Capítulo dedicado a Selena_NGonzalez por su interés en la historia. ¡gracias por los votos y el comentario, espero que te esté gustando la historia!
Yo me encogí de hombros, tiritando; no tuve otra manera de reaccionar al escalofrío que me había congelado por completo en ese instante.
Estube a punto de pedir que lo repitiera de nuevo.
- ahora, anunciaré los que batallarán en segunda fila.- dijo el hombre.
...
- WOLGAX EVANUFGATH... Emmm... ¿La Srita. Evanufgath está en la sala?
Hona, a mi lado, se levantó.
- Señor, la Srita. Evanufgath a tenido problemas para venir, pero le puedo asugurar que le será comunicado.
- bien, prosigamos...
...
- DRAY HARDSON
- HONA LEADS.
Yo miré de reojo a la recién nombrada, esperando un suspiro tembloroso por su parte o alguna expresión de preocupación; pero, nada. Permanecía quieta y segura.
- SALLY MERSSAIN
- RON WALLS.
Un impulso involutario me ordenó levantarme y gritar la futura traición de Ron, pero, mi cerebro, logró frenarme y decirme que ese no era el mejor momento.
- ALAINE VERITHEN.
- y, por último, contamos con la protección de los guardianes de estos. Los que no habeís sido nombrados, simplemente colocaron detrás de las dos filas y cuidad que nadie les haga nada por la espalda. Dicho esto... La reunión queda finalizada.
Yo solté todo el aire que llevaba dentro, de forma entrecortada, y me levante del asiento a la vez que el resto de la gente.
- creía que no te nombrarían...- le dije apagadamente a Hona.
- dá igual. Yo solo quiero que esto acabe de la mejor manera posible...
Un pasillo nos llevó a la puerta de salida, donde me estaba esperando Vitality, apoyada en la pared, junto a Lobo, todavía con su forma humana.
- gracias por traerla e informarla.- les dijo a Lyle y a su hermana. Después me miró a mí.- debí esperarte. Lo siento.
Yo negué con la cabeza, quitándole importancia.
- estoy cansada, ¿podemos irnos?- pedí a mi amiga de pelo largo y rubio.
Ella asintió sin vacilar ni dudar.
- Milenium estará al llegar. Si estás cansada, no quiero llevarte andando todo el camino hasta casa.
Yo no moví ni un solo músculo de la cara.
Al rato escuché un golpe suave detrás de mí; dí media vuelta y, allí estaba, mi hermoso amigo el Extarida, el cual nos había sacado de bastantes apuros en tan solo un día.
*- Hola, Mile.*- saludé.
*Hola. ¿qué ha ocurrido? ¿ya os váis a casa?*
Yo reí de forma sarcástica.
*- Digamos que mi fiesta no ha sido un tremendo éxito*.
El animal levantó su barbilla, metálica y dura.
*bonito collar. ¿es un regalo?*- preguntó.
Yo asentí, envolviendo con el puño de la mano izquierda la pequeña jaulita del colgante.
*- Cortesía de la pequeña Emma*
*¿la sobrina de Ron Walls?*
*- Exacto.*
Yo giré la mirada, tan solo pensando en lo que contadas personas sabíamos sobre la verdadera identidad de Ron.
Decidí finalizar esa extraña conversación a través de los pensamientos por mi propia cuenta, y me dirigí a Vitality.
- Vámonos, por favor. Ha sido un día de muchas emociones...
Ella asintió a desgana, algo decepcionada por el tremendo fracaso en el que había acabado aquella fiesta que con tanta ilusión habían preparado. Buah. Mierda. Me empecé a sentir culpable por estropear mi propia celebración.
Mi amiga se subió a lomos del guardián, y me extendió la mano. Yo negué con la cabeza. Ya me había acostumbrado a montarme en aquel tremendo ser, a pesar de su respetable altura, para un desconocido, algo intimidante.
Hice fuerza con las manos, y logré subirme, al fin sin problema.
El Extarida ascendió, esta vez sin cuidado, pero con hábil rapidez.
Yo me limpié una lágrima que se me escapó, ante mi retenimiento, el cual yo creía fuerte antes de llegar a aquel lugar.
- ¿Vitality?
Ella giró un poco la cabeza para mirarme de reojo.
- dime.
- esto es muy extraño. Es como... Estar soñando dentro de una pesadilla. Todo lo que pasa, está fuera del alcance de tanta belleza dentro de la propia destrucción... Es... Como... Estar en una burbuja, aislada, pero en medio de un campo de batalla.
Ella volvió a llevar la vista al frente.
- ojalá hubieras venido en esa época en la que todos formábamos esa burbuja de la que tú hablas... En la que no había nada más que tranquilidad.
Yo reí.
- bueno... Tranquilidad, dentro de lo que es esto.- dije riéndome un poco a la fuerza.
No dijimos nada más hasta llegar al porche de la casa de la chica, donde Milenium desapareció de nuevo, hacia donde nadie sabía.
Una vez dentro de lo que durante un periodo de tiempo sería mi "hogar", me senté en un pequeño sofá color azul pastel que había en una esquina de mi habitación, apoyé una pierna sobre la rodilla de la otra y me descalcé.
Después me encerré en mi vestidor, bajé la cremillera que cerraba la espalda del vestido y todo lo rápido que pude me puse lo más cómodo que encontré para dormir.
Después, ya en "pijama", me asomé al salón, donde estaba Vitality sentada en el sofá.
- hasta mañana.- dije.
Ella agitó la mano, con una sonrisa, pero sin enseñar los dientes.
Miré hacia sus pies, frente a los que estaba tumbado y dormido Lobo, ya transformado en gato.
- ¿ha venido andando?- pregunté señalándole.
- corriendo. Es muy rápido.
- ah. Ya...
Yo señalé a mis espaldas con el pulgar.
- me voy a la cama.
Apagué la luz antes de tumbarme en la cama. Siempre lo hacía cuando estaba en casa, era una de mis muchas manías. La mayoría de la gente, cuando se vá a acostar, apaga la luz en el último momento; algunos porque les gusta la luminosidad, otros porque ya tienen la costumbre de hacerlo en ese orden, otros muchos por miedo... Pero, a mí me gustaba la oscuridad, que los ojos se fueran acostumbrando a los fondos negros para poder estar a gusto durante esos pequeños ratos en los que abres los ojos en mitad de la noche.
Al principio, tuve calor, y no me molesté si quiera en cubrirme los pies con el edredón; pero, sobre la 1:25 a.m. Aproximadamente, mis oídos solo percibían el fuerte silbido que el viento producía al otro lado del grueso cristal que cubría todo el techo de mi habitación.
- ¿LENA?- susurré lo más bajo que pude para no despertar a Vitality y a Lobo.
*siempre aquí.*- escuché en mi cabeza.
*- si voy a dormirme y a soñar, prefiero que sirva de algo. Necesito obtener más información, la batalla puede ser dentro de tres días como bien dijo Lorraine, o incluso mañana si sus palabras son falsas. Métete en mi cabeza. Por favor.*
*Brianda, no te tortures. Descansa. Es una orden*
Yo parpadeé y volví a abrir los ojos, esta vez de forma menos suave y de un tirón.
*- LENA, no lo entiendes. No podré descansar sin saberlo*
*Sí puedes. Yo puedo hacer que duermas, si eso es lo que necesitas.*
Yo negué con la cabeza, produciendo un sonido de roce entre mi pelo y la almohada.
*- no. No es lo que yo quiero.*
Noté un soplido sobre mi rostro.
*Brianda, no siempre lo que quieres y lo que necesitas son términos que van de la mano, y hay que saber dividirlos. Yo creo, que en este caso, debes hacer caso a lo que tu corazón dice que necesitas.*
*- mi corazón me dice lo que deseo. No lo que me hace bien.*
*te equivocas. Él dirá lo que tú quieras. Ah. No sé como explicártelo. Solo sé decirte que tus pensamientos y tus latidos nunca estarán de acuerdo, y si lo están, es un milagro, no los ignores.*
Yo reí flojamente.
*- ¿cómo hemos pasado de hablar de mi descanso a lo que mis órganos vitales piensan?*
*todo está enlazado*
Yo intenté volver al tema que a mí más me interesaba.
*- por favor. Solo te pido una visión corta. Solo para saber lo que pasa.*
Esa fue mi última frase hasta el día siguiente. Sentí pequeñas motas de polvo caer sobre mi cara, disolviéndose en mis mejillas y en la punta de mi nariz. No me ví capaz de hablar, sentía el cuerpo pesado, casi muerto; mis párpados se convirtieron en flores marchitas que calleron levemente. Sin darme cuenta, me quedé dormida.
LENA, era mi guardiana, mi protectora. Pero, según Vitality, ella no tenía por qué obedecerme si no quería; asi que no pude rechistar, tan solo por orgullo y comprensión.
Estaba dormida, pero sin soñar; solo me imaginaba un espacio en blanco.
Esa noche me sentí como la "Bella durmiente"; estaba con los ojos cerrados fuertemente y con la mente apagada, pero sabía perfectamente lo que ocurría alrededor de mi adormilado cuerpo, y reconocía todos los sonidos que profundizaban más y más dentro de la habitación.
Me sentía sola. No sabía por qué, pero así era. Toda mi vida he estado acostumbrada a soñar con Auritumland, y ahora que estaba allí, no podía tener visiones mientras dormía. Sentía mi mente vacía y solitaria; en esos últimos ocho años, estube rezando con que mi don desapareciera, poder dormir sin tener que entrar en el mismo deja bú de siempre, y, esa noche me dí cuenta de que en realidad lo que más deseaba era poder ver todo aquello que quisiera, como antes hacía.
Mis pensamientos se sentían solos, por completo, y, sobre todo, con la necesidad de plasmarse en algo.
En mi cabeza intenté recrear un sueño que fuera lo más parecido a una de mis visiones, pero no era igual. A las escenas de mi propia cosecha las faltaban realidad, a la vez que ingenuidad de mente infantil. Porque, en el fondo, ese mundo que yo había creado, era eso: pensamientos de la mente de una niña de 10 años, un conjunto de ideas que para mí a esas alturas podrían ser inútiles, pero que en la infancia son grandes proyectos.
No. Para nada era igual. Yo me imaginaba todo demasiado bonito, me basaba en las visiones de antaño, de cuando yo todavía tenía los once años recién cumplidos y la dimensión había comenzado a crecer; esa etapa en la que había más humanos que animales míticos, y no existía tanta variedad de piedras y cristales.
Todo era hermoso. Era agradable recordar momentos tan jugosos, antes de que llegaran los agridulces.
Decidí continuar con mi sueño falso, tan solo por tener algo en lo que pensar, y olvidarme de lo que realmente quería tener en mente en ese momento.
CON LO QUE SOÑABA PENSAR:
«La mayoría de edificios estaban en construcción, solo unos pocos estaban acabados.
Mi campo de visión se basó en la entrada de una pequeña casa muy acristalada, parecida a una que ví que colindaba con la de mi amiga de la larga trenza de espiga.
Allí estaba una señora con un vestido con el torso blanco y cosido a ganchillo, y la falda larga, poco abultada y color granate. La mujer tenía una larga melena lisa y castaña, recogida en un moño alto. Estaba hablando con una mujer mucho más joven que ella; que tenía el pelo del tono más puramente rubio que había visto jamás. Lo llevaba alisado, cortado a capas a la altura del cuello. La daba un aire sofisticado y serio; pero, al ver la sonrisa en su rostro mientras conversaba, me dí cuenta de que la había etiquetado mal.
Me percaté de que la joven del pelo corto llevaba a alguien cogida de su mano izquierda... Alguien que desde mi perspectiva se veía tapado por el cuerpo de la señora. Entonces, la persona desconocida, avanzó un paso, y pude ver que se trataba de una graciosa niña que aparentaba tener unos 10 u 11 años. Su cabello era largo y albino, perfectamente hondulado. Su divertida sonrisa destacaba en su blanco rostro; sus labios finos graciosamente arqueados, y su perfecta dentadura blanca... Algunos dientes de leche y otros definitivos, salvo por un pequeño hueco de diente recién caído que le quedaba en el sitio del colmillo de la fila de abajo.
Entonces mi mente profundizó recuerdos. Miré la nariz respingona de la niña y su inigualable cabellera casi blanca, y me percaté, finalmente. ¡la niña era Vitality! ¡mi sueño no era una idea, era el recuerdo de una visión pasada!
¿cómo había ocurrido eso? ¿era obra de LENA, la que hacía un rato me había dormido a la fuerza? »
No podía despertar, me peleé con las sábanas toda la noche intentando abrir los ojos, hasta que logré despegar mis párpados ante las primeras luces de la mañana del día siguiente.
NOTA DE LA ESCRITORA:
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¡espero que hayáis disfrutado del especial! Como ya dije en el anterior, intento rellenarlos de intriga y nuevas noticias para aquellos lectores que empezastéis desde la dedicatoria y seguís leyendo con emoción cada párrafo. No hay nada que haga más felíz a una escritora que a sus "amados lectores" les gusten sus ideas.
Y, ya, antes de que comentéis y retiréis los votos por la ETERNIDAD que he tardado en escribir este capítulo, es porque cuesta mucho exprimir ideas para un libro que lleva ¡nada más y nada menos que 20 caps.! Entended que las ideas se van agotando y que según vayamos avanzando (tanto para vosotros leyendo que para mí escribiendo), cada vez es más difícil engancharos y sorprenderos, pero... ¡tranquilos que yo tengo mis guiones y la historia seguirá como hasta ahora: viento en popa!
En fín, me callo ya y os dejo con el avance del capítulo 21.
AVANCE DEL SIGUIENTE CAPÍTULO:
Abrí los ojos despacio, dejando flotar las pestañas como barco en el mar.
Me encontré boca arriba, con la mano izquierda sobre el estómago. Poco a poco, fuí recogiendo las piernas y sacándolas del colchón, después levanté el torso.
Me quedé mirando al suelo, con la cabeza gacha.
No me hacía falta LENA para tener visiones del pasado Auritumland, mi mente podía estrujarse como una esponja y sacar todo el jugo de los recuerdos. Pero, aún así, yo no era la más lista del mundo, ya que seguía sin saber nada del presente ni del futuro.
¡ha! Y para mi desgracia, adoraba, AMABA, el saber lo que pasaba. Pero, me decepcionaba el después pensar en como solucionar lo que ocurriese.
En mi mundo, en mi dimensión, yo me creía inteligente. Pero, allí, me sentía la más idiota del lugar. Todo tan avanzado, menos mis conocimientos. Y los más irónico: todos creciendo a un ritmo extremadamente lento, y envejeciendo de una manera invisible; menos yo, que me aviejaba poco a poco, pero de forma notable.
Me levanté de la cama despacio, como si fuera una rígida muñeca sin cintura. Abrí la puerta y me encontré al pequeño minino a mis pies... Al menos, era una aviejada querida por todos. Por casi todos.
¡y hasta aquí el especial! Recordad votar y comentar si os a gustado y seguir disfrutando.
¡nos vemos!
Fdo: ALMA VÁZQUEZ