Llevo en el aeropuerto cerca de tres horas esperando mi vuelo a París, ahora me arrepiento de haber llegado tan temprano.
- ¿Puedo ayudarla?
Un hombre, un poco más grande que yo, se me acerca pero no estoy muy segura de que contestar.
- ¿Ayuda?
- Si es que la veo un poco... desesperada
- Ah, eso es porque llevo tres horas aquí y aún no sale mi vuelo
- Bueno
El hombre se sienta a mi lado y yo comienzo a ponerme un poco incómoda, no estoy acostumbrada a estar al lado de hombres, mucho menos si son mas grandes que yo, pero ahora tenía que intentarlo.
El hombre a mi lado sintió mi incomodidad así que decidió hablarme hasta que anunciaran mi vuelo, o el suyo, y así poder despedirnos.
- ¿Cuál es su nombre señorita?
- Abigail
- Lindo nombre, el mio es Raoul
- ¿Raoul? Siento que lo e oído antes, pero no se en donde
- Tal vez en la televisión o en los periódicos, soy empresario así que salgo de vez en cuando en los medios
- Creo que si lo escuche en la tele, ¿Cuántos años tiene señor Raoul?
- 20 años ¿y usted?
- 17, en unas semanas cumplo 18
- Entonces es dos años menor que yo
El hombre sonrió, pero yo no entendí el porque.
- ¿Por qué sonríe?
- Nada, bueno es que tengo una vieja amiga que también es dos años menor que yo, pero no la veo desde hace tiempo
- ¿Cómo se llama? Si me lo quiere decir, claro
- Christine, estuve enamorado de ella cuando eramos niños -Se quedó un momento en silencio- En realidad sigo un poco enamorado de ella, y mirándote me la recuerdas aún más ¡Te pareces mucho a ella!
- ¿En serio? -Asintió- Sabe, es muy lindo que aún siga enamorado de ella
- Si, extraño mucho a "Little Lotte"
- ¿Little Lotte? Me confundí
- Es algo un poco personal, pero ella entiende... creo
- Bien... ¿A dónde va?
- A París
- ¡Igual yo! De hecho voy a la gran casa de la Ópera de París porque, lamentablemente, perdí a mi padre y él me dijo que fuera a ahí para vivir
- ¿En la Ópera Garnier?
- Si, el conocía a una tal... Madame Giry que es la que me dará un cuarto ahí
- ¡Genial! Si quieres cuando el avión aterrice yo te llevo a ahí
- No gracias, creo que puedo llegar sola
- ¿Segura?
- No, tengo un pésimo sentido de la orientación
- Entonces no se diga más
- Bien
Sonreí y él me imitó, era lindo pero no mi tipo, no es que tenga un tipo de hombre favorito pero él... no me atraía, era como un hermano mayor que acababa de conocer.
- ¡Pasajeros de vuelo 701, favor de abordar...!
Los altavoces comenzaron a oírse, Raoul y yo nos levantamos y fuimos exactamente a donde debíamos ir.
Cuando abordamos el avión lo perdí de vista, creo que su asiento está muy lejos de mi, o puede que este en primera clase, es un empresario y, dado a eso, no debe viajar en clase turista.
- Justo en la pobreza -Susurré- Por lo menos estoy cerca de la ventana
La persona que debía ocupar el otro lado del asiento, junto a mi, nunca apareció.
El viaje fue completamente aburrido, de Londres a París, lo único que pude hacer fue mirar por la ventana y comer cada que llegaba la azafata.
Yo nací en una pequeña ciudad de Francia, pero cuando era una niña mi padre y yo tuvimos que mudarnos a Londres por asuntos de su trabajo, mi padre murió hace dos meses, pero antes de hacerlo me dijo que fuera a París ya que ahí Madame Giry me daría un "hogar" en la Ópera Garnier. Yo nunca e visto a Madame Giry así que no se como voy a reconocerla. supongo que ella sabrá quien soy yo ¿no?.
El avión aterrizó y todos comenzamos a salir ordenadamente, estando afuera caminé hasta la salida, por más que necesitara la ayuda de Raoul quería, por lo menos, hacer una sola cosa sola o algo así.
Estaba apunto de tomar un taxi cuando alguien tocó mi hombro, me giré a ver quien era y vi a Raoul.
- ¿Lista para ir a tu nuevo hogar?
- Algo así
- ¿Cómo qué algo así?
- Bueno es que no conozco a Madame Giry y no se si ella sabrá quien soy yo
- Te aseguro que si, bueno no te lo aseguro pero... ¡Ya veremos que hacemos allá!
- Esta bien, usted es muy optimista
- Puedes hablarme de tu sabes
- Entonces... ¡Eres muy optimista Raoul!
- Gracias
Raoul río y yo lo imité, en eso un carro estacionó enfrente de nosotros y el chofer salió.
- Señor Raoul, es un gusto verlo
- El gusto es mio, necesito ir a la Ópera Garnier, ella me acompañará
- Suban, yo los llevo
Ambos subimos, el chofer acomodó la maletas en la cajuela y luego comenzó a conducir.
Mientras el carro avanzaba yo miraba por la ventana, estaba en París aunque... no recuerdo muy bien como hablar francés.