Cuando mires a la luna recuér...

By Soniaaa_23

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"En la vida, no todas las historias tienen el final feliz que siempre habríamos imaginado, y el amor, es un s... More

2. La felicidad no es eterna
3. Luna

1. Secretos y pasados

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By Soniaaa_23

Todos tenemos un pasado a nuestras espaldas, un presente a nuestros pies, y un futuro en el horizonte. Todos tenemos un amor presente, un amor pasado, y uno de aquellos amores que aunque pase el tiempo, seremos incapaces de olvidar. Esta historia va de aquella persona que marcó mi mundo durante un tiempo, y de todas las situaciones que viví a su lado y que jamás seré capaz de olvidar. 

Me llamo Dionne, y mi historia comienza con un nombre que representó mi universo durante un tiempo: Darío. 

Conocí a Darío una noche en una fiesta. A mí no me gustaba especialmente asistir a fiestas, pero mis amigas, Jenny y Nerea, me animaron a ir hacia aquella fiesta, porque hacía mucho tiempo que no habíamos pasado tiempo juntas, ya que cada cual se había centrado en sus estudios, y con los días, encontrar un rato en el que poder vernos resultaba algo más difícil. 
Sin embargo, aquel viernes por la noche, Jenny me llamó cuando eran las ocho de la tarde. 
—¡Dionne! En media hora pasamos a recogerte para venir a una fiesta. Estarán Raúl y también Juan —Raúl era el novio de Nerea, mientras que Juan era el mejor amigo de Jenny, aunque yo tenía mis sospechas de que no solamente se trataban de amigos, tal y como querían hacernos creer que eran. Jenny no me dio tiempo a responder, cuando colgó el teléfono y permanecí de pie mientras que miraba hacia el pijama con el que pensaba que pasaría el resto de la tarde, ya que mis planes de aquel día eran de estar viendo una serie de televisión en Netflix: Stranger Things, y en realidad aquello era lo único que tenía pensado hacer, estar viendo algunos capítulos de la serie, tapada con una manta y comiendo palomitas, porque necesitaba relajarme después de la que había sido una semana bastante estresante porque había tenido que hacer muchas tareas y presentar trabajos importantes para la universidad. 
Fui hacia el baño y saqué el maquillaje que usaría: Rímel, delineador, colorete y pintalabios rojo. Pensé en usar las pestañas postizas, pero cuando puse el pegamento en las pestañas que irían en el ojo izquierdo, vi que el resultado sería un desastre, así que de inmediato desistí de mis planes iniciales, y a continuación fui a por un vestido. Escogí un imprescindible en todos los armarios como lo era un little black dress. Lo combiné con unos tacones de color negro, y una gargantilla que en dorado tenía inscritas mis iniciales: D.P.S  

Media hora después, tal y como habían dicho, Nerea y Jenny llamaron a la puerta de mi casa. Aquel día estaba de suerte, porque no tuve que dar explicaciones a nadie de a dónde iría, puesto que mis padres habían ido a una cena de negocios, y mi hermano Santi, había ido al cine con su novia. 

Al llegar a la fiesta, Nerea saludó a Raúl y se alejaron de donde estábamos Jenny y yo para ir a bailar. Alguien se acercó a nuestro lado, Juan primero me saludó a mí y después empezó a hablar con Jenny como si yo hubiese dejado de existir. Me dijeron que irían a por la bebida, así que mientras que se fueron, me quedé sola en medio de la fiesta. 
Miré algunos mensajes que tenía en Twitter, revisé WhatsApp, y esperé a que trajeran la bebida, pero, por lo visto, Juan y Jenny tenían temas muy importantes de los que hablar, ya que pasó más de media hora y nadie regresó a mi lado. 
Me estaba aburriendo, así que pensé en irme de la fiesta, y entonces recordé que no había ido a la fiesta en mi coche, así que tendría que esperar a que Jenny y Nerea me pudieran llevar a casa. 
Tomé asiento en una silla y continué esperando a que el tiempo pasara, ya que no conocía a nadie más que a mis amigos en aquella fiesta, y hasta ellos se habían olvidado de que yo también estaba allí. 

De pronto, alguien tomó asiento en un sillón cerca de donde yo estaba. De reojo miré en dirección al chico que se había sentado a mi lado. Tenía el cabello corto y oscuro, y sus ojos parecían de color negro. Usaba una sudadera gris que ponía en letras negras "Enjoy your life", y llevaba unos jeans de color negro junto con unas zapatillas de deporte. Parecía estar igual de aburrido que yo, así que simplemente empecé a hablar con él esperando que el tiempo pasara de forma más rápida. Hablamos de música, de cine, de series de televisión y también de youtubers a los que seguíamos..., me dijo que adoraba el deporte, en especial el fútbol, aunque también le gustaba el básquet. Yo le respondí que a mí también me gustaba el deporte, y que cuando era pequeña, mis padres me habían apuntado a ballet, pero a mí no me había gustado, así que a los diez años, decidí empezar a hacer gimnasia artística. 
Me contó que él también vivía en México, pero no en Acapulco sino en Ciudad de México. Cuando le pregunté por su vida, sobre si tenía hermanos, noté que se mostraba incómodo así que cambié de tema para no incomodarle. 
Le pregunté que si le gustaban los animales, me dijo que tenía dos perros: Spike y Niebla. Yo le dije que desde hacía diez años tenía a una tortuga llamada Dory.
Conversar con él era agradable, al instante supe que era alguien simpático, y pronto dejé de sentirme sola, porque con él a mi lado podía hablar de cualquier tema, y parecía que estuviéramos solos, como si las demás personas que estaban en la fiesta no existieran. Como si solo estuviéramos él y yo. 

Antes de despedirnos, me dio su número de móvil, y después de irme de la fiesta, cuando estaba en casa, le escribí, diciéndole que era la chica de la fiesta. A partir de aquel día empezamos a hablar. Continuaba evitando siempre que podía hablar de su familia ni tampoco de sus amigos, así que pronto aprendí que hay temas sobre los cuales alguien no tiene ninguna intención de hablar, y por lo tanto, lo debemos respetar. 
Dos meses más tarde, durante un fin de semana, quedamos en que él viniera hasta Acapulco y así pudiéramos vernos. Desde el día en el que nos conocimos, cada día hablábamos. Por la mañana, él me decía buenos días, y yo le iba contando los lugares a los que iba, y él por su parte también me contaba su día a día. Por las noches hablábamos hasta tarde, y, sin saber cómo llegó un día en el que me di cuenta de que sonreía cada vez que hablaba con él. 

El día en el que nos volvimos a ver, Darío me pidió que fuera su novia. Acepté aunque al principio pensé que quizás era demasiado pronto, pero conforme iba hablando con él me di cuenta de que no importaba el tiempo que hiciera que nos conociéramos, lo importante era que me sentía cómoda hablando con él, y él también conmigo. Y además de eso, él sentía algo por mí, así que me dejé llevar. 

Pasó un tiempo en Acapulco, porque me dijo que estaba pasando una temporada en casa de un amigo. No me quiso explicar porqué no quería volver a casa, hasta que un día me dijo que se había escapado de su casa durante una temporada porque estaba harto de los problemas. 
Cuando tuvo suficiente confianza conmigo, me contó su historia. Toda aquella historia que él llevaba a sus espaldas y que por siempre le acompañaría. 

—En casa somos cuatro hermanos—dijo—: Saúl, Alfredo, Noah y yo. Saúl y Alfredo tienen dos años más que yo, y Noah es el pequeño de la familia, recién cumplió catorce años. Saúl estuvo en la cárcel, pero cumplió su condena de cinco años, pero Alf aún tendrá que estar una larga temporada en prisión, porque mató a una persona. Noah es el único que se escapa de todos estos problemas, continúa viviendo con mis padres, pero éstos no están muy pendientes de él, ya que acostumbran a estar demasiado ocupados con sus trabajos y ven a Noah durante unas horas. Noah es diferente a todos nosotros, de momento le gusta estudiar, junto con sus amigos va a un parque de skate al salir del colegio, pero en ningún momento ha mostrado ningún interés por el mundo de las fiestas. Dice que quiere ser maestro, espero que lo consiga, porque es un muchacho que se esfuerza mucho por alcanzar sus metas. Alf y Saúl... Están perdidos, mis padres dicen que no hay demasiadas esperanza para ellos, que lo que hicieron en su día les perseguirá por siempre, y que la sociedad les juzgará por siempre por los delitos que cometieron. Y yo... yo tampoco soy como ellos, me gusta estudiar, y me gustaría ser veterinario en unos años.
»Supongo que cada persona tiene un pasado, y hay quien guarda un pasado del cual no le gusta hacer alarde. Y a mí precisamente no me enorgullece tener que contarte todo esto, pero esta es mi vida. Ninguna vida es perfecta y no conozco a ni una sola persona que pueda presumir de no tener ningún error, pero creo que a fin de cuentas, lo único que importa es que dentro de la imperfección de la vida, intentemos encaminar nuestras vidas de la mejor manera posible. 

A partir de aquel día en el que él me contó un pasaje de su vida, sentí que nuestra confianza aumentaba cada vez más de la misma manera en que lo hacía nuestro amor. 
Él me quería, y yo le quería a él. Si la vida era imperfecta, yo me sentía bien al pensar en que algunos sentimientos, sí que lo eran, de perfectos. Y nuestro amor, creí que era la muestra. 
Una tarde en la que nos volvimos a ver, le dije que no tenía secretos. Que mi vida era bastante simple, tenía un hermano, y que con mis padres me discutía, pero no tenía ningún pasado oscuro que quisiera ocultarle. Le dije que estaba estudiando para llegar a ser ayudante de producción de televisión y radio, ya que el mundo de los medios de comunicación me interesaba mucho y era en aquello en lo que quería trabajar. Le conté que no me gustaba ir cada fin de semana a fiestas, y que muchas amigas no tenía, pero las personas a quienes tenía, las consideraba unas muy buenas amigas para mí. A parte de todo eso, yo creía que en mi vida no tenía secretos. 

—La mayoría de personas, guardamos un secreto, o guardaremos un secreto a lo largo de nuestras vidas —, dijo y aquel, fue el segundo día en el que me empezó a relatar parte de su historia. —Pronto hará un año desde que terminé con una relación con una chica que duró cuatro años. —Yo, a parte de él, no había empezado todavía a salir con nadie. Había conocido a algunos chicos, pero nunca había querido tener una relación seria, porque pensaba que ya llegaría el momento idóneo, junto con la persona idónea. —Durante unas vacaciones de verano, fui a Cuernavaca porque uno de mis amigos, tenía un pequeño apartamento allí. Todos cometemos errores, y yo un día había bebido más de la cuenta, y engañé a Lia, quien era mi novia, con otra chica. Lo peor, es que cuando volví a ver a aquella chica, cometí el mismo error, y pronto me di cuenta de que tal vez ya no quería a Lia de la misma manera, ya que si aún la amaba, ¿entonces, por qué sentía que necesitaba a otra persona? Cuando volví a Ciudad de México, alguien ya le había dicho a Lia que yo le había engañado, sus amigas le dijeron que estaba cegada de amor por mí, y que no veía que yo era un imbécil para estar con alguien como ella. Sin embargo, Lia tenía un gran corazón que era una de las cosas que más me gustaron siempre de ella, la bondad con la que trataba a la gente. Aquella forma tan única y agradable de ser... ¿Cómo no amar a Lia? Pero yo cometí aquel error, y aunque pensé que Lia diría que no quería saber nada de mí, para mi sorpresa, me perdonó, decía que quería seguir conmigo. Pero yo pensé en que tal vez no la merecía, y que por lo tanto, lo mejor era olvidarme de ella y conocer a más personas, así que por esa razón, volví a Acapulco. Días más tarde, Lia supo que yo había vuelto a Acapulco, y me llamó, quería hablar conmigo y empezamos a hablar. En aquel momento, cuando reencontré todo el amor que había sentido por Lia, supe que quería que fuera la mujer de mi vida. Siempre hay una segunda oportunidad, y para el amor, también la hay. Me volví a enamorar de Lia, y pensé que lo que me vendría mejor, era centrarme en mi vida, fijarme unas metas, y empezar a vivir lejos de mi pasado para empezar a disfrutar de todo lo que la vida tenía para ofrecerme. Le pedí que se casara conmigo, y sabiendo que el tiempo no me haría cambiar de opinión, le dije que quería casarme con ella un día de diciembre. Para ser exactos, el día 31 de diciembre, porque quería que aquel día representara un antes y un después para mi vida. Quería ser otra persona, y quería empezar un nuevo año junto con mi esposa.

Pero nada salió como Darío y Lia lo hubieran planeado. Porque una tarde, su novia le llamó llorando. Sollozaba y decía algunas palabras que Darío a causa de los nervios que aquel día Lia tenía, no logró entender. Pensó que estaba loca, y que ya se le pasaría aquella tristeza que Lia tenía, así que colgó el teléfono. Cuando al día siguiente, él arrepentido por la forma en la que había tratado a Lia, decidió llamarla, el contestador saltó varias veces y no obtuvo respuesta. 
Llamó a casa de Lia, y su hermana se puso al teléfono, para darle la noticia de que Lia, había muerto. Se había suicidado. 

N.A: Espero que les haya gustado la primera parte. Esta historia es diferente a lo que acostumbro a hacer, ya que una usuaria me pidió que escribiera esta historia que ocurrió en la realidad. Así que aunque no todo es real, se puede considerar que está basada en hechos reales, pero nada de lo narrado me ocurrió a mí. 



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