Muse (NoRen)

By JongDinny_troller

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«Solo ver su rostro en aquella calle y los colores volvieron a mí, necesitaba retratarlo, pintarlo y sobre to... More

Introducción
×Gigolo×
Tobillera
×El extraño×
Su día de suerte
×Condiciones×
Improviso
×Prodigio×
Terrores que salen de noche
×Desentrañando la superficie×
Nada Personal
×Vacío×
No me lo digas, porque duele
×Mienteme×
Bajando por el muelle
×Asuntos familiares×
Los usados y los abusados
×Algo positivo×
Bittersweet
×Asuntos peligrosos×
Como atrapar un depredador
×El monstruo de mechas naranjas×
Donde hubo fuego... (2-2)
×Querido difunto×
Los juegos que nos gustan
×Ansiedad por la separación×
Eres a quien amo
×Dónde esta el corazón×
Sinceridad (1-2)
Sinceridad (2-2)
No volveré a casa sin ti
No volvere a casa sin ti 2-2
Final: Jeno
Epílogo: Vida nueva
Trabajo, trabajo, trabajo
[ESPECIAL] Escuela
[ESPECIAL] A beber...
[ESPECIAL] Nihilismo 1-2
Importante
[ESPECIAL] Mi amor y desesperación Parte 1
[ESPECIAL] Mi amor y desesperación PARTE 2
[ESPECIAL] Mi amor y desesperacion parte final
[ESPECIAL] Al final del amor
[ESPECIAL] Desde arriba

Donde hubo fuego... (1-2)

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By JongDinny_troller

Después de organizar todo el plan, Jeno sólo se frustró por no haber comprado relojes para que él y Yuta se sincronizasen.

En ese momento, el rubio se encontraba en el pequeño apartamento de su jefe, esperando a que se pusiese su disfraz de Halloween. Yuta vivía en una zona muy tranquila de la ciudad, cerca de la tienda de D.O y se sorprendió al saber que el apartamento de Jeno también se encontraba a poca distancia de allí. Incluso era posible que ambas se hubiesen cruzado por la calle, una o dos veces, antes de conocerse. Jeno echó un vistazo a la puesta de sol, observando el vecindario, que parecía medio abandonado; era la sobrecogedora calma de Halloween, antes de que los zombies, las brujas, los fantasmas, las hadas, las princesas, los superhéroes y los vampiros se adueñaran de las calles- de las manos de sus padres o en grupos- en la eterna búsqueda de trucos o tratos.

Mark y Jaemin se encargaron del traje de Jeno, después de tener en cuenta su cuerpo y expresión facial. Habían dudado entre un disfraz de enfermero- para acompañar a Doyoung, que iría de médico- y uno de principe, así que terminaron haciéndole un largo traje de cuello alto, blanco y negro junto a un antifaz gris. Jeno insistió en que quería un diseño modesto, para asegurarse de que el Doctor Hansol no conseguiría nada de Él (ni ahora, ni nunca). Mark iba a llevar un traje parecido, pero Yuta exclamó que el diseño era demasiado aburrido y optó por algo más llamativo.

- ¿Qué tal estoy?- el castaño salió del baño, llevando un traje de noche rojo, que realzaba todas y cada unas de sus curvas y rasgos, brillando débilmente a la luz- No es exactamente de principe, pero no podía dejarlo en la tienda.

Jeno sonrió.

- Después de la actuación que diste en el bar, diría que te queda bien. ¡Di que vas de cantante de salón! Tal vez, si se lo pedimos a Haechan de buenas maneras, toque el piano del hotel y nos des una actuación impresionante- Oh, aquello iba a ser increíble. Taeyong podía esconderse todo lo que quisiera, pero no iba a poder evitar ver a Yuta aquella noche y, cuando lo hiciera, desearía arrancarse el corazón y comérselo con una cuchara.

Yuta apartó la vista.

- Lo que tú digas- se miró en el espejo y se peinó con las manos- ¿Estás seguro de querer seguir con esto? ¿Y si Ten se pone de parte de Hansol?

- No creo que sea tan idiota- Jeno entró en el baño y echó a un lado a Yuta, con sus caderas, para ver si el traje le quedaba bien, resultando en una pequeña discusión ante el espejo, que sólo terminó cuando La Cucaracha empezó a sonar, al otro lado de la casa. Yuta miró a Jeno inquisitoriamente, mientras el rubio contestaba al teléfono.

- ¿Sí?- preguntó dulcemente.

- Cuando me dijiste que iban a ponerse el disfraz, no pensé que les llevaría dos horas hacerlo- contestó la molesta voz de Renjun. Mientras Jeno lo escuchaba, hacía gestos con las manos y ponía muecas extrañas, haciendo que Yuta se divirtiera con la situación- Podrías habérmelo dicho. Ahora voy a tener que comprar más refrescos y no quedan más botellas de Cola, en ningún sitio, por aquí.

- ¿Y qué esperabas? ¿Sabes cuánta gente va a ir a fiestas de Halloween, esta noche?- Jeno se examinó las uñas. Cerró los ojos e intentó imaginarse a Renjun paseándose toda la ciudad con su disfraz puesto. Le llevó bastante tiempo convencerlo para que participara en su tema, pero al final había conseguido que se pusiera una capa negra, botas altas y una máscara, para poder hacer chistes del Fantasma de la Ópera a su costa, así como una espada de plástico. Después de todo, él sería el malo de su cuento de hadas particular. Haechan iba a disfrazarse del heroico mosquetero que liberaría a las principes del rey demonio. El hecho de que llevara un sombrero de plumas fue condición necesaria para que Renjun se uniera; mientras no fuese el único en hacer el ridículo, lo haría.

- Como tenga que conducir por toda la ciudad en busca de un sitio abierto…

- Cállate y mira a la carretera. Es peligroso hablar por teléfono mientras conduces- le colgó rápidamente Jeno, guardándose el móvil en un bolsillo escondido, del traje. Aún seguía molesto por el Incidente del Sofá, sobre todo porque no se había dignado a hablarlo con él. No; el idiota había tenido la desfachatez de hacer como si nada hubiera pasado.

Así que el rubio había metido sus zapatos en la lavadora, su portátil en el horno y había cambiado de sitio la ropa de los cajones con la del armario- a excepción de su ropa interior, a la que había escondido en el buzón. Renjun, como respuesta, había publicado el número de teléfono del rubio en el periódico, anunciando que ofrecía servicios de doncel… para Halloween, por supuesto. Jeno había estado recibiendo llamadas desde aquella mañana.

- Supongo que no estarás de humor para beber Coca-Cola- le dijo a Yuta.

El castaño negó con la cabeza.

- ¿Cómo quieres que tome cafeína en una noche como ésta?- se cruzó de brazos y se abrazó, como si tuviera frío- He tenido pesadillas. Estoy tan nervioso…

Jeno le sonrió con simpatía.

- No te preocupes. Hansol no te verá así- Jeno le colocó una especie de velo a su jefe, hecha con la tela que cubría el sofá, tapándole la cara y los hombros- Y, para terminar, el toque final- dijo, mientras cogía un broche para fijar ese improvisado velo- ¡Ya está! - dijo, rozándole la espalda a Yuta. La tela era lo suficientemente opaca como para cubrirle la cara de quien quisiera verlo.

Yuta le sonrió.

- Gracias, Jeno… Pero ten cuidado esta noche, ¿vale?- negó con la cabeza- Jamás me perdonaría que ese cabrón te hiciera algo a ti también.

- ¿Y qué va a hacerme, con la artritis que tiene?- rió Jeno- Confía en mí. Todo irá bien. ¡Mientras tanto, divirtámonos! Creo que habrá tantas golosinas que podremos comer las que queramos- entonces, el rubio pensó que no había salido por las casas ni se había vuelto a disfrazar en Halloween, desde la muerte de Taeil. El chico deseó que, estuviera donde estuviese, pudiera ver que había cambiado para mejor- Cuando la fiesta termine, traeremos a Mark aquí y veremos qué ocurre cuando se mezclan las golosinas con el alcohol.

- ¡Ja! Por mí, bien.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Renjun se quedó mirando una nevera vacía. El precio que había justo encima le indicaba, muy amablemente, que aquél era el sitio donde deberían haber estado las Coca-colas. Llevaba parado más de un minuto y estaba seguro de que las adolescentes que estaban discutiendo acerca de qué bebida coger- Dr. Pepper, Crush de Naranja o Big Red- habían empezado a pensar que Renjun estallaría, de un momento a otro.

Pero Renjun era una persona paciente, que siempre conseguía lo que se proponía. Por otro lado, también era un hombre que preferiría limpiar el suelo con la lengua, antes que pedirle ayuda a alguien; así que se subió en su coche, se colocó la capa y salió disparado de la tienda. La siguiente

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Para cuando Jeno y Yuta terminaron los preparativos de la fiesta, el sol ya se había escondido en el horizonte y las calles estaban empezando a llenarse de niños obsesionados con el azúcar. Yuta condujo despacio, haciendo uso de su cordura, pues no deseaba atropellar a un pobre hombre-lobo.

- Joder, algunos de estos disfraces son horribles- murmuró Jeno, apartando la vista de una niña pequeña cubierta de sangre falsa- ¿Qué demonios les ocurre a los padres de estos niños?

Yuta sonrió.

- ¿Por qué no les enseñas tú cómo se hace?

- ¿A qué te refieres?

- ¿Nunca has pensado en tener hijos?- la pregunta era muy inocente, pero Jeno estalló de risa casi al instante. ¿Hijos? ¿Con la vida que había tenido hasta hacía poco? El rubio se tapó la boca y se disculpó.

- Lo siento- negó con la cabeza- Me río porque esa idea me deprime. Cuando era pequeño y jugaba que me gustaría ser padre, de mayor. Pero entonces escuché que las personas que tienen traumas infantiles de pequeños no son capaces de tenerlos… Y, bueno, eso fue lo que ocurrió- el rubio apoyó la cabeza contra la ventana- Además, como fui gigolo y todo eso, no creo que pudiera. No quiero traer a ninguna criatura a este mundo, para que acabe siendo tan desgraciado como yo.

Yuta frunció el ceño.

- Siempre puedes ir al médico y comprobarlo, cariño.

- Na…- Jeno cerró los ojos- Me da miedo saberlo. Además, quién sería la madre o el padre, ¿eh? Dime alguien honesto, inteligente y que tenga futuro. Si encontrara a alguien así, y no creo que lo haga porque no lo hay, entonces tal vez me plantee la posibilidad de pedirle que me done su vientre o su esperma.

Ambos se dirigieron al distrito de Rookie poco después, que estaba repleto de adultos con disfraces guarros, que iban de bar en bar, más que de cualquier otra cosa. Jeno comprobó el móvil, que estaba puesto en vibración y se lo encontró lleno de mensajes, de los que no se había dado ni cuenta. El primero era de Renjun, quejándose de que no pensaba volverse loco buscando bebidas, así que lo intentaría en un supermercado cercano. Otro era de Ten, informándole de que llegaría al apartamento con JHope, en media hora. El tercero era de Doyoung, que estaba en el comité de preparación de la fiesta y preguntaba si él o Renjun habían comprado ya las bebidas. El rubio le contestó a cada uno adecuadamente: vete a donde te dé la ganagenial, entonces nos vemos allí; y; es un pesado, así que tardará un poco.

Jeno no quería reconocerlo ante Yuta, pero él también empezaba a estar nervioso por aquella noche. Había estado ensayando la actuación durante las últimas dos semanas y, por fin, tendría que ponerlo en práctica. Por alguna razón, se preguntó qué cara pondría Renjun… Seguro que se cabrearía con Él. Tenía que pensar en algo para compensarlo; tal vez en esa cena de tres platos que había estado tanto tiempo posponiendo.

La fiesta no había empezado oficialmente, aunque el vecindario estaba totalmente cubierto de carteles, para atraer a cuanta más gente posible. Cuando ellos llegaron al apartamento, había un grupo de niños, vigilados por unos padres que parecían bastante agotados. Un grupo de niñas en tutús miró con anhelo a los dos principes, mientras esperaban en el vestíbulo.

- ¿Quién es el siguiente? ¡Vengan, no sean tímidos! ¡No muerde, se los prometo!

Jeno y Yuta se giraron al escuchar esa sonora voz. Al frente del grupo de niños estaba Chenle, el chico de mantenimiento, que llevaba un bigote falso y un ajustado y enorme traje. Estaba inclinado, para dejar que los niños se subieran en su espalda y les diera una vuelta por el lugar a su lado, una larga y tapada figura, con un cuidado disfraz y una máscara de dos caras estaba ayudando a una niña a subirse a su espalda.

- Una vuelta por el parque, señor- dijo el hombre encapuchado, cuando la niña ya se había colocado.

Jeno reconoció la voz; era Taeyong, al que seguramente habrían encargado que se ocupase de los niños, mientras los demás lo preparaban todo para la fiesta. Entonces miró a Yuta, que observaba divertido a Chenle llevando a cuestas a dos niños gritones, que se aferraban a él desesperadamente. No lo había visto, bien… pero, al girarse de nuevo, Jeno descubrió que él sí que había visto a Yuta. El hombre enmascarado se mantuvo quieto, fijando la vista en los niños que pasaban. Jeno frunció el ceño, pero se llevó un dedo a los labios y le guiñó el ojo. Taeyong había prometido darle respuestas esa noche, así que no pensaba revelar su identidad, a menos que se retractara de sus palabras. Cuando Yuta lo miró, él volvió a centrar su atención en los niños.

- ¿Quién es el siguiente?- preguntó, haciendo que muchos de ellos levantaran las manos.

Jeno llamó a la puerta de la sala, antes de abrirla y dejar que Yuta entrara primero. La zona, normalmente reservada para quienes quisieran aprovecharse de la conexión inalámbrica a Internet que había allí o para quienes quisieran tener un rato de descanso para leer el periódico, estaba totalmente decorada. Había telarañas con enormes arañas moradas que caían del techo, las lápidas adornaban las paredes, un esqueleto acompañaba la ponchera y una mano seccionaba agarraba a cualquiera que pasara por delante, con una amenazante risa. Jeno no conseguía entender cómo podía reírse, si ni siquiera tenía boca.

- ¡Mira quién ha decidido aparecer por fin!- gritó Donghyuck, desde la mesa de la comida, dulces y refrescos, llevándose unas patatas a la boca. Con su sombrero de plumas, capa, mangas abombadas, pantalones ajustados y botas altas, parecía como si hubiera salido de la obra de teatro de un colegio- ¿Es que se han perdido o…? ¡Au!- gritó, mientras Mark le pellizcaba la oreja- ¿A qué ha venido eso?

Mark llevaba un traje blanco y negro, muy parecido al de Jeno sólo que el suyo era mucho más trabajado y llevaba una corona de plástico. El canadiense se acercó y dio un fuerte abrazo a Yuta.

- ¡Yuta Hyung! ¡Cuánto tiempo, right!

- ¡Pues sí!- le devolvió el abrazo gentilmente. Mark guiñó el ojo a Jeno, por encima del hombro de Yuta. Jeno le había contado todo el asunto para evitar que le dijera nada a Taeyong, pues la primera vez que había intentado explicárselo estaba borracho. Y, como Haechan era el mejor amigo de Renjun, éste le había amenazado para que se mantuviera callado, aunque a Donghyuck tampoco le interesaba especialmente la telenovela que tuvieran montada sus vecinos. Para eso tenía la tele.

- Oye, rojito, ¿te importa que secuestremos a tu novio después de la fiesta?- le preguntó Yuta.

Jeno se giró hacia él, con una sonrisa.

- Por cierto, ¿has visto al Doctor Hansol por aquí?

Donghyuck frunció el ceño. Hacía poco, había recibido una llamada de Renjun, diciéndole que tenía que ir a su casa de inmediato; era una emergencia. Normalmente, eso podía significar dos cosas: que Renjun le iba a invitar a una cena maravillosa, porque estaba de mal humor y necesitaba hablar de ello o que se había herido moviendo los muebles, lo que también sucedía a menudo. Por suerte, había sido lo primero; en medio de un plato de pollo a la parmesana, Renjun le había contado que Jeno estaba saliendo con Hansol.

¿Y cómo te ha sentado?- le había preguntado Haechan, enrollando unos espaguetis en su tenedor.

De ninguna manera- contestó Renjun casi al instante. El pelirrojo apartó la vista, pudiendo perfectamente leerle la mente, aunque, probablemente, hubiese acabado con un tenedor clavado en la frente, de haberlo intentado. Así que optó por hacerle sentir peor.

- Bueno, bien por él. El Doctor Hansol es un buen hombre, emocionalmente estable, honesto y con futuro. Seguro que le viene bien estar con un hombre como él.

¿Qué quieres decir con eso?- le preguntó Renjun, mientras comía.

Quiero decir que más te vale darte prisa y lanzarte, antes de que aparezca otro que te lo quite… Oh, demasiado tarde.

Cuando los ojos de Renjun empezaron a estrecharse de la furia, Donghyuck sintió que sus músculos se tensaban, preparándose para saltar de la silla y salir corriendo de allí. Pero, pasado un momento de silencio, el hombre de pelo naranja había vuelto a centrarse en su comida y con arrogancia declaró que no podía- ni quería- lanzarse a el chico y que eso sería una salvajada, sobre todo teniendo en cuenta que el rubio era un reptil de sangre fría. Entonces, dejó su cena y le quitó a Haechan su plato, antes de tirar el resto de comida a la basura, alegando que su amigo no había hecho nada para ganarse que lo alimentara.

Ahora podía ver porqué su amigo estaba tan decepcionado. El rubio buscaba por toda la sala, como si su vida dependiera de encontrar al Doctor Hansol. El pelirrojo pensó en preguntarle en qué estaba pensando, aunque sólo fuera por Renjun, hasta que recordó toda la comida que se había echado a perder y decidió mandar a su amigo al infierno.

Diez minutos después, el comité de preparación de la fiesta empezó a ponerse ansioso y no pudo esperar más por la coca-cola- aunque hubiera muchísimas más bebidas- así que abrió sus puertas al público. En aquel momento, muchos más residentes del bloque ya habían aparecido, haciendo que aquello estuviera más lleno. Jeno se paseó por el sitio, hablando con padres y niños durante media hora larga. Había empezado a ayudar a algunos presentes a llenar un cubo de agua, para jugar a atrapar las manzanas con la boca, hasta que, por el rabillo del ojo, vio a Hansol entrando en la habitación. Por lo visto, había optado por el traje de médico, quizá para emparejarse con Él. Entonces, a Jeno se le formó un nudo en la garganta, mientras trató de buscar a Yuta, sin resultados. Lo mejor sería escribirle un mensaje, así que cogió su teléfono e informó a su jefe de que Hansol estaba allí, para evitar que se le arrojara al cuello. Para entonces, él ya había cruzado media sala, acercándose al rubio.

- Buenas noches, doctor- le saludó, en un sensual tono de voz.

- Estás impresionante, Jeno- Hansol le tomó de la mano y le dio la vuelta- El traje te queda de maravilla- Añadió. Llevaba el pelo hacia atrás y se había puesto lentillas. ¿Por qué siempre tenía que parecer un donjuán cuando estaba con él?

Jeno rió.

- Oh, no exagere- el rubio le golpeó en el hombro, juguetón, dándole más fuerte de lo necesario. Por fin podría poner fin a la farsa con aquella asquerosidad de hombre… aunque, para ello, necesitaba que Ten estuviese allí y no llegaba tarde- ¿Qué le parecería si usted y yo nos marchásemos de esta fiesta, dentro de un rato?- El rubio le tomo de la mano y se acercó a su oreja- Podríamos ir a su casa.

Hansol sonrió.

- No es mala idea.

La Cucaracha empezó a sonar en el pecho de Jeno y los dos clavaron la mirada en el pecho del chico. Joder, Renjun, y ahora, ¿qué? Sonrió con inocencia.

- Lo siento, pero tengo que contestar… ¿Puedes esperar un minuto?- sin esperar a que él respondiera, el rubio se dirigió a la puerta… justo cuando alguien le cogió del brazo y lo alejó lo suficiente del lugar de la fiesta- ¡Qué…!- gritó, girándose y encontrándose con la máscara de dos caras- ¿Taeyong?

El hombre de pelo plateado se quitó la máscara. Sus ojos estaban abiertos, clavados en él.

- ¿Qué crees que estás haciendo?- le preguntó, mirando paranoicamente por detrás de su hombro. Jeno colgó el teléfono.

- Tratar de hablar con Renjun antes de que le dé un ataque y muera por mi culpa- contestó, llevándose las manos a las caderas- ¿Y qué estás haciendo ?

Taeyong suspiró.

- Vale, sé que estás enfadado…

- ¿Sólo enfadado?

- … ¡pero Yuta no debería estar aquí!- concluyó, mirándolo seriamente- Y, además…- el teléfono de Jeno, que había estado en silencio cuando comenzó a hablar, empezó a sonar de nuevo. Taeyong crujió la mandíbula, de frustración- Es igual. Ya te lo diré luego. Habla… Habla con él.

Jeno frunció el ceño.

- En cuanto vuelva, vas a empezar a darme respuestas, amigo- repuso, mientras Taeyong se colocaba la máscara y desaparecía sin esfuerzo entre la multitud. Qué tipo tan raro. Jeno se dirigió hacia la puerta, pero, justo antes de entrar, Ten y JHope aparecieron. Hacían una pareja adorable, desde luego; su amigo había optado por una túnica de dios griego, largo hasta el suelo y con una corona de laureles adornándole la cabeza, mientras que el chico de pelo rojo iba totalmente de negro, con una capa y unos dientes de vampiro falsos.

- ¡Jeno!- gritó Ten con alegría, acercándose a él de inmediato- ¡Vaya, qué traje tan bonito!

- Gracias- repuso el rubio, silenciando otra vez su teléfono. Joder- ¡Tú también estás muy mono!- se giró a Hoseok, que estaba impasible- Tú también, señor Vampiro- los ojos del chico se entrecerraron- ¡Mono, no! Quiero decir que estás muy… muy viril y atractivo- La Cucaracha sonó por tercera vez- Ah, tengo que cogerlo. ¿Por qué no van a buscar a Yuta? Tiene que estar por aquí, en algún lado- entonces, el rubio desapareció de la sala y se fue al otro lado del vestíbulo, donde había mucho menos ruido. Nada más abrir el móvil, se lo llevó a la oreja- ¿Qué?

Por fin he encontrado la bebida- contestó Renjun, en un tono de voz que al rubio le pareció triunfante. Entonces, él pareció notar algo de molestia en su tono de voz- … ¿He interrumpido algo?- Jeno abrió la boca para contestar, pero él la abrió primero- Oh, vaya, lo siento. He olvidado que podrías estar en cualquier esquina, descubriendo el cuerpo del Doctor Hansol. Bueno, adelante. Volveré en veinte minutos… media hora, tal vez. El tráfico está fatal en algunos sitios.

Jeno suspiró.

- No estaba calentando a Hansol- repuso, antes de detenerse por un momento- pero iba a hacerlo ahora- entonces, un pitido salió de su teléfono; acababa de recibir un mensaje. Apartándose el aparato de la oreja, se quedó mirando la pantalla, mientras el nombre de Yuta aparecía en el mensaje. Me ha vistoEstoy en el bañoVen YA. El pánico se apoderó de Jeno- ¡L-Le diré a Chenle que te espere a ti y a las bebidas en la entrada!- exclamó, antes de colgar y volver a la fiesta.

Renjun también colgó y se guardó el móvil en el bolsillo, fijándose en la enorme cantidad de coches que había delante de él. Odiaba los supermercados de bajo precio. ¿Por qué había cruzado toda la ciudad, para ir a uno?

- Joder- murmuró, cruzándose de brazos y logrando que el coche avanzara a paso de tortuga. Entonces, echó un vistazo a su móvil, lo cogió y empezó a escribirle un mensaje a Donghyuck.

De vuelta en NCT, el pelirrojo sintió una vibración en su bolsillo y cogió el teléfono. Nada más abrirlo, descubrió un mensaje perfectamente bien escrito. Sigue a Jaeno-ah. Doscientos pavos. Una perversa sonrisa se dibujó en su rostro, mientras contestaba. Hecho.

Al otro lado de la habitación, Jeno trataba de evitar a los ruidosos niños que correteaban, así como a algunos de sus vecinos. Los servicios estaban justo enfrente. Miró a su alrededor, pero no pudo encontrar a Hansol por ningún sitio, lo que no hizo sino lograr que el miedo se escapara de su control, mientras se imaginaba todo tipo de situaciones posibles. ¿Habría encerrado a Yuta en el baño? ¿Estaría intentando violarlo otra vez? Entonces, Jeno se volvió religioso por un instante, suplicándole a la deidad que lo estuviera escuchando que no le hubiese ocurrido nada malo a Yuta…

… aunque, al abrir la puerta del baño, no escuchó ningún sonido de forcejeo. Jeno pasó los grifos y vio a Yuta apoyado en el último, con el rostro tan pálido como su vestido, mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas.

- ¿Qué ha pasado, jefe?- preguntó, mientras Yuta se acomodaba entre sus brazos- ¿Cómo sabes que te ha visto?

- S-Se…- consiguió musitar Yuta, aunque sus palabras estaban entrecortadas por los llantos- Se me ha acercado…- sus ojos estaban vacíos y completamente perdidos- Se ha acercado y me ha dicho Yuta, es maravilloso volver a verte después de tanto tiempo- sus voz se convirtió en un susurro- pero el color rojo… no te queda demasiado bien…- entonces, su expresión se descompuso y empezó a temblar- Entonces se fue y yo v-vine aquí…

Jeno cerró los ojos, tratando de contener las ganas de romper el espejo del baño.

- Vale- dijo tranquilamente, manteniendo la calma en la voz- No te preocupes. Quédate aquí, ¿vale? Iré a buscarlo y a poner fin a todo esto- Yuta asintió, pero no parecía demasiado convencido. Jeno le ofreció una sonrisa de ánimo- Quédate aquí- repitió- y llámame si te ocurre algo.

Nada más salir del servicio, Jeno sintió que estaba a punto de abrir las puertas del Infierno y que arrastraría a Hansol con Él. Sin embargo, un rápido vistazo a la zona reveló que no estaba por ahí. El rubio echó una mirada al móvil, al que no había dejado de agarrar desde que recibiese el mensaje de Yuta. ¿Debería intentar llamarlo? No… Volvió a mirar a su alrededor. ¿Dónde estaba Taeyong? Tenía que arrastrarlo al baño, sin importar que fuera nada, para que viera con sus propios ojos lo que le habían hecho todos esos años de soledad a su amigo. Pero tampoco estaba en la fiesta. ¿Dónde se había ido todo el mundo? Vio a Donghyuck mirándolo desde el otro lado de la habitación, pero siempre estaba mirándolo, así que eso no era nada nuevo. Mark y Doyoung estaban jugando a "atrapar la manzana con la boca" y se les daba bastante bien. Ten tenía un murciélago de chocolate en la mano, que intentaba dárselo a JHope; éste, a pesar de no dejar de sonrojarse, se negaba a abrir la boca.

Jeno frunció el ceño, mientras apretaba los dedos y su corazón latía con fuerza. Tenía que hacer algo ya. ¿Dónde había un saco de boxeo cuando se le necesitaba? Oh, Renjun estaría de vuelta pronto. Tal vez pudiera salir a recibirlo, pero el rubio sentía que, con el humor que tenía, lo más probable era que le metiera la cabeza en el barril de agua… y no merecía morir. Aún. Diez minutos después, siguió buscando a Hansol o a Taeyong- al que antes apareciera; ya le daba igual- cuando suspiró y decidió volver junto a Yuta. Sin embargo, en ese momento aparecieron Jaehyung y Jisung.

Jaehyung llevaba el pecho desnudo, excepto por una especie de piel de animal que le cubría los hombros; de hecho, su cabeza era la boca de la bestia. A parte de eso, llevaba unas medias hechas jirones y una lanza, iba descalzo y llevaba pintada una especie de garra en su pecho desnudo. Jeno supuso que iría de algún tipo de guerrero. A su lado, Jisung se había hecho un copete como el de Danny Zuko de Grease. Incluso llevaba sus mismos pantalones ajustados y la cazadora de cuero encima. Al verlos, Jeno se dio cuenta de que aún no había visto a Sicheng. Tenía ganas de preguntarle por ese tema de la cirugía plástica… y tal vez Jaehyung supiera algo.

- Hola- saludó a la peculiar pareja, mientras se le acercaban.

- ¡Vaya, Jeno, estás genial!- gritó Jisung, antes de darse una vuelta y posar- ¿Qué te parece? Bonito, ¿eh? ¡WinWin Hyung me lo ha hecho! ¡Incluso me ha ayudado con el pelo!

Jeno sonrió.

- Te queda muy bien- dijo, antes de indicarle la dirección de los caramelos- ¿Por qué no vas a por más dulces, antes de que vengan más niños histéricos?

Jisung sonrió como un maníaco.

- Pensaba hacerlo- contestó, antes de marcharse tambaleándose con "estilo". Jeno no pudo evitar pensar que ésa era la primera vez que veía al adolescente tan casual. Cuando se giró hacia Jaehyung, pudo ver su expresión de tristeza.

- Eh…- dudó un momento- ¿Estás bien?

Jaehyung negó con la cabeza, haciendo que la piel del animal- que, según adivinó Jeno, era la de un oso- se movía también.

-Jeno-sshi, tienes que ayudarme- dijo, cogiéndole las manos con las suyas- Creo que he hecho algo que ha molestado a Sicheng.

Jaehyung pestañeó con velocidad. Víctima encontrada.

- ¿Ah, sí? ¿Qué ha pasado?- le preguntó dulcemente, mientras pensaba en las distintas maneras en las que podría estrangularlo, con la piel de animal. ¿Es que todo el mundo tenía algo en contra de sus amigos, esa noche? Pues podrían haber escogido otro puto día mejor.

- Bueno, verás- empezó, apartando las manos de las suyas y rascándose la mandíbula de lobo, nerviosamente- Acompañé a Jisung a por su disfraz, a casa de WinWin. En cuanto lo tuvo, se subió corriendo a casa para ponérselo, pero Sicheng me pidió que me quedara y le ayudara a ponerse el suyo. Estaba esperando a los niños que llegaran por caramelos, así que tenía todo el salón apagado, para darle un ambiente más tenebroso, aunque aún no se había puesto su disfraz…- se sonrojó notablemente- Y, bueno, eh… Su disfraz es, eh… Cómo decirlo…- rió nerviosamente- Va a venir a la fiesta vestida de momia- una pausa, en la que Yoon Oh miró a Jeno suplicante, como si esperara que comprendiera. El rubio no dijo nada- Así que va a ir lleno de vendas- aún nada- Estaba medio desnudo y yo- se señaló a sí mismo- también…

- ¿Te acostaste con él?- preguntó Jeno, cruzándose de brazos.

- ¡No!- gritó él, mostrando su lanza para defenderse- ¡No, no llegamos tan lejos! Pero, ya sabes… con las velas, la oscuridad, la piel… Estábamos muy cerca y, entonces, me pintó la marca del pecho…- tembló- Yo terminé empujándolo hacia mí… Joder, quería besarlo…

- ¿Lo hiciste?- Jeno alzó la ceja.

Jaehyung negó con la cabeza, tratando de cubrirse la cara con las manos, pero no pudiendo hacerlo por culpa de la mandíbula.

- Lo intenté… pero cuando fui a quitarle las vendas de la cara, se apartó de mí como si lo hubiese asustado y empezó a disculparse tan rápidamente que apenas pude entenderlo… Entonces, me pidió que me marchara.

Oh, Dios. Tal vez no tuviera que matarlo, después de todo.

- Jaehyung - Jeno le acaricio el brazo, amistosamente- Lo siento… Pero deberías hablar con él de esto. Deberías decirle cómo te sientes.

- Creía que ya estaba bastante claro.

- ¡Tienes que tranquilizarlo! ¡Dile que te da igual la cicatriz que tenga en la cara y que te parecería igual de guapo tuviese lo que tuviese!

- ¡Ya se lo he dicho!- gritó Jaehyung, agarrando la mandíbula de lobo de la cabeza- Se lo he dicho- repitió, más bajo- pero no me cree… Sigue sin sobreponerse del trauma… y no sé qué hacer- soltó el disfraz y dirigió a Jeno otra mirada suplicante- Por favor, Jeno ¿podrías hablar con él? Le caes bien. Estoy seguro de que te escuchará.

- Veré qué puedo hacer- prometió el rubio, aunque no estaba nada seguro de cómo hacerlo. Tal vez fuese a verlo a su casa, al día siguientea. Por lo pronto tenía que encontrar a…

- Bu- susurró una voz, en su oído.

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Mejor tarde que nunca.
Separe este capítulo en dos porque es muy largo.

El siguiente es crucial, y hermoso, esperenlo.

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