A reason to be brave (2.0)

By Ireth_Gaian

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Porque todos necesitamos una razón para ser valientes. PROHIBIDA SU ADAPTACIÓN TOTAL O PARCIAL SIN PERMISO. More

Nota de la autora
Introducción
Prólogo
1. Estrellas que caen
2. Solas, ¿quién dijo miedo?
3. Agua para todos
4. Granny Alice's
5. I feel you, Johanna
6. Feliz cumpleaños, Jo
7. Buena Publicidad
8. Quien seas no cambia las cosas
10. See you soon, Liam
11. Distance
12. What happens with September?

9. One for all and all for one

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By Ireth_Gaian


Narra Ema

Cuando llegamos al local de Alice, esta seguía colgada al teléfono y sonreía como una adolescente de 60 años.

—No sé cómo lo has hecho, pero he tenido que mover una docena de reservas para el día siguiente a la... ¿reinauguración? Dios mío, 33 años en este local y nunca había tenido 30 reservas en 4 horas.

—Bueno, tener a uno de los componentes de uno de los grupos más exitosos del mundo repartiendo publicidad es un buen reclamo. Hemos impreso 1000 panfletos... ahora tendrás suerte si llegas a contar 500 —dije, señalando las bolsas que habíamos dejado sobre la mesa de la cocina.

—Oh, no, el mérito es todo tuyo. Si no se te hubiese ocurrido la idea de los flyers, yo no podría haber hecho nada.

—Vaya, son perfectos, Manu, muchísimas gracias... no sé cómo voy a agradecerte esto...

—Dejando que te ayude a darle un lavado de cara a esto sin darme las gracias. Eso será suficiente. Además, como ya te he dicho, así ocupo el final de mis vacaciones... "en algo que no sea pensar en lo que pasará después". —Pensé— Ellos son Patrick y Piper y también quieren apuntarse a la misión.

—Vaya, chicos, muchísimas gracias... Pero no sé cómo vamos a...

—Tú ocúpate de las recetas y déjanos el resto a nosotros.

—Vaya, la pequeña del grupo va a capitanear la marcha, por lo que veo. —Rió Patrick.

Dicho y hecho, nos pusimos manos a la obra. Mientras Alice, acompañada de Liam, que le daba su opinión, revisaba su "banco de recetas", Piper, Patrick y yo colocamos todo el mobiliario en el centro del local para cubrirlo con plástico. El primer paso sería pintar las paredes y pronto teníamos el color elegido... o mejor dicho, los colores.

Dos días antes de la reinauguración habíamos repartido cerca de 5000 flyers y Alice tenía cerca de 100 reservas cerradas. En 10 días no habría sitio para un alfiler más. Buceando por internet habíamos encontrado el mobiliario perfecto, que consistía en varias mesas y sillas de diferentes diseños para el centro del local y bancos acolchados y más mesas para 3 de las paredes. A propuesta de Liam, habíamos dejado un espacio libre para colocar un escenario... y me olía que pretendía estrenarlo él antes de volver a Londres, aunque no sabía si solo o acompañado.

—Europeos... como cabras, si ya lo sabía yo.

Cuando el último taburete estuvo colocado delante de la barra, los 6 nos dejamos caer agotados sobre uno de los bancos acolchados (que por cierto, eran comodísimos).

—Aun así, esto está un poco vacío, ¿no os parece?—Sonrió Alice, mirando las paredes.

—Lo sé, pero aún no hemos encontrado nada que nos guste. —También en Internet, habíamos buscado cuadros o imágenes para decorar las paredes vacías, anuncios clásicos de refrescos, cuadros típicos de restaurante pequeño... pero nada nos gustaba.

—Yo tengo una conocida que está estudiando Bellas Artes. Si te parece, tu local podría servir como espacio de exposición. Se podría cambiar la decoración cada dos semanas o así, con lo que cada vez el local parecería un poco diferente a la anterior.

—Me parece genial, Piper. Lo que esto necesitaba era gente joven... gracias chicos. Pero hay un problema... No me decido entre recetas. Sigo teniendo miedo, porque ahora lo que vende es la comida rápida y...

—Alice, tranquila. ¿Qué es lo único que hace que la comida rápida sea rápida y por lo tanto tenga tanto éxito?

—¿Qué se fabrica en cadena?

—Exacto. Se fabrica en cadena y pierde muchas de sus propiedades y encanto. Podrías incluir en tu banco de recetas pizzas y hamburguesas hechas desde el principio aquí, en tu cocina. Desde la materia prima, o sea, carne picada y todo lo demás.

—Pero eso lleva mucho tiempo, sería imposible servir una hamburguesa hecha en el acto...

—No me refiero a eso. Podemos hacer los ingredientes, tenerlos preparados y cuando los pidan, montar y listo. Y calentar, si es comida caliente.

—¿No decías que tú solo tenías una buena idea cada año? —Rió Liam.

—Así es, creo que hasta los 30 o 40 no volveré a tener otra.

La mañana de la inauguración estaba todo más que listo. Comida, arte, música y humor, en ese local iba a haber de todo. La comida la pondría Alice, en cuanto a la decoración, cada 15 días habría una exposición diferente de los alumnos de BB.AA y ya estaban reservados los dos meses siguientes. A propuesta de Liam, cada fin de semana podía tocar un grupo, también gratis, allí, y los jueves por la noche habría monólogos, a propuesta de Patrick.

—Chicos, creo que alguien debería hacer de maestro de ceremonias esta noche —dijo Alice, tirada en el césped del parque cercano a su local. Era todo un show ver a una mujer de 59 años y a una estrella del pop tan despreocupados. La gente se había acostumbrado a ver a Liam por allí y ya no causaba el mismo furor.

—Deberías ser tú, Alice. Al fin de cuentas, eres quien mejor conoce el local y quien mejor puede presentarlo.

—No lo creas. Ha cambiado tanto gracias a vosotros que ya no lo reconozco. Y además, yo no soy buena oradora. Me gustaría que fueses tú quien hiciese los honores.

—¿Yo? Pero... ¿qué? —Todos me miraron aprobando la idea de Alice, incluida Ethel, que últimamente estaba muy rara. Se levantaba por las noches, pero me aseguraba que no había tenido un sueño feo.

—¿Tú también quieres que hable yo, pegote? —La cogí y le hice cosquillas. Hacía unos días, Liam le había hecho cosquillas y se había retorcido de la risa. Nunca la había oído emitir ningún sonido, salvo de bebé cuando lloraba, y era todo un placer para mí. Me encantaba su risa. Ella no hablaba porque tenía el área de Bocca, entre otras, dañada: es decir que su cerebro, según los médicos, nunca sería capaz de hacerlo, pero no tenía ningún problema en las cuerdas. Su risa era más que contagiosa y pronto acabamos todos retorciéndonos por el suelo.

—Será que tengo que hablar yo... ¡¡gracias, malas personas!!

Como todos los días, comimos los seis en el local de Alice. Ethel había evolucionado muchísimo. Ya comía casi de todo y era capaz de reproducir más de un centenar de signos y entendía casi todos los que yo le hacía. Además, Alice, Liam, Piper y Patrick también se habían apuntado a aprender signos, pero ellos avanzaban más lento.

—Oh, oh... —dijo Alice, de pronto.

—¿Qué ocurre? —preguntó Liam

—Ocurre que no me había dado cuenta de un detalle... me temo que para esta noche voy a necesitar camareros, pero ya es tardísimo para buscar personal.

—Ejem, ejem... —carraspeó Patrick, adelantándoseme.

—¿Qué?

—Pues que tienes 4 disponibles, Alice, y lo sabes —respondió Liam, ofreciéndose él también.

—Solo si me dejáis pagaros. Ya me habéis ayudado más que suficiente. —Al final, consiguió convencernos.

—Rose y yo podemos ser tus pinches y Piper, Patrick y M que se encarguen de las mesas —propuso Liam.

Repartidos todos los papeles, pasamos la tarde refinando detalles y terminando las cenas (pues los menús estaban cerrados también). A las 7 de la tarde llegó la primera familia. Recogí su reserva y se la pasé a los cocineros, pero dijeron que preferían esperar una hora a cenar. A las 7:30 llegó la chica que inauguraría la pared del local con sus fotografías.

—ANNALIA —chilló Piper.

—Hola Peppers. Vaya, no podías haber elegido un sitio mejor para la exposición.

—Ven, te presento al resto. Ellos son Patrick y Manuela, pero llámala M. En la cocina están Alice, Rose y Liam.

—¿Liam? —Se quedó unos segundos pensativa—. Nah, pasa de mí... hay un rumor de que 1D están aquí en Miami.

—Sí, es un rumor, porque solo está Liam. Ven, te lo presentaremos. —Pasamos a la cocina y la chica se quedó muerta.

—Hola, supongo que tú eres la fotógrafa. —Sonrió el chico—. Hummm... ¿está alguna en venta? Porque he visto una que me encanta y me gustaría comprarla.

—Eh... yo... no... no sé... sí... supongo... ¡Espera! ¿Tú? ¿Quieres comprar una de mis imágenes? Vaya... —Pasado el shock inicial, Annalía se repuso y decidió vender sus obras, si había alguien más que quería comprarlas.

A las 8:30, 10 de las 15 mesas que había reservadas estaban ya ocupadas y sus cenas estaban servidas. Entonces, decidimos que era una buena hora para llevar a cabo mi misión. Había estado toda la tarde preparando un discurso, pero había llegado a la conclusión de que lo mejor sería la improvisación. Me quité el delantal y sacudí mi pelo para que quedara lo más natural posible.

—Vaya, qué guapa. —Sonrió Liam, dándome un micro—. Si no tuviera novia, serías mi chica ideal —bromeó. Decidí no hacerle caso, por si las moscas, pero mi cerebro estaba demasiado ocupado luchando contra los nervios. Salí de la cocina y subí al escenario.

—Buenas noches a todos y bienvenidos a Granny Alice's en esta noche. Hoy es un día muy especial para nosotros porque después de una semana de lavado de cara, Alice abre de nuevo. Granny, ven aquí, no seas vergonzosa. Un aplauso para la creadora de los platos, por favor. —El local estalló en aplausos mientras dos familias más entraban, de las que se encargaron Piper y Patrick. Alice subió al escenario.

—Muchas gracias por acompañarme hoy. Si os digo la verdad, hace una semana pensé en cerrar porque hacía ya unas semanas que no tenía gente, pero gracias al cielo llegó esta personita para ayudarme y ha quedado como ven. Rose, Piper, Patrick, Liam y M me han ayudado como ustedes no se pueden imaginar, así que ellos se merecen otro aplauso. —Dejándome en el escenario a mitad del aplauso, volvió a la cocina.

—Bueno, de acuerdo, lo admito. Eh... —titubeé, al darme cuenta que estaba usando el sistema bimodal—. Perdonen, es la costumbre. Bueno, en esta nueva etapa, el local de Granny Alice no solo tendrá buena comida, sino también buena música en directo los sábados, monólogos los jueves y exposiciones de arte, que se cambiarán cada 15 días. Hoy es Annalía Stone quien inaugura nuestra pared. Annalía, ven que te conozcan todos. —En ese momento, me di cuenta de que Liam estaba haciéndome signos desde la puerta de la cocina. Jaja, estaba en lo cierto: europeos, como cabras. Annalía subió al escenario y los comensales aplaudieron—. Todas las obras que ven están a la venta, si quieren adquirirlas... excepto la que está en la puerta, que ya ha sido comprada. Hoy no hay ningún grupo cerrado, pero si se quedan, estoy segura de que a lo largo de la noche tendremos alguna sorpresa. Bienvenidos de nuevo y disfruten de su cena. —Ya solo faltaban 3 cenas y sus respectivas 3 mesas libres, cuyos ocupantes no tardaron en llegar. Una vez colocados, nos reunimos en la cocina—. Liam James Payne, estás como una cabra.

—¿Por qué? La gente ya se ha acostumbrado a verme revolotear por aquí y no hay fans locas a la vista.

—Allá tú, luego no digas que no te he avisado. —Mientras Alice y Liam afinaban los segundos platos y los postres, los demás nos salimos afuera. Piper y Patrick se encargarían de las mesas y Ethel y yo estaríamos en la barra.

—¿Te gusta esto, Ethel? —Le pregunté.

—"Sí" —respondió sonriendo. Entonces, una pareja entró. Oh oh...

—Hola, bienvenidos.

—Hola, queríamos preguntar si os queda alguna mesa para esta noche.

—Para cenar hoy había que reservar por teléfono, pero veré lo que puedo hacer.—Entré a la cocina y se lo comenté a Alice. Al final, conseguimos poner otra mesa y como había comida de sobra, no hubo ningún problema, pero a lo largo de la noche, la gente llamaba a la gente. Menos mal que solo venían a tomar algo...

A las 9:30, una de las chicas que estaba cenando, se acercó a la barra tímidamente.

—Hola, ¿qué ocurre? ¿Hay algún problema con vuestro postre?

—Oh, no, todo lo contrario, es todo genial. Pero... a ver... mis amigas me han convencido y... —Sonreí al ver cómo la pobre se trababa con sus propias palabras—. Antes has dicho que los sábados habrá música en directo... Yo tengo algún tema propio y...

—¿Te gustaría tocar aquí?

—Eh... sí, pero... sé que todos los locales, a los grupos aficionados, piden un alquiler y...

—Olvídate de ello, eh...

—Olivia, me llamo Olivia.

—Yo soy M. Olvídate de ello, Olivia. Aquí, tanto las actuaciones como los monólogos y las exposiciones se llevarán a cabo por gente aficionada, y Alice lo que pretende es promocionarlos.

—Entonces, ¿son gratuitos?

—Así es. Esta noche no tenemos a nadie... oficialmente, así que si quieres estrenar tú el escenario, es todo tuyo.

—Uf... eso estaría muy bien, pero no tengo mi guitarra.

—¿Necesitas la tuya o puedes hacerlo con cualquiera? Si quieres, claro.

—Eh... ufff...

—Vamos, atrévete.

—De acuerdo. —Sonrió.

—Deja que le pida la guitarra a su dueño. —Entré a la cocina y les comenté a Liam y Alice el tema. Alice estaba encantada de tener la noche completa, y Liam le prestaría su guitarra sin ningún problema. Me la dio y volví a salir—. Toda tuya. Está afinada porque hemos estado esta tarde con ella, pero puedes prepararla a tu gusto. —En la cara de la chica se notaba la emoción, mezclada con timidez—. Creo que el dueño de la... un momento. —Liam me estaba haciendo señas de nuevo—. ¿Qué pasa ahora? —pregunté, volviendo a entrar a la cocina.

—Me gustaría cantar con ella. ¿Puedes preguntarle si se sabe alguno de estos temas? —Me dio una lista y volví a salir.

—Olivia, mira, me ha dicho mi amigo James, el chico de la guitarra, que si conoces estos temas le gustaría hacer uno o dos contigo. —Le di la lista y la chica sonrió.

—Vaya, estas canciones son de grandes... me sé casi todas, pero no sé si me atreveré... Y ¿estás segura que él se atrevería con Cry Me A River? Si es así, yo por mi encantada

—Estoy más que segura, créeme –unos días antes no habría sido tan positiva, pero después de saber "quién era" él, había mirado varios vídeos suyos, entre ellos los de sus dos pasos por la versión original de XFactor... y vaya si se atrevería—. Entonces, ¿le digo que sí?

—Claro. Las que mejor me sé son Something Stupid y Call Me Irresponsible.

—Pues vamos allá. ¿Quieres que te haga una pequeña introducción?

—Lo preferiría —dicho y hecho, nos dirigimos las dos al escenario.

—Buenas noches de nuevo. Como ya saben, hoy no teníamos a ningún grupo cerrado, pero aquí tenemos a Olivia, que seguro que va a hacer las delicias de todos. Todo tuyo, guapa.

—Buenas noches —saludó avergonzada—. Bueno, hoy no tenía previsto esto, pero mis amigas me han animado cuando M ha dicho que no había nadie esta noche —las chicas de su mesa empezaron a aplaudir como locas—... Gracias chicas. Estáis locas y lo sabéis, pero aún así os quiero, y eso también lo sabéis. Después, no tenía mi guitarra, pero me han dejado esta preciosidad... espero tratarla como se merece. Me gustaría compartir con ustedes 4 temas míos. Es la primera vez que canto delante de tanta gente y bueno, espero que los nervios no me traicionen y... espero que les guste.

Al tercer tema, ya todo el local estaba volcado con esa chica. Su voz era increíblemente dulce y las letras de sus canciones, preciosas. Liam ya estaba impaciente por cantar con ella.

—Este será mi último tema y luego el dueño de la guitarra me ha pedido cantar conmigo "Call me irresponsible". Espero tratar ese tema con todo el respeto que se merece. —Cuando acabó, el local estalló en aplausos. Olivia había atraído a 40 personas más y en la barra no dábamos abasto—. Muchísimas gracias. Ahora creo que cantaré con el dueño de esta preciosidad el tema de Michael Bublé "Call Me Irresponsible". Eh... ¿James? —Le hice un gesto de "tú sigue" y ella empezó. Su voz dulce, unida a la cadencia swing del tema, sumió el local en una atmósfera realmente mágica y alguien ayudó a ello bajando las luces. En la segunda estrofa, se le unió Liam, arropado por una salva de aplausos. Era oficial: era un bicho raro. ¿Cómo no le había reconocido a la primera? Al verle, Olivia se puso rojísima, pero siguió cantando en el estribillo. Esos dos habían sido creados para cantar juntos, sí señor.

—Buenas noches a todos —saludó Liam cuando terminaron—. Como bien ha dicho mi compañera M, hoy tendríamos varias sorpresas, y ¿qué mejor que descubrir esta noche a una voz como la de Olivia? Un aplauso para ella, por favor. —Se separó para darle todo el protagonismo y se unió a los aplausos.

—Muchísimas gracias, Liam. No todos los días tiene una el placer de cantar con uno de sus ídolos...

—Bah, hoy soy solo James, tú eres la estrella. ¿Qué, nos atrevemos con Something Stupid? —Olivia asintió sonriendo y le devolvió la guitarra. Pasada la sorpresa inicial, los dos estaban en el mismo plano: el de las grandes voces. Hora y media más tarde acababa la noche, con un rotundo éxito tanto para nosotros con el local, como para Olivia, a quien todo el mundo felicitó.

Cuando todos se fueron, quedamos Alice, Rose, Liam, Patrick, Piper, Annalía, Olivia y sus amigas y yo. Las dos chicas estaban más que emocionadas. La fotógrafa había vendido casi todas sus obras y Oli se había quitado toda la vergüenza y había congeniado muy bien con el inglés.

—Esto... Olivia, ¿tienes una maqueta editada? —le preguntó de repente Patrick.

—Ojalá. Soy negada para la informática y no conozco a nadie que me pueda ayudar con ello.

—Creo que ya lo has encontrado. —Sonreí.

—No comprendo.

—He hecho varios cursos de producción estos últimos años y estoy buscando gente con quien practicar. Tengo un amigo que nos dejaría una mesa de mezclas profesional, o incluso nos podría colar en un estudio.

—Patrick tiene muchos contactos, y pronto se codeará con el mismísimo Simon Cowell, ya lo verás. —Reí.

Una hora más tarde, Ethel y yo estábamos de vuelta en casa. Ya eran las 2 de la mañana del domingo... El último que pasaría con ella, pues el siguiente ella se iría a Santa Bárbara y yo a Londres. No había querido pensar en ello en lo que llevábamos de mes, pero ya era inevitable y me pasé varias horas llorando en mi cama, hasta que el sueño me venció.



¡Hola de nuevo! ¿Qué tal va el comienzo de curso? Yo todavía no he empezado nada, pero no me falta trabajo, jejeje... Espero que quienes empecéis la universidad este año lo hayáis hecho tranquilos. Por experiencia os digo que es mucho peor la prueba de acceso (se llame como se llame) que la carrera. ¿Qué carrera habéis elegido los que estáis en la Universidad? Y los que no, ¿cómo se os presenta Septiembre? Contadmelo en los comentarios... si queréis.

Este capítulo es más larguito, entre otras cosas porque no sé donde cortar muchos de los capítulos, y entre otras porque ayer no subí nada... Pero ya están aquí las 55 visitas totales y dije que subiría entonces el siguiente, así que...

Un reto mayor para el siguiente capítulo... ¿cómo veis 70 visitas totales, 25 comentarios totales y 30 votos totales? Si los consigo, subiré el siguiente capítulo. Si no, pensaré que no os gusta y dejaré de subir...

¡Nos leemos!

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