El cielo teñido de rojo comenzaba lentamente a escupir la sangre que lo había intoxicado, pero no lo hacia para librarse... el cielo lo hacia como ritual de muertes.
Los gritos y llantos no cesaban, los gritos de inocentes y los llantos desesperados que querían salvarse. Miles de murmullos vueltos como un zumbido insoportable, un zumbido que revolvía las entrañas y perforaba la cabeza.
En las gradas de piedra no había ni un alma buena, ni un alma mala. No había vida en esas gradas más que aquel tirano fiel y hermoso triunfante. Causante de dolor. Causante de agonía.
Su sonrisa se ensanchaba cada vez más gozando del dolor del pobre infeliz que era flagelado en el centro de la pista, aquel infeliz que recibía millones de de latigazos pero, que aún no se decidía a expirar.
Eso molestaba tanto como excitaba de igual manera a aquel tirano.
Al tirano se unieron tres almas más. El joven amante transfigurado, participe de deshonra, el perro faldero del tirano y un juez cegado por la envidia y el pecado.
El joven amante grito.
El perro fiel se encogió cerrando los ojos abnegados en llanto..
El juez desenvainó una espada larga llena de inscripciones y sangre seca. Agito esta en el aire y con un movimiento obligo al que sufría mirase hacia ellos.
-Por romper las reglas, por procrear sin permisos divinos -el amante joven grito aun más conforme la voz gruesa y seca del juez acompañaba a la espada y como se inclinaba en dirección al alma del centro-. Tu alma impura, demonio asqueroso. Seras juzgado con las llagas profundas, con la espada sagrada extinguíremos tu asquerosa existencia, a ti demonio impuro y lo que has creado...
Una risa malévola acompañada de un grito se hicieron presentes cuando la espada atravesó el pecho de aquel condenado.
Cuando el cuerpo inerte toco el suelo...
II
-Reita-
-¡¡Akira!! -fue lo primero que grito Takanori cuando despertó del sueño agitado que tenia hasta entonces. Se incorporo de la cama quedando sentado y miró asustado a su alrededor.
-¿Qué sucede? -me senté a su lado y coloque mano en su espalda haciendo que esta se erizara.
Agitado volvió su vista hacia mi y comenzó a derramar gruesas lágrimas.
-Estas vivo... -me abrazo haciendo que sintiera su pecho tan agitado. Acaricie su cabeza y él se acurrucó más en mi.
-Amor, claro que estoy vivo no te dejaría solo por nada de este mundo -le abrace con más fuerza sintiendo como se estabilizaba su pulso.
-No, no te morías -se aferro a mi camisa llorando aún más. Ahora temblaba-. Yo lo vi, te morías, te mataban.
-Que no, estoy aquí -lo aparte de mi sintiendo como sus dedos buscaban aferrarse de nuevo a mi camisa, tome su rostro y lo coloque frente al mío -tranquilizate por favor.
No se tranquilizo, al contrario sus ojos derramaron más lágrimas.
-¡Te castigaban por lo que me habías hecho...! -gritó a mi rostro para volver a abrazarme.
Esta vez le deje llorar sin interrumpirlo hasta que se calmo. Hasta que solo lanzo pequeños hipos.
-Solo fue un mal sueño amor -bese su cabeza y él asintió sin soltarse-. Te amo Ruu
Comencé a besar mas su cabeza y acariciando su espalda le atraje más a mi. En un momento deje de tener al Takanori grande y se vio reemplazado por un niño pequeño.
-Deita -se abrazo a mi y se acurrucó en mi pecho.
-¿Vamos a desayunar? Huele muy bien allá afuera -le abrace y él asintió -pero quedate así pequeño, quiero alzarte
-Esta bien -se aparto de mi poniéndose de pie- Deita... necesito un pijama...
-¿Eh? Oh si -reí al recordar lo que habíamos hecho por la madrugada, tome su camisa y la coloque en su cuerpo casi como si fuera una camisa de su tamaño -te cubrirá todo.
-Esta bien -se dejo ponerse esta con una cara de asombro y luego una sonrisa en su rostro -¿la botona? no puedo
Abotone la camisa y lo lleve cargándolo, primero salmos de la habitación y luego entramos a la cocina que colindaba con el comedor.
Uruha que estaba terminando de poner la mesa alzo su rostro al oírnos entrar. Kai llevo uno de sus dedos a la boca y también dirigió su mirada a nosotros sonrió ampliamente.
-Oh, se ven muy adorables -dijo Kai al vernos con su sonrisa en el rostro.
-Gacias -se rió Taka sin soltarme.
-Ay, mi bebé -Uruha soltó una pequeña sonrisa mirando a Takanori. Se notaba claramente la ternura que sentía por él.
Taka me dio un beso en la mejilla al ver la sonrisa de Uruha, para de alguna manera afirmarle nuestro amor.
Uruha sólo sonrió aún más dejando caer su cabeza de lado sin despegar su mirada de nosotros.
-No me digan que Aoi y Miyavi siguen durmiendo -reí mientras recorría una silla para sentarme y otra para Taka.
-S-Si -me respondió Kai sonrojado- o por lo menos Miyavi pidió que no lo despertara...
-Hum, Aoi ronca allá adentro -señalo Uruha con una pequeña sonrisa en el rostro.
-Debió ser una noche muy larga -reí fuertemente mientras sentsba a Taka en una silla, este una vez lo dejaba ahí se bajaba y se trepaba de nuevo a mis piernas.
-D-De hecho...-susurro Kai sobando su cadera con disimulo.
-¡Oh si! -di un par de palmadas con una carcajada notando el sonrojo en los rostros de Kai y Uruha. Takanori disimuladamente metía uvas en su boca.
-Callate flacucho -dijo una voz grave justo detrás mio.
Volví lentamente asustado a la voz dejando de reír enseguida. Miyavi estaba ahí, despeinado y con sus ojos entrecerrados, esto hizo que todos rieran de nuevo.
Miyavi con el mismo gesto, soltó un 'zape' en mi cabeza para después revolver el pelo del pequeño Takanori que estaba en mis piernas y lo miraba con el ceño fruncido. Miyavi enternecido lo alzo de mis piernas.
-Pareces un gatito -rió Miyavi y Takanori hizo lo mismo.
-No Miyavi, ¡No soy un gatito!
Dicho esto se bajo de sus brazos y volvió a sentarse en mis piernas. Miyavi sin darle mas importancia camino hacia Kai y tomándolo de la cadera planto un beso en sus labios. Se susurraron algo y Kai se sonrojo y sonrió por un momento. Soltó a Miyavi y este se dirigió al otro castaño.
-Hola Miyavi -le sonrió Uruha -estamos por desayunar, ¿Puedes ir y ver si Yuu despertó? Gracias.
-Esta bien -Miyavi que a penas y había tenido tiempo de reaccionar y correr su silla, camino en dirección a la habitación de Uruha y Aoi.
No pasaron ni dos minutos cuando Miyavi estuvo de regreso con nosotros con una pequeña sonrisa en el rostro.
-Sigue roncando, debió cansarse mucho anoche...
-Bueno, ya comerá mas tarde -se apuro Uruha a hablar con un sonrojo muy obvio -hay... hay que desayunar nosotros
-Parece que tienes algo que contarnos Uruha -Miyavi le miro fijamente y el nombrado se sonrojo aun más
-Ah ah ah no se de que hablas Miyavi -sonrojado Uruha comenzó a morder su labio.
-¡Esta mordiendo su labio! -delató el pequeño de mis piernas señalando como efectivamente mordía su labio.
-De acuerdo -suspiro Uruha sonrojado- les contare pero no le digan a Yuu... ¡O ya no pasará de nuevo!
En seguida se escuchó un golpe muy fuerte, seguido de un grito en la habitación donde dormía Aoi.
Uruha fue el primero el salir corriendo hacia la habitación seguido de Miyavi y yo deje a Taka en una silla para salir corriendo detrás de ellos.
Uruha que entro primero a la habitación, se acerco a Aoi que estaba en el piso quejándose hacia este.
-¿Estas bien? -le susurro Uruha acariciando su cabello.
-¡E-Es tu culpa! -llevo su mano a su cadera.
-¡¿Mi culpa?! -se señalo Uruha ofendido- ¡¿Acaso yo te tire de la cama?!
-¡No! Pero... ¡me duele! -hubo una pausa donde se susurraron algo que definitivamente no entendí.
-En un momento se te pasará el dolor -le levanto Uruha y beso su frente.
-Me duele... adentro -susurro Aoi.
-¡Así que lo follaste! -grito Miyavi asombrado y yo me le uní para al final decirlo al unisono y enseguida estallas en carcajadas.
-¡Callense, idiotas! -nos grito Aoi completamente sonrojado y soltándose de Uruha fue cogeando al baño de la misma habitación.
-¡Ya decía yo que ese no era Uru! -dije aun entre carcajadas, Miyavi yacía en el piso llorando de risa mientras sostenía su vientre.
Entonces, inesperadamente Uruha cerro la puerta en nuestras narices.
Miyavi en automático dejo de reír y limpiando sus lágrimas regreso al comedor donde Kai y Taka. Yo me quede unos minutos tras la puerta con la intención de oír algo más y claro, también disculparme con Aoi. En cambio solo oí el sonido de una regadera.
Volví al comedor y allí estaban Kai y Miyavi. Kai le servía al pequeño Taka un poco cereal de chocolate y Miyavi acercaba a sus propios labios una taza de café.
Era muy extraña esta escena tan humana en nosotros, seres de luz. No necesitábamos comer o dormir y sin embargo lo hacíamos. ¿Cuál era el propósito?
Me senté al lado de Taka y él me sonrió y extendió una cucharada de su cereal hacia mi. Yo recibí esta y comí lo que me ofreció. Él con una sonrisa volvió a su tazón y yo di un mordisco a un trozo de pan.
Uruha y Aoi entraron al comedor un rato después. Ambos llevaban el pelo húmedo. Iban de la mano y al llegar a la mesa Uruha beso la coronilla de Aoi mientras este se sentaba a la mesa evitando hacer una mueca. Miyavi reprimió una risa y yo evite mirarlos mientras untaba un poco de mermelada de fresa a un pan para dárselo a Taka.
-¿Estas bien, papá? -pregunto el pequeño Taka a Aoi. De un tiempo a la fecha había comenzado a llamarles papá y mamá a Aoi y Uruha respectivamente.
-S-si -sonrió y estiro sus brazos a los que Taka dejando su pan medio mordido corrió a ellos para sentarse ahora en las piernas de Aoi -te ves muy tierno.
-Gracias -Taka le correspondió al abrazo y le miro -que bueno que estés bien...
-Si y tú ¿Qué tal pequeño? -Aoi tomo una taza de leche y bebió este.
-¡Muy bien! Aunque tuve una pesadilla -hizo un puchero y yo suspire recordando todo lo que él me había dicho al despertar.
Yo había muerto en sus sueños y eso no era bueno.
-¿Ah si? ¿Y no quieres contarme sobre qué? -Aoi acomodo los mechones castaños del pequeño y este negó.
-¡No! -se cruzó de brazos e infló las mejillas -jamas quiero recordar eso...
-Solo quiero probar algo... -se acerco al oído del pequeño y susurro -los demonios tenemos...
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