LUKE.
En todas las fiestas de West siempre asistían los Danzantes Aqua, por lo tanto siempre era lo mismo; figuras agua, acrobacias y un pequeño número de baile. Sin embargo, hoy no fue así y eso me daba mala espina.
Mi cuerpo se puso alerta cuando uno de los chicos del espectáculo subió a Cassy al escenario. Inmediatamente supe que algo no estaba bien.
-¡Luke, Luke! -gritaron a lo lejos. Inmediatamente reconocí a Jill.
-¿Qué ocurre, Jill? -cuestioné sin dejar de observar a Cassandra.
-Tengo que decirte algo...-miro a nuestro alrededor. -¿Dónde está Cassy? -preguntó nerviosa.
-En el escenario. -señalé.
-¿Qué? ¡No! -exclamó alterada.
-¿Por qué?
-Entraron, Luke. -respondió agitada. -Los Buscadores están aquí.
Sentí como mis músculos se tensaron. -¿Estas bromeando?
-¿Crees que bromearía con algo como esto? -gruñó. -No sabemos quienes son, así que hay que mantenerse alerta...
-Creo saber quienes son.
-¿Qué?
Señalé el escenario, donde Cassandra y el bailarín se encontraban. -Ellos.
Jill les dio una mirada y se dio la vuelta para observarme fulminante. -¿Estas loco? ¿Por qué la dejaste ir?
- Yo no la dejé. -respondí molesto.
-¡Chicos, chicos! Ahora no es tiempo para discutir, tenemos que sacar a Cassandra de ahí. -exclamó Géminis, apareciendo de repente.
De un momento a otro nos vimos envueltos en un mar de gritos y terror. Inconscientemente dirigí mi atención a la única chica que me importaba en ese momento.
Y estaba aterrada.
-¿Todos saben qué es lo que tienen que hacer, cierto?
-Sí -contestaron al unísono.
Un grito desgarrador llenó el lugar, el cual hizo que mi cuerpo se tensara.
-¡Ay no! -exclamó Géminis con preocupación.
-¿Qué? -cuestioné poniéndome nervioso.
-Pues...a Cassy le han dado un latigazo -contestó.
-¿Qué? -me acerqué a Géminis.
Era cierto, se veía como retenía el llanto y el dolor.
-Bueno, en marcha. Ya sabes que hacer, Ed -habló Jill.
-Claro que sí. -respondió antes de desaparecer por el pasillo que daba al escenario.
Asomé mi cabeza para ver que ocurría, estaban a punto de darle otro latigazo a Cassy, pero Ed había llegado a tiempo para evitarlo. Sin embargo, el chico regresó a nosotros con una mirada rara.
-Ya vi que hay afuera, es el idiota de Nelson y sus amigos. Cassandra está atada con una cuerda de agua. -informó Ed.
-Jill, ¿podrías deshacerte de la cuerda? -cuestionó Géminis.
-Claro, sólo necesito examinarla. -aclaró ella.
-Hazlo.
-Tardará algo de tiempo. -avisó.
-Hazlo. -ordené.
Jill se asomó discretamente y fijó su mirada en la cuerda, cuando se giró hacia nosotros tenía una expresión que no me gustaba.
-Tengo malas noticias. -anunció.
-¿Qué? -interrogamos al unísono.
-La cuerda es resistente, aunque no tanto. Nada que yo no pueda romper. -informó Jill.
-¿Entonces? -interrogó Ed confundido.
-Hay algo que me preocupa, esa cuerda está bien hecha. Una cuerda así sólo la haría alguien que fuera Aqua.
-Estás diciendo que...
-Hay un Aqua ayudando a Nelson. -concluyó.
-Esto no puede estar pasando. -susurró Géminis.
-¿Qué?-pregunté alterado.
-La tenemos que sacar de ahí lo más rápido posible. -habló Jill.
-Lo sé -dijo Ed.
-Tenemos que poner en marcha el plan. -comentó Géminis. -Jill, desata a Cassandra. Esperaremos el momento adecuado para ayudarla, ¿de acuerdo?
-Sí. -respondimos al unísono.
En cuestión de segundos la cuerda que ataba a Cassandra desapareció, dejándola libre en el momento exacto para esquivar un segundo golpe.
Fue ahí cuando decidimos entrar en acción.
No podía creer lo que veía; Nelson en el suelo y Cassandra con un látigo en la mano.
Jill y Géminis se nos separaron, por lo que aproveché el momento y me acerqué a Cassandra. -¿Estás bien? -pregunté tomando su rostro entre mis manos.
-Sí, sólo tengo algunos rasguños y golpes. -respondió.
-Tranquila, todo saldrá bien, Cassy. Por cierto, hiciste bien en atacarlo. -sonreí intentando tranquilizarla. -Vamos a ayudarlos.
Asintió.
En cuestión de minutos ya solo quedaba uno de los aliados de Nelson, y estábamos más que listos para terminar con él cuando Cassandra se acercó ami.
-Luke... no me siento bien. -susurró.
-¿Qué pasa? -pregunté preocupado.
-Me duele mi cabeza. -respondió.
-Vámonos. -ordené.
-No, debemos ayudar a los demás.
-Lo sé, pero no luces bien.
-Luke, sólo es un ligero dolor de cabeza, claro que puedo ayudarlos. -mumuró, no obstante, parecía que ya no tenía fuerzas ni para ponerse de pie.
-Pero, Cassy...-me interrumpió.
-No, Luke, sólo hay que ayudarlos.
-Está bien, vamos. -respondí resignado.
Sabía que estar aquí más tiempo de lo necesario era una mala idea. Sólo me descuide unos segundos, cuando la chica cayó a mis pies.
-¿Cassy?
-Vaya, vaya, creo que ahora sólo quedan cuatro. -comentó Lany, divertido por la situación.
Jill se acercó a mi. -Luke, vámonos.
-No podemos. Cassandra no querría...
-No sabemos lo que Cassandra hubiera querido. -interrumpió bruscamente. -No podemos arriesgarnos, no ahora.
Ed se nos unió. -Yo la llevaré a casa. Ustedes pueden evitar que esto termine en una batalla de muerte y sangre.
Muy tarde para eso.
CASSANDRA
Sentía todo mi cuerpo tenso y adolorido, abrí poco a poco mis ojos. Estaba en una habitación, por un momento creí que todo había sido un sueño y que nunca había pasado nada, que nunca fui al colegio.
Aunque era demasiado bueno para ser verdad.
Tomé un celular de la mesita de noche que tenía a mi lado, lo examiné y comprobé que era el mío. Busqué en mis contactos el número de Miranda y la llamé.
-¿Hola? -cuestioné.
-¡Cassandra! ¿Qué demonios te ocurre?-interrogó Katheryn desde la otra línea.
-¿De qué hablas?
-¡Después del simulacro desapareciste, nadie te vio! Y curiosamente tampoco estaban los raros, ¿¡Qué pasó!?
-Kat...
-¡Cassandra, todos estamos preocupados por ti! ¿¡Dónde demonios estás!?
-¡Katheryn!-le grité.
-¿¡Qué!?-gritó de vuelta.
-Relájate, estoy bien. Me tengo que ir.
-¿Qué? ¡No! ¡Dime dónde estás, Cassandra!
-Adiós.
-¡No! Cassandra... -su voz se cortó al momento en el que colgué.
Suspiré.
Vi la hora y recordé que debía pasar por Leonardo al aeropuerto. Me levanté y me metí a la ducha, me vestí con unos jeans, una blusa de manga corta color azul verdoso y me puse mis converse que hacían juego.
Faltaba un cuarto para las 10:30 cuando alguien tocó a la puerta.
-¿Se puede? -preguntó una voz familiar.
-Claro.
-¿Cassy?
-¿Sí? -salí del baño con mi cepillo de dientes en mano.
-Cassy... -me miró de pies a cabeza.-Estás muy linda.
Sentí como me enrojecía. -Gracias, Luke
-¿Cómo te sientes?-preguntó.
-Me duele un poco el cuerpo, pero estoy bien-contesté sentándome en el borde de la cama.
-¿No te sientes mal?
-No.
-Está bien.-parecía nervioso, como si quisiera decirme algo pero no se atrevía.
-Luke, ¿qué ocurre? -cuestioné.
-Necesito decirte algo.
-Dilo. -pedí nerviosa.
¿Qué está pasando?
-No puedes quedarte en tu casa, necesitas estar en un lugar seguro y te pedimos que vivas aquí, con nosotros. -explicó.
-¿Qué? -me levanté de la cama.
-Sí, lo siento, pero tienes que dejar a tu madre y vivir aquí con nosotros.-explicó un poco alterado.
Mi corazón empezó a latir con demasiada fuerza. No podía dejar a la única familia que tenía, a la única persona que me había apoyado. No podía dejar a la Tía Emily.
-No, no, no puedo hacer eso. -murmuré. Sentía como mis ojos ardían.
-Cassy, todo saldrá bien. Le pediremos a tu madre que te deje vivir aquí, nos las arreglaremos para que te puedas quedar a vivir aquí. -habló rápidamente. -Debemos protegerte.
-Tú no lo entiendes.-susurré con la voz entrecortada.
-Si te entiendo.
-¡Claro que no! ¡Tú no perdiste a tu madre cuando eras un bebé, tú no te quedaste sin familia! ¡Tú no te quedas con la única persona que queda de tu familia! -exclamé.
-Cassy...yo no sabía...
-¡Nadie sabe, nadie se entera! ¡Porque nadie se preocupa por eso! ¡Porque a nadie le interesa! -grité y comencé a llorar. No soportaba ver a Luke, no soportaba que me viera en un momento de debilidad.
-Cassy...
-Déjalo así, Luke, ya no importa. -salí de la habitación
Bajé y todos estaban en la sala, todos excepto Luke. Jill me volteó a ver, cuando me miró se quedó sorprendida.
-¿Cassy, qué te pasa? -se levantó y se acercó a mí.
-Nada, Jill, ¿puedo tomar el auto?-cuestioné intentando dejar de llorar, pero fue inútil.
-¡Cassandra!
-¿Qué ocurre?-cuestionó Géminis.
-Nada-bajé la mirada, ya tenía suficiente con que Luke y Jill me hubieran visto llorar como para que los demás se dieran cuenta.
Luke bajó, al no recibir respuesta de Jill me apresuré a salir de casa.
-¡Cassy! ¡Espera! -gritó Luke mientras me seguía.
-Luke, déjame en paz.-exclamé girando para verlo.
-¡Cassy, no te vayas! -rogó.-No te vayas, por favor.
-Luke...
-Perdóname, perdón si te molesté. Fue mi culpa, lo siento, no sabía por lo que habías pasado. Fue un error mío, lo siento.-se disculpó rápidamente.
En sus ojos pude ver que hablaba en serio, sin embargo, él no tenía la culpa. Yo era la culpable de esta escena alterándome al escuchar su petición.
Suspiré.-No importa.
Me sonrió de lado. -En serio que no quiero molestarte, pero debes mudarte.
-Luke...
-Ya sé que no quieres, pero es para que estés a salvo, a parte, estarás con amigos. -explicó.
-Me quedaré.
-Te divertirás, te lo aseguro. Jill cocina unos hot... ¿qué?
-Me quedaré. -repetí.
-¿En serio? -asentí. -¡Genial!
En ese momento mi celular empezó a sonar.
-¿Sí?-cuestioné al contestar.
-Cassy, sólo te quería avisar que estoy por llegar.-hablaron desde la otra línea.
Demonios, Leonardo. Lo había olvidado.
-Ah, está bien. Te veremos allá.
-Oye, te quería pedir otra cosa.
-¿Qué?-cuestioné.
-¿Me podría hospedar en tu casa durante unos días? Es que no me alcanzó el tiempo para encontrar un buen hotel.
-Ah, se lo comentaré a mi tía, la verdad no sé si me deje, pero te diré cuando lleguemos.
-¡Gracias! Te dejo.
-Adiós-me despedí y colgué.
¿En que estaba pensado? Yo no debía tomar esa decisión, sino Luke. Ahora viviría en su casa junto con lo Jill, Ed y Géminis, suponiendo que Emily me deje hacerlo, no estoy en posición de hacerlo.
Estaba alterada, no podía parar de pensar en eso.
-Cassandra...¿Qué ocurre? -cuestionó Luke.
-Tenemos que ir al aeropuerto. -recordé.
-Cierto. -entró a la casa por unos segundos y salió con las llaves del auto en mano. -Vámonos.
Tal vez deba decirle sobre Leonardo siendo un inquilino más en su casa más tarde. ¿O tal vez no?