Muse (NoRen)

By JongDinny_troller

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«Solo ver su rostro en aquella calle y los colores volvieron a mí, necesitaba retratarlo, pintarlo y sobre to... More

Introducción
×Gigolo×
Tobillera
×El extraño×
Su día de suerte
×Condiciones×
Improviso
×Prodigio×
Terrores que salen de noche
×Desentrañando la superficie×
Nada Personal
×Vacío×
No me lo digas, porque duele
×Mienteme×
Bajando por el muelle
×Asuntos familiares×
Los usados y los abusados
×Algo positivo×
Bittersweet
×Asuntos peligrosos×
Como atrapar un depredador
×El monstruo de mechas naranjas×
Donde hubo fuego... (1-2)
×Querido difunto×
Los juegos que nos gustan
×Ansiedad por la separación×
Eres a quien amo
×Dónde esta el corazón×
Sinceridad (1-2)
Sinceridad (2-2)
No volveré a casa sin ti
No volvere a casa sin ti 2-2
Final: Jeno
Epílogo: Vida nueva
Trabajo, trabajo, trabajo
[ESPECIAL] Escuela
[ESPECIAL] A beber...
[ESPECIAL] Nihilismo 1-2
Importante
[ESPECIAL] Mi amor y desesperación Parte 1
[ESPECIAL] Mi amor y desesperación PARTE 2
[ESPECIAL] Mi amor y desesperacion parte final
[ESPECIAL] Al final del amor
[ESPECIAL] Desde arriba

Donde hubo fuego... (2-2)

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By JongDinny_troller

- Bu- susurró una voz, en su oído.

Jeno se giró al momento, encontrándose cara a cara con Hansol.

- ¡Estás aquí! ¡He estado buscándote!- dijo, tan relajado como pudo estar.

- Ah, lo siento. He ido a mi casa, para asegurarme de que todo estuviese preparado para nosotros- respondió con una atractiva sonrisa, emparejándose con la de Jeno- ¿Por qué no subimos ya?- sugirió. Jeno lanzó una mirada por encima de su hombro. Ahí. Ten los estaba mirando fijamente, muy confundido, mientras asentía distraídamente a algo que Hoseok le estaba diciendo.

- Claro- Jeno se disculpó mentalmente con su amigo, mientras besaba a Hansol en la mejilla y pasaba su brazo por el suyo- Enséñame el camino- le sonrió con picardía. Ese gilipollas estaba a punto de recibir lo que se merecía… y, tal vez, una patada en los huevos. Caminó a su lado, con la cabeza sobre su hombro, pasando al lado de Haechan y Mark, que los miraron con curiosidad. Al dirigir una rápida mirada a los servicios, vio a Yuta asomando la cabeza, mirándolo. Jeno le murmuró que fuera a explicarle a Ten lo que estaba ocurriendo. Yuta asintió y, después de colocarse el velo, salió del servicio.

Donghyuck, recordando los doscientos dólares que había en juego, miró hacia Mark y murmuró algo en inglés.

Veo que no soy el único que no aprueba su relación, ¿no?

Los ojos de Mark se estrecharon, mientras una maquiavélica sonrisa aparecía en su rostro.

Me has leído la mente, amor- murmuró, inclinándose para darle un rápido beso. Entonces, la pareja se dirigió hacia la puerta, fingiendo no tener el más mínimo interés en los dos que acababan de marcharse. Donghyuck se detuvo un instante, cogiendo su teléfono. Pensó en escribir a Renjun, para decirle que hacer que Hansol y Jeno cortaran le iba a costar algo más, pero el brusco grito que escuchó desde la entrada, nada más llegar al vestíbulo, hizo que se detuviera. El chico consiguió ver, por un instante, cómo alguien arrastraba a Jeno hacia la escalera.

- Mark- dijo y su novio supo, al instante, que algo no iba bien- Ten cuidado ¿escuchaste?

- ¿Qué ocurre?- murmuró él, sin haber visto a Jeno. Sin embargo, Donghyuck ya había echado a correr, por el vestíbulo, hacia la puerta cerrada que daba a las escaleras, así que lo siguió. Las subieron muy despacio y, nada más hacerlo, ambos escucharon más gimoteos apagados.

- Vamos, vamos- dos pisos por encima de ellos, Hansol tenía un brazo alrededor del cuello de Jeno, tapándole la boca con el codo, mientras la otra le rodeaba la cintura, al tiempo que subían- No te servirá de nada resistirte. Si lo haces, seguramente los dos acabaremos cayendo y moriremos. Aún tenemos mucho que subir, así que espero no tener que golpearte tu preciosa cabeza contra el cemento, para que te calmes- dijo, con tanta calma en su voz, que Jeno sintió un escalofrío subiéndole por la columna vertebral.

Oh, Dios, eso no iba bien. El rubio cerró los ojos y respiró profundamente. Tal vez, cuando dejaran de moverse, pudiera intentar escaparse; en ese momento, mientras subían las escaleras, no era muy buena idea resistirse demasiado. Pero, primero, necesitaba recuperarse del shock. Se había esperado una mala reacción, pero nada tan drástico. Ni siquiera había tenido la oportunidad de reaccionar; nada más salir del vestíbulo, Hansol le había preguntado si de verdad pensaba que su plan de tomarle el pelo iba a salirle bien… y lo último que había notado, era que lo estaba forzando a subir las escaleras.

Aquello no suponía ningún problema, pensó. Podría ocuparse solo de la situación.

- ¡Paren!

Joder. Medio piso debajo de ellos, Donghyuck y Mark aparecieron. Jeno encontró aquello bastante divertido; él aún llevaba su disfraz, así que era como… bueno, como una princesa en apuros, más o menos. No tendría ningún problema en deshacerse de Hansol, sólo necesitaba esperar a la ocasión para hacerlo.

- ¡Suéltalo!- gritó Haechan, sacando la espada de plástico y apuntando a Hansol con ella, como si aquello fuera a asustarlo de verdad. Él sonrió.

- Ah, la caballería ha llegado- sonaba bastante divertido, para ser alguien que estaba en una clara desventaja. Entonces, se inclinó sobre el oído del rubio- Jeno-sshi, lo siento, pero antes he tenido que mentirte.

Debajo, Donghyuck y Mark se paralizaron al instante, mientras sus ojos se abrían de par en par. Mark dejó escapar un grito seco y Jeno había empezado a preguntarse por qué… hasta que la sintió: fría, metálica, cilíndrica, presionando su sien. Y, entonces, el rubio sintió que su corazón bajaba hasta el suelo, pues por fin se había dado cuenta de que, seguramente, no sería capaz de ocuparse solo de la situación.

- Verás- susurró Hansol, con algo de tristeza- cuando he vuelto a mi apartamento ha sido para buscar esto. Ahora entiendes la situación, ¿verdad?- Jeno sintió un sudor frío- No me gusta que me mientan, Jeno-sshi. Yo he sido muy sincero contigo y, a la gente sincera como yo… no le gusta que le decepcionen- entonces, se giró hacia Mark y Donghyuck- Entonces, ¿aún piensan venir a por Él?

Ninguno de los dos se movió. Los ojos de Mark destilaban terror puro. Miró a Jeno, mordiéndose el labio inferior, antes de echarse atrás y Jeno se sintió aliviado por ello. Donghyuck se mantuvo quieto. A su espalda, sus manos se movían todo lo rápido que podían para teclear el número de Renjun. ¡¿Por qué el muy idiota tenía que estar en medio de un atasco, precisamente ese día?

Contento de que no fueran a perseguirlo, Hansol continuó subiendo, manteniendo la pistola apretada contra la sien de Jeno.

- No te preocupes- dijo tranquilamente- matarte ahora sería un total desperdicio, sobre todo después de haber estado dos semanas calentándome- la sangre de Jeno se congeló. ¿Es que ese cabrón aún pensaba tener sexo con él? Cerró los ojos, ordenándose a sí mismo que luchara, sin importar las consecuencias. Pero sus músculos se habían bloqueado y se negaban a reaccionar. Hansol estaba arrastrándolo escaleras arriba, aunque no parecía quejarse por el peso muerto- Y pensar que has llegado tan lejos- murmuró para sí- trayendo a Ten aquí. Y, ¿para qué? ¿Para avergonzarlo?- el hombre curvó sus labios, disgustado.

Jeno quería golpearlo, gritar, hacer algo. ¿Por qué no podía moverse? Cada vez le costaba más respirar. El rubio alternó entre mirar las escaleras- Donghyuck y Mark mantenían la distancia, pero no habían abandonado sus intentos de rescate- y cerrar los ojos. Oh, aquello iba mal… estaba demasiado aterrado como para hacer nada. Y lo peor de todo era lo que lo esperaba, si no luchaba.

Donghyuck tenía el móvil pegado a la oreja. Murmuró a Mark en inglés que llamara al 911, obedeciéndole rápidamente, aunque sus manos le temblaban al pulsar las teclas.

¿Qué ocurre ahora?- contestó Renjun, después de dos tonos.

- Sólo escúchame- susurró Donghyuck- Voy a poner el altavoz, pero no digas nada. Ni una puta palabra- entonces, apretó la tecla del altavoz y bajó el teléfono, escondiéndoselo a su espalda. Subió los escalones de dos en dos, dejando a Mark detrás, hasta llegar al psicólogo y su rehén- ¡Suelta a Jeno, Hansol! No sé qué está pasando, pero estoy seguro de que no te hace falta la pistola.

Hansol lo miró con altivez.

- Jeno-sshi, haz el favor de decirle a Donghyuck que no te apetece que una bala te atraviese la cabeza y que será mejor que baje las escaleras y se meta en sus propios asuntos- aflojó el brazó, liberando la boca de Jeno.

Haechan agarró fuertemente el móvil.

Di algo- le murmuró al oído, pero el rubio no pudo mover los labios ni un centímetro, pues su lengua estaba pegada a la boca. Estaba totalmente pálido. Parecía estar a punto de desmayarse. Y, al otro lado del teléfono, Donghyuck estaba seguro de que Renjun estaba empezando a entender la situación. Volvió a pedirle que hablara, pero el otro no pudo hacer otra cosa que mirarlo.

- ¿Y bien?- preguntó Hansol, apretando la pistola contra su sien. El gemido que escapó de su garganta al sentir el contacto fue suficiente para paralizar a Mark, que no dejaba de murmurar frenéticamente instrucciones y órdenes, por teléfono. Hansol sonrió y siguió subiendo.

- Muy bien, entonces. Si no vas a intentarlo…- subió el cuerpo de Jeno escaleras arriba. Haechan gruñó de la frustración, acercándose- No hace falta que nos sigas, Donghyuck. No vas a tener la oportunidad de salvarlo y Jeno-sshi no es tan estúpido como para arriesgar su preciada vida, por algo tan insignificante como su virginidad.

Los labios de Jeno temblaron. Su mente estaba gritando a Hansol que se callara, muriera, ardiera en el Infierno, pero su boca no se movía. Miró a Donghyuck desesperanzado. Un repentino gemido logró hacerse paso entre sus cuerdas vocales congeladas, pero eso fue todo. Entonces, cuando llegaron al cuarto piso…

- Oh- se detuvo Hansol repentinamente. Jeno miró por encima de su hombro, mientras sus ojos se abrían del horror.

Taeyong había estado bajando las escaleras desde alguno de los pisos de arriba, las manos entre las mangas de su disfraz, sin rastro de la máscara de dos caras. Entonces se detuvo, mirándolos con curiosidad, pero sin parecer darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Antes de que Jeno se diera cuenta, la pistola se separó de él. El tiempo pareció detenerse, mientras el brazo de Hansol se alejaba y se dirigía al visitante inesperado. Entonces, su voz se liberó.

¡Corre!- chilló, aunque el grito se apagó con el disparo de la pistola, que llenó toda la escalera y resonó en sus oídos, rebotando por todo el edificio, desde la parte más baja del mundo a la más alta.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Renjun se había reclinado sobre el volante, golpeándose ligeramente la cabeza contra él. El tráfico no mejoraba. Suspirando, encendió el intermitente y se cambió de carril hacia uno que parecía avanzar. A juzgar por los coches, cualquiera pensaría que el Papa o el Presidente estaban en la ciudad. ¿No debería estar toda esa gente en su casa, haciendo cosas con sus hijos?

Su teléfono había empezado a sonar, justo cuando volvió a pararse. El tomo de Monster había hecho que se sobresaltara. Necesitaba encontrar otro tono para Haechan. Al apretar el botón verde, se llevó el teléfono a la oreja, medio esperando que le dijera- con todos los detalles- lo que Jeno y Hansol habían hecho.

Bueno, no se había equivocado.

Después de que Haechan le obligase a estarse callado, Renjun había fruncido el ceño, pero había obedecido. Y, entonces, su amigo se había dirigido a Hansol. ¿Qué demonios? ¿Se habían montado una especie de trío o algo así? Pero estaba bastante seguro de que la gente no usaba pistolas en los tríos…

… Un momento… ¿Pistolas…?

Renjun no estuvo muy seguro de lo que sintió cuando se dio cuenta de que algo iba terriblemente mal. En realidad, no sintió mucho de nada. Estaba calmado. Nada más encender el altavoz del teléfono y apoyarlo en la consola que había entre ambos asientos, sus ojos se clavaron en la carretera. Pasos racionales. Primero, necesitaba encontrar un modo de salir de ese atasco. Hizo que el coche avanzara, advirtiendo el desesperanzador y lento paso, pero pudo ver el complejo de NCT a lo lejos. Lo más eficaz habría sido dejar el coche allí y echar a correr, pero no creía llegar a conseguir un ticket por obstruir el tráfico.

Había escuchado la conversación y luchado por entender las palabras de Hansol. Su voz sonaba muy lejana. ¿Dónde estaban? Los coches tomaron algo de velocidad, aunque se detuvieron a los pocos metros. Renjun se contuvo duramente para no golpear algo. Haechan le había dicho que se mantuviera callado y que no dijera nada, así que, por el momento, eso era todo lo que podía hacer. Estaba a dos calles de distancia del edificio. No había necesidad de enfadarse.

Y, entonces, escuchó el grito de Jaeno, seguido del inconfundible sonido de un disparo. Seguramente a Donghyuck se le hubiese caído el teléfono, porque escuchó un ruido y, entonces, se hizo el silencio. Pasados cinco segundos, Renjun miró la pantalla del teléfono, quedándole claro que la llamada había terminado.

Renjun se recostó sobre su asiento, mirando el techo del coche. El atasco no avanzaba. El puto mundo no se movía. Dejó escapar un grito vacilante y se pasó las manos por el pelo, mezclándose con los mechones naranjas. De pronto, hizo mucho calor allí dentro. Su corazón empezó a latir demasiado rápido, demasiado fuerte. Dolía. Oh, Dios, cómo dolía. No estaba seguro de dónde provenía ese dolor, pero lo sentía por todas partes. Necesitaba llamarlo, pero su cerebro estaba demasiado aturdido como para recordar el número de Haechan.

Racional… ser racional… Oh, no, eso ya no funcionaba. Esa gente tenía que apartarse de su camino, antes de que los atropellara. Oh, pero su viejo coche no soportaría el impacto. Seguramente, de hacerlo, acabaría muriendo y no podía morir. Aún no. No; no tenía permitido morir hasta que no hubiera hecho pedazos a Hansol.

Empezaría con las uñas de sus dedos, pensó, mientras los coches avanzaban de nuevo. Se las arrancaría todas. Entonces, las seguirían los mechones de pelo. Después los dedos, uno a uno. Necesitaría algún utensilio para hacer aquella operación lo más lenta y dolorosa posible. Dedos, talones y, después, las manos y los pies… uno a uno, después de inyectarle a ese viejo algún tipo de droga que lo mantuviera despierto y vivo, mientras durara aquel sangriento y aterrador proceso.

Joder, se suponía que esas ideas tenían que haberlo reconfortado. Agachó la cabeza, tomando una profunda bocanada de aire, apretando tanto los dientes que incluso le dolió la cabeza. Matar a Hansol no sería algo divertido y eso le preocupó. Nada que pudiera decir o pensar podría confortarlo en ese momento. Entonces, se preguntó si el resto de su vida seguiría teniendo sentimientos como aquellos.

Porque, si ése fuera el caso, nunca jamás volvería a beber Coca-cola.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Jeno dejó escapar un gimoteo histérico.

- ¡Taeyong!- gritó, encontrando por fin la fuerza necesaria para luchar contra Hansol, mientras pasaban al lado del cuerpo inmóvil del casero, rodeado de la sangre que manchaba su abrigo- ¡Taeyong! ¡Oh, Dios, Taeyong!- gritó, mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas- ¡Haechan, Mark, pidan ayuda, por favor!

- Qué griton- se quejó Hansol, apretándolo más fuerte contra él- Ahora no pierdas la voz. Después no será tan divertido, si no gritas.

Donghyuck estaba rabioso. Su teléfono se había caído, haciendo que la batería se separara de él, pero ése era el menor de sus problemas, en ese momento.

- ¡Mark, diles que necesitamos una ambulancia!- gritó, mientras se acercaba a Taeyong. El hombre de pelo plateado gimió mientras Donghyuck se agachó a su lado, rompiéndole parte de la tela para taparle la herida. Mark estaba llorando mientras hablaba por teléfono, mezclando palabras en inglés y coreano.

Jeno gritó de la desesperación. Hansol había disparado a Taeyong. Él era el próximo. Hansol iba a violarlo y matarlo. Qué final tan triste para una vida que, por fin, estaba mejorando. Trató de apartarse de Hansol, pero él siguió llevándolo escaleras arriba. Estaban casi en la azotea.

Oh, habría preferido atragantarse en su propio vómito, en una callejuela, antes que eso. Habría sido vergonzoso, pero no traumático. Y se habría marchado solo. De haber muerto en ese callejón, no tendría que explicarle a Taeil porqué se había llevado a Taeyong con él, a la otra vida. Era un cabrón por haberle roto el corazón a Yuta, pero no se merecía eso… El rubio siguió llorando, incapaz de contener las lágrimas, mientras todo le dolía tanto que incluso se sintió a punto de vomitar. Y, entonces, se dio cuenta de algo, algo que le hacía mucho más daño del que se pudiera llegar a imaginar:

No volvería a ver a Renjun.

Aquello le provocó un arrebato de lágrimas y Jeno se quedó parado en uno de los escalones, pero Hansol lo obligó a seguir caminando. Pobre Renjun… después de volver de una pésima tarde en busca de bebidas y de haberse tragado semejante atasco, ¿iba a encontrarse con eso? ¿Con su tieso y desnudo cuerpo chorreando sangre en la alfombra de Hansol, con un agujero de bala en la cabeza? Entonces, realmente quiso vomitar, pues sintió aquella sensación familiar en la que su garganta se constreñía, al tiempo que su estómago vibraba con violencia. Pero no quería que lo viera así. Tal vez Donghyuck pudiera evitar que entre Renjun a identificar su cuerpo. Oh, lo deseaba tanto…

- Sólo un poco más- le informó Hansol con serenidad. Jeno cerró los ojos, dejando que las letras color escarlata que se habían quemado bajo sus párpados desaparecieran momentáneamente, sustituyéndose por algo más familiar que hizo que su corazón latiese dolorosamente. Vio a Renjun, parado detrás de un atril de una pobre iglesia sin embargo no era el señor Lee de quien hablaba.

¿Qué tipo de palabras dedicaria para su funeral? Su corazón se paralizó. Sólo deseó que, fuera donde fuese cuando muriese, tuviese la posibilidad de escucharlo.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

- Renjun! ¡Es casi la hora!- gritó Chenle, mientras el susodicho le tendía la bolsa de plástico llena de bebidas y se marchaba, sin mediar más palabras. Huang caminó todo recto, con la mirada clavada en los ascensores. No le prestó la mínima atención a Chenle, mientras apretaba el botón y las puertas se abrían con un timbrazo.

A juzgar por el eco del disparo, Renjun había deducido que estaban en las escaleras. Hansol trataría de escapar por su apartamento, probablemente. Renjun apretó el botón donde había una "P" escrita y se quedó en medio de la cabina mientras ascendía, con las manos en los bolsillos. La adrenalina invadía su cuerpo y la energía pedía a gritos liberarse. Y la horrible presión de su pecho seguía ahí. ¿Cómo eliminarlo? Renjun tuvo el presentimiento de que necesitaría algo más que Tylenol para hacerlo.

Tan pronto como el ascensor se detuvo, ante el pequeño pasillo que conducía al ático, un sonido llamó la atención de Renjun. Llantos sonoros, voces desde la escalera. Pero fue el llanto lo que le llamó la atención, porque conocía esa voz y, en ese instante, nada habría sonado mejor en sus oídos. Se quedó quieto y escuchó, dejando que el alivio saliera de él. Está vivo. Tal vez herido, pero vivo.

Se giró en dirección a las escaleras y miró a través del cristal que había en la pesada puerta. Ahí. Sus ojos marrones se clavaron en la espalda del hombre, que sujetaba la pistola con una mano y la fuente de su alegría, la cadena de su cordura, el mayor regalo que la vida le dio, en la otra. Renjun se alejó un paso o dos de la puerta, sacando las manos de los bolsillos, relajando sus hombros. Ah, aquello iba a ser tan satisfactorio. Toda la tensión que había estado creciendo en las últimas tres semanas, toda la ira… Esperó a que Hansol se apoyara sobre el picaporte plateado, sin soltar la pistola, pero antes de que el hombre pudiera darse cuenta, Renjun agarró el picaporte de su lado y abrió la puerta.

Hansol se giró justo a tiempo para presenciar la rabia silenciosa del monstruo de cabellos naranjas que había creado. Y, entonces, un puño se clavó en su cara, con la fuerza de una bola de demolición. Su nariz se rompió con un ruido sordo y la sangre empezó a brotar entre ellos. Sorprendido, soltó tanto a la pistola como a Jeno. El arma cayó al suelo, mientras Hansol perdía el equilibrio y se caía hacia atrás, con los brazos descontrolados, de tal manera que sus manos asieron lo primero que tocaron: la alarma de incendios. Mientras su cuerpo se acercaba peligrosamente a las escaleras, sus manos agarraron la manivela roja, bajándola, llenado todo el edificio del sonido de una sirena, que logró que los niños de la fiesta chillaran del pánico.

Hansol se tropezó con las escaleras, trepando por ellas hasta detenerse, arriba del todo, gruñendo de dolor. Renjun pestañeó y bajó la vista a su puño. Vaya. Normal que hubiera hecho un agujero en la pared, y le decían que estaba flacucho, ja.

- ¡Ah!- el aire salió de sus pulmones cuando un histérico Jeno lo abrazó, rodeándole la cintura con los brazos y llorando sobre su hombro.

Aquello le sentó como una bebida fría en un caluroso día de verano. El dolor que sentía el corazón de Renjun desapareció al instante, mientras sus manos se abrían paso hacia la amplia espalda del chico, escondiéndose en el pecho del rubio.

- Estás bien…- susurró, observando que no sangraba ni tenía ningún tipo de herida. Entonces, su cerebro empezó a idear una regañina, pero prefirió dejarlo para otro día. Se sentía demasiado bien como para hacerlo- Oh, gracias a Dios, estás bien, Jeno…- respiró la loción del rubio dudando entre continuar abrazándolo y bajar las escaleras y seguir dándole la paliza a Hansol.

Por suerte, Donghyuck también estaba ahí y el hombre de pelo rojo estaba cabreado. Rápidamente subió las escaleras, agarró al psicólogo del pelo y hundió su cabeza en el suelo, haciendo aún más añicos su nariz, mientras le gritaba todas las obscenidades que sabía.

- Ya basta- dijo una tensa voz. Jeno tragó saliva, girándose en los brazos de Renjun y gritando de sorpresa al ver a Taeyong, no sólo vivo, sino además, en pie. Él lo miró, sosteniendo la máscara de su disfraz de Halloween, que tenía un agujero; en el momento del disparo, la tenía cerca del pecho, por lo que recibió el impacto principal de la bala. Sin embargo, la capa de mosquetero le tapaba la herida sangrante, así que aún no estaba totalmente fuera de peligro- Haechan, suéltalo- Ordenó Taeyong, arrodillándose con gran esfuerzo, Y, entonces, a pesar de todo el dolor que pudiera sentir, su sonrisa  reapareció- Creo que no vas a poder escapar esta vez- dijo al semi-consciente psicólogo, mientras se llevaba las manos a los bolsillos y sacaba unas esposas- Ji Hansol, estás arrestado.

- ¿Qué?- preguntó Hansol, escupiendo lo que pareció ser un diente.

- Por intento de asesinato, intento de violación… oh, y por abuso sexual a un menor- añadió Taeyong, mientras llevaba las manos de Hansol a su espalda, colocándole las esposas- ¿Sorprendido?- se acercó un poco más, golpeando al hombre en el hombro- Bueno, amigo mío, siento la decepción… pero siempre me he jurado que pagarías por lo que le hiciste a Nakamoto Yuta- alzó la vista hacia Jeno- Siento no habértelo dicho antes, Jeno, pero habrás visto que era importante que nadie lo supiera- Hansol empezó a resistirse y Taeyong se sentó en su espalda, como si fuera una cómoda silla- He estado detrás de este tío durante años. Se lo debía a Yuta. No pude llegar a tiempo a ese picnic para evitar que ocurriera… pero, en cuanto le vi saliendo del bosque y él me lo contó después, lo entendí todo- el chico se estremeció y apretó la tela contra él- ¿Crees que me perdonará?

Jeno sonrió y asintió.

- ¡Claro que sí!

Entonces, el rubio hundió su cabeza en el hombro de Renjun, respirando su aroma y aferrándose a su cintura. ¿Podría acercarse un poco más? Quería fundirse con él; estaba muy feliz de que hubiera ido a salvarlo. Al principio, pensó que su mente se había imaginado que Renjun se había aparecido, por culpa del estrés; que Hansol iba a hacerle de todo y que estaba viviendo una especie de sueño, antes de morir. Pero estaba ahí de verdad. Era real. Y lo había llamado por Jeno; no Idiota, no dragón, no Jaeno-ah… Y, en ese momento nunca se había escuchado mejor pronunciado por él.

La policía, los bomberos y la ambulancia llegaron al momento. Mark, que había bajado las escaleras para recibirlos, dirigió a la multitud a la escalera, mientras les explicaba lo que había visto. Hubo un pequeño lío al llegar arriba del todo, pues la pistola estaba a los pies de Renjun y Mark pensó que había sido él quien había disparado a Taeyong, pero todo se aclaró cuando él mostró su placa y terminó de narrar la historia. Cuando levantaron a Hansol, Taeyong no soportó más la pérdida de sangre y se desmayó. Los médicos le atendieron enseguida; le pusieron en una camilla y lo bajaron por el ascensor…

… y entonces, Yuta lo vio al fin.

- ¿Taeyong?- murmuró, apartándose de la multitud a la que habían evacuado de NCT, cuando la alarma había sonado- ¡Tae!- gritó, ignorando a los policías que trataban de frenarlo, mientras se acercaba. Completamente desconcertado, el castaño no supo qué hacer, qué decir, por dónde empezar. Pero su mente habló por él- No fue un sueño…- musitó, alzando la mano para tocarlo y musitando cuando sus dedos tocaron un cuerpo sólido- No fue un sueño…

Taeyong giró la cabeza hacia él, con los ojos medio abiertos.

- Yuta- dijo, levantando la mano para limpiarle las lágrimas que corrían por sus mejillas- Pareces un ángel, Yu…- consiguió esbozar otra sonrisa- He metido a ese infeliz en la cárcel por ti… así que no tienes que volver a llorar…

Yuta hundió su cara en sus manos.

- Idiota- resopló- claro que lloro…

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Aquella fue, seguramente, la noche más emocionante que aquel edificio había vivido. La gente estaría hablando de ello durante semanas y, por la mañana, lo sucedido saldría en las noticias locales y tal vez también en las nacionales. Jeno quiso ir al hospital para saber qué tal estaba Taeyong, pero poco después de que los médicos se lo llevaran, el estrés acumulado logró que el rubio tuviera un descomunal ataque, completado con hiperventilación y lágrimas irracionales. Renjun se dio cuenta, entonces, de que tenía que llevárselo de allí; les dijo a Donghyuck y a Mark que irían al hospital en cuanto pudieran y que se llevaría a Jeno a casa.

Estaba temblando tanto que tuvo que ayudarlo a ponerse el pijama. Lo controló mientras sus manos temblorosas se servían un vaso de agua, pero, en lugar de perder el tiempo con el sofá-cama, se lo llevó a su propia habitación.

- Duérmete- le ordenó, tapándolo con las sábanas- Yo volveré por la mañana y te despertaré- pero, nada más darse la vuelta, Jeno le cogió de la mano. El otro lo miró; estaba temblando, con los ojos llorosos, mientras negaba con la cabeza.

- No te vayas…- murmuró.

No necesitó repetírselo. Renjun se quitó los zapatos y se sentó a su lado, alcanzando su teléfono para escribirle un mensaje a Haechan. Mantenme al día sobre Taeyong. Iremos mañana. Y gracias. Suspirando, puso su móvil en silencio y dejó que Jeno lo usara de peluche, abrazándolo.

- ¿estás cómodo?- le preguntó. El rubio asintió una sola vez, cerrando los ojos. Al día siguiente sabría qué había ocurrido con Taeyong, Yuta, Ten, Hansol, todos… pero, por el momento, sólo deseaba estar en compañía de Renjun. Su cuerpo tembló un poco, pero, en los siguientes diez minutos, ya se quedó totalmente dormido.

Sin embargo, Renjun no estaba cansado. Había mucho en lo que pensar, mucho en lo que reflexionar. Vigiló a Jeno durante toda la noche, observando que había veces en las que fruncía el ceño y otras en las que sus labios se movían, como si quisiera decir algo, pero ningún sonido salía de ellos. Se quedó con todos los detalles: ver a Jeno, sano y salvo, durmiendo plácidamente en su cama, a su lado. Aquello era algo que no le importaría volver a ver. No de inmediato, pero sí le gustaría volver a verlo y en mejores circunstancias.

Sus pensamientos se calmaron, mientras la oscuridad del día dio paso al amanecer. Y, después de dos horas desde que saliera el sol, trabajando duramente para evaporar el rocío del césped del parque, cerrando la pesadilla de Halloween y preparando la temporada de Acción de Gracias, Jeno se despertó. Sus ojos pestañearon, mientras se despertaba del todo, descubriendo que su cabeza reposaba sobre una de las almohadas de Renjun. Aunque no estuviera en la habitación, podía escucharlo al otro lado del pasillo, hablando con alguien por teléfono. El rubio se desperezó por completo, aún bastante cansado, pero ansioso por ir al hospital.

Renjun llegó al cabo de pocos segundos. Jeno estaba mirando al techo, pero giró la vista hacia él, mientras se acercaba a la cama.

- Buenos días- dijo, medio dormido.

- Buenos días- contestó Renjun. Estaba cansado, aún tratando de apaciguar el ataque de adrenalina y le dolía la espalda… pero, después de toda una noche pensando, no iba a negarlo más. Perder más tiempo con el rubio, sabiendo que podían quitárselo en cualquier momento, era estúpido. Entonces, el chico colocó una de sus manos sobre la almohada, se inclinó y, con su mano libre, le apartó unos mechones de suave pelo rubio de su cara, antes de rozar sus labios con los suyos. Tal vez Jeno siguiera medio dormido, pero sintió que dudaba sólo un instante, antes de responder. El rubio giró su cabeza hacia él, moviendo sus labios suavemente con los suyos, tentándole, aunque pocos segundos después, él se apartó, mirándole fijamente sus ojos. No se oía otra cosa en el apartamento más que su propia respiración… Entonces, Jeno preguntó lo primero que se le apareció por la cabeza.

- ¿Eso también ha sido de casualidad?

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Intenso.

Luego de la aburrida intro este capitulo vino con todo. Drama. Pistolas. Amor.

Asdffghkk

Empezaré por lo primero: Hansol hijo de puta. Me da penita darle semejante papel a Piccasol pero así estaba la historia. No podía cambiar el final.
Luego nuestros heroicos Haechan y Mark que hicieron más de lo que pudieron pero Nuestro Renjun fue el héroe de nuestro rubio favorito. fue tan hermoso. Hasta le llamo Jeno. Yo fangirlee tanto con eso.
¡Y LO MÁS IMPORTANTE! Al fin sabemos el pasado de Taeyong, le dije que tenia sus razones. Él siempre fue un policía encubierto (por si no captaron) e iba detrás de Hansol para hacerle pagar lo de Yuta. aunque tuvo que alejarse para ello 😢
Y el beso !EL BESO! Dios, han esperado por esto, lo sé. Nuestro Renjun parece decidido a ir por Jeno ¿Que creen que pasara?

Aaah tendrán que verlo en el próximo capitulo😜

Nos vemos trollers❤

Jongdinny fuera, paz✌

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