Muse (NoRen)

By JongDinny_troller

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«Solo ver su rostro en aquella calle y los colores volvieron a mí, necesitaba retratarlo, pintarlo y sobre to... More

Introducción
×Gigolo×
Tobillera
×El extraño×
Su día de suerte
×Condiciones×
Improviso
×Prodigio×
Terrores que salen de noche
×Desentrañando la superficie×
Nada Personal
×Vacío×
No me lo digas, porque duele
×Mienteme×
Bajando por el muelle
×Asuntos familiares×
Los usados y los abusados
×Algo positivo×
Bittersweet
×Asuntos peligrosos×
×El monstruo de mechas naranjas×
Donde hubo fuego... (1-2)
Donde hubo fuego... (2-2)
×Querido difunto×
Los juegos que nos gustan
×Ansiedad por la separación×
Eres a quien amo
×Dónde esta el corazón×
Sinceridad (1-2)
Sinceridad (2-2)
No volveré a casa sin ti
No volvere a casa sin ti 2-2
Final: Jeno
Epílogo: Vida nueva
Trabajo, trabajo, trabajo
[ESPECIAL] Escuela
[ESPECIAL] A beber...
[ESPECIAL] Nihilismo 1-2
Importante
[ESPECIAL] Mi amor y desesperación Parte 1
[ESPECIAL] Mi amor y desesperación PARTE 2
[ESPECIAL] Mi amor y desesperacion parte final
[ESPECIAL] Al final del amor
[ESPECIAL] Desde arriba

Como atrapar un depredador

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By JongDinny_troller

El aire de la noche era frío. Entumeció sus mejillas, secó sus labios, le robó el aliento y acabó formando unas inmensas nubes, enfriando sus desnudas piernas por los pantalones cortos que llevaba. Sus zapatillas estaban clavadas en el suelo y tenía la vista clavada en el bloque de apartamentos que había justo delante, como si fuera la atalaya de la noche, el edificio más grande de todos los que había alrededor. Las compras de Halloween descansaban delante suyo.

En aquel instante, Lee Jaeno era como un huracán, preparado para abrir de golpe aquellas puertas y arrasar con todo lo que tuviera por delante. Pero no; estaba conteniendo esa rabia y dejando que se centrara en una sola persona. Por suerte para Renjun, no era su sangre la que correría aquella noche... Aunque, si se lo encontrara, es posible que recibiera parte de su enfado. Lo suficiente para mandarlo al hospital. El rubio caminó con decisión, empujando a familias, parejas, niños y adolescentes, que no necesitaban ser testigos de lo que iba a pasar en NCT. ¿Cómo perpetraría el asesinato? ¿Lo estrangularía, golpearía con algo o le daría una patada en los testículos lo suficientemente fuerte como para conseguir que su cerebro explotara y le saliera por la nariz? Tenía muchísimas opciones, pero, oh, no quería ir a la cárcel; ahí estaba el dilema.

Intentaría no matar a nadie esa noche, decidió. Últimamente tenía muchísimo auto control, así que tal vez pudiera evitar salir en la prensa, justo entre un escrutinio electoral y algún desastre natural. Al menos, lo esperaba. Sus pies le llevaron hasta la entrada del edificio y su objetivo estaba a la vista. Podía verlo detrás del mostrador, jugando al solitario en su ordenador, sonriendo. ¿Acaso no sentía la incipiente rabia formándose en el marco de la puerta, cuyas manos temblorosas abrió? ¿No esperaba ningún castigo divino por sus acciones? Porque, de no hacerlo, sería más estúpido de lo que pensaba. Jeno estaba a punto de borrarle esa sonrisa de su puta cara.

- Taeyong- gruñó, mientras su expresión se volvía tan amenazadora que habría conseguido incluso hacer que un león saliera corriendo- Voy a matarte.

Demasiada piedad.

... Una hora antes...

Jeno consiguió que, finalmente, Yuta consiguiera salir de debajo de la mesa, después de haberle asegurado que Hansol se había marchado. Era terrible ver a un hombre, tan fuerte como él, temblando como un niño pequeño, pero sabía lo que se sentía; si la señora Choi volviera y apareciera delante de él, seguramente se escondería debajo de una mesa y esperaría a que llegara el día del fin del mundo. Y lo que empeoró todo mucho más, fue que Yuta dejó escapar la foto en ningún momento; la sujetaba tan cerca de su corazón que parecía que fuese a fusionarse con él. Le llevó mucho tiempo pero, al final, Jeno consiguió verla.

- Ése es Taeyong- explicó el castaño, señalando al chico de pelo negro que sonreía y cuyas orejas eran demasiado grandes para su cabeza- Nos hicieron esta foto cuando teníamos nueve años... Dios, esta foto tiene el mismo tiempo que tú, Jeno...- Yuta no sonrió al decir eso y, al instante, devolvió la foto a su pecho- Desde preescolar, siempre hemos sido los mejores amigos. Jugábamos todos los días... bromeábamos entre nosotros y nos inventábamos juegos con nuestra propias reglas... Durante la siesta, uníamos nuestros colchones y me acercaba tanto a él, que la profesora siempre acababa separándonos- una lágrima se deslizó por su mejilla- Fuimos al mismo colegio y compartimos casi todas las clases... Incluso prometimos ir a la misma Universidad, pero eso no ocurrió...- su barbilla se tensó- No... No ocurrió...

Jeno se sentó en la mesa, después de apartar las carpetas y folios que la ocupaban, apilándolos a un lado, dejando la silla a Yuta. El puesto castaño tenía las piernas dobladas y la cara cubierta de maquillaje corrido. Parecía tan distante, tan absolutamente devastado, que el corazón de Jeno se encogió.

- ¿Es el chico con el que soñaste?

Yuta asintió y sonrió sin humor.

- Durante años, me he imaginado qué diría si volviera a verle de nuevo… qué le preguntaría. Ha pasado tanto tiempo que casi me las he contestado yo solo, pero… preferiría oírselas decir a él. Al menos, así pondría fin a todo esto.

El rubio recordó cómo Yuta se había abalanzado sobre Taeyong aquella noche de principios de mes, abrazándolo como si fuera su faro en un tormentoso oleaje. Ésa no fue la imagen de alguien que quisiera poner fin a algo; era la imagen de un chico que estaba ciegamente enamorada de un viejo amigo que ya no existía, un chico que se había convertido en un hombre cruel de sonrisa indiferente. Pero no podía pensar en eso, en aquel momento. No podía perder los estribos y que Yuta descubriera que Taeyong vivía unos edificios más allá, calle abajo y que, si se sentara en el café frente a NCT, cada tarde, con unos prismáticos, podría verlo, sano y salvo, fuera de sus sueños. No hasta que el peligris le explicara por qué le había pedido que guardara el secreto. Entonces, trató de cambiar de tema…

- ¿Y el Doctor Hansol?- preguntó Jeno, con calma, aunque pareciera haberlo gritado, a juzgar por la manera en la que el cuerpo de Yuta tembló. El mayor apretó aún más fuertemente la foto, tensó los labios y negó con la cabeza- Yuta Hyung, no pasa nada…- el rubio se deslizó de la mesa y pasó los brazos por los hombros de su jefe- Está bien…- suspiró suavemente- Sé cómo te sientes. Créeme, lo sé.

Y, como Yuta, no le creyó, Jeno tuvo que contarle la triste historia de su pasado. Empezando por sus padres, le narró sus años de violación y abuso, los años con Taeil, la espiral y alcoholismo y depresión, entre entonces y ahora, prostitución incluida. Por mucho que le costara admitirlo, al narrarlo todo de principio a fin, pudo tener una nueva apreciación de Renjun… aunque su rechazo le hubiera herido el orgullo. Cuando terminó, Yuta estaba llorando de nuevo y sus brazos le rodeaban el cuello a Jeno.

- Lo siento…- murmuró, apartándose y mirándolo, con la cara llena de lágrimas- Comparado con lo tuyo, lo mío no ha sido nada.

Jeno negó con la cabeza.

- Claro que sí. Nada de esto es fácil, jefe. Yo elegí emborracharme y tú elegiste esconderte debajo de la mesa…

- … y emborracharme- concluyó Yuta, con una débil sonrisa. Seguía temblando al volverse a sentar en la mesa y observar el diploma escolar que colgaba de la pared. Jeno sabía que se estaba preparando para contar lo siguiente- Tenía diez años- susurró, con la mirada distante- Otros veinte parece tiempo suficiente para recuperarse de aquello, pero… creo que no ha bastado- dobló las rodillas bajo su pecho, apretando la foto contra su palma- La familia Ji era amiga de la nuestra y él era su único hijo. Por aquel entonces, estudiaba en la Universidad para psicólogo. Todo el mundo estaba muy orgulloso de él y, cada vez que no estaba, les preguntaban cómo le iba. Emocionaba a todo el mundo, cuando volvía en vacaciones de verano y Navidad, pero aquello era pura fachada. Bueno, un día… fui al campo con mis padres y sus mejores amigos. Taeyong no pudo venir porque tenía cita con el dentista, pero ese hombre… se ofreció a hacerme compañía… Estaba muy interesado en mí y en lo que hacía- sonrió tristemente- D-Decía que quería ser psicólogo, pero nunca supe si lo decía en serio o no…- sus ojos de abrieron, temerosos- Me llevó a dar un paseo… acabamos en el bosque y, allí…- reposó la cabeza sobre las rodillas. Jeno esperó pacientemente a que se calmara de nuevo y le tendió un trozo del papel higiénico que había cogido antes. Yuta lo aceptó, pero ni siquiera hizo el amago de limpiarse la cara- P-Pero lo peor no fue eso… sino que nadie me creyó… Se lo dije a mis padres y, ¿sabes lo que hicieron? ¡Me riñeron!- rió histéricamente- ¿Cómo podía decir algo así de un chico tan bueno? ¡Y era demasiado pequeño como para hablar de esas cosas! Seguramente, habría visto demasiado "Ley y Orden"… como era la serie que más nos gustaba a Tae y a mí…- apretó los labios- Me castigaron porque me violaron. ¿Es que no había sido lo suficientemente castigado ya?

Jeno negó la cabeza, incapaz de creer lo que estaba escuchando.

- Es horrible… ¿Por qué harían…?- murmuró, aunque sin poder seguir, pues su ira iba en aumento, poseyéndolo.

Yuta sonrió de nuevo.

- Me lo callé durante casi un año, pero tuve que contárselo a Tae… Él ya sospechaba que algo no iba bien. Nunca me obligó a contarle nada, aunque sé que deseaba saber qué estaba pasando…- se secó las lágrimas con el papel- No le conté quién lo había hecho… Me daba mucho miedo pensar en él, tanto como para no poder pronunciar su nombre… pero Taeyong me creyó. Fue el único. Me dijo que fuera a la policía, pero pensé que, si ni siquiera mis padres me habían escuchado, ¿por qué lo haría la ley?- su expresión se oscureció- Dejé que ese cabrón se saliera con la suya…- miró al espacio y suspiró tristemente- Y, entonces, como si las cosas no fueran demasiado mal ya, después de contárselo a Taeyong y rechazar una y otra vez hablar con la policía… él empezó a distanciarse de mí…

La sangre de Jeno se heló. La imagen de sus amigos dándole la espalda apareció en su mente.

- Empezó despacio, pero, poco a poco, dejamos de hablarnos… Intenté por todos los medios seguir cerca de él… pero él fue alejándose cada vez más… Entonces, antes de darme cuenta, acabamos el instituto y Taeyong se separó de mí definitivamente…- Yuta levantó la mano y sostuvo la foto delante de ella, bajo la luz- Y eso fue todo. Nada de virginidad, ni de mejor amigo… sólo el culo de una botella de cerveza y doce años de sueños preciosos, aunque vanos…- sus ojos se cerraron- Me pregunto qué estará haciendo ahora. Sé que no debería… Debería odiarle por lo que hizo… pero no puedo. Haya hecho lo que haya hecho… sigue siendo Taeyong. Sigue siendo el chico con el que crecí y el chico con el que me imaginé, estúpido de mí, pasar el resto de mi vida…

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Ese chico, ya un hombre, mantuvo una mirada desafiante hacia Jeno, deseando apartarla y huir. El instinto asesino de sus ojos había conseguido que el sujeto saltara de su silla y se alejara del ordenador. Ambos se enfrentaron visualmente, sin decirse nada hasta que el hombre mayor que estaba en el rellano, se subió al ascensor. Entonces, se posicionó delante de él, llegando tan pronto ante el ordenador que apenas se dio cuenta de hacerlo. Agarró a Taeyong por el cuello y lo llevó al cuarto trasero, donde estaban los buzones. Él decidió seguirlo, incluso cuando lo empujó contra la pared.

- Lo sabías- gruñó, clavándole el dedo en el pecho- Sabías que violaron a Yuta. Lo sabías, joder.

Taeyong ni se inmutó.

- Sí, lo sabía.

Los ojos de Jeno se abrieron de par en par, mientras su furia anhelaba exteriorizarse. Deseaba abrirle la tripa y sacarle todos los órganos, hasta que no quedara nada dentro.

- Y… ¿Y no te importó?- su voz sonaba temblorosa- ¿Era tu mejor amigo y no te importó?

Entonces, él se mantuvo pensativo por un momento.

- Por supuesto que me importó- contestó vagamente- Me importó lo suficiente como para suplicarle que se lo dijese a alguien, para que hiciese algo, pero no quiso. Así que, ¿para qué quedarme cerca de él, viéndolo compadecerse de sí mismo, sin querer recibir ayuda?- se encogió de hombres y aquella fría y despiadada sonrisa volvió a su rostro- Así que, decidí seguir adelante con mi vida. Genial, ¿eh?

El puño de Jeno voló como una bala hacia su estómago, haciendo que los ojos del hombre se abrieran de par en par y soltara un gemido de dolor, mientras se doblaba y caía sobre sus rodillas, delante suyo. ¿Estaba satisfecho? Oh, claro que no. El rubio levantó el pie y se lo clavó en la cabeza, empujándolo hacia un lado. Estaba consciente, pero quizá ese último golpe le aturdiera un poco. Aún delante de él, el rubio empezó a tomar aire, para calmarse. Por ahora, bastaba con lo que le había hecho; incluso era posible que volviera a pegarlo, cada vez que lo viera.

- ¡El único motivo por el que sigues con vida- gritó- es porque Yuta necesita un amigo de verdad y no pienso ir a la cárcel por un maldito hijo de puta como tú!

Sin embargo, al marcharse de allí, Jeno se dio cuenta de que Taeyong podía perfectamente llamar a la policía por lo que le había hecho. Joder. Entonces, tendría que contárselo a Renjun. No obstante, ahora que se había ocupado Del peligris, había otro asunto peligroso al que atender. Entonces, recordó la breve conversación que habían tenido él y Yuta, antes de que se disculpara educadamente, por tener que marcharse para "atender asuntos importantes".

- ¿Está saliendo con Ten?- preguntó un horrorizado Yuta, llevándose una mano a la boca.

- Sí- Jeno lo miró firmemente- ¿Estás pensando lo mismo que yo?

Yuta dejó escapar un gemido y se tapó la cara con las manos.

- Tenemos que alejarlo de él… Pero, ¿cómo? Está totalmente enamorado… y llevan juntos mucho tiempo…

Los dos se quedaron en silencio, considerando las distintas opciones. No podía ir a la policía, porque aún no había cometido ningún delito, que supieran; Ten había dicho que era virgen y ni parecía estar mintiendo, ni parecía estar asustado por él. Por desgracia, ambos mantenían una dulce y sincera relación.

- Si sólo está con él por el sexo, no tiene que sentir nada, en realidad… Lo que significa que tendría que ser muy fácil hacer que cortaran…- Jeno se dio cuenta de algo y dio una palmada con las manos- ¡Ya lo tengo!

- ¿Qué?- preguntó Yuta, esperanzado, mientras Jeno sonreía.

- Bueno, teniendo en cuenta mi pasado, creo que tengo bastante experiencia seduciendo a hombres de todo tipo…

- ¡Oh, Jeno, no!- gritó Yuta- ¡Eso podría ser peligrosos!

Jeno apartó la vista.

- Por favor, he lidiado con hombres peores que el Doctor Hansol- se levantó de la mesa y se recolocó el mandil- De veras; lo único que necesito es inclinarme sobre él, pestañear mucho y flirtear un poco. Con eso, dejará a Ten en un abrir y cerrar de ojos- A no ser que le gustaran Los menores de edad, en cuyo caso tendría un problema. Aunque, pensándolo bien, le había estado mirando la entrepierna, estaba seguro.

Yuta se mordió el labio inferior, pensativo.

- Pero, si lo deja sin darle explicaciones, Ten estará muy confundido… Creo que tenemos que enseñarle el tipo de hombre que es en realidad. Tenemos que hacerlo delante de todo el mundo.

- Entonces, invítalo a la fiesta de Halloween- propuso Jeno, nada más aparecérsele la idea en la cabeza- Allí me veré ligando con él y cortará la relación Él sola, aunque tú tendrás que explicarle la situación, para que no me odie- y eso facilitará mucho las cosas- entonces, le tendió la mano a Yuta, para ayudarle a levantarse de la silla- ¿Qué dices, jefe?

Yuta aceptó el plan a regañadientes y Jeno tendría que, durante el resto del mes, sacar de nuevo su parte de gigolo y sus dotes para actuar. Después de todo, si quería que aquello funcionase, todo el mundo tenía que pensar que le gustaba Hansol… Renjun incluido. Eso, acompañado de decidir qué tipo de disfraz llevaría en Halloween, era suficiente para apartar a Taeyong de sus pensamientos. Cerró los ojos mientras el ascensor lo llevaba a la cuarta planta, recordando lo triste que estaba Yuta al hablar del peligris. Si no fuera un imbécil… estaría bien arreglar las cosas entre ellos.

El olor de las palomitas llegó hasta él antes incluso de entrar en el apartamento, pero, una vez dentro, invadió sus fosas nasales por completo. En el sofá, Mark acurrucaba a Haechan, diciéndole algo cariñoso en inglés mientras veían la tele, haciendo que él gruñera sonrojado como respuesta. Entonces, Renjun emergió de la cocina con un enorme bol de palomitas.

- Ah, señorita Inoue, bienvenida- seguía con el jersey de cuello alto puesto, aunque no había ni rastro de la bufanda verde; tal vez estuviera en su colorido armario.

- ¿Qué es todo esto?- preguntó, quitándose los zapatos- ¿Noche de pelis?

- ¡Si!- gritó Mark, levantándose para recibirlo- ¡He aprobado los exámenes trimestrales, así que lo estamos celebrando!- explicó, cogiéndola del brazo- Hueles a comida, Jeno.

El rubio se apartó del canadiense.

- Oh, deja que me dé una ducha- se desabrochó el delantal y se lo quitó, doblándolo- Por cierto, ¿qué asignaturas tienes?

Mark miró al techo, pensativo, mientras se llevaba el dedo a la barbilla.

- Oh, veamos… ¡Biología Molecular, Química Orgánica, Anatomía Humana, Técnicas de escritura y tercero de Lenguaje de Signos!- aclaró con alegría. Jeno lo miró boquiabierto, pero la cerró al instante- ¡Estoy estudiando Genética!- añadió el rubiecito.

- Vaya… Qué bien…- a pesar de ser un genio, le faltaba sentido común para dejar al capullo de su novio. Jeno no podía creérselo- ¿Qué película están viendo…?

- Una copia pirata de Origen- Renjun le ofreció palomitas- ¿Un aperitivo para antes de la ducha? Son caseras- Jeno cogió un puñado y sus miradas se encontraron durante dos tensos segundos, antes de agradecérselo, romper el contacto visual y pasar a su lado, en dirección al pasillo. Él mismo se aseguraría de que las cosas no fuesen incómodas entre ellos; además, pronto tendría que estar loco por Hansol… aunque tampoco es que le fuese a costar mucho, porque el hombre era increíblemente atractivo. Sin embargo, tendría que recordar que, bajo aquella conducta intachable, se escondía un enfermo pederasta violador… Sobre todo, uno que había traumatizado a uno de sus mejores amigos de por vida y que, por lo visto, ahora iba detrás de su especie de hermano pequeño. Oh, iba a ser muy difícil contenerse para no tirarle por las escaleras, lo que le recordó…

- ¡Por cierto, Renjun, si viene la policía, dile que me he marchado fuera del país!- gritó.

En el salón, el chico por poco soltó el bol de palomitas encima de la cabeza de Haechan. ¿Qué demonios había hecho ahora Jeno? Sin embargo, optó por suspirar y no preguntar, sentándose en el sofá, al otro lado de Mark, que le murmuraba cosas a Donghyuck, en la oreja izquierda. Quedaba un hueco para que Jeno se sentara, aunque estarían bastante apretados.

Renjun se dijo a sí mismo que no pasaría nada. El rubio estaba de mucho mejor humor, así que, o sus palabras no le habían afectado tanto como él creía- lo que le resultaba un poco insultante, aunque no tenía derecho a quejarse- o había encontrado una distracción. Y, a juzgar por su estado, no parecía una distracción demasiado sana.

La policía nunca apareció- el Huang se habría molestado un poco, de haber ocurrido- y, en poco tiempo, Jeno salió de la ducha y se acomodó a su lado, en el sofá. Entonces, empezó a pensar que, tal vez, con la conversación que habían tenido, el tiro le hubiese salido por la culata. El rubio llevaba la camisa blanca que le había pedido hacía tiempo y un pantalonsillo de pijama. Su pelo estaba húmedo y olía increíblemente bien, aunque no sabían muy bien de qué. ¿Qué era todo lo que había visto en el baño…? ¿Champú, colonia, y gel? Hmm. Pensar en ello le distrajo bastante. Renjun trató de mantenerse lo más lejos de él y lo más cerca del bol de palomitas posible, pero, cuando Haechan y Mark se lo quitaron, no encontró nada que pudiera protegerlo de la tentadora esencia de colonia que desprendía Jeno.

¿Cuál era esa página web, en la que la gente anotaba las razones por las que odiaban sus vidas? Tendría que echarle un vistazo, alguna vez.

Por su parte, Jeno estaba demasiado distraído como para prestarle atención a la película, pensando en las veces que veía al Doctor Hansol por el edificio; cuando iba a comprobar el correo, cuando iba a trabajar o cuando volvía a casa. Tendría que arrinconarlo en cuanto tuviera la oportunidad… pero no podía estar a solas con él. Suspiró, robándole el bol a Haechan- que, a su vez, lo había mantenido apartado de Mark, quejándose de que la mantequilla haría que engordara- y se lo colocó sobre el regazo. Había muchas oportunidades de que su plan no saliera bien, pero sólo había una manera de saberlo.

A partir de mañana, pondría su plan en marcha.

Mientras tanto, Jeno encontró la oportunidad perfecta de vengarse de Renjun por el chicle y el rechazo; nada más alzar la mano sobre el bol, el rubio lo apartó de su alcance, de manera que la mano del pelinaranja acabó apoyándose en su entrepierna. Naturalmente, Donghyuck y Mark se sorprendieron por verlo apartando el bol, pero enseguida lo comprendieron. Hubo un silencio incómodo- y eso que Renjun había decidido hacer que la situación fuera lo más normal posible- en el que nadie habló, ni se movió, pues todos estaban procesando, en su cabeza, lo que acababa de ocurrir.

- Vaya, vaya- dijo Jeno- Nunca te imaginé como un pervertido, Renjunnie~

- Joder- pestañeó Haechan, sin dejar de mirarlo- Tienes muchos huevos, Moomin.

Renjun volvió en sí y apartó la mano nada más hacerlo, tan rápidamente que por poco se golpeó en la cara, aunque acabó cayéndose al suelo. Con la cara tan roja como los tomates del frigorífico, permaneció allí tirado, mientras Donghyuck soltaba una gran carcajada y un despreocupado Jeno posaba el bol en su regazo, de nuevo. Satisfecho, se llevó un puñado de palomitas a la boca y trató de no sonreír cuando Mark le preguntó si estaba bien, antes de gritar a Renjun en inglés. Sin embargo, deseó saber qué le dijo el canadiense, pues las risas de Haechan iban en aumento.

Finalmente, Renjun pareció comprender algo y se puso en pie, quitándole a Jeno el bol de palomitas y arrojándolas al pelirrojo a la cara, antes de salir del salón. Tenía que lavarse las manos. Cuando todo el lío terminó, Jeno era el único en seguir viendo la película; a Haechan le sangraba la nariz, Mark estaba histérico y podía escucharse el sonido del grifo del lavabo, al final del pasillo, acompañado del sonido de las manos al frotarse.

Ah, la sensación de la victoria. Jeno se recostó, disfrutando del momento. Era la calma que precedía su tormenta personal. Estaba a punto de enfrentarse a un peligroso violador con un doctorado en psicología… Él misma.

¡No estaba para nada nervioso; en absoluto!





























Ay dios, que capitulo.
Primero que nada perdón por la hora, pero se me borró el capítulo y estuve todo el día rehaciéndolo. Perdón si hay errores🙏

Ahora...
¿Por dónde empezar? Pobre Yuta, lo que ha pasado. Y si se que muchas deben estar odiando a Tae por como se comporto, pero todo tiene su porqué, no se preocupen. ya habrá tiempo para explicaciones.

Nuestro Jeno se ha metido en un lío tras otro.
Ah, y nuestro Renjunnie, ya se anda resistiendo pero no puede😆

En estos capítulos se viene mucho drama, tensión y love, esperenlo.

Nos vemos pronto.

JongDinny fuera, paz✌

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