LA APUESTA DEL MILLÓN

Από JamieKyles

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Aoi, el guapo, el popular del colegio, es retado a tener una cita con Kei, el mayor nerd y marginado de la es... Περισσότερα

LA APUESTA DEL MILLÓN
CAPITULO 1: PIES CHUECOS KEI Y LA APUESTA
CAPITULO 2: ¿ES MI IMAGINACIÓN?
CAPÍTULO 3: ¡ESTRELLAS!
CAPÍTULO 4: EL GIMNASIO SE PINTA DE NEGRO
CAPÍTULO 5: PASANDO A SEGUNDA BASE
CAPITULO 6: EN DONDE YO SOY EL PREMIO
CAPITULO 7: ¿ESTO ES UN ADIÓS?
CAPÍTULO 8: DE BLANCO Y NEGRO A COLOR
CAPITULO 9: ARREPENTIMIENTO, DOLOR Y LÁGRIMAS
CAPÍTULO 11: KEI
CAPITULO 12: AOI
CAPÍTULO 13: UN SUEÑO, UN DESEO
CAPÍTULO 14: EL FIN QUE DESEÉ
CAPÍTULO 15: PROMESA
CAPITULO EXTRA #6: ROMEO Y JULIO
CAPITULO EXTRA FINAL: SÉPTIMA CAÍDA
CAPÍTULO EXTRA: CANCIÓN DE AMOR

CAPITULO 10: CONFIDENTE

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Από JamieKyles

Narra Aoi:

Me era difícil acostumbrarme a la idea de que pasarían años para que nos pudiéramos ver... odiaba eso, necesitaba verlo, necesitaba saber que estaba bien, que no... que no me necesitaba. Después de lo que sucedió en el aeropuerto, vi a mi padre furioso, nunca lo había visto tan enfadado- ¡Maldita sea Aoi! ¿Qué he hecho para que seas así? ¿Por qué causas tantos problemas? –Miré al suelo- ¿Enserio quieres ser un maldito maricón? –Negué con la cabeza- Entonces olvídate de ese bastardo, deja de sufrir por un chico inútil que no hace más que llenarte de ideas patéticas la cabeza, tú tienes un futuro en esta compañía y no dejaré que te estanques en amores pasajeros, eso solo es una distracción –Mi padre salió de la casa, aproveché para llamar a Yamato, me sabía su número de teléfono, era muy arriesgado, mi padre rastreaba todo lo que mandaba... así que si le mandaba un mensaje a él, probablemente no sospecharía

Para: Yamato

De: Número Desconocido

¿Estás cuidándole bien?

Envié el mensaje y hubo contestación repentina por parte de Yamato: "Está un poco alterado aún, ya han pasado tres años... ¿Cuándo piensas volverte a aparecer? ¡Maldición Aoi!"

Rápidamente contesté: "¿Un poco alterado? ¿A qué te refieres?" -mi móvil estaba vibrando por los mensajes- "Mira... ha intentado cometer suicidio estúpido... Justo ahora está en mi casa, lo he traído para asegurarme de que esté bien" mi corazón dio un vuelco "¿Qué ha tratado de hacer qué?" Yamato no me respondió, hasta cinco minutos después "Habla con él Aoi, tu padre no rastrea mi número porque ya me conoce, así que hazlo, es ahora o nunca" vi mi móvil "Bien" dije, Yamato me dejó en visto y minutos después hubo una contestación "Aoi, lo siento" – Kei –dije por lo bajo. "Aoi lo siento, yo... yo no quería, lo siento, estoy algo alterado" me limpié las manos, me estaba sudando por los nervios "Cariño... no te preocupes, no hagas tonterías, estoy en una casa horrible, pero pronto volveré, lo juro, así que... por favor, no hagas nada imprudente" Kei me mandó un corazón, yo sonreí "No te preocupes, Yamato cuidará de ti en mi ausencia" le mandé una cara feliz "Lo siento Aoi, soy un idiota... es solo que" miré la pantalla fijamente "¿Qué es?" me dejó en visto- Ya no sé cómo vivir sin ti –me mandó un mensaje de voz, yo se lo respondí- Cariño, no debes sentirte mal, volveré, y si estás llorando me comerá vivo la culpa –una llamada entró de repente- No sé qué hacer Aoi –escuché los llantos de Kei- Mantente fuerte, yo sé que puedes –Kei seguía llorando- ¡No puedo! Estas muy lejos de mí –sentí mi corazón presionando mi pecho- Mantente fuerte, recuerda que cuando regrese, nos casaremos, seremos felices para siempre –le dije mirándome al espejo, me sentía mal, por dejar a Kei solo, no sabía que hacer- Ten en mente eso, ¡Vamos a casarnos! No importa lo que digan los demás –escuché abrirse la puerta era mi padre, se acercó a toda prisa arrancándome el teléfono de las manos- ¡No te metas más en la vida de mi hijo! La arruinas, deja de molestar, si no lo haces, yo mismo me encargaré de que nunca lo vuelvas a ver –colgó el teléfono y lo tiró al suelo, y lo pisó hasta que la pantalla se quebró- Espero que esto no vuelva a suceder hijo –cerró la puerta de un portazo cuando salió, me desplomé en mi cama, sentía que algo dentro de mí se encogía cada vez más- ¡Maldita sea! –lancé el móvil dañado a la pared, estaba furioso, comencé a maldecir con cada grito que daba, las lágrimas descendían por mis mejillas, quería que todo esto fuese un sueño, cerré los ojos, me coloqué los audífonos, saqué mi reproductor mp3, sentí por un momento que todo estaba bien, que mañana vería a Kei, nada pasaría, nada me haría sentir dolor en el pecho, pero me equivocaba, mientras más lo pensaba, sentía que no regresaría jamás con Kei, no lo vería, no hablaríamos, no volvería a sentir sus labios, las lágrimas descendían por mis mejillas de una por una, mi madre entró- Cariño, siento mucho molestarte –no quería ver a nadie- ¿Qué quieres? –protesté- Quiero hablar, quiero saber qué te sucede –le di la espalda, de nuevo me puse los auriculares, sentí su mano en mi hombro, me giré, la miré con odio- Es demasiado tarde para preocuparte por mí, yo no te veo como mi madre –sé que estaba mal desquitarme con ella, me comía las entrañas, pero sentía rabia, porque nunca se había interesado en mí, creía que dándome todo lo que quería bastaría, pero no... lo que realmente necesitaba amor, y ya lo tenía, de una persona maravillosa, y justo ahora me estaban quitando eso- Si no has venido aquí para convencerme de que regrese a mi casa será mejor que te vayas –negó con la cabeza, me quité los auriculares- Quiero intervenir, sé que no es justo que tu padre te impida estar con quien desees, pero él quiere lo mejor para ti –la fulminé con la mirada- Quiere que me pudra en dinero al mantener su compañía –le dije furioso. Ella negó con la cabeza- Entonces si no es eso ¿Qué es? ¿Eh? ¡Dímelo, porque yo no lo sé! –Me miró tristemente- Quiere que tengas una buena vida, tal vez quiera que dirijas la compañía, pero eso no significa otra cosa más que por tu responsabilidad –abrí la puerta- Quiero estar solo, así que por favor sal –ella estaba sentada en la cama, las lágrimas estaban a punto de salírsele- Pero... -la miré- ¡Sal! ¡Ya! – mi madre salió de la habitación, le di un azotón a la puerta y me senté en mi cama, me puse de nuevo los auriculares, necesitaba tranquilizarme, aparentar que lo superaría, aunque por dentro estuviera hecho añicos, tenía que mantenerme en pie.

Me levanté de mi cama y miré a través de las grandes ventanas, me sentía confundido, ¿Y si no lo volvía a ver? ¿Y si se enamoraba de alguien mientras yo no estaba?, mi cabeza estaba llena de ideas que cada vez me preocupaban más, me sentía bastante mal, me sentía deprimido, quería que pasara rápido el tiempo para estar con él...

Narra Kei:

Me había levantado temprano, tomé una cerveza del refrigerador, me senté en el sofá, estaba bastante mal, el cabello despeinado, con dos enormes ceros debajo de los ojos, y los ojos rojos y llorosos, me hubiera gustado decir que era por drogarme pero desgraciadamente no era así, me sentía de lo peor...

Después de haber intentado suicidarme Yamato me encontró desparramado en mi cama riéndome como un loco, no dejó que me durmiera, de lo contrario, el alcohol y las pastillas me hubieran matado, intentaba buscar cualquier salida a mi dolor, a ese gran hueco que me faltaba. Escuché que Yamato hablaba con alguien, no sabía con quien hasta que me pasó el móvil, era Aoi, comencé a teclear, le mandé el mensaje, después de ello le mandé un mensaje de voz, quería escucharlo más, así que decidí llamarle, hasta lo arruiné, su padre lo había descubierto, y todo por mi culpa, quería ir allá, romperle la cara, decirle un millón de cosas, pero si lo hacía corría el riesgo de que jamás volvería a verle, de poder estar con él.

Comencé a llorar, me sentía mal, había metido la pata, necesitaba despejar un poco la mente- ¿Sabes de algún bar cerca de aquí? –le dije a Yamato, me miró confundido- ¿Para qué quieres saberlo? –Le sonreí- Quiero olvidarme de todo un rato –le dije recargándome en el sillón- Pero estás mal, no debes tomar en este estado –le fulminé con la semana- Pero si tu muy bien no ¿Cuántos años tiene que fue lo de Ukyo? ¿3, tal vez 4? –Yamato me miró molesto- 4 años y medio para ser exactos –Sus ojos comenzaron a ponerse cristalinos- Y-Yo lo siento Yama... –Soltó un suspiro- Está bien, supongo... Si quieres tomar, tomemos... Da igual –Arrepentido tomé las llaves del auto, subimos y fuimos a un bar llamado "Ángeles caídos", al parecer era un bar para toda clase de gente, literalmente de todo, desde adolescentes de unos 15 años hasta personas de 40 años, nos sentamos en unos taburetes y revisé mi móvil, tenía un mensaje de Akise- Fui a tu casa y no estabas, ¿Planeas decirme con quien te has fugado y por qué? Sonreí, eso no era algo que a Akise le importara, comenzamos a ser amigos desde que Aoi y yo comenzamos a salir, pero desde que se fue, él me había brindado un hombro en el cuál llorar y yo estaba muy agradecido por eso, así que supuse que al menos le debería una pequeña explicación- ¿Con quién te mandas mensajes? –Miré a Yamato, tenía una cara muy graciosa, se mezclaba entre la confusión y el desagrado- Akise, el mejor amigo de Aoi –le dije dedicándole una sonrisa, repentinamente él me la devolvió- Ese idiota, de seguro Aoi le pidió el mismo favor que a mí, y él no es su mejor amigo, yo lo soy – dijo soltando un bufido, sonreí- entonces deberíamos invitarlo a venir, ¿No crees?

-Supongo que estaría bien... No tengo ningún problema –le mandé un mensaje a Akise "Estoy en el bar Ángeles caídos, está como a diez cuadras antes de llegar a la casa de Yamato" guardé mi móvil- Bien, ¿Qué pedimos en lo que llega? –Yamato llamó a un camarero- Yo quiero una margarita, ¿Y tú? –Lo pensé unos momentos- Una cerveza –el mesero nos entregó las bebidas, la música estaba a todo volumen- En este bar hay buena música, desde los ochentas hasta lo más reciente –Me enfoqué en la música, estaba sonando Calling, recordé ese día que fui a casa de Aoi, estábamos en la piscina, puso música y comenzó a sonar aquella pista, fue cuando hicimos por primera vez el amor –una lágrima se me salió de repente- ¿Qué sucede Kei? –Me dijo Yamato dándole un trago largo a la copa- Nada... me recordé de algo –Yamato me sonrió- Bueno... Mientras no quieras hacer algo que atente contra tu vida está bien –me reí, después me paré y fui a la barra, le pedí al barman que me sirviera una mezcla de vodka con coca cola, sabía bastante bien, pude visualizar a una persona que se acercaba a mí, me fijé mejor y vi a Akise- Hola, que bueno que viniste –le dije sonriendo- Jo, veo que ya han empezado sin mi... Bueno, en lo que ambos se acaban sus copas voy a pedir una canción, hoy estoy dispuesto a ligarme a alguien con mis sensuales pasos –me reí de Akise- Perdón que lo diga yo pero... Tienes el encanto de una urraca en apareamiento –Akise me fulminó con la mirada- ¡No es verdad! te apuesto mi mansión en los Ángeles a que hoy me llevo a alguien a la cama –Ahora sí que me había hecho reír- Cállate unos momentos ¿Vale? O Harás que me mee de risa. Segundos después Yamato se unió a nosotros- ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué no vamos a buscar chicas buenotas? –Me reí- Se supone que son gays todos ¿No? –Akise y Yamato intercambiaron miradas- Bueno... es que tú tienes a tu príncipe encantado caza dragones ¡eeeh! –Yamato sonrió- Nosotros no tenemos un anillo de compromiso, así que... –los fulminé con la mirada- Vale, vale, ya nos calmamos, pero intenta divertirte –Akise se giró y fue a donde el DJ, éste le hizo un par de señas e inmediato quitó los discos de acetato de la consola, se pegó el micrófono a la boca y comenzó a sonreír- Buenas noches... Damas, Caballeros, cantineros y demás, su servidor les presenta una petición por parte del caballero de la izquierda –dijo señalando a Akise, Yamato y yo le dedicamos una sonrisa burlona- Sube chico, ¡Anda! –Akise subió y tomó el micrófono- Hola... que tal, bueno, quisiera presentarme como el chico archi recontra millonario de esta ciudad, el mejor organizador de fiestas PROYECTO-X que jamás hayan visto y el mejor en –El DJ interrumpió- Vale chico, eso puede esperar a que las señoritas estén a tu alrededor –todos rieron, Akise le arrebató el micrófono- Bueno... quisiera dedicar esta canción a mi amigo que se encuentra lejos, y a su querida novia que nos deleita con su presencia –todos giraron la vista a cualquier parte, fulminé a Akise con la mirada- Lástima que no la puedan ver jeje, justo ahora está en los baños, mal para los chicos, en fin, quisiera dedicarles está canción para que su amor sea eterno y próspero, todos alcemos las copas, ¿Vale? –todos alzaron la copa- POR AOI Y KEI –todos repitieron a coro "Por Aoi y Kei" después de aquello comenzó una canción que me hacía llorar, y de verdad que me hacía llorar- JUST ONE LAST TIME de DAVID GUETTA –dijo por el micrófono, los que se la sabían cantaban a coro, mientras yo veía a Akise acercarse y gritar- ¡YO INVITO LOS TRAGOS A PARTIR DE AHORA HASTA QUE CIERREN! – todos fueron a la barra. Akise me sonrió- Creí que sería bueno que te desahogaras un poco –Yamato le fulminó con la mirada- ¿Eres idiota o qué? –Akise me miró, yo estaba hecho un mar de lágrimas- Kei, lo siento, no pensé que de verdad fuera a hacerte llorar, yo... lo siento –Yamato lo jaló del brazo, los perdí de vista, aproveché la oportunidad para salir, necesitaba aire, salí por la puerta trasera, encendí un cigarrillo que me había guardado en el bolsillo junto con mi encendedor, aspiré el humo y lo saqué por la nariz, era reconfortante la sensación del humo en la boca...

Dentro del bar:

-¿Y Kei? –Dijo Akise, un poco ebrio- No lo sé... creo que ha de haber salido a fumar –Akise se rascó la cabeza- Jo, no puedo creerlo, no fumaba, ¿Cómo pasó de ser un nerd educado en casa a un vago? –Yamato alzó los hombros- Pregúntaselo a él, porque yo no tengo respuesta a esa pregunta –Yamato y Akise fueron a la barra- Quiero una coca cola fría, supongo que se ha subido el vodka a la cabeza –Akise sonrió- Te ves tan lindo sonrojado –Yamato se ahogó con su coca cola- ¿Eh? –Akise dejó de reír- ¿Qué dije? –Se miró extrañado- No lo sé, es lo que me gustaría saber –Akise miró a Yamato- Hummm... supongo que no estás tan mal castañito –Dijo Akise, mientras Yamato le fulminaba con la mirada- ¿Qué mosco te ha picado? –Akise miró a Yamato- No lo sé –se sonrojó- Yo... lo siento –Yamato negó con la cabeza. Akise se acercó a Yamato, más y más cerca- Espera, Qué estas... -Akise sonrió y le plantó un beso a Yamato- ¿Haciendo? –Finalizó la oración Akise- Sinceramente no lo sé, supongo que ha sido producto de tanto alcohol que he bebido –Yamato sonrió- Supongo que sí –Ambos se miraron fijamente, acercándose, Akise rodeó el cuello de Yamato con sus brazos, mientras que el otro le agarraba de la cintura, ambos estaban tan cerca que sus narices se rozaban- ¿Quieres internarlo? –Yamato dejó de sonreír- No lo sé... yo... bueno tú sabes que –Akise no lo dejó terminar- Sólo esta noche, así no sentirás que has traicionado a Ukyo o algo por el estilo –Yamato asintió, Akise sentía que el corazón le latía a mil por hora... no sabía que le pasaba, supuso que sería el alcohol, pero no le importó- ¿Podemos irnos a casa? No me siento muy bien –llegó repentinamente Kei- ¿En dónde estabas?, te hemos buscado desde hace un rato –Yamato sonrió- Bien, deberíamos irnos ahora, supongo que Kei ya tuvo mucho en que pensar hoy y no queremos meterle cosas tontas en la cabeza, iré por el auto, aguarden en la entrada –Yamato se perdió de vista, Akise estaba muy nervioso, mientras que Kei pensaba en cómo hacer pasar rápido el tiempo para poder ver a su prometido. Akise y Kei salieron del bar y subieron al auto de Yamato que ya les esperaba, el camino a casa de Kei fue callado e incómodo, llegaron a la casa y Kei bajó- Buenas noches a ambos –Los dos le respondieron con un ademán, Kei cerró la puerta, vio como el auto aceleraba y él se quedaba en la acerca, esperando lo que no pasaría dentro de un largo tiempo- Haaa –suspiró- Supongo que no tengo remedio –miró al piso y derramó un par de lágrimas.

Narra Aoi:

Estaba leyendo tranquilamente, ya era de día, me la había pasado toda la noche pegándole al muro, estaba lo que sigue de molesto, con todo el mundo, con mis padres, con todos lo que me obligaron a venir aquí, a esta espantosa casa- Señorito, su madre y su tía me ha mandado a informarle que los invitados han llegado –giré los ojos- ¿Y eso a mí qué me importa? Yo tengo planes, justo ahora voy de salida a la calle –la mucama me volvió a decir un poco incómoda- Lo-Lo siento, pero han sido órdenes de su tía, y le envía esto –dijo poniéndome un traje negro, una corbata verde y una camisa blanca- Quiere que esté presentable para los invitados-

-¡Y dale! ¡Por favor haz el favor de decirle a mi sacrosanta madre y a mi tía que no iré! ¡Tengo planes! –salió corriendo de ahí, salí por la puerta y me aseguré de que no hubiera nadie en los pasillos, bajé corriendo las escaleras y salí por la puerta que conducía a los elevadores, supuse que los invitados entrarían por la puerta principal... Al parecer me equivocaba. Unas personas estaban en la puerta que yo había abierto, el señor, que parecía de unos cuarenta años bajó la mano, supuse que sería para llamar a la puerta, me miró, poseía unos ojos dorados tan fríos como el hielo, una señora que parecía rondar la misma edad que el señor me miró y me dedicó una sonrisa- Hola, ¡Qué tal! –La miré extrañado- ¿Hola? –La señora miró el número para ver si no se había equivocado- Disculpa, pero ¿Esta es la casa de los Watabi? –Asentí- Oh, entonces supongo que tú debes ser Aoi –me quité de la puerta- Pasen –les dije amablemente- Muchas gracias, ¿Están tus padres? –Asentí- Supongo que se han de estar arreglando –La señora miró su bolso- Oh ya veo –los miré- ¿Gustan algo de tomar? –Esta vez el señor me contestó- Me gustaría un té, si eres tan amable –asentí- ¿Y usted señora? –Se puso las manos en las mejillas e hizo una cara bastante graciosa- Me gustaría un café, si no te es molesto querido –sonreí- Oh, claro que no, enseguida se los traigo –en el momento en que les di la espalda mi sonrisa se esfumó, no me traía buena espina esto. Preparé rápido el té y el café, los puse en una mesa baja enfrente de los invitados, dos cucharas, al lado leche y la azucarera- Siéntanse como en su casa –les dije- Ahora, si me disculpan, tengo que recoger algo, no tardo –salí por la puerta y bajé tan rápido como pude las escaleras, supuse que si mis padres me veían me obligarían a regresar, estaba corriendo por el pasillo que daba con el estacionamiento, llevaba tanta prisa que choqué con alguien, escuché como las maletas caían- Ouch –me levanté y levanté las maletas- Lo siento, no te he visto –la chica me miró- Oh, no hay cuidado, yo... lo siento, fue mi error por quererme llevar todo de una sola vez –la ayudé a ponerse en pie y le acomodé las maletas de nuevo- Lo siento pero tengo un poco de prisa, de verdad siento mucho haberte hecho caer –ella me hizo un ademán con la mano y me fui, eché a correr y tomé un taxi- Al centro por favor –el tráfico era horrible, y el sonido de todos las bocinas era insoportable, al final llegué-Muchas gracias –le pagué al taxista, caminé un par de calles hasta llegar- Hola Aoi –sonreí- ¡Marco! ¿Cómo has estado? –Me sonrió- Bien, ya tenía mucho que no te veía, ya ha pasado tanto de que me mudé aquí que todo lo loco me es de lo más normal –sonreí- Supongo... -Marco me miró- ¿Has venido a hacerte un cambio? –Asentí- Hummm... veamos, ¿Qué color te quedaría bien? ¿Azul? ¿Pelirrojo? –Negué con la cabeza- Rubio está bien ¿Vale? –Marco me sonrió- ¿Y quién es la afortunada? –Marco me tomó por sorpresa- ¿Eh? –Marco me sonrió- ¿Recuerdas la apuesta que perdiste? ¿La de teñirte el cabello cuándo alguien te trajera volando? –comencé a hacer memoria, de pronto lo recordé en ese entonces todavía no sabía lo que era querer a alguien- ¿Entonces quién es la afortunada? –Sonreí- Te sorprendería saberlo... -Marco me sonrió- ¡No! Anda, suéltalo de una vez, en esta ciudad vives de todo, no creo que tu novia me vaya a sorprender –Le sonreí a Marco- No es novia, es N-O-V-I-O, y se llama Kei, y me comprometí con él –Marcó se atragantó con su saliva- ¿Qué has hecho qué?, ¿Desde hace cuándo lo conoces? –Sonreí- ¿No lo recuerdas? ¡Kei Sukishima! El chico que nos engañó a todos –Marcó se sorprendió aún más- ¿Ese Kei? Woah, ¿Pero qué no está feo? –Negué con la cabeza- ¿Quieres verlo? –Marco asintió- Pero tienes que prestarme tu laptop –Marcó la sacó y me la tendió, me metí a Internet y revisé mi Facebook, estábamos en la fiesta, cuando le besé por primera vez- Woah, ¿Enserio es él? -asentí- Está tan cambiado –sonreí- Bastante, pero... mis padres me han traído contra mi voluntad, quiero fugarme pero no sé cómo –Marco me puso una mano en el hombro- Tengo un plan...

Tres horas después

-Estoy en casa –dije sonriendo, cuando me vieran les daría un infarto, el plan de Marco era volverme un punk, fingir que todo era tan trágico para mí, ser violento y hostil, así tal vez así lograría que mis padres me soltaran y me dejaran volver- Hola cariño –dijo mi tía no mirándome, la seguí hasta la cocina- ¿Ya se han ido los invitados? –Ella negó con la cabeza- Aún siguen en la cocina con tus padres... ¿¡Qué te has hecho!? ¿Qué le has hecho a tu cabello? ¿Y todas esas perforaciones? –todas eran falsas, pero Marco había hecho un gran trabajo para hacerles parecer de lo más reales- ¿Te gustan? Si quieres puedo decirle a mi amigo que te haga un par gratis –me fulminó con la mirada- ¡Quiero que te quites todo esto! ¡Hay invitados, están aquí para verte! Y tú te largas como si nada, ¿Sabes cuánto llevan esperándote? ¡Tres horas!, Y tus padres ¡Oh! Tus pobres padres, ellos no merecen esta falta de respeto, así que vete a cambiar –me crucé de brazos- No me cambiaré, que me vean "Tal y como soy" –dije entrecomillando con los dedos las últimas palabras- ¡Vete a cambiar ahora! –negué con la cabeza- Sólo te voy a contar hasta tres –miré mi reloj- Uno –le dediqué una sonrisa burlona- Dos –me miró con los ojos encendidos, veía que estaba demasiado molesta como para que yo la siguiera provocando más- tres –salí de la habitación torciendo la boca, subí las escaleras a mi habitación, me vestí con el traje que me había dejado mi madre, me dejé la pieza verdadera, la que me había hecho con Kei y bajé las escaleras- Siento mucho haberlos hecho esperar –dije sonriéndoles, todos divisaron mi perforación- Bueno... lamento que mi hijo sea tan impuntual –dijo mi madre- Los presento, ¿Aoi? ¿Qué te hiciste en el cabello? –me puse en pie- Estos son los señores Asobi –estreché manos con ambos- ¿En dónde se encuentra Arabella? –escuché una vocecita detrás de mí- Aquí estoy madre –era la chica de antes, ahora la veía mejor, llevaba un vestido con encaje en la cintura, sus ojos avellana eran hermosos, parecía una muñeca de porcelana- Aoi, te presento a tu prometida, Arabella –dijo mi padre- Lo siento padre, pero me rechazo rotundamente, ya que... -casi meto la pata, iba a decir, ya que soy gay y ya me he comprometido- ¿Ya qué hijo? –Sonreí- Ya que... tengo novia, y le amo tanto que le he propuesto matrimonio –sonreí, mi madre se puso pálida- ¡¿Cómo es eso?! –dijo el señor Asobi- ¡Comprometido! –La señora Asobi se sentó en el sofá- ¿Podrías decirme a quién y por qué Aoi? –Dijo mi padre furioso- ¡Su nombre en Flourence, y estoy profundamente enamorado de ella! –Fue en lo único que pensé- ¿Qué no nos vimos hace un rato en el estacionamiento? –Dijo Arabella- ¡Sí! ¡Eras tú!, Pero... ¿Qué tu cabello no era negro? –La miré de reojo y la fulminé- Oh, es verdad –dijo la señora Asobi- dios santo, ¿Cómo has podido Aoi? –Fulminé a mi madre con la mirada- No te incumbe –subí las escaleras y me encerré en mi habitación- Quiero que sepas que este compromiso no se va a romper, ¿Me has escuchado? –Dijo mi padre al otro lado de la puerta- ¡Vete a la mierda! –le grité golpeando la pared con un zapato. Si guerra quería, guerra es lo que le iba a dar.

Narra Akise:

Dejamos a Kei en casa, Yamato y yo estábamos completamente solos en el auto, ya se me había bajado el alcohol en la sangre, me sentía un poco mareado, Yamato tenía encendido el radio, resonaba en mis oídos una canción que pasaban mucho, era una estación de radio asiática, así que no cantaba muy bien la canción "LOVE SECRET", de un grupo llamado B.A.P, amaba esa canción por el sonido de la guitarra, miré a Yamato- ¿No te gusta esa canción? –Yamato sonrió- Algo, tiene un ritmo algo animado –sonreí- Así parece –Yamato me sonrió y de nuevo se enfocó en el camino- ¿Para donde estaba tu casa? –Me dijo Yamato. Bufé- ¿Enserio no recuerdas mi dirección? Después de que has estado ahí miles de veces con Aoi, ¿No la recuerdas? –Yamato soltó un suspiro- Lo siento, siempre he sido malo con las direcciones –me resigné- Da la vuelta aquí –dije mientras Yamato veía la calle- ¿Y ahora? –Miré por la ventana- Vete todo derecho y en el semáforo te das la vuelta a la izquierda –Yamato hizo caso de mis indicaciones, al final llegamos más rápido a mi casa de lo que hubiera deseado... sentía que mi corazón corría como un caballo desbocado, quería a... Yamato dentro de mi, supongo que me sentía mal por lo de Ukyo, eso era seguro, pero no podía hacer nada para dejar de querer tenerlo- Gracias por traerme –dije saliendo del auto a toda prisa, azoté la puerta- Akise, ¡Espera! –ignoré a Yamato, escuché unos pasos acercándose a mí, me tomaron desprevenidos, me giré y Yamato me tenía en brazos, sus manos envolvían mis mejillas, sus labios rozaban los míos, era una sensación de calidez, me sonrojé- Ba-Basta, no podré soportarlo una noche Yamato, no tengo remedio –dije tratando de contener mis deseos por él, me presionaba fuertemente el pecho, me sentía mal,no podía obligarlo a olvidar a Ukyo, no podía- Akise, ¿De verdad quieres hacerlo? –Asentí- Oh vaya, no sé qué vayas a decir, pero... –dije riéndome. Yamato me tomó de la muñeca y me subió al auto, condujo varias calles hasta que nos topamos con una casa, pequeña por afuera, pero al abrir la puerta era inmensa, entramos, Yamato cerró la puerta de un portazo cuando ya estábamos dentro y me condujo escaleras arriba- ¿A dónde me llevas? –le dije, Yamato me calló con una mirada penetrante, me tiró a la cama, sus piernas inmovilizaban las mías, mis manos estaban inmóviles, arriba de mi cabeza Yamato las sostenía con una sola mano- Si me tras tantas ganas no te importará que haga esto ¿Verdad? –Dijo metiendo su mano dentro de mis bóxers, sentía como comenzaba a ponerme erecto- Ba-Basta Yamato... tú no quieres hacer esto conmigo, y no quiero hacerlo a la fuerza –le dije incómodo- ¿No? ¡Tú qué sabes! –Lo miré- Tú estás enamorado de tu pasado, no lo haré, no estoy emocionalmente listo, tú todavía no lo has superado, y yo no te puedo obligar a olvidarlo –le dije entrecortado, traté de cubrirme la cara, me sentía sucio, me sentía como un traidor- Dejé mi pasado hace un par de años Akise, aún lo amo, pero ahora es un recuerdo, eso no me lo va a devolver –dijo Yamato dedicándome una sonrisa triste- No voy a ser la segunda opción de nadie –le dije tratando de zafarme de las manos- No eres mi segunda opción Akise –Yamato me miró a los ojos- ¿Qué soy entonces? ¿Un sustituto? ¿Un reemplazo? –Yamato sonrió- Son sinónimos los últimos dos, pero no, nada de eso, Ukyo fue alguien especial para mí, pero está muerto, así que... Eso ya quedó en el pasado, ahora, trato de comenzar desde cero, ¿Sabes? No ha sido nada fácil, es como tratar de agarrar el viento, como si... como si quisieras traspasar la pared, así se siente, pero no puedes, por eso te sientes impotente e inútil –miré de nuevo a Yamato- Yamato... Lo siento no sabía que te sentías así –Yamato no me miró, en cambio se inclinó a mi oído- Quiero hacerlo contigo, pero solo si me lo permites –su cabeza estaba recargada en la cama, cerca de mi cuello- Apestas a alcohol –le dije sonriendo- Lo sé, ¿Eso es un sí? –me miró, simplemente le sonreí- Entiendo, tú también apestas a alcohol por cierto –se quitó la camiseta, tenía una rajada delgada cerca del ombligo, todavía se marcaban las puntadas- ¿Qué te ha pasado? –Le dije- Tuve un accidente en el auto, un vidrio pequeño se me atoró, entonces tuvieron que sacármelo, no fue nada grave, pero sí requerí puntadas –Yamato me quitó la chamarra, toqué su herida, se veía blanquecina, era una línea delgada- Supongo que se quedará ahí de por vida –dijo sonriéndome, me subió la playera, dejando al descubierto mi torso, se acercó a mí y me besó tiernamente, mientras me quitaba la playera, se despegó un momento de mis labios para tirar la prenda al suelo, de nuevo me besó, recargando su mano en mi pecho, comenzó a bajar su boca hasta mi cuello- Estoy nervioso –dije sonriéndole- Oye... -dijo Yamato- Mande –dije sonriéndole- ¿Podrías callarte? –Yamato sonrió al ver que mi sonrisa desaparecía, bajó su mano a mis pantalones, desabrochándolos, bajando un poco mi ropa interior y dejando al descubierto mi pene, solté un pequeño gemido- Así está mucho mejor –Yamato me quitó los pantalones, dejándome solamente con la interior a mitad de las pantorrillas, se mordió el labio- Justo ahora estoy en una pelea entre culpa y remordimiento –lo mire ansioso- Tómame, soy tuyo –le dije sonriendo, sentía las mejillas ardiendo- así no te matará ni la culpa ni el remordimiento Yama –me besó, no me dejó acabar, sentía que en sus labios se formaba una sonrisa, su boca pegada con la mía, su lengua entrando en mi boca, arrastré mis manos hasta su nuca, sonreí mientras nos besábamos- Si lo hago te dolerá, ¿Es tu primera vez no? –Asentí- ¿Importa? Además... La primera vez siempre duele –dije, él sonrió- Bien –dijo quitándome lo que faltaba de ropa- Lámelos - dijo tendiéndome dos, le hice caso y después sentí como me metía sus dedos de uno por uno, sentía vergüenza, demasiada para mi gusto, dentro de mí estaban los dos dedos de Yamato moviéndose, ya me estaba acostumbrando cuando los sacó- Ponte en cuatro –negué con la cabeza- Me es más fácil entrar así –me sonrojé- Pe-Pero, es vergonzoso –Yamato me acarició la mejilla- Estás solamente conmigo, nadie más te verá ni te oirá, lo prometo –me sonrojé aún más y me puse en cuatro, me sostuve de las sábanas, sentía que algo frío entraba en mí, y después algo caliente- Esperaré a que te acostumbres y después me moveré –traté de no ver a Yamato, estaba tan avergonzado que solo miraba las sábanas, de pronto sentía como Yamato se movía, un dolor punzante me atravesaba, me movía adelante y a atrás, Yamato me agarraba de las caderas, un rato después las embestidas comenzaron a ser más veloces y más violentas, no podía contener los gemidos, ahora lo único que sentía era placer, quería más- Aaah, Yamato, ah, ah, más fuerte –Yamato me seguía embistiendo fuertemente- Ngh, ah, ah, Hummm... -sentía que pronto me correría, pero Yamato seguía embistiéndome- Voltéate –me dijo, yo me giré, ahora yo estaba acostado y él me tomaba de los muslos- Ah... Yama... Me voy a –no me dejó terminar, de nuevo me besaba, sentí como su dedo evitaba que saliera todo el líquido, sentía que no resistiría más- Todavía no puedes correrte –su mirada era penetrante, pero sexy. Yamato comenzó a masturbar mi sexo, sentía un dolor enorme, comencé a llorar- Yamato... aaah, basta, ya –Yamato me soltó y me corrí al momento, sentí un gran alivio, de pronto Yamato aumentó el ritmo, cada vez llegaba más al fondo de mí, lo podía sentir, hasta que sentía como terminó dentro de mi- Lo siento –dijo besándome, yo negué con la cabeza, después de aquello me sentía débil y sentía todas las caderas adoloridas, me dolía el trasero, no me podía levantar- Lo siento, te he hecho daño –dijo Yamato, yo estaba recargado contra su pecho, respirando trabajosamente- No... bueno, tal vez un poco –sonreí, sus manos recorrían mi cabello- Voy a la cocina por medicina, para que se te baje el dolor –negué con la cabeza- Así está bien, ¿Crees que mañana pueda caminar? –Yamato se rió- Lo dudo, supongo que mañana tendrás que ir en silla de ruedas –se bufó- Calla, eso es una mentira, estoy bien, sí puedo caminar –me levanté de la cama, pero, así como me había levantado caí- ¿Lo ves? Soy de los que cuando tienen sexo no se contienen, además, tienes que darte un baño –asentí- No quiero tener semen en el culo –me reí- Vaya que eres grosero para hablar –alcé los hombros- Grosero y todo, te apuesto a que te encantó –Yamato me llevó al baño, abrió la tina y me lanzó a ella- Supongo que... tal vez un poco –abrió la llave del agua, estaba helada, él echó a correr- Haaaa, ¡Serás! –le grité desde la tina.

Esa fue mi primera vez y la primera noche que pasé en casa de Yamato, después de ducharme y vestirme con uno de sus pijamas nos quedamos abrazados, así dormimos toda la noche...

En casa de Kei 2:30 am

-Humm... ¿Qué estará haciendo Yamato ahora? –Supuse que estaría dormido- ¿Debería llamar a Akise? –negué con la cabeza- Debe estar en una fiesta –escuché a Flourence llegar con su novio, me puse los auriculares, cuando llegan esos dos en la madrugada no es para dormir, así que quería ahorrarme el trauma de escuchar los gemidos ajenos, me puse los audífonos y cerré los ojos- Buenas noches Aoi...

Casa Watabi 9:50 pm

-Deberías cenar Kei, últimamente no te has alimentado bien –dijo mi tía, negué con la cabeza- Hoy dormiré temprano así que no quiero que nadie me moleste, ¿Vale? –subí a mi habitación y me cambié, me puse un pantalón de franela y me quité todo lo que llevaba arriba, me metí en la cama y apagué la luz, estaba cansado, hoy había sido el día más tedioso de mi vida, y no me iba a quedar de manos cruzadas con la decisión de mi padre, haría algo para cambiarlo.

Miré mi ahora rubio cabello y sonreí- Buenas noches cariño...

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