con seriedad, casi con reproche, cosa que me pone en guardia inmediatamente.
—Solo quiero que entiendas un poco. Entiendo que Roger y Grace ahora son bastante unidos, más de lo que lo fuimos ella y yo alguna vez. Pero, eso no significa que yo he dejado de quererla. Para mi sigue siendo como mi hermana, y procurare siempre por ella.
Estoy seguro de palidecer por un momento, su mirada es tan directa y significativa, es perfectamente obvio a dónde se dirige el discurso que me imparte ahora mismo y yo solo puedo cuestionarme qué fue lo que nos delato.
—Louis...
—Ten por seguro que no te estoy reprochando nada. Ni siquiera el que se lo estén ocultando a Roger, sus razones tendrán. Grace es sensata la mayoría del tiempo. Pero, Jared, mi prima no es solo el ligue de una noche de cualquier chico, y si están saliendo o algo del estilo espero que no lo vayas a considerar como otra conquista que tachar de tu lista.
Su comentario esta vez sí me es molesto. Tal vez he tenido ligues de una noche, ¿qué chico no los ha tenido? Pero me ofende un poco el hecho de que Louis de por supuesto que su prima es solo eso. Grace es más que eso, ella es...
Detengo el curso de mis pensamientos al darme cuenta de algo que me perturba. ¿Qué es lo que somos Grace y yo? Somos amigos, eso es seguro, pero... ¿sigue siendo solo algo liberal y por diversión? Sin duda así es como empezó, pero... Siento una extraña necesidad de cuidar de ella que no he sentido en mucho tiempo. Sé que me es frustrante verla infeliz y reconozco que me alegra el verla sonreír. El brillo juguetón y apasionado en su mirada es contagioso en muchas ocasiones... Maldigo para mis adentros y aparto la vista al mesón.
—Yo jamás haría algo para dañar a Grace.
Es lo único que puedo asegurar. Siento la mirada firme y constante del Crighe mayor sobre mí.
—Te creo, quizá no lo harías voluntariamente. Pero, te has puesto a pensar... ¿Qué no harías para dañar a mi hermano? Él te tiene confianza Jared.
Aprieto los labios porque acaba de dar en un tema sensible, en mi punto vulnerable siempre que trato el tema de Grace. Me dan ganas de levantarme e irme, pero no puedo, y tampoco puedo refutar su excelente argumento.
—¿Cómo es que sabes todo esto?
Cuestiono en voz baja y levanto la mirada para encontrarme con los ojos de Louis. El chico no parece enojado, es como si simplemente estuviese poniendo varias cartas sobre la mesa, sabiendo que tiene una excelente mano para la partida.
—Fui a visitar a Grace el sábado, iba a ir con mi madre y supuse que ella tal vez querría venir.
Y ese mismo sábado me tome la libertad de besar a Grace frente a su casa. Ni siquiera pensé en el riesgo de que alguien pudo habernos visto. Y también me fui con ella a casa de sus padres.
Suspiro, y juro que deseo decir algo, pero simplemente las palabras no llegan a mí.
Louis se levanta y rodea la barra. Siento una palmada en mi espalda y es escalofriante el cómo puede actuar tan tranquilo luego de todo su discurso profundo. Hace una pausa tras de mí.
—Tal vez debas ir a tu apartamento Jared.
Intento obviar el hecho de que casi acaba de correrme. Me levanto y salgo lo más rápido que puedo. Medito el hecho de si debería ir a ver a Grace ahora, luego me recuerdo que debe estar con Roger en el momento y decido que seguiré el consejo de Louis. Iré a mi apartamento y me maldeciré por millonésima vez en la soledad de mi habitación.
14 de noviembre, 2014
Es extraño como ahora no puedo evitar sentirme... No se definirlo. No deseo hacerlo. Pero es muy molesto e incómodo el cómo me siento.
Esteban, el amigo de Michael, se encuentra hablando animadamente con Grace. Ella sonríe, tal parece que está contenta por saber que no murió ni tuvo complicaciones, y eso está bastante bien, la experiencia fue un tanto perturbadora, y la verdad me alegro de que este vivo, pero cuando dijo que deseaba agradecerle a Grace... si, bien. Nunca dijo que también planeaba coquetearle.
No sé si Grace no se da cuenta o solamente intenta obviarlo, pero salta a la vista que a Esteban no solo le interesa agradecerle, sonríe en exceso y trata cada dos por tres de hacerle reír. Y lo está logrando.
—Entonces... —Esteban suspira y vuelve a sonreír— me preguntaba si quisieras ir a cenar conmigo algún día de estos. De verdad, estoy en deuda contigo y quiero compensarte.
Sin poderlo evitar me rio. Ambos chicos me miran y yo solo actúo relajado, a pesar de no estarlo en absoluto.
—Deberías llevarla al teatro, ella lo ama.
Grace sonríe de lado y me dirige una mirada que no se descifrar, luego vuelve a dirigirse a Esteban.
—Lo que sea estará bien. Pero, como ya te dije, no es necesario. Cualquiera en mi lugar te habría ayudado.
—Si bueno, de todas maneras.
Grace arquea una ceja y ladea la cabeza, su cabello se desliza y deja expuesta una parte de su cuello. Un impulso estúpido se apodera de mí, quiero inclinarme y besar esa pequeña parte de piel. No sé realmente porque, de repente quiero decirle a Esteban que deje de coquetear y se vaya, pero no soy nadie para hacerlo.
En el momento en que creo que el chico ya se ira con todo y sus sonrisas, una rubia alegre llega a saludar. Creo que bufo por lo bajo, de verdad necesito hablar con Grace, debo decirle que su primo sabe de lo nuestro y también necesito decirle que no podemos vernos más.
Me refiero a que, podemos seguir siendo amigos, tal vez ir alguna vez por un café o algo del estilo, pero de verdad yo no puedo seguir acostándome con ella. Lo que me dijo Louis acerca de no dañar a Roger... Yo no quiero dañarlo. Es mi mejor amigo, por no decir el único. No puedo enlistar todo lo que hemos pasado juntos, años de conocerlos, cientos de experiencias. Ya he traicionado su confianza, estoy rebasando una fina línea. No quiero perder a Roger.
Pero, poniéndolo a debate... No quiero que Grace piense que solo fue un rato de diversión para mí, porque en verdad no fue así. Claro que nos divertimos, pues, pero no solo la vi como un cuerpo bonito. Me preocupo por ella, y por esa misma razón es que igual debemos dejarlo. Quedará en secreto, un pequeño sucio secreto entre nosotros dos.
De repente siento un codazo que me saca del curso de mis sentimientos, cuando vuelvo a girarme unos ojos azules me ven con expectación.
—¿Perdón? —cuestiono, porque creo que la rubia está esperando una clase de respuesta de mi parte.
Grace pone los ojos en blanco y ríe.
—Andas distraído Jared. Savahana sugirió que sería divertido salir los cuatro juntos y te pregunto qué te parecía la idea.
Me tomo un segundo para pensar. Ni siquiera conozco de nada a la rubia y prácticamente está sugiriendo una cita. Al volver a ponerle atención noto que es linda y creo que la idea del rechazo le parece un tanto incomoda.
Como no quiero parecer un mal educado o cretino me forzo a sonreír y asiento con la cabeza.
—Sería estupendo.
Se suponía que hablaría con Grace acerca de cómo no podemos seguir viéndonos debido a que su primo sabe, al menos uno de ellos, y el otro... La culpa crece cada que le doy vueltas. Pero ella tiene algo que...
Sus labios sobre los míos hacen que el curso de mis pensamientos cambie por completo. Vuelve a ser el centro de toda mi atención. Solo puedo pensar en cuanto me gusta su cabello sedoso entre mis dedos, en el aroma a fresa que tiene su piel, en como sus largas piernas se enredan en torno a mí.
Grace hace un sonido del todo femenino cuando mis manos se aferran a su cadera y la pego más a mí, bajo los besos a su barbilla y desciendo a su cuello dejando un rastro húmedo. Las manos de Grace se aprietan en mi espalda, nuestras respiraciones comienzan a acelerarse. Cuando llego al borde de su escote me detengo en seco. ¿Qué estoy haciendo?
—Grace... —murmuro en voz baja, necesitamos realmente hablarlo.
Elevo la mirada y busco sus ojos, estos se clavan en mi como dos pozos de oscuridad, creo sentir un escalofrío. Ella suspira y para mi sorpresa pasa un pulgar por mi mejilla de manera suave, una media sonrisa aparece en su rostro.
—No me asusta —dice sin apartar la mirada, yo no entiendo a lo que se refiere por lo cual la miro desconcertado—. Anne me dijo que le preocupaba que mi vida sexual se viese afectada por lo que paso con... bueno, ya lo sabes. El punto es que se puso en modo psicóloga y hablamos... —vuelve a suspirar, la mano que no está en mi mejilla comienza a jugar con mi cabello y es inevitable que yo cierre los ojos un momento— Anne concluyó que posiblemente o yo no dejaría que alguien me tocara en un largo tiempo... o tu no querrías presionarme, o ambas cosas.
Me tomo un segundo para meditar todo lo que ha dicho. Es verdad que no había querido verla en privado por... por ella. Quería que fuese ella la que me buscara cuando se sintiese cómoda, y también quería que se diera cuenta que no solo la busco por sexo, no es solo un cuerpo bonito para mí. Es mi amiga y me importa.
Abro lentamente los ojos y Grace está sonriéndome, una bonita sonrisa de labios carmesí.
—No te estoy presionando Grace, lo sabes ¿no?
Para mi sorpresa ella ríe, acaricia mi barbilla.
—Lo se Jared, y te lo agradezco. Pero... Aun así, Anne se equivocó en lo que dijo.
—¿Lo hizo?
—Sí. Por algo los psicólogos no deben atender a personas cercanas, lo confunden todo, siempre. Anne creyó que yo tendría miedo de cualquier chico, incluso tú, pero no es así en absoluto. Jamás podría sentirme intimidada por estar contigo Jared, porque yo confío en ti. Esa es la diferencia.
Esa confesión me toma desprevenido por completo. No sé cómo responder. La confianza es algo sumamente poderoso, evidentemente no se le concede a cualquiera, y que ella confíe en mi luego de lo que le sucedió me hace sentir afortunado.
Beso cortamente sus labios y aparto un mechón de cabello que le cae por la frente. Grace es admirable y sin duda tiene muchas facetas y por un segundo quiero lanzarme en picado y descubrir todas ellas.
Decido que no le contaré lo de Louis, ni siquiera le diré que debemos dejarlo. Ella acaba de derribar toda mi determinación con solo cuatro palabras.
—Yo también confío en ti, Grace. Absolutamente.