Let her go // Marco Reus

By -blumerexs

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Marco Reus no pensaba que dejar ir a una chica que pensaba que era igual que todas fuera el peor error de su... More

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epilogue

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By -blumerexs

–Pensé que la había reconocido por lo de la sesión de fotos, pero luego me di cuenta de que no era solo eso– agregó–. ¿Por qué actúan como si nada?

–Porque no pasó nada– dije amargamente–, al menos no para ella.

–Vale, no estoy entendiendo del todo– negó confundido y se acarició la barbilla tratando de descifrar el código.

Le conté la historia, casi llena de detalles: como la conocí, me empezó a gustar, conseguí mi objetivo, fui un idiota, tuvo un accidente, perdió la memoria, regresó a Dortmund y me enteré de que su hermano era uno de mis nuevos compañeros de equipo. La historia sonaba loca, sacada de un libro.

–Mierda– silbó sorprendido–. ¿En serio fuiste tan idiota?

–Sí– suspiré–, fui el peor idiota posiblemente existente de este planeta. La hice añicos como se me dio la regalada gana, y lo peor es que no creo que haya cerrado el capítulo todavía.

–La amas– entrecerré los ojos y me dio escalofríos tan solo escuchar la conjugación indicativa presente en segunda persona del verbo con «a».

–No.

–No era una pregunta– guiñó un ojo sonriendo socarronamente–. La amas y lo sabes, por eso estás tan aterrado.

–¡No la puedo amar! ¿Cuánto tiempo estuve con ella? ¿Un par de semanas?

–Primero: me dijiste que la perseguiste mucho antes de que accediera. Segundo: el tiempo a la hora de amar es sobre calidad, no cantidad.

–Eso es demasiado cursi para mí– alcé una ceja y rió.

–Es demasiado cursi para todos nosotros... hasta que nos enamoramos.

–Honestamente, no quiero hablar sobre... eso– negué con la cabeza y me crucé de brazos.

–¿Hasta a la palabra le tienes miedo?– sonaba divertido.

Aún si soltó un par de bromas cada diez minutos, no tocó con mayor profundidad el tema, lo cual agradecí profundamente, ya que no quería hablar al respecto. Seguimos conversando de temas triviales y nos pusimos al día con nuestras vidas. En dos años habíamos cambiado, sobretodo yo, y creo que para mejor.

Cuando llegó la hora de despedirnos nos dimos un fuerte abrazo fuera de su casa, me fui a la mía con una sonrisa plasmada por haber recuperado la amistad de Mario. Jenell estaba sentada en el sofá con una cara de estrés sorprendente para cuando llegué.

–¿Qué ocurre?– pregunté confundido lanzándome al sofá.

–Me despidieron– suspiró–. Mis planes de irme a vivir sola se fueron... sí, a la mierda.

–No te desanimes, no hay apuro– ahora era ella la confundida.

–¿Puedo saber el porqué de tan buen humor, Marquito?

–Hice las pases con Mario, y demonios, se siente como si me hubiera sacado dos kilos de encima que llevaba cargando desde hace tiempo– suspiré aliviado.

–Me gustaría hacer las pases con mi hermana, pero es una maldita perra envidiosa y realmente la odio la mayor parte del tiempo– gruñó–. Digo, la amo, obviamente, nacimos de la misma mujer y crecimos juntas, obviamente la amo un montón, pero ella no era así antes y extrañó su vieja versión.

–¿Qué le pasó?– pregunté con curiosidad.

La verdad no me importaba en lo más mínimo esa Zoe desde la noche en que la otra Zoe tuvo el accidente, principalmente porque la culpaba de lo que pasó ese día, pero ella no tenía la culpa de que yo fuera un idiota.

–Muchas cosas– suspiró, y sube que sería mejor que no ahondara en el tema–. Ahora, ¿alguna idea de trabajo al que pueda aplicar?

–¿Por qué no hablas con Gustav para que te dé un trabajo de barwoman en su bar?

–Es una idea decente– asintió–. Como sea, necesito olvidar eso un poco, ¿y si nos vamos de fiesta?

–¿A dónde?

–Creo que Marc planeaba una fiesta– fruncí el ceño.

–¿Y por qué sabes tú eso y yo no?– se encogió de hombros.

–Ni idea, quizás eres demasiado despistado.

–Probablemente– asentí.

Se tomó unos diez minutos en alistarse. Jenell era esa clase de chica: se demoraba el menor tiempo posible en maquillarse y vestirse, y estaba eternamente agradecido por eso, aunque a ratos se me hacía molesto que ella fuera la que me apresurara a la hora de salir. Según ella me tomaba demasiado tiempo con mi cabello.

Llegando a la casa de Marc me puse un poco nervioso, dándome cuenta de que Zoe podría estar allí, o también el caso contrario, porque si no me ponía nervioso porque estuviera me decepcionaría porque no estuviera.

–Estás totalmente pensando en Zoe– se burló mi acompañante–. No te estoy juzgando, si es lo que piensas... en una escala del uno al diez, le doy un noventa.

–No necesito que la evalúes, gracias– rodé los ojos y rió.

–¿Qué más da? Según tú no soy una competencia apta, ¿no?

–Supongo que tienes razón– asentí y nos bajamos del vehículo.

¿Cómo demonios no me había enterado de la fiesta de Marc si era tan jodidamente masiva? No parecía la fiesta de proyecto x ni mucho menos, pero vaya que la música sonaba fuerte y que había bastante gente.

–Necesito un vaso de lo que sea– agarró el primer vaso que encontró y lo bebió en un solo trago–. Demonios, hasta eso me sale mal, era agua.

–Tu suerte es peor que la de Sansa Stark– negué con la cabeza riendo.

–¿Por qué haces tantas referencias a Juego de Tronos? No sabes nada, Marco Reus– ambos soltamos una carcajada.

Por cosas como esas apreciaba tanto a Jenell. Creo que me comprendía un poco más que nadie, ya que teníamos pasados similares. Además, no temía decirme cuando estaba siendo un idiota de primera.

–Repito, un cien– silbó y volteé a ver lo que ella estaba observando.

Joder.

¿Cómo hacía para verse tan bien todo el tiempo? No cabía duda que Zoe Jenssen quería volverme loco, o ni siquiera eso, era totalmente natural que volviera loco a cualquier hombre, y esta nueva versión suya sabía de sobra que lo lograría.

–¿Marco? No esperaba que vinieras– sonrió coquetamente y depositó un beso bastante cerca de mis labios. Eso me decepcionó un poco.

–No tenía previsto venir, me enteré hace un rato que Marc planeaba esta fiesta– me encogí de hombros.

–Yo le pedí que la hiciera, quería despejar un poco la mente, en unos días tengo que viajar a New York por mi trabajo.

–¿Trabajo?– asintió.

–Voy a modelar por un par de meses, hasta Septiembre, cuando entre a estudiar.

–¿Te gusta modelar?– Dios, necesitaba saberlo.

–Siendo sincera, no mucho, pero da una buena paga y es flexible, tampoco es monótono– asentí con la cabeza.

Me aliviaba un poco que no disfrutara de eso, aunque no tenía el derecho, lo sabía a la perfección.

Pasamos un par de horas hablando, me tomé mi tiempo para conocer a la nueva Zoe, y aún si había cambiado tanto, no podía evitar sentir que tenía la misma esencia, supongo que porque era la misma persona, solo con algunas modificaciones.

Cuando iban a dar las dos de la mañana, la música se detuvo de golpe y todos empezaron a chismorrear sobre algo que veían en sus celulares. En serio, parecía una maldita secundaria estadounidense.

–¿Qué mierda?– pregunté, Zoe se encogió de hombros.

–Marco, creo que vas a querer ver esto– Jenell, quien se había distanciado cuando llegó Zoe, se acercó para mostrarme la pantalla de su móvil.

–¿Qué es esto?– fruncí el ceño. Era un titular de la prensa amarilla.

–Ann-Kathrin Brömmel asegura que su novio, el futbolista Mario Götze, terminó con ella para poder estar con otro reconocido futbolista: Marco Reus– leyó Zoe.

–¿Qué?– creo que todos lograron escuchar mi grito.

Esa jodida Ann-Kathrin.

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Decepcionada por el resultado de ayer 😔
A partir de ahora comienza lo bueno MUAJAJA
Ando re inspirada, así que creo que subiré Jueves y Domingos todas las semanas, si no les molesta 😂
PD: Amo a Ann-Kathrin en la vida real, en serio
PD2: ESTAMOS POR LLEGAR A LAS 3K DE LEÍDAS, ME MUERO, LAS AMO
PD3: Si quieren dedicaciones yo feliz 😊

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