Adrien Volkov
Mi padre había despertado, dos semanas pasaron para que aquello ocurriera. Nos tenía a todos muy preocupados con su estado.
Por otro lado, no he sabido nada más de Alice y espero que así continue.
Boris dice que tan pronto como papá se recupere viajarán a verme. Eso me animo a comprar más muebles ya que lo único que tenía en el departamento era la cama, las pesas, un sofá y la cocina con la despensa vacía.
Los chicos me echaron una mano con eso, Thomas y Tania me ayudaron a elegirlos y Ryder junto a Sean a traerlos a mi departamento. Sean incluso trajo su vieja camioneta para poder transportarlos a todos.
La verdad es que en el tiempo que he compartido con ellos me he dado cuenta de que son bastante amables fuera de ROM, Thomas dice que es porque ya soy uno más del grupo.
Un grupo bastante raro si es que debo ser sincero.
Nuestra jefa no estuvo presente en nuestra travesía, y es que no ha dado señales de vida desde hace días una vez más. No pude contener mi curiosidad y le pregunte a su mejor amigo al respecto, Thomas solo me dijo que ser dueña de un bar como lo era ROM, no era algo fácil.
Lo que me lleva a ¿qué es lo que hace al desaparecer?
Respecto a Tania, hemos estado más en contacto en nuestro tiempo libre. Es una mujer admirable, y no dejo de encontrarme dibujándola cada vez que llego a mi departamento. Me conto sobre su familia, tiene dos hermanos menores y a su madre enferma, ¿Su padre? El desapareció en cuanto su hermana menor nació.
Viajó a Estados Unidos buscando el dinero que necesitaban con urgencias y fue allí cuando conoció a Ryder, quien al pelear en la calle no tardo en relacionarse con ella. Ryder fue quien se la presento a Hanna y le dijo que si podía trabajar en el bar.
Hanna nunca le propuso que se prostituyera, fue decisión de ella, ya que hasta el momento le hacía ganar bastante dinero y ya tenía a su clientela.
Le pregunte por que no decidió ir a la universidad en lugar de un trabajo tan difícil como el que ejerce, pero no ha terminado sus estudios de secundaria, cuando su padre se fue, su madre enferma era la única que trabajaba y con un nuevo niño en la casa, eran demasiadas bocas que alimentar, y muy escasa la comida.
Tania comenzó a trabajar desde los trece años, y desde los quince comenzó a vender su cuerpo.
Me partía el corazón escuchar su historia y al mismo tiempo me llenaba de orgullo, porque a pesar de su pasado, seguía siendo una mujer amable y cariñosa dispuesta a dar todo por su familia.
Todos los que trabajan en ROM no es porque sean unos vagos adictos a las fiestas, están ahí porque realmente necesitan el dinero, lo que me lleva a otra pregunta ¿Por qué Hanna abrió ROM?
Ella luce como si hubiese tenido todo ese glamour que se carga, desde mucho antes de que el bar comenzará a ser famoso.
Hoy era sábado, eran las tres de la tarde y solo hace una hora me había levantado. Esto de trabajar de noche estaba acabando conmigo, mi horario de sueño era de las seis de la mañana hasta las dos de la tarde y si tenía suerte, dormía hasta las cuatro. Luego a las ocho y treinta de la tarde, conducía hacía ROM para seguir con la rutina.
No es tan malo cuando te acostumbras, lo malo comenzara cuando vuelva a la universidad, ya que tendré que dejar el trabajo para continuar con mi vida, aunque espero seguir en contacto con los chicos de ROM, son buenas personas.
Pasó la toalla por mi cabello y me siento en el sofá ya más relajado. Algo que no puedo dejar es mi rutina de ejercicio, me volveré un fideo si lo hago.
— ¿Adrien? — Escuche golpes en la puerta de mi departamento, me levanto con cuidado preguntándome quién puede ser, ya que realmente no esperaba a nadie hoy. Llegué a pensar que podría ser Alice lo cual me hizo estar en silencio junto a la puerta por alguna otra señal de quien era.
»— ¿Adri? Soy yo, Tania. ¿Estás ahí? traje pie de Naranja por...
Antes de que terminara, le abrí la puerta con una sonrisa, no me acordaba de haberle dado mi dirección, pero estaba agradecido de que fuera ella. ¿Y si hubiera sido Alice?
— Hola Tania, no hacía falta, pasa, no te quedes afuera. — me hice a un lado viéndola entrar, iba con un vestido blanco con pequeñas flores amarillas en él, me sonrió y levantó la tarta enseñándome que era verdad lo que decía.
»— ¿Qué haces por aquí? No es que no te quiera aquí, pero no suelo tener visitas.
— Ah, Ryder me dio tu dirección y me como tu padre ya se encuentra mejor pensé que ibas a estar feliz, y si alguien está feliz debe celebrarlo con pie. — Su voz un tanto temblorosa me hace subir la mirada del postre hasta su rostro y debo reprimir una sonrisa al verla completamente sonrojada por encontrarme sin camisa.
Voy al sofá por mi camiseta para no incomodarla.
»— ¿Dónde está tu cocina?
La guio hacia la cocina tras la pared y voy por un cuchillo mientras ella deja las cosas sobre la mesa.
— ¿Tu lo cocinaste?
Asiente rápidamente mientras saca unas cervezas de su bolsa.
— Es un pasatiempo que tengo.
Le entrego el cuchillo viéndola cortar la tarta en seis trozos y destapo las cervezas algo confundido.
— ¿Cerveza y pie? ¿qué combinación es esa, Tania? — Me senté en uno de los taburetes y la miré mientras le extendía una de las bebidas.
Ella solo rio dándole un sorbo girándose en la cocina buscando algo en los gabinetes.
— La vi una vez en la televisión y quise probarla, y no está nada mal. — Saca dos pequeños platos de los que compramos hace unos días y sirve los trozos con delicadeza. — No juzgues antes de probarlo.
No puedo evitar reírme un poco tomando el pequeño dulce y lo llevo a mi boca dándole un mordisco. Es citrico y dulce...
Tania sonríe con sus ojos cerrándose casi por completo.
— ¿Qué tal sabe?
— Deberías abrir una pasteleria. — Trago con deleite y le doy un trago a mi cerveza.
Asiento hacia ella dándole la razon en que es una buena combinación y rie volviendo a su plato.
— Tu padre... me alegro tanto de que despertara, no puedo dejar de pensar en lo preocupada que debió estar tu madre.
— No dejo de llorar hasta que despertó.
La castaña alza sus cejas en preocupación.
— ¿Y como está? ¿Cuándo saldrá del hospital?
Le doy un largo trago a mi cerveza ante su pregunta.
— Boris dice que debe estar en reposo, fue un golpe en la cabeza demasiado fuerte. Padre dice que está bien, pero está teniendo algunos problemas para recordar cosas, no es muy notorio, pero son pequeñas cosas que con el tiempo pueden volverse muy graves, el doctor dijo que tenía dos semanas para que el cuerpo se recuperara solo, si no, iban a tener que comenzar a estudiarlo.
Muerdo mi labio recordando la conversación con Boris, esto era mi culpa, aunque Boris y mi madre dijeran que no, Alice estaba buscándome a mí.
Tania extiende su mano hacia la que mantengo junto al plato y le da un suave apretón, dándome una pequeña sonrisa de labios juntos.
— Todo saldrá bien, es normal que este un poco confundido con un accidente de esa magnitud. En dos semanas estará de maravilla.
Le doy otro mordisco al pie y arrugo el rostro cuando la acidez aumenta. La chica se rie de mi y señalo sus labios.
— Tienes crema sobre tus labios, y no me he reído de ti.
Frunce el ceño por mi comentario y me divierto viendo como trata de limpiar la crema sin éxito alguno. Se rinde frunciendo los labios y le da un trago a su cerveza robándome una pequeña carcajada.
Es demasiado tierna, y la mayoría del tiempo no se da cuenta de que lo es.
Sigo sin poder creer que trabaja en el tercer piso.
Tania es ese tipo de chica que ves por la calle y piensas que en su tiempo libre lee, bebé variedades del café, escribe en un blog o incluso toca instrumentos, pero Tania no hace ninguna de esas cosas, ella en su tiempo libre se encierra en su departamento a hablar con sus hermanos, busca propiedades en internet y va al hospital para hacerse exámenes cada mes, ya que, a pesar de usar condón con sus clientes, es insegura respecto a ellos.
Me gustaria decirle que busque otro trabajo, que intente trabajar en la barra si es que no quiere dejar ROM, pero no es una decisión que yo deba tomar.
— ¿Qué sucedió la otra noche? — Pregunto lamiendo mis labios.
— ¿Qué noche? — Me mira frunciendo ligeramente el ceño.
— La noche en la que te fuiste con Hanna, sueles irte con Thomas.
— Ah... ¿No te contó Thomas? — Se mueve incómoda en su lugar y niego mirando detenidamente su rostro. — Tuve un problema con un cliente, tenía fetiches demasiado... extremos y dijo cosas muy groseras. y Ryder lo echo por qué yo no quería hacer lo que él pedía, y trató de obligarme.
No me mira a los ojos, baja la mirada a la mesa y le da otro sorbo a su cerveza mientras sus mejillas comienzan a tomar color.
— Te admiro, Tania. Estoy seguro de que la gente no diría tanta mierda si supieran para qué usas el dinero. Y aunque no lo sepan, tu trabajo es un sacrificio continuo y de todas maneras sigues levantándote para ir a él. No cualquier persona soportaría eso y la gente debería respetarte por eso.
— ¿Crees que no saben? Trate de buscar otro trabajo antes de esto, pero soy ilegal, Adrien, ellos saben para que necesito el dinero y aun así me desprecian y escupen en la cara. Así es este país.
Giro mi mano y le doy un suave apretón a su pequeña mano.
— ¿Cómo lo haces? ¿Cómo logras lidiar con todo eso y aun así mantener una sonrisa en tu rostro?
Aparta su mano dejandola sobre su regazo.
— No lo sé, es un asco lo que hago, no hay un solo día que disfrute mi trabajo, pero es dinero rápido. Y por favor no me digas que me admiras por qué yo no lo hago. ¿Cómo alguien puede admirar a una mujer que vende su cuerpo y luego le da el dinero a su familia bajo mentiras?
— Tania...
— No me gusta hablar de mi trabajo, suficiente tengo con qué la gente murmure que soy una puta cuando pasó por la calle. Yo no admiro la persona que soy, asique no tienes derecho a decirme que me admiras. — Se levanta de golpe y avanza hacía la puerta.
— Está bien, no quise ofenderte. — Tomo su brazo con cuidado antes de que salga y pongo una mano en la puerta cuando trata de abrirla. — Cuéntame más.
— ¿Qué? — Me mira confundida y suelto su brazo.
— Cuéntame, dame razones para no admirarte.
Tania con el ceño fruncido mira todo mi rostro y niega rápidamente retrocediendo dos pasos.
»— Si, vendes tu cuerpo cada noche desde hace años, eso es admirable, ¿Sabes por qué? Porque sigues ahí, sigues en un trabajo de mierda por qué eres valiente, eres la persona más valiente que he conocido, nadie se atrevería a ser tú, y por eso te admiro, porque eres una guerrera.
Tania niega rápidamente y se abraza a sí misma mirando el suelo.
— Estoy cansada, mi cuerpo está cansado, yo no lo disfruto nunca, todos piensan que ser prostituta es recibir orgasmos cada vez que estas con un cliente pero no es así, es horrible, sus caricias se te quedan grabadas por horas y rezas para que se corran rápido, y cuando no lo hace es... es una tortura qué tienes que fingir que te gusta, por qué si ellos no lo disfrutan tú tienes la culpa, por qué soy una perra sobrevalorada, si no logro saciarlos comienzan a insultarme y yo debo aguantarlo por qué me están pagando por estar con ellos.
Su voz se quiebra y la abrazó con cuidado contra mi pecho. Tania comienza a llorar y acaricio su cabeza con cuidado.
»— Y de día la tortura continúa, las mujeres me miran como si me hubiese hecho popo un dinosaurio y nadie quiere ser mi amiga. ¿Quién va a querer ser amiga de una puta? Oh ni te hablo de las veces que me he enamorado, mi último novio lo tuve hace seis años y me dejo cuando le conté en lo que trabajaba.
»— No sabes lo doloroso que es que te follen noche tras noche y no recibir ni un solo orgasmo, y que al llegar a casa todo duela, es tan frustrante...
Avanzó al sofá con ella y la sigo abrazando mientras sus sollozos se hacen más fuertes.
— Yo sí quiero ser tu amigo. — Tania alza su rostro confundida y sonrío ligeramente al ver su nariz moquear. Tomo el borde de mi camiseta y le limpio la nariz haciendo que su rostro reemplace el color trigueño de su piel por el mismo rojo de un tomate maduro.
»— Yo sí quiero ser amigo de la puta de ROM, no, yo quiero ser amigo de Tania López. — Acaricio su mejilla y luego besó su frente abrazándola por los hombros con cariño.
— T-Tu... me limpiaste la nariz con tu camiseta. — Susurra avergonzada.
— Ibas a dejar tus mocos en ella de todas formas. — Rio sin poder evitarlo.
Sí, quizás es algo asqueroso teniendo en cuenta que nos conocemos hace muy poco, pero estoy acostumbrado a consolar chicas que lloran, Alice solía hacerlo todo el tiempo y mis camisetas sufrían mucho.
Nos quedamos unos minutos en silencio y escucho a Tania sorber su nariz contra mi pecho. Ya está más calmada, pero me preocupa el hecho de que siga prostituyéndose cuando se siente así.
— ¿Realmente quieres ser mi amigo? — Asiento murmurando un "Hmm". — ¿Por qué?
— Eres una mujer divertida, cariñosa, alegre y empática, ¿Por qué alguien que te conociera realmente no va a querer ser tu amigo? Eres genial.
— Mientes, solo quieres que te traiga más pie y cerveza. — Ríe con voz nasal.
— Si, solo quiero eso.
🚬🚬🚬🚬
Despido con la mano al chico y guardo la propina en el bolsillo de mi delantal. Cuando Hana dijo que no se ganaba mal, no mentía, y ni hablar de las propinas.
— Ryder me dijo que me veía sexy.
Miro de reojo al chico a mi lado y no puedo evitar reír con ganas. Hace cinco horas qué abrimos ROM, y cuando llegó el pelinegro recibió un cumplido del tatuado, y no ha dejado de fantasear con eso.
— Dijo qué te veías bien. — Corrijo y el chico bajo, me mira de la misma manera que uno ve la suela de su zapato cuando pisa mierda.
— Déjame fantasear, ¿Quieres? Sé que eres extranjero y todo, pero aquí en américa, que te digan qué te ves bien, es lo mismo que te digan qué te ves sexy, o que calientas a esa persona.
— ¿Qué? — Rio fascinado y tomo una botella de tequila cuando un chico pide una. Me entrega el dinero y luego vuelve a una de las mesas.
— Es coqueteo básico, Adrien. — Rueda los ojos como si fuera lo más obvio. — Nadie va y solo te dice qué te ves bien, cuando lo dicen, en realidad están pensando; "Oh mierda, me la pone tan dura qué voy a correrme si se frota un poco contra mí". — Asiente lentamente con una gran sonrisa maliciosa que ya me acostumbré a ver en su rostro.
Este chico tiene una habilidad impresionante para volver todo sexual.
— Bien, ahora tendré en cuenta ese coqueteo básico, no queremos que la gente piense que me voy a correr si me froto con ellos, ¿No? — Rio divertido y Thomas se apoya en la barra viendo hacía la pista.
— Claro, porque tu solo te quieres correr si te frotas con Tania, ¿Me equivoco? — Gira su rostro hacía mí y sube y baja sus cejas de manera sugerente.
— Te equivocas, Tania es una chica genial y quiero ser su amigo.
— ¿¡Amigo!? — Me mira ofendido. — ¿Eres ciego? Tania es un delicioso manjar exótico, ¿Y tú solo quieres ser su amigo?
— Sé que es atractiva, pero no busco algo por el momento, ¿Bien? Parece que olvidas que acabo de salir de una relación tóxica, con una chica que casi exploto a mi padre.
— ¿Qué hay de solo tener sexo? — Frunce el ceño. — ¿No quieres tener sexo con ella por qué es una puta?
— No, no quiero tener sexo con ella por qué quiero que sea mi amiga.
— Un polvo no arruina la amistad, en realidad la fortalece, ya ves a Hanna y Ryder, — Sonríe y luego frunce ligeramente el ceño. — o Hanna y Ryan, o Hanna y...
— Es diferente, Hanna folla con todos independientemente si son sus amigos o no. — Ruedo los ojos y le sirvo más cerveza al chico de la esquina.
— Pero entiendes el punto, follar no arruinaría tu amistad con Tania.
— ¿Por qué quieres que folle con Tania?
— Por qué todavía no follas con Hanna, y necesito detalles de cómo eres en la cama. — Se alza de hombros y le sirve un vaso de whisky a la mujer frente a él. Ella me mira asombrada.
— ¿Todavía no follas con Hanna Morgan?
¿Qué?
— No, todavía no, es sorprendente, ¿No? — Le responde Thomas divertido y luego va al otro extremo de la barra frunciendo el ceño ante un hombre qué le dijo algo que no alcanzo a escuchar.
— Te felicito, eres el único que no ha caído en el coño de la tabla del uno. — La chica ríe y la miro detenidamente. Debe tener unos veintidós, no más.
— ¿Disculpa?
— La tabla del uno, Hanna Morgan, ya sabes, por lo fácil. — Rueda los ojos como si fuera obvio que habla de ella. — Señala un hombre, ella ya se lo follo, menos a los feos, claro ¿Quién folla con feos? No digo que tú seas feo, tú eres un adonis, no, un hércules. — Me guiña un ojo. — ¿Por qué todavía no follas con ella?
— No creo que mi vida personal sea de tu incumbencia.
— Anda, ¿Temes que tenga alguna enfermedad venérea? Porque yo estoy segura de qué debe tener una, ¿Sabes cuantos hombres han entrado en ella? — Hace una mueca. — Se dice que más de trescientos, ¿Cómo todavía no se le cae el culo falso que se carga?
No sé si está ebria, pero está hablando mucha mierda sobre Hanna y me molesta. ¿Cómo la echo sin armar un alboroto?
— Creo que has bebido mucho. — Señaló su tercer vaso de whisky y ella niega inclinándose hacia mí.
— Si no quieres hacerlo con ella, me gustaría que fueras mi novio, no quiero salir con alguien que haya sido usado por ella. Tabla del uno les chupa la gracia.
— ¿Usado por quién? — Casi me rio de la cara qué hizo la chica al escuchar la voz a mi lado. Su rostro palideció de golpe y se enderezó en su lugar.
— No nada, solo hablaba con él de tonterías. — La chica le sonríe ligeramente a la rubia y luego señala la pista. — ¿Quieres bailar, Hanna? La música está realmente buena esta noche.
— No. — Es cortante, pero de todas maneras le dedica una sonrisa que se me hace cínica, a la chica. Toma un vaso y se sirve cerveza antes de girarse hacia mí. — ¿Disfrutaste la polla en tu coño la otra noche?
La chica del whisky abre sorprendida sus ojos, deja unos cuantos billetes sobre la barra dedicándome una sonrisa nerviosa y luego se pierde entre la marea de gente.
— Espantaste a mi ligue, Hanna. — La miro divertido y le doy una larga mirada a la barra para asegurarme que no hay nadie más esperando tragos.
— Tu ligue estaba diciendo mucha mierda.
— ¿Escuchaste todo?
— No, pero solo con escuchar el ridículo apodo que me dieron ya sabía que hablaba de mí, — Ríe realmente divertida y le da un trago a su vaso. — Tabla del uno, son graciosas cuando quieren.
— ¿No te molesta? — Le miro entrecerrando los ojos para buscar una señal de que si le molesta.
— ¿Qué cosa? ¿Qué sepan qué follo lo que ellas nunca podrán en sus vidas? Nah, no me amargo con idioteces, si quieren creer que soy una zorra, una perra, una puta, la tabla del uno. — Ríe otra vez y tira la cabeza hacía atrás dejándome en claro que le son muy chistosos los apodos. — Un vaso de agua, una pelota de soccer, la gripe... — Me mira con una ligera sonrisa. — O una ninfómana, — ¿Thomas le dijo eso? — Está bien, no les rogaré por qué crean algo diferente, al fin y al cabo, yo sé qué quien soy y eso es lo que importa.
— ¿Y quién eres? — Me cruzo de brazos y ella mira de reojo mi pecho.
Le da otro trago a su cerveza y luego me mira fijamente a los ojos. Son intensos, es como si con ellos pudiera ver dentro de mi mente, la recorriera a gusto y luego conociera cada cosa de mi vida. He visto cómo los clientes de ROM no son capaces de mantenerle la mirada, ¿Le tienen miedo?
Le mantengo la mirada y la comisura izquierda de sus labios se alza ligeramente antes de alzar su mentón, y solo con ese gesto, despliega su personalidad por el lugar.
Es como una ola expansiva de seguridad, arrogancia, soberbia y narcisismo, solo ella puede hacer que tales cualidades no sean repulsivas, al contrario, la rubia hace que esas cualidades sean atrayentes.
O eso veo cuando coquetea con los hombres, si ya la desean físicamente, cuando ella despliega su personalidad, hace que pierdan la cabeza.
Nada de palabras dulces, nada de halagos innecesarios, es directa, si quiere sexo con alguien, se lo hace saber y no puedes negarte, ¿Cómo puedes perder la oportunidad de estar con la mujer más atractiva del globo? No, me equivoco, ¿Cómo puedes perder la oportunidad de estar con la mujer más atractiva del universo?
Hasta el momento, todos se asombraban porque todavía no cedo ante los encantos de esta mujer, algunos se burlaban e incluso Ryder inició una apuesta con Thomas para ver cuánto aguantaba la tentación, por qué eso es la chica de los ojos penetrante.
Tentación pura.
Sabes qué si te pide algo no puedes negarte, y si te niegas algo muy mal debe estar contigo. Algo muy mal debe estar conmigo, para no querer cumplir la fantasía de cualquier hombre, no, me equivoco nuevamente, por qué las mujeres también caen. Algo debe estar muy mal pero muy mal conmigo, para no querer cumplir la fantasía de cualquier humano en la tierra.
Y mi respuesta es que no me gusta el sexo casual.
Crucifíquenme por eso, pero soy creyente de que el amor sólo puedes hacerlo cuando amas a la persona, yo no amo a Hanna, tampoco amo a Tania, por eso no tengo sexo con ellas.
No soy idiota, sé que Tania es una belleza exótica que maravilla a los hombres, y obviamente sé que Hanna arrasa con todo a su alrededor solamente con estar presente, pero no las amo, y no tengo sexo casual con nadie.
El magnetismo en los ojos de la rubia frente a mí me atrapa, no puedo dejar de mirar sus ojos, probablemente no muchos estén de acuerdo conmigo, pero yo creo firmemente, que lo más atractivo de la rubia son sus ojos celestes.
No sus pechos, no su culo, no su cintura, no su cuello delicado, no su cabello, ni sus facciones o sus labios.
Sus ojos celestes.
Ojos grandes y gatunos, pestañas espesas, y unos iris de colores fascinantes; un celeste grisáceo que en los bordes se oscurece más convirtiéndose en un azul oceánico.
Nunca veré unos ojos como los de ella en otra persona...
¿Por qué? ¿Quién es esta mujer y por qué tiene unos ojos tan hipnotizantes? No, de nuevo me equivoco, ¿Quién es esta mujer y por qué su apariencia y personalidad es tan hipnotizante?
Se lame los labios y ladea ligeramente su rostro sin dejar de mirar mis ojos.
— Soy la maldita Hanna Morgan.
Y no puedo estar más de acuerdo con su respuesta.