Volví a mi realidad, y supuse que me había perdido mucho de esa conversación que tanto prometía.
- Nestor y yo nos vamos, Lorraine estará a punto de arrancarse la coleta de cuajo.- dijo Lyle. Después me miró y me guiñó un ojo- creo que deberías llevar a Bri a comer algo, Vitality.
Yo miré a la chica de trenza albina y asentí rápidamente.
- eso haré.- dijo dedicándome una sonrisa- adiós, chicos. Tened cuidado.
Los dos muchachos se alejaron, y, durante un par de segundos, nos quedamos contemplando sus espaldas; la de Lyle, con dos espadas cruzadas guardadas en esta, y la de Nestor, cubierta de puro metal.
Miré hacia arriba, buscando los múltiples soles de aquel hermoso lugar, cuando me dí cuenta de que estaba atardeciendo.
- es tarde- dijo Vitality leyéndome el pensamiento.- sin duda debes comer. Y... Luego te pondré ropa adecuada para que no te miren de manera extraña cuando salgas a la calle.
Yo reí.
- nunca me he probado una armadura.
- no todo el mundo aquí lleva armadura. Puedes llevar un vestido largo que tenga protección solo por los hombros o... No sé, tú me dirás.
Ella giró la cabeza y volvió a cerrar los ojos, ¡madre mía! Esta vez no me lo esperaba. Me quedé mirando el horizonte cuando me llamó la atención un fuerte golpe en el suelo de hierro, provocado por el aterrizaje de Milenium.
*ahora sí que daremos un paseo*- me transmitió el Extarida.
Era increíble lo complicado que a mí me resultaba el subirme a lomos de Milenium, y lo fácil que lo hacía parecer Vitality.
Cuando ella estuvo sobre la criatura, me acercó la mano derecha y tiró de mi cuerpo hacia ella.
Mile comenzó a elevarse, y cuando estuvo en el aire, se dirigió hacia el atardecer, subiendo hasta las nubes, desde las cuales solo se veían los rosados y amarillentos rayos solares acariciando el cielo.
Yo tenía las manos aferradas a los hombros de mi inspiradora guía, y de nuevo, me envaré para preguntarle lo que me preocupaba.
- ¿alguien conoce el aspecto de Meivis?- pregunté.
- solo las personas del clan.
- entonces, ¿Lyle y Nestor no la conocen? Son infiltrados.
- no, ellos no saben cómo es físicamente, pero saben que está unida a Lorraine de alguna manera que nadie conoce exactamente.
- pero, Lorraine y M...
No acabé la frase, cuando otro Extarida chocó contra Milenium. A la otra criatura, también la pilotaba una mujer. Volví a mirar al curioso ser, era de color violeta. Entonces pude reconocer que era el amigable Ianth, controlado por una mujer extremadamente joven, con una piel pálida, con un rostro cubierto por divertidas pecas, unos grandes ojos marrones claros y una melena de tamaño normal color negro.
- ¡Ellanora!- gritó Vitality.
- ¡hola amiga rubita!- dijo la otra muchacha, con simpatía.
El Extarida de la supuesta Ellanora se cruzó por delante del nuestro, a lo que Vitality respondió con un tono alocado...
- ¡te hecho una carrera hasta el restaurante de Ron!
- ¡hecho!
¿Ron? Ese nombre me sonaba tanto... Y no podía sacarlo, teniéndolo en la punta de la lengua. Aún así, no pude concentrarme mucho en ello, ya que Milenium dió un pequeño respingo al acelerar el vuelo de forma exagerada.
La otra muchacha, se colocó el brazalete azul que llevaba en el brazo izquierdo y... ¡se tiró hacia el vacío! Vitality rodeó con sus piernas la cintura metálica del Extarida, y se colocó boca abajo, dando la cara hacía el suelo, que quedaba nublado y lejano.
- ¿qué es LO QUE HACES?- le pregunté.
No pareció oírme ya que separó sus piernas, que eran su único soporte, y se dejó caer al igual que Ellanora.
Milenium se sacudió, haciéndome caer a mí también.
En ese instante me vino un agradable recuerdo de mi caída hacia Auritumland.
- ¡AYUDA!
Vitality y su amiga no parecían preocupadas, hacían tirabuzones en el aire mientras caían, y no lloraban al verse a los pies de la muerte, sino que reían, estaban felices.
Entonces lo entendí: era un juego. Ellas practicaban lo mismo que Mile me hizo hacer en aquel edificio para llevarme hacia su ama. Luego, Ianth y él nos recogerían.
Intenté imitarlas y hacer piruetas, pero, justo en mi primer giro, nuestro amigo Extarida voló por debajo de nuestros pies y de la larga y ya medio suelta trenza de Vitality.
La otra criatura, hizo lo mismo con Ellanora.
Habíamos bajado tanto que las nubes ya no tapaban la tierra, sino que todo se veía claramente.
Mile se dirigía hacia un enorme portón verde transparente con un cartel que ponía:
"RESTAURANTE DE LA CLAVE
-RON WALLS
-ABIERTO DURANTE TODA LA SEMANA"
El nombre de Ron Walls se marcaba más y más en mi cabeza cada vez que lo oía.
*- ¿LENA, podrías ayudarme a recordar?*- pedí.
*- Ron Walls fue el futuro marido de Lorraine, está infiltrado. Intenta advertir a Vitality.*
De nuevo, sudores helados. ¿de frente a un infiltrado con contacto directo a la reina oscura? -"Ni de coña"- decía mi conciencia.
Cuando llegamos al suelo, nos pusimos frente a la puerta del restaurante "DE LA CLAVE".
- ¿tú eres Bri?- me preguntó Ellanora.- ¡hola! ¿qué tal?
- bien. Creo.
Ella se encogió de hombros.
- ¿entramos?
Vitality empujó la puerta y una ráfaga trajo un humeante y delicioso aroma.
Un hombre que aparentaba un par de años más que Lyle, nos esperaba en la puerta con una blanca sonrisa. El chico tenía el rostro blanquezino, como no, además de unos hermosos ojos de un color marrón incréiblemente claro. Su pelo era de un castaño oscuro que hacía resaltar su mirada.
- ¡Rony!- dijo Ellanora saltando a los brazos del muchacho.
Mientras se realizaba el duradero abrazo, el brillante pelo de la chica se movía entralazado por los dedos de Ron.
- ellos... ¿ya se conocían?- pregunté.
Vitality rió.
- están prometidos desde hace un par de semanas.
¿prometidos? No, imposible, no era así. Ron Walls estaba enamorado de Lorraine, y era un... Era un infiltrado. Todo encajaba; se había ganado su confianza hasta tal punto que se iba a casar con una de los nuestros. A no ser... Que Ellanora también estubiera implicada. Pero, no tenía la pinta.
- el menú de hoy es gratis para la creadora de esta maravilla de sitio.- anunció Ron a la vez que entrelazaba sus dedos con los de la chica.
Ella sonreía a más no poder. Estaba enamorada, estaba felíz; creía que él era un ángel. En ese momento yo dí gracias por que solo LENA pudiera meterse en mi mente, ya que si todos los que me rodeaban pudieran hacerlo, la dimensión entera estaría en un buen lío.
*díselo todo a Vitality, no esperes*- me suplicaba LENA.
Yo asentí y me lamí el labio superior, con seguridad.
- Vitality tengo que hablar contigo.- dije todo lo deprisa que pude.
Ella me cogió del brazo y me apartó a un lugar en el que no había nadie.
- no me vas a creer ni una sola palabra, pero, Ron Walls no es de fíar. Fue el leal prometido de Lorraine antes de infiltrarse en nuestro lado. No se casaron por que las tropas le enviaron aquí justo después de comprometerse.
La cara de Vitality se volvió aún más blanca de lo que era, e incluso yo pude notar como cada pelo de su cuerpo se erizaba.
- ¿entonces por qué se casa con Ellanora? Oh. Es un plan de destrucción masiva, ¿verdad?
Yo asentí.
Vitality comenzó a acelerar su respiración.
- necesito contárselo.- dijo muy para sí.
Soltó otra ráfaga de aire caliente por su boca.
- ¡ELLANORA!- gritó ahogadamente.
La chica soltó a Ron y este se metió en la cocina.
- no te comprometas con Ron.- pidió mi amiga de pelo albino.
Ella arqueó una ceja, pidiendo un irónico "por qué".
- ya está prometido. Y con quien menos te imaginas.- avancé.
La bella muchacha arrancó de cuajo su expresión sarcástica y se colocó una máscara de seriedad.
- no hace falta que me informéis de que tiene pensado casarse con Lorraine. Dejázmelo a mí.
Otra vez ese terrible y grueso nudo en mi garganta. ¿ella ya lo sabía?
Nos señaló la puerta con la barbilla y nos llevó al otro lado de la calle. Allí, juntó las manos y se puso a explicar.
- sé que Ron está infiltrado, e intenta matarnos para dejar puertas abiertas a su futura mujer para destruírlo todo por completo. Y la razón por la que lo sé, es por que yo fuí la única que logró escapar de... Del clan sombrío.
El nudo de mi cuello comenzó a subir, hasta convertirse en una arcada. La única que ha logrado huír de allí era...
- ¿Meivis?- me atreví a preguntar.
Ella se quitó despacio el brazalete azul de su muñeca, y su imagen se retiró como si fuera un holograma, dando lugar a otra persona totalmente distinta.
- sí, soy yo.
Las pecas de "Ellanora" desaparecieron en un rostro perfecto y sin inperfecciones. Su pelo era mil veces más liso que el de su hermana Lorraine, más negro, más suave, más brillante... Y no lo llevaba recogido, sino que lo llevaba perfectamente suelto.
Sus ojos eran verdes y llenos de esperanza.
- mi plan es matar a Ron antes de que él me mate a mí.- dijo al fin.
Yo suspiré con alivio. Al menos teníamos un plan, y contábamos con Meivis. Pero, por otro lado, corríamos el riesgo de que el plan saliera mal, y Ron tumbara a Meivis.
- ¡eh, venga chicas! ¡he preparado vuestra mesa!- gritó nuestro enemigo asomándose a la calle.
Pude notar mi propia palidez invadiendo mi cara. Faltaron milésimas de segundo para que Ron descubriera que estaba falsamente prometido con la hermana pequeña de su verdadera pareja. Pero, Meivis no se giró a mirarle, y él solo pudo ver su espalda, desde la otra acera.
La chica se colocó el brazalete que encubría su verdadera fachada, y se volvió a transformar en Ellanora.
- vamos, o mi plan se irá a la mier...
- ¡venga "Ella", diles a tus amigas que vengan ya!- interrumpió de nuevo el hombre.
- ¡ya vamos!- dijo Ellanora dulcemente, con una sonrisa que estiraba sus graciosas pecas.
Entramos en el lugar, y de nuevo, la deliciosa fragancia.
- es esta.- dijo Ron llevándonos hacia una mesa blanca con las patas negras y redondas.
- gracias.- dijimos secamente Vitality y yo al unísono.
Él sonrió, falsamente