1. Del cómo descubrí su secreto
Es sorprendente cuántas preciosas horas, minutos y segundos desperdiciamos, sin hacer nada.
Estaba sentada en la cafetería, masticando cuidadosamente mi sándwich y escuchando en silencio a las dos chicas que charlaban en voz alta con entusiasmo sobre sus nuevos zapatos de colección. Aburrida como siempre por sus constantes conversaciones sobre moda, estaba fingiendo que me importaba como si fuera la cosa más fascinante que había escuchado en toda mi vida.
Enviaba unas cuantas sonrisas de vez en cuando, asegurándolas con pequeños movimientos de cabeza como si estuviera escuchando. Se convirtió en un hábito para mí escuchar sus conversaciones sobre moda. Había estado desperdiciando mi precioso tiempo todos los días, una y otra vez. No es que la gente tenga que hablar de cosas significativas e importantes siempre, pero en serio, ¿por cuánto tiempo podrían estar hablando sobre unos zapatos? ¿Acaso estaban hechos de diamantes?
- ¿Aria? – la voz de Iris me hizo cambiar mi atención del bocadillo a ella.
Me miraba con anticipación, esperando una respuesta que seguramente no tenía. ¿Me dejé llevar por mis pensamientos y perdí el hilo de la conversación?
- ¿Sí? – parpadeé un par de veces. Ella frunció el ceño, probablemente dándose cuenta de que no la estaba escuchando. Sonreí disculpándome. - ¿Dijiste algo?
- Te estaba preguntando si tenías planes el sábado – Iris hizo una mueca de forma linda, poniéndome la piel de gallina.
Ella me caía bien, de verdad que sí, pero toda esa cosa de ser una chica buena me estaba poniendo nerviosa. No entendía por qué las chicas tenían que actuar como niñas que aún estaban en el jardín de infantes sólo para capturar la atención de un chico. Definitivamente no entendía por qué ese tipo de acto hacía que los chicos merodearan alrededor de Iris como moscas. Era lo suficientemente adorable sin todos esos actos de niña buena. ¿Era realmente necesario hacerse pasar por una idiota linda sólo para conseguir un novio?
Porque si eso era así, entonces estaba brutalmente claro por qué no había conseguido uno todavía.
- No – volví a comer del sándwich. - ¿Por qué?
- Bueno... - una leve sonrisa apareció en su rostro, inmediatamente me arrepentí de preguntar eso. - ¡Entonces irás conmigo a una cita doble!
Oh.
Oh...
Eso explicaba por qué quería saber si estaba libre el sábado. Por lo general, no estaba dispuesta a pasar el día con otra persona que no fuera su novio, quien al parecer sólo estaba libre ese día debido a su trabajo y universidad. Sí, Iris estaba saliendo con un estudiante universitario, alguien cuatro años mayor que ella. Eso era impresionante, al menos para alguien tan inexperta como yo.
La verdad es que siempre me sentí curiosa por él y podría ser una gran oportunidad para conocerlo, pero bueno, ella me invitó a una cita doble, ¿no? Significaba ir con mi novio, que por desgracia, no existía. O al menos aún no lo había conocido. Quizá estaba perdido en algún lugar de Asia, o de Europa.
Como mi abuela había dicho: "debes esperar con paciencia y él finalmente te encontrará algún día."
- Oh, lo siento... - la miré con decepción. Era hora de jugar a la novia triste. – Mi novio está ocupado este fin de semana.
- ¡Oye! ¿No está siempre ocupado? – Charlotte me envió una mirada frustrada.
Después de un mes entero lleno de excusas, obviamente estaba sospechando. Bueno, la verdad es que no podía culparla. Mi guapo, elegante y educado, pero siempre ocupado novio era demasiado perfecto como para ser real. Y él era realmente ficticio pero prefería guardar ese hecho solamente para mí. Por ahora.
Charlotte cruzó los brazos. Parecía que hoy no iba a rendirse tan fácilmente. - ¿Él incluso te quiere?
Bueno, buena pregunta. Tendría que preguntarle eso en nuestra primera reunión.
- ¿Cuándo empezasteis a salir? – Iris inclinó la cabeza con curiosidad y luego finalmente me di cuenta.
Era una trampa desde el principio y había caído en ella como un pequeño cachorro. Las repentinas preguntas eran un signo de que ya no me creían. Me moví incómodamente en la silla. ¿Era el final de mis mentiras? Demonios. ¿Por qué incluso empecé a mentir? Oh, sí, tener algo en común con las chicas nuevas de mi clase, que desafortunadamente sólo hablaban de relaciones. No quería ser rechazada, es difícil pasar los tres años de secundaria con la reputación de "esa chica es aburrida y ni siquiera puede encontrar novio."
Tonta como era, me pasó una vez y no quería repetir esa historia.
- Hace un mes – dije después de aclararme la garganta.
Ya no podía volver atrás y ahora sabía que tendría que mentir hasta el final. Si pudiera viajar en el tiempo, no desperdiciaría mis días en esta horrible escuela, tratando de convencer a estas dos chicas de que mi novio imaginario existía. Me obligué a sonreír alegremente a pesar del desorden y pánico que crecía en mí estomago.
- Estoy bastante segura de que aún me quiere. Es sólo que está ocupado.
- Siempre que queremos conocerlo lo está – señaló Charlotte. - ¡Ni siquiera sabemos cómo es!
No te preocupes, yo tampoco.
Qué gracioso. Pero la verdad es que no me estaba riendo, no cuando Charlotte e Iris estaban tratando de ver a través de mí con sus ojos. ¿Qué debería hacer? ¿Debo contarles la verdad pidiéndoles perdón? Eso podría hacerlo. Pero era demasiado orgullosa como para admitir que les había mentido. No quería ser el hazmerreír de todos.
Me pasé la mano por el pelo, tratando de encontrar una buena excusa para irme, pero luego Iris decidió hablar de nuevo.
- ¿Tienes una foto?
Me quedé helada por un segundo. ¿Pero qué les pasa hoy? ¿Por qué estaban tan decididas a averiguar sobre mi novio? Algo me estaba diciendo que hoy tenía que saltarme las clases. Tenía que dejar de ignorar mi intuición porque en comparación con mi estúpido e inútil cerebro, mi sexto sentido era mil veces más útil.
Me reí torpemente. – A mi novio no le gusta sacarse fotos.
Oh, Aria, qué buena excusa. Estaba segura de que no lo iban a creer.
Obviamente no lo hicieron.
- Aria – Iris me miró. La miré, tratando de mantener la calma a pesar de que mi corazón corría veloz. - ¿Estás ocultándonos algo?
- ¡Por supuesto que no! – hice un gesto con las manos.
Oh, Dios, iba a ir al infierno por todas estas mentiras.
Respiré, sintiéndome indefensa. Tú, estúpida Aria, siempre elegiste el camino más duro en la vida... Si hubiera sabido que iban a preguntar más y más sobre mi novio, entonces habría mantenido la boca cerrada aquel día.
- Entonces, muéstranos una foto suya – dijo Charlotte, señalándome con el dedo, haciendo una breve pausa antes de hablar. – Mañana.
Sabía cómo crear tensiones. Asentí, sin poder decir nada. En un instante supe que mañana sería un mal día. Probablemente el peor de toda mi vida. Parecían satisfechas con mi acuerdo y volvieron a su habitual conversación sobre ropa. Yo no les presté atención (aunque nunca lo hacía) pero ahora tenía un buen pretexto para no hacerlo. Estaba demasiado ocupada tratando de averiguar si conocía algún tipo guapo que me dejara sacarle una foto.
Ninguno.
Me di cuenta de que no tenía muchos amigos masculinos. Lo que es peor, ninguno de ellos era guapo. Me mordí los labios con frustración. ¿Era tan miserable e impopular para los chicos? Volví a mirar a Charlotte e Iris. Eran bonitas y delgadas, mucho más hermosas que yo. Pero nunca me sentí fea, era normal. Tal vez demasiado ordinaria para los chicos... Si quería mantener mi tranquila vida escolar, debía encontrar a un tipo que se ajustase a mi descripción y sacarle una foto, probablemente sin su permiso.
No era ilegal, ¿verdad?
Cerré los ojos con frustración. Por alguna extraña razón, pasar unos días en la cárcel era menos aterrador que enfrentar a Charlotte e Iris. Ahora no tenía elección. Sólo esperaba que mañana no hubiera alguna noticia sobre una chica loca corriendo con una cámara por la ciudad, tomando fotos de extraños al azar. Eso sería demasiado para mi pobre y pequeño corazón.
- ¡Chicas, mirad! – exclamó Charlotte.
Abrí los ojos con curiosidad. Ella estaba señalando algo con emoción y pronto vi a Iris unirse a ella con una sonrisa. Volví la cabeza para ver qué hacía que todos los de la cafetería comenzasen a hablar más alto. Entrecerré los ojos y vi a Walter rodeado por otros chicos.
Popular como siempre. No debería sorprenderles porque era Walter del que hablaban. Un verdadero modelo a seguir. Mejor estudiante. Guapo e inteligente. Lindo y educado. ¿Mencioné guapo? Cada chica de nuestra escuela soñaba con salir con él. Probablemente sacrificarían sus vidas sólo para tener la oportunidad de besarlo. Aunque seguro que más de la mitad de la escuela ya lo hizo.
Gruñí con irritación. Walter sería el candidato ideal, pero seducir a Walter con mi apariencia, en un solo día, era prácticamente imposible.
Supongo que terminaré acosando a chicos en el centro de la ciudad, con la esperanza de sacar una foto decente y no ser atrapada.
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Me encantaría conocer a la persona que dijo que ser un adolescente era fácil. Le daría un puñetazo en la cara.
Como yo pensaba, sacar fotos de chicos al azar era demasiado vergonzoso. Encima de eso tenía que hacer una buena foto de la cara de un individuo para que no pareciese que la hice de lejos. Eso significaba apuntar directamente a su cara y era imposible sin ser notada. En serio, todos esos paparazis que tomaban buenas fotos mientras se ocultaban deberían recibir un premio. Definitivamente tenían habilidades de ninja.
Me senté en el bordillo. ¿Podía hacer algo más? Tal vez debería volver a casa, estaba oscureciendo y debía admitir mi derrota. Parecía que mañana sería mi fin. Estaba segura de que iban a comerme viva. Todo el mundo se iba a enterar de mi mentira.
Abracé mis piernas, manteniéndolas cerca de mi pecho. Ya estaba nerviosa y asustada. En realidad esto era una buena lección de vida (aunque demasiado mala), iba a sufrir las consecuencias.
Entonces un coche negro se detuvo junto a mí, desviando mi atención. Música alta provenía de dentro de él, y eso hizo que me preguntara si el conductor tenía problemas de oído. Después de unos minutos, alguien abrió la puerta del pasajero. A pesar de la oscuridad, todavía pude verlo con claridad. Tenía un peinado rebelde y una sonrisa arrogante pegada a su cara, pero de alguna manera parecía realmente atractivo. Oí su risa y un segundo más tarde una mujer sacó la cabeza por la ventana del coche. Observé con sorpresa cómo ella agarraba la camiseta del chico y lo acercaba, sólo para besarlo con pasión.
Bueno, eso fue impresionante, especialmente porque la mujer parecía más vieja que ese tipo.
Espera. ¿Esa no era la profesora Snow? ¿Qué demonios?
La profesora Snow era la profesora de inglés, bueno, en realidad ella era la sustituta del profesor Williams. Había llegado hacía un mes para cubrir la baja del profesor por un dolor de columna.
Esto sí que no me lo esperaba. Ella no parecía una mujer tan... apasionada.
La cosa es que nunca vi una escena de besos como esa, y por eso estaba allí, viéndolos con fascinación, conmoción y vergüenza. Todo mezclado. Estuvieron besándose más de un par de minutos. ¿Era posible para ellos respirar? La cosa es que no me imaginaba a un profesor en esa situación en mi vida. La situación pronto se volvió incómoda incluso para alguien tan curiosa como yo. Estaba a punto de girar mi cara en la dirección opuesta cuando el tipo decidió apartarse. Después de decir adiós, se volvió, exponiendo su rostro.
No pude evitar reírme con incredulidad.
¿Dije que esta escena de besos me impactó? Bueno, no era nada comparado con lo que sentí después de ver quién era el tipo.
Parecía que hoy nuestro mejor estudiante, Walter, no estaba de humor para estudiar.
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Hola Playboys! Bienvenidos a la nueva historia que estaré publicando una vez que acabe con EPQB. Gracias por leer y comentar :3 Me decidí a subirles el primer capítulo paro que se hagan una idea más general de cómo será esta historia.
Aunque no comenzaré a subir capítulos hasta que no termine con la otra historia.
Qué opinan del primer capítulo? Piensan que debería seguirla?
Muchas gracias por leer!!
Cheeky Love, xx