Todos abandonaron la sala con el antebrazo adolorido, excepto Valerie que le dirigió una penetrante mirada a Riddle, el cual se limitó a mirarla con una sonrisa coqueta en el rostro, se tocó su antebrazo derecho donde se encontraba su marca y un escalofrió recorrió el cuerpo de la vampira dejándola pasmada. Tras unos segundos, ella se dio vuelta rápidamente nerviosa y salió del salón seguida de sus amigos.
El futuro mago oscuro sonrió con malicia al notar la sorpresa en el rostro de la bruja, todo se estaba poniendo cada vez más interesante. El nerviosismo en los ojos de ella era la señal perfecta de que sus planes iban por buen camino.
Riddle se percató que Mulcibier seguía de pie sin dar señales de querer abandonar la sala, le estaba dirigiendo una mirada seria que no le gustó, suspiró y comenzó a dirigirse a la salida.
- Estas siendo muy blanda con ella – le dijo Mulcibier cuando pasó por su lado. El futuro mago oscuro se quedó como piedra y sintió como su rabia aumentaba.
- Haré como que no escuche lo que dijiste.
- Sabes que tengo razón, la tienes como una favorita, cuando solo se limita a ponerte en ridículo. No eres igual de duro con ella como con el resto, pierdes credibilidad.
El mago apretó con fuerza su varita, dejando sus nudillos blancos y se dio vuelta mientras decía – Te estás otorgando mucho poder como para venir a cuestionar que es lo que hago.
Mulcibier tragó saliva al ver como las pupilas de Riddle se tornaban un poco rojas por la rabia – Yo solo estoy aseverando un hecho que es observable...
El futuro mago oscuro levantó una ceja y sonrió con maldad - ¿No estarás celoso? Deja de hablar estupideces ni seas patético – pero él no podía negar que había una inclinación de su parte por la bruja. Era endemoniadamente interesante y no podía dejar de averiguar sobre ella – A demás, tengo claro que debajo de ese rostro rebelde y su intento de ser una buena persona, se esconde una bruja bastante oscura, más de lo que pensaba.
- ¿Quieres decir que ella es mala? –
Riddle rio – Es más que eso, aunque dudo lo que comprendas. Ella es poderosa, me encargare de domarla, tenerla comiendo de la palma de mi mano y aprovechare su potencial para poner en marcha mis futuros planes. -
Mulcibier le dirigió una mirada reacia, no estaba de acuerdo con su plan, pero prefirió no tentar su suerte al llevarle la contraria, ya estaba bastante adolorido tras la maldición imperdonable. Sabía que la nueva alumna era una bruja de grandes capacidades, pero temía que fuera capaz de generar un cambio en el futuro mago oscuro.
Queriendo cambiar de tema, Mulcibier preguntó - ¿Y cómo vas con la búsqueda para eliminar a las sangres sucias de este colegio?
- No te preocupes, me encargaré de lograrlo. Si bien me estoy basando en las palabras de un mito, estoy seguro de que la cámara secreta de slytherin existe. Cuando la encuentre no dejaré a ninguna sangre sucia con vida. – Mulcibier sonrió con maldad al escuchar esas palabras, tras eso hizo una reverencia y se retiró más tranquilo. Él sabía que Riddle lograría generar el cambio y la purificación que el mundo mágico que necesitaba solo debía recordarle que ese oscuro camino era el que debía seguir.
***
Durante el sábado, Valerie, al igual que Malfoy y Black, se sintieron débiles. La vampira pudo notar el cansancio en sus amigos, e incluso ella misma estaba teniendo problemas pues notaba como sus energías estaban desapareciendo de manera alarmante y su hambre había aumentado considerablemente. Sabía que lo que le ocurría tenía que ver con la maldita marca que Riddle les había puesto, después de todo, los demás seguidores mostraban los mismos síntomas que sus amigos.
Se revisó varias veces la marca con curiosidad, podía sentir que fluía una extraña magia en ella, cosa que no le daba buena espina. Tenía la intuición de que Riddle había hecho algo distinto con ella, no sabía que, pero estaba segura. Aun así, no pudo evitar admirar la inteligencia del futuro mago oscuro, dado que la "marca tenebrosa" quedó perfectamente puesta en su brazo. Su curiosidad por saber cómo había logrado crear un hechizo así rondó por su cabeza durante varias horas.
El domingo, tras el desayuno, se dio cuenta de que todos los demás magos marcados comenzaban a recuperar fuerzas, incluyendo a sus amigos, sin embargo, ella se sentía cada vez más débil, llegando a un nivel de hambre preocupante que podía poner en peligro a los demás.
Al caer la noche y agradeciendo a su gran autocontrol se fue rápidamente a la torre de astronomía, ya que no podía seguir aguantando más su sed de sangre. Durante el fin de semana había evitado al futuro mago oscuro, pero sabía que él la estaba observando, por lo que espero a que todos durmieran para poder salir tranquilamente de la sala común sin que nadie se percatara y evitar a toda costa encontrarse con Riddle.
***
El futuro mago oscuro observó como Deanoff abandonó la sala común bien entrada la noche y sonrió para sí, ya se estaba volviendo fácil leer las acciones que ella haría.
La había observado durante el fin de semana y se percató de que la marca no parecía afectarle de la misma manera que los demás, ya que no se mostraba igual de agotada. El mago había observado la marca que el llevaba en su brazo derecho varias veces, la cual aparecía cuando el estimaba que fuera conveniente, después de todo no quería que la marca se relacionara con el todavía, cuando sus planes se concretasen en el a futuro todos sabrían a quién correspondería la creación de la marca tenebrosa.
Aun así, trató de sentir y probar la conexión que estableció con Deanoff de manera sutil, pero al tocar su marca invocándola a ella sintió un tirón en su estómago que lo dobló de dolor. Asombrado, dejó de intentarlo ya que asumió que la magia de la nueva alumna se estaba resistiendo a la de él. Pero era algo que ya tenía asumido que ocurriría, después de todo no se sorprendía de la fuerza de Deanoff, solo debía ser paciente, la magia de ella pronto se acostumbraría a su presencia, lo quisiera o no.
Tras haberla observado atentamente durante tantas horas pensó en dejarla sola un tiempo más, sentía que esa curiosidad por ella lo estaba consumiendo y no podía negar que las palabras de Mulcibier le habían molestado profundamente. Él tenía planes más importantes que hacer, pero no pudo evitar seguirla cuando la vio salir de la sala común, era una tentación muy difícil de resistir. Ella podía ser tan útil, una aliada poderosa para todos aquellos planes que tenía en mente.
Camino con más decisión hacia la torre de astronomía relamiéndose los labios, llegando hasta pensar que ella podía ayudarlo a encontrar la cámara secreta, pero apenas esa idea cruzó su mente, esta se esfumó, después de todo no olvidaba la poca importancia que ella le daba a la pureza de sangre.
Al llegar a la torre observó que la puerta estaba abierta por lo que entró rápidamente con decisión y sin ánimos de pretender pasar desapercibido.
Valerie estaba por subirse a la baranda para saltar cuando se giró molesta ante la mirada divertida del mago.
- ¿No tienes nada mejor que hacer? – le preguntó ella.
- No veo nada ni nadie que me prohíba estar aquí – le sonrió él con malicia, era un placer hacerla enojar.
La vampira rodó los ojos molesta – No tengo tiempo para ti – comenzó a subir a la baranda de piedra, pero Riddle rápidamente la tomó de una mano deteniéndola.
- ¿Quién dijo que podías irte?
- No veo nada ni nadie que me obligue a estar acá – le respondió con sarcasmo.
- Vas a continuar dándome clases, ahora.
- Podemos continuar mañana Riddle, ahora no tengo tiempo.
El mago no la soltó, era cierto que quería continuar con sus clases, después de todo estaba interesado en que más podía enseñarle, como también sabía que eran las mejores instancias para corromperla, pero también estaba el hecho de que disfrutaba verla molesta.
- Vas a hacerlo ahora, Deanoff.
- Te dije que no – respondió ella gruñendo.
- ¿Desde cuándo crees que me importa lo que tú digas?
Ella lo miró profundamente molesta, necesitaba urgentemente alimentarse, pero no podía perder su autocontrol, no ahora y menos con él. Tensó el cuerpo y trato de zafarse del agarre del mago, pero Riddle tiró con fuerza de ella para bajarla de la baranda. La vampira molesta lo empujó tratando de apartarlo, pero el agarre del mago era más fuerte de lo que esperó por lo que ambos cayeron.
Riddle se fue de espalda contra el suelo rasmillándose fuertemente el rostro, para luego quedar sin respiración cuando Valerie cayó sobre él en una posición bastante comprometedora. El mago levantó la vista, molesto, topándose con el rostro de la bruja a escasos centímetros de él.
Valerie tensó el cuerpo cuando se percató que había caído entremedio de las piernas del mago y se hallaba sobre él, la intensa mirada que le dirigía no ayudaba tampoco a la posición en que se encontraban. Su tensión aumentó cuando vio el pequeño hilo de sangre que corría por la ceja del mago, rápidamente quiso levantarse, pero el brazo de él le rodeo la cintura con gran velocidad evitando que ella se alejara y uniendo aún más sus cuerpos.
La vampira se obligó a no dejar que el olor a sangre invadiera sus narices y se concentró en los ojos de Riddle, tratando de evitar mirar esa gota de sangre. Sentía como su garganta comenzaba a apretarse y quemarle, pero la intensa mirada del mago no le permitía apartarse, esos oscuros ojos la tenían absolutamente hipnotizada.
La tensión estaba llegando a un nivel alarmante, sin embargo, Riddle no podía dejar de mirar esos ojos cafés que lo observaban con tanto asombro. Sentía ese liviano cuerpo tenso sobre él y no pudo evitar su regocijo al saber que Deanoff estaba nerviosa ante su cercanía, después de todo la posición era muy comprometedora y él podía sentirá cada curva del cuerpo de la bruja.
Dejándose llevar y aprovechando la situación, el mago con su otra mano enterró sus dedos en el pelo de la vampira y acercó su rostro al de él, donde enterró su cara contra su cuello. Oyó el gemido de sorpresa de la bruja y recorrió con sus labios el cuello. Estaba frio, pero apenas los labios del mago entraron en contacto con la piel de la vampira, ella se estremeció. Riddle se dirigió a su oreja mientras le daba pequeñas mordidas en el cuello para luego susurrarle – Vas a ser mía, tarde o temprano –
Valerie tensó aún más su cuerpo y alejó su rostro del mago, pero este rápidamente se giró, ambos rodaron y él quedó sobre ella. Riddle la miraba con una sonrisa maliciosa, pero Valerie pudo notar en su mirada una llama de profundo deseo.
La vampira sabía que tenía la fuerza y el poder para alejarlo, podía fácilmente quitárselo de encima, pero no comprendía que la detenía. Estaba tan tensa y curiosa por la situación que no sabía cómo reaccionar. Su cuerpo reaccionaba de manera descontrolada ante la cercanía del futuro mago oscuro.
- Mía Deanoff, solo mía... ¿quedó claro? – Riddle acercó su rostro quedando a pocos centímetros de los labios de ella. La vampira podía sentir la cálida respiración del mago, pero de pronto vio esa gota de sangre acumulándose y la lucidez volvió sobre ella.
- ¡No! No soy de nadie y menos tuya – lo empujó con fuerza sacándolo de encima, corrió y saltó al vacío.
Riddle se puso de pie con rapidez y se asomó para ver como ella corría hacia el bosque. El mago respiraba con dificultad y maldijo en voz alta. ¡Que Merlín lo librara! Esa bruja era tanto una joya como su perdición, era la tentación perfecta para él, la única persona que le generaba un deseo perverso. Cerró los puños, molesto, Deanoff era una tentación demasiado excitante, pero también una peligrosa distracción.
Parecía que las tentaciones carnales le estaban ganado la batalla, pero sabía que era solo eso, un deseo primitivo por ella. Dicho deseo debía ser controlado, después de todo, ella sería una seguidora más, un peón dentro de sus planes, nada más que un simple juguete, no era prioridad.
Resopló con fuerza, de ahora en adelante mantendría mayor distancia, después de todo, para disfrutarla tendría tiempo cuando ella estuviera absolutamente corrompida, en aquel momento sería ella quien lo buscaría y lo desearía. Porque él era Tom Marvolo Riddle y todo lo que planeaba lo conseguía.
***
El lunes llegó sin contratiempos y Valerie se vio enfrentada a ir a clases de pociones. No había podido dejar de pensar en lo ocurrido con Riddle y por dentro moría de vergüenza con el simple hecho de tener que mirarlo a los ojos.
Para su sorpresa, el mago fue absolutamente cordial con ella, limitándose a dirigirle la palabra solo en caso de que fuera necesario. La vampira no pudo esconder su confusión, definitivamente no podía entender y parecía que jamás podría comprender al mago.
Al día siguiente, después del entrenamiento y de haber comido, Malfoy, Black y Deanoff se dirigieron hacia la sala común. Los otros dos magos no estaban al tanto de lo ocurrido con Riddle y la vampira prefirió dejarlo así. Ese día el futuro mago oscuro se había limitado a ignorarla, por lo que ella se relajó y actuó como si nada hubiera pasado.
Por otro lado, el rubio no había dejado de buscar el momento apropiado para preguntarle a su amiga si deseaba ir con él a la fiesta de Halloween. No debió esperar mucho, ya que mientras los tres tomaban asiento en los sillones cercanos a la chimenea Walburga sacó el tema a conversación, mencionado como un chico de Ravenclaw se había acercado a invitarla a la fiesta.
- ¿Y qué le dijiste? – le preguntó la vampira.
- Que no, por supuesto, hay que tener cierto gusto querida – le respondió con sarcasmo – Aparte ya tengo pareja.
- ¿Con quién iras? – le preguntó curioso Malfoy.
- Con Lestrange – se limitó a responder ella.
- ¿¡Es enserio!? – preguntó Valerie asombrada, a lo que la bruja asintió encogiéndose de hombros, Malfoy se limitó a gruñir y cruzarse de brazos.
- No molestes Malfoy, prefiero ir con una serpiente conocida que con otra persona.
Valerie rio ante la cara de pocos amigos que le dirigió el rubio y agregó – A mí también me invitaron –
- ¿Qué? ¿Quién? – dijo con un tono más alto de que quiso Malfoy poniéndose de pie. Walburga se tapó la boca para evitar reírse por la reacción del rubio.
- Reid me invitó –
Para sorpresa de las dos brujas, Malfoy cerró los puños, respiró hondo y se retiró sin decir nada. Antes de que alguna de las dos pudiera agregar algo escucharon a alguien reírse a sus espaldas. Se giraron, topándose con una maliciosa mirada de Riddle, el cual se alejaba de ellas y no escondía el hecho de haber escuchado su conversación.
***
Cuando Riddle tomaba una decisión importante, solía cumplirla a cabalidad. Ante la innegable obsesión que le profesaba a Deanoff, no había podido sacarse de la cabeza lo ocurrido en la torre de astronomía. No podía negar que no se arrepentía, una parte de él estaba molesta por haber dejado ir a la bruja con tanta facilidad, pero esos pensamientos eran rápidamente sacados de su cabeza. Ella era una debilidad, una piedra que lo hacía cambiar el rumbo de sus planes, los cuales ya había cambiado en algunos aspectos debido a su presencia, pero era una debilidad y él solía eliminarlas.
Claramente no podía sacar del mapa a Deanoff, dudaba que fuera fácil y tampoco tenía intenciones de hacerlo, pero no podía seguir dejándose llevar por esa extraña obsesión física y psicológica que despertaba en él.
Había decidido dejar marcada una distancia importante, después de todo, ella debía ser una seguidora obediente y digna de estar a su lado, por lo que no desperdiciaría su tiempo en banalidades. Pese a eso, no había descartado las curiosas clases que habían empezado a tener, no quería dejarlas ya que era el momento perfecto para seguir llevándola hacia el camino que él quería.
Con dicha decisión en mente, compartió la clase de pociones con ella actuando como si nada hubiera pasado. Para su sorpresa, notó lo mal que disimuló la bruja su incomodidad, lanzándole repetidas miradas y omitiendo cualquier palabra. Sonrió con maldad para sí, la bruja estaba confundida, lo cual le gustaba, la curiosidad siempre traía al ratón hacia la cueva.
Riddle disfrutó viendo la confusión en los ojos de Deanoff, ella pretendía comprenderlo, pero veía que le era difícil, lo cual le recalcaba la superioridad que tenía él sobre ella.
Al llegar la noche del martes se dirigió a la sala común, pretendía leer ciertos libros que había conseguido de la biblioteca y continuar su estudio sobre el misterio de la cámara secreta. Al tomar asiento, no pudo evitar escuchar la conversación de Deanoff con sus amigos. Cuál sería su sorpresa ante la reacción de Malfoy cuando ella mencionó que tenía pareja para la fiesta. Un dejó de molestia le llenó el cuerpo, pero despareció con rapidez. Se puso de pie y rio, llamando la atención de las dos brujas que no sabían que decir ante la reacción de su amigo.
El mago camino hacia la salida, debía cumplir con sus rondas de perfecto y al mismo aprovechaba para ir descartando los lugares en donde podría esconderse la cámara. No pudo evitar pensar en Malfoy, era patético, después de todo no era sorpresa que la nueva alumna hubiera tenido pareja a esas alturas, no se podía negar su atractivo, el cual era evidente para el resto de los alumnos. Aun así, ¿Qué le importaba a él con quien iba ella a la fiesta? A él no le interesaba. Ella era, como se había recalado varias veces en su cabeza, un mero peón en su tablero para conquistar el mundo mágico.
***
Los alumnos estaban expectantes ante la llegada del fin de semana. Los profesores no dieron su brazo a torcer, aunque Halloween estuviera cerca, por lo que muchos esperaban la fiesta con ansias para poder distraerse de la cantidad de tareas que tenían encima.
Durante esos días, Malfoy había mantenido una distancia con sus amigas, pero finalmente había decidido dejar de lado su orgullo. Valerie se le había acercado en el entrenamiento del jueves, preocupada por su distanciamiento y queriendo saber si podía ayudarlo en algo. Ante los ojos de preocupación de ella, el rubio no pudo evitar ceder, se tragó su orgullo, pero sin olvidar su nuevo desprecio hacia Reid y decidió hacer como que nada pasaba.
Valerie no pudo ocultar su alegría al ver que su amigo volvía a sonreírle y conversar con ella animadamente. Malfoy había suspirado varias veces, no recordaba que le gustara tanto la sonrisa de su amiga y tuvo que contenerse de evitar darle más vueltas al asunto de la fiesta. Ella podía ir con quien fuera ¿qué tanto le importaba a él que fuera con Reid? Aunque eso no evitaría a que cuidara todos los movimientos que el capitán pretendiera hacer durante fiesta.
Finalmente llegó la noche. Malfoy había decidido ir a la fiesta con la misma chica de Ravenclaw que la vez pasada. Por otra parte, Riddle había decidido invitar a una alumna de Hufflepuff, conocida por ser una alumna atractiva y deseada por muchos. Al fin y al cabo, él solo asistía con quien él quería y la joven no había podido negarse a su invitación.
Malfoy ingresó al gran comedor juntó con su pareja. El salón había sido decorado de manera espectacular, prometiendo ser una verdadera fiesta de Halloween. Se topó con Black y Lestrange, los cuales conversaban animadamente y el rubio no pudo negar que su amiga se veía bastante bien. La bruja se había puesto un vestido largo verde con flecos, sin mangas y tenía una cinta amarrada a la cintura que caía hacia la altura de los pies, lo que le daba un toque de elegancia.
Entre los cuatro comenzaron a comentar la decoración del salón y mirar a las demás parejas. De pronto fueron interrumpidos por la presencia de Riddle. Las tres serpientes tensaron un poco el cuerpo ante su inexpresiva mirada, solo la pareja de Malfoy lo saludó cordialmente y con una sonrisa. El futuro mago oscuro venia del brazo con una bruja rubia, alta, de ojos claros y rasgos finos. Mientras el mago vestía un impecable traje y una capa negra, la bruja se había puesto un vestido dorado largo, tenía un escote bastante prometedor para la época, apretado a la cintura y de varias capas desde la cintura para abajo. Sin lugar a duda, ella buscaba sacar provecho a su cuerpo.
El ambiente se había vuelto un tanto incomodo, hasta que Walburga abrió la boca por la sorpresa y comenzó a sonreír. Todos se dieron vuelta para mirar hacia aquello que la había sorprendido tanto.
En la entrada del gran comedor estaba Reid, con un traje gris a medida, camisa blanca y una capa gris sobre sus hombros. A su lado venía Valerie, que acaparó casi todas las miradas cuando entró. Vestía un vestido largo negro hasta el suelo con mangas largas, el atuendo era ajustado, pero no de manera exagerada, no tenía escote, por lo que la bruja se había puesto un pequeño collar de color plateado. Se veía elegante, hasta que giró un poco al caminar mostrando la parte de atrás de su vestido, el cual tenía un corte pronunciado en la espalda que terminaba justo a la altura de su cintura. Su peinado era una larga trenza que descansaba sobre su hombro derecho. El vestido hacía notar las curvas de su cuerpo, pero el corte en la espalda era grande y pronunciado, lo que jugaba con la imaginación.
Reid estiró su mano para ayudar a Valerie a bajar las escaleras de la entrada. La bruja caminaba con elegancia y seguridad, mientras le sonreía con sinceridad a su acompañante.
Malfoy y Black no dudaron, acompañados de sus respectivas parejas, de ir a saludar a su amiga. Walburga no dudo en adular su vestido y Lestrange saludó a ambos con cordialidad. Malfoy tuvo que hacer un esfuerzo enorme para no mirar con odio a Reid, saludo con cariño a su amiga sin olvidar que estaba acompañado, pero no podía dejar de mirar lo bellísima que se veía Valerie.
El grupo compartió animadamente por un rato, después Reid se excusó y se llevó a Valerie hacia donde otros compañeros de la casa. Walburga llevó a Lestrange a la mesa de bebestibles y Malfoy se dejó llevar por su pareja que quería compartir con sus amigas de su respectiva casa.
- Has causado una gran impresión esta noche – le dijo Reid a Valerie mientras caminaban hacia una esquina del comedor.
La vampira negó con la cabeza y le dedicó una sonrisa sarcástica – No creo ser la única que acaparado miradas – Reid rio encogiéndose de hombros.
Tras un rato compartiendo con las otras serpientes, los profesores dieron inicio a la música e inauguraron una pista de baile.
- ¿Bailarías conmigo? – le preguntó Reid. La vampira sonrió y asintió.
Los dos se acercaron a la pista de baile tomados de la mano, una suave melodía marcaba el paso y se dispusieron a bailar. Valerie tuvo que admitir que Reid sabía lo que hacía, ambos giraron y siguieron la música con tranquilidad. No se encontraban ni tan juntos ni tan separados, pero aun así eran observados por varios, no se podía negar que juntos bailando se venían bien.
***
Malfoy no había dejado de mirar a su amiga desde que entró al gran comedor por más que intento de no hacerlo. Vio lo radiante que estaba y el vestido no paraba de cortarle la respiración al ver su espalda. Al mismo tiempo, no pudo evitar notar que la fea cicatriz que ella tenía en su cuello pasaba casi desapercibida, asumió que la bruja se había puesto algún hechizo para ocultarla por lo menos por la noche.
Cuando se dio inicio al baile no pudo evitar gruñir interiormente al ver que Reid llevaba a la pista de baile a su amiga. El rubio había dejado a su acompañante con sus amigas de casa y se excusó diciendo que iría por algo para tomar. Mientras caminaba no podía quitar la vista del capitán y Valerie. Sin saber que lo impulsó, se comenzó a acercar a la pista de baile, sin apartar la mirada de la pareja. Se encontró con la mirada de Reid, el capitán le dedico una mirada seria y asintió, como si le leyera el pensamiento. El paso de Malfoy se volvió más seguro y se dirigió hacia ellos.
Reid acercó su rostro al de Valerie diciéndole – Parece que alguien quiere bailar contigo –
La vampira lo miró extrañada, pero para sorpresa de ambos, alguien tocó el hombro de Reid. El capitán se dio vuelta topándose con la intensa mirada de Riddle - ¿Me permite un baile con la señorita? –
***
Riddle maldijo en voz baja mil veces cuando se percató de la presencia de Deanoff, todo lo que había planteado se desmoronó solo con verla. Si bien su pareja esta empecinada con ser su centro de atención, el futuro mago oscuro solo pudo sentirse molesto con su presencia. ¿Quién era ella comprada con la bruja que estaba observando?
Estudió todos los movimientos que hizo, su elegancia, sus pasos, su confianza, todo en ella deslumbrada seguridad y un gran atractivo.
Cerró los puños con molestia cuando se percató que Reid la llevaba a la pista de baile y ponía sus manos sobre su hombros y cintura. Tras unos minutos observándolos ignoró todas las acciones que su acompañante hizo con el fin de llamar su atención, la dejó hablando sola y se dirigió hacia la pareja.
No pudo evitar regocijarse al notar el rostro de sorpresa cuando le tocó el hombro al capitán de Quidditch y le hizo la pregunta. Ante todo, Reid era conocido por ser un hombre educado y respetuoso, demasiado fiel a dichas reglas que el futuro mago oscuro no dudo en usar a su favor.
Su regocijo solo aumentó al notar la sorpresa marcada en el rostro de la bruja. Con elegancia tomó la mano de Deanoff, la acercó a él y posó su otra mano sobre su cadera.
Valerie, por más que lo intentó, no pudo esconder su sorpresa. Riddle la acercó a él con el rostro inexpresivo y comenzó a guiarla según el ritmo de la música. No pudo evitar oler su colonia y embriagarse de dicho olor, el color negro de su traje hacia que se viera bastante apuesto.
- ¿A qué debo el honor? – preguntó Valerie con sarcasmo.
- Si te respondiera con la verdad dudo fueras a creerme.
- ¿Sueles hablarme con la verdad? – el tonó sarcástico no abandonó a la vampira.
Riddle, para su sorpresa, rio e hizo girar a Deanoff con elegancia, para volver a pegarla a su cuerpo.
- Veo que la hostilidad de tu parte nunca se acaba.
- Parece que es algo que no puedo evitar contigo.
- No recuerdo que así fuera cuando estuvimos en la torre de astronomía – le respondió Riddle girándola suavemente y susurrándole las palabas al odio.
Cuando quedaron nuevamente de frente la vampira le dedico una mirada de molestia - ¿Pretendes regocijarte con eso y usarlo en mi contra?
El mago se encogió de hombros – ¿Si te dijera que no, me creerías?
- Me costaría una eternidad.
- ¿Sueles ser tan desconfiada y testaruda con todo el mundo?
- No, solo con aquellos con quien no tengo una buena razón de serlo.
Riddle apretó el agarre en la cintura de la bruja molesto, pero aguantó de buena forma su rabia ocultándola bajo una sonrisa maliciosa que le dirigió a la vampira, giró alrededor de ella y con brusquedad la pegó contra su cuerpo. Aprovechándose del corte del vestido, puso su mano en la espalda de la bruja y comenzó a acariciar su piel con uno de sus dedos, de manera suave y lenta.
- Estoy intentado, por un momento, de tener una conversación civilizada contigo y compartir un pequeño baile. ¿Es tan difícil que lo creas?
- Déjame tener un dejo de dudas ante tus repentinos cambios de humor – le respondió la vampira un poco tensa – Pero te concedo la oportunidad – añadió para sorpresa del mago.
- Muy generoso de tu parte.
- No abuses de ello.
- No puedo prometer nada.
Para sorpresa del mago, Deanoff rodó los ojos y rio suavemente para luego dedicarle una sonrisa. Él quedó embobado unos segundos con solo mirarla, nuevamente ella le había regalado una sonrisa sincera solo a él, lo que conllevaba también que ella estaba disfrutando de la conversación que estaban manteniendo. Su mano nunca detuvo la caricia que le estaba realizando en la espalda.
La escena era observada de manera disimulada ante los atentos ojos de Dumbledore. El desplante que la vampira tenía para moverse de manera tan confiada y elegante lo dejó asombrado. Al mismo tiempo no pudo evitar sonreír cuando se percató de la presencia de Riddle en la pista de baile. Ahora, ambos bailaban ajenos a todos los ojos que los observaban y el profesor no podía negar que juntos hacían una pareja asombrosa.
Pudo notar la mirada que el futuro mago oscuro le dedicó a la bruja, sorprendiéndose de ver por primera vez tanta devoción e interés por parte del mago en alguien que no fuera él. Caminó unos pasos para poder obsérvalos desde otro ángulo y se percató de la pequeña risa de Valerie y de la sonrisa que le dedicó Riddle. Dumbledore pudo apreciar por primera vez como la mirada de Tom se suavizó y un dejo de luz se dejó ver en su rostro.
Tal vez Valeria estaba en lo correcto y Tom solo necesitaba un poco de luz y cariño.
***
Walburga no solo era una bruja inteligente, sino también una gran observadora. Solía percibir bien las emociones de las personas y siempre estaba atenta a lo que ocurría a su alrededor. Si bien estaba pasando un agradable momento con Lestrange, ambos se llevaban bien y solían conversar de cualquier ámbito, ella pudo notar que Malfoy, en un minuto de la fiesta, abandonó el salón solo con el rostro marcado por la rabia. La bruja rápidamente buscó con la mirada a su amiga, le era fácil suponer que algo relacionado con ella fuera la razón para molestar de esa forma al rubio, después de todo no había olvidado la furiosa reacción que tuvo cuando supo que Reid había invitado a Valerie.
Lo que no esperaba era toparse con una escena tan particular como la que se estaba desarrollando frente a sus ojos: Valerie y Riddle bailando de manera elegante, civilizada y sobre todo su amiga sonriendo junto al mago. Definitivamente aquello era más que suficiente para enojar a Malfoy.