Pasaron unos cuantos de meses. El tema de Viktor y mi padre quedó zanjado. Empezamos a estudiar a tope para los exámenes finales, porque ya se estaban acercando. Y con ello, el 'adiós' a Sweet Amoris. Sucrette estaba muy nerviosa por lo que podía pasar. También se sentía muy estresada por no tener el tiempo suficiente que necesitábamos.
Sucrette: Nath, te quiero hacer una pregunta -asentí- ¿a qué vas a dedicarte cuando todo esto acabe?
Iniciamos una conversación.
Nath: Mmm...La verdad es que no tengo una meta fija. ¿Y tú?
Sucrette: A mí me gusta lo que estoy haciendo ^^. Pero supongo que no me llevaré toda la vida con éste trabajo. Así que seré...¡Profesora de guardería!
Nath: ¿Profesora de guardería?
Sucrette: ¡Sí! Siempre me ha gustado estar en compañía de los pequeños. ¿Por qué no? -sonreí
Nath: Hay que estudiar mucho para eso, mi amor.
Sucrette: ¡No me importa, Nath! Yo sé que puedo. -hizo un gesto de valentía, lo que me causó que soltara una risita
Nunca hemos hablados de éstos temas. Pero me da nostalgia que piense en nuestro futuro juntos.
Sucrette: ¿Y tú? ¿Por qué no te dedicas a escribir?
Nath: ¿Dices, de ser escritor?
Sucrette: ¡Sí! Te apasiona la lectura y te encanta escribir Nath. ¿Por qué no?
Nath: No es mala idea, pero...Me vas a tener que prometer algo.
Sucrette: ¿el qué?
Me dieron ganas de verla sonrojar una vez más. Así que me acerqué a su oído.
Nath: Prométeme que nuestro bebé se cuidará en tu guardería. -una risita se me escapó
Sus mejillas empezaron a tomar color.
Sucrette: ¡P-Por supuesto que sí! -reímos a la vez
Llegó el día de la graduación. Estábamos muy nerviosos, pues habíamos hecho muy buenas migas en Sweet Amoris y nos daba pena que cada uno siguiera su camino. Al llegar, el lugar estaba repleto de gente. Habían abierto las puertas a los padres y a los familiares de los alumnos, pero los de ella no estaban allí.
Sucrette: Que raro, ¿verdad Nath? Yo les avisé ayer...-tomó su teléfono y empezó a llamarlos
De mientras, mi mirada se perdía en mi queridita 'hermana' que me había hecho estado ignorando todo éste último curso, como si de un fantasma me tratara. Sus tìteres, me comenzaron a mirar de arriba abajo con asco. Agh.
Sucrette: Nada...No lo cogen, Nath. ¿Nath? ¿Qué miras?
Nath: A unas lagartas.
Sucrette: Es nuestro último día aquí, Nath. No le eches cuenta a esas arpías. -me tomó de la mano y fuimos a la biblioteca
Nath: Voy a extrañar éste sitio.
Sucrette: Yo también. Siempre ha sido muy tranquilo y a acogedor -me tomó de la mano y comenzamos a dar vueltas por todas nuestras clases
Nath: No puedo creer como ha pasado todo tan rápido...Parece que fue ayer cuando te conocí en la entrada. ¿Te acuerdas?
Sucrette: Que nostalgia...Me acuerdo de cuando le pregunté a Castiel si él era el delegado principal -reímos
Nath: ¿en serio? ¿Cómo pudiste creer que un tipo chungo como él podría ser alguien tan caballeroso como soy yo? -comenzamos a recordar y a reírnos
Sucrette: Es hermosa ésta sensación, ¿verdad? -asentí
Nath: sí que lo es.
Nos miramos y nos dejamos llevar por la emoción. Nuestros labios estaban a centímetros de besarse, pero una voz nos interrumpió.
XxX: ahh, ¡así que aquí estabais parejita!
Sucrette: ¡Wow, Cris! ¡Qué alegría verte! -lo abrazamos
Nath: ¿Han venido mis suegros también? -rió
Cris: ¡están en un pequeño bar que acaban de abrir ahora mismo aqui al lado! Venid -nos tomó de la mano y nos llevó hasta el lugar
Era una mini barra, porque al parecer iba a haber una fiesta después de la graduación.
Sucrette: ¡Hola, mamá! ¡Hola, papá! -los abrazó
Nath: Buenas -les di un beso a cada uno
De repente un megáfono comenzó a sonar e hizo que todos nos sobresaltaramos.
Directora: Todos al gimnasio por favor.
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