•~Nada Ha Cambiado ~•~BillDip...

By RinOrrala

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[COMPLETA] ¿Si te digo que nunca acabó y sólo fue el comienzo de la verdadera pesadilla? Sería una locura, ¿v... More

Capítulo 1: Pesadillas
Capítulo 2: Mal Presentimiento
Capítulo 3: Retorno
Capítulo 4: Obsesión
Capítulo 5: Decisión 1/2
Capítulo 6: Decisión 2/2
Capítulo 7: Sentimiento
Capítulo 8: Demasiado Tarde
Capítulo 9: Beso
Capítulo 10: Secreto
Aviso Que Avisa Avisos
Capítulo 11: Castigo
Aviso Pre-Navideño
Capítulo 12: "Te amo"
Capítulo 13: Encontrarte
Capítulo 14: Futuro
Especial de Navidad (1/2): Preguntas y Respuestas
Especial de Navidad (2/2): Primera Navidad
Capítulo 15: Cita (1/2)
Capítulo 16: Cita (2/2)
Capítulo 17: Penumbra
Capítulo 18: Señuelo
Capítulo 19: Engaño
Capítulo 20: Molestia
Capítulo 21: Abandono
Capítulo 22: Cumpleaños
Capítulo 23: Lazo
Capítulo 24: Ancien amant
Capítulo 25: Advertencia
Capítulo 26: Ambiciones
Capítulo 27: Ámbar
Capítulo 28: Derrumbe
Tag 20 canciones
Capítulo 29: Unión
Capítulo 30: Secretos y mentiras
Capítulo 31: Pesadilla
Capítulo 32: Último suspiro
Capítulo 33: Hermoso demonio
Capítulo 34: Odio y esperanza
Capítulo 35: Despedida
Capítulo 36: Lágrimas
Capítulo 37: Agonía
Capítulo 39: Muerte
Capítulo 40: Crónicas de un demonio
Capítulo 41: Furia y Melancolía
Capítulo 42: Consecuencias
ELIMINADA
Capítulo 43: Valentía
Capítulo 44: Arena y Oscuridad
Capítulo 45: Purgatorio
Capítulo Final: Nada ha Cambiado
Epílogo
Notas finales
¡Estamos nominados!

Capítulo 38: Ángel

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By RinOrrala


Toma un ángel por las alas

ruégale ahora por todo

ruégale ahora por otro día más 



Pov's Dipper



La lluvia no ha parado desde que Marchosias y los demás han salido. Y han pasado cinco días desde eso. 

La desesperación y la incertidumbre comienza a espesarse más en el aire de la Cabaña. 



- Vaya diluvio- dijo Pacifica, recargándose en mi hombro- ¿Crees que pare?

- No lo sé, linda- le respondí, desviando la mirada del libro que estaba leyendo a sus ojos- Quizá sólo sea que estamos en Otoño...


Pacifica posó su mano en mi mejilla de forma reconfortante y me sonrió con dulzura.


- Te conozco lo suficiente para saber que estás haciendo excusas. Bill controla el clima... y algo trama. Quizá quiera hacer su versión del Gran Diluvio de Noé

- No sabía que conocías ese relato- dije, tratando de desviar el tema. Lo cual, logré.


Ella rió.

- Mis abuelos eran católicos y de pequeña me contaron esas historias- ella se encogió de hombros- Me las aprendí de alguna forma


Sonreí y seguí leyendo, mientras Pacifica volvía a hacer macramé y tarareaba una canción. Suspiré para mis adentros cuando dejamos de hablar de Bill. No lo necesitaba en estos momentos, no cuando tengo a Pacifica. Y ella es más que suficiente.

Así, todo parecía tranquilo y normal. Parecía como si no hubiera fin del mundo y sólo fuéramos unos adolescentes en pleno "hechizo de amor".


Desgraciadamente, esto no era así. Sí había fin del mundo, con un demonio demente intentando inundarnos.


Seguía expectante por la llegada de los otros. Su atraso ha llamado la atención de todos, y ha desatado la preocupación de todos. Incluyéndome.


El nudo en mi pecho no se iba. Marchosias había dicho que no tardarían mas que tres días máximo. Y han pasado cinco.


Me asusta de sobremanera pensar que no pudieron hacer la invocación por el hecho de haber sido capturados por Bill, u otra cosa mucho peor.


El suelo comenzó a temblar sutilmente, pero comenzó a incrementar conforme los segundos. Comienzo a acostumbrarme a éstos de lo frecuentes que han sido últimamente, pero sé que Pacifica no.


Tomé la mano de Pacifica al sentir el sismo y ella se aferró a mi. Cayeron al piso varias pinturas antes colgadas y los gritos de pánico surgieron sin tardía.

Pacifica se aferró mas a mi y yo la abracé, en gesto protector.


Esperamos abrazados a que pasara el extraño temblor. Este es el cuarto desde que se fueron.



Y al parecer, cada vez son más fuertes que los anteriores.


Bill estaba tramando algo, sin duda. Terminará destruyendo Gravity Falls. Me pregunto si realmente sólo quiere el planeta dominado por él o si lo quiere destruido.


- Tranquila- le dije a Pacifica, quien había comenzado a tener espasmos de sollozos.

Acaricie su espalda y besé su cabeza. Le seguí susurrando palabras tranquilizantes hasta que todo volvió a lo que pueda llamarse normalidad.

- Ya pasó, Paz- le susurré- Ya está todo bien...

- No, no lo está- respondió, alzando su rostro surcado de lágrimas. Pasé mi pulgar en su mejilla, limpiándolas, intentando de igual manera mandar lejos sus miedos- ¿Qué pasará cuando ya no pare? ¿Qué pasará cuando esta locura nos logre alcanzar?

- Si eso llegara a pasar- le respondí, acariciado sus mejillas y su cabello- No dudes en que te protegeré. Y aun muerto, lo haré. Encontraré la manera de hacerlo...


Ella alzó su rostro y me dio un largo beso. Me abrazó del cuello, casi asfixiándome, como si se aferrara a lo que la mantiene con vida.



Fue ahí cuando me di cuenta de la estupidez que había hecho.



No estaba seguro si podría protegerla, mucho menos al morir. Es más, no estaba seguro si hay algo después de la muerte más que cenizas y tierra. 

Mucho peor, no sé si podré ser capaz de serle fiel de corazón. No con el remordimiento que surge en mí cada vez que la beso o que la abrazó, no con los ojos ámbar que me persiguen hasta en mis sueños. Y al pensar eso, me siento un asco de ser.


Tengo que amarla. 

Debo amarla.

Y así, olvidar.


Salimos de la habitación, intentando calmar a los sobrevivientes que estaban enloquecidos, los cuales eran la mayoría. No pudimos hacer mucho, ya que varios de ellos ya estaban al borde de la locura o ya estaban completamente locos.

- ¡No me toques!- me gritó Tyler, separándose de mi abruptamente- Esto es tu culpa. No pasaría esto si no hubieras aparecido... Eres un egoísta, sólo pensando en ti...

- Silencio Tyler- le gruñó mi tío Ford, lo cual agradecí en silencio- No sabes si Dipper hubiera influido en algo. Quizá pase lo mismo estando o no aquí.


Me alejé de él e intente ayudar a quienes me tenían un poco de afecto, quienes escasean.

Para los demás, yo era un augurio de catástrofe. Muchos pensaban que realmente era un espía de Bill y no perdían oportunidad alguna para culparme de lo que sea que pasara.


- Ford- Linda Susan caminó hacía el mencionado a grandes zancadas. Tenía el rostro surcado de preocupación y de unas pocas lágrimas.

- ¿Qué pasa?- preguntó, posando toda su atención ante Susan y dejando a un lado a los alterados sobrevivientes. Por muy cruel que suene, mi tío Ford sabia que ya no había mucho que hacer con ellos mas que soportarlos. Como si fueran una carga.

- Los víveres se acabaron


Quizá lo había dicho con la intención de un susurro, pero todos logramos escucharlo. Y al instante, el pánico aumento como una oleada en los presentes.


- ¿Pero cómo?- preguntó Ford, perplejo- Ayer había los suficientes para tres meses

- Unos enanos y unicornios, junto con otros, los tomaron. Dijeron que era una protesta para que vieran que no tenemos más oportunidades para sobrevivir. Están perdiendo la esperanza... estamos.


Ford torció el gesto en enojo, pero supo reprimirlo lo mejor que pudo. No me cabía duda que estaba bajo presión a causa del retraso de su hermano y de los demás. Su cabello parecía querer tornarse blanco, algo realmente alarmante.


Los gritos de indignación y desesperación aumentaron su volumen. Mi tío Ford exigía silencio a gritos, pero en vano intento.

- Todo es culpa de Dipper- gritó alguien de la masa de gente asustada, haciendo a otros seres secundar esa acusación.



Me sentí como una presa encerrada, sin escapatoria.


Todo comenzó a darme vueltas. Me miraban con odio y repulsión, quemando cada célula de mi ser. Mis amigos y familia intentaron calmar los airados ánimos, pero su furia podía rebasar por mucha ventaja su ayuda.

- ¡Deberíamos matarlo!- gritó alguien detrás de todos.

- Mejor torturarlo para que Bill dejé de invadir el mundo- gritó otro.


Y más gritos comenzaron a hacer eco. Sentí más carga en mis hombros, haciéndome imposible mantenerme en pie. De milagro, lo pude lograr de alguna misteriosa forma.


- Vamonos, Dipper- me susurró Pacífica y mi hermana asintió, respaldando a la rubia.

Me sentí mal por ellas, pero demasiado agradecido. Los gritos no sólo me insultaban a mi, también lo hacían hacia mi tío, hacia mi hermana y hacia mi novia. Escuchar acusaciones de no quererlos y de sólo utilizarlos es como aventarles rocas.


Y Pacífica era la más afectada. Sus ojos estaban llorosos de miedo. Quería decirle que la amaba, pero sé que una parte es mentira. Aunque lo niegue un millón de veces, lo cierto es que sigo amando a Bill aún con el sabor de la traición en mi boca.


Ford nos hizo el gesto de subir al ático y los tres le obedecimos. Sabíamos que lograría calmarlos de alguna forma, pero para eso necesitará de mi ausencia.


Sin discutir nos dirigimos hacia arriba. Aun arriba, se escuchaban los furiosos reclamos de los sobrevivientes.

Nos sentamos cerca de la única ventana. El silencio incómodo se situó entre nosotros sin esperar nada.

Los gritos aún seguían después de varios minutos, por lo que Mabel optó por bajar a ayudar a mi tío Ford. Quizá Mabel sea un poco irritante en algunas ocasiones, pero siempre logra calmar a los demás con una sonrisa. Desearía tener ese don con el que mi hermana ha sido favorecida.


- Dipper- Pacifica se recargo en mi hombro y tomó mi mano, algo que sentí tan reconfortante como una taza de café en un frío día de invierno- No te estoy probando ni nada por el estilo... pero con todo lo que dicen hacen entrar dudas en mi corazón

- Ya dilo, Paz- le urgí cuando se quedó callada- No me hagas morderme las uñas


Siguió en silencio con vista fija hacia la nada. Hasta que por fin habló con ojos tristes.



- ¿Me amas como amaste a Bill?- me preguntó. Encontré su tímida y triste mirada.


Ahora, yo fui el que se quedó callado y desvíe la mirada.


Pacifica tomó de mi mejilla con brusquedad suficiente para hacerme notar que la estaba hiriendo.

- ¿No lo es así, verdad?- me dijo con furia- Pensé que me amabas

- ¡Y lo hago!- exclamé- Sólo... es difícil olvidar todo lo que me hizo. Pero él es  mi pasado, Paz. Tú eres mi presente y mi futuro


Nos quedamos callados, esperando al otro decir algo. La furia de Pacífica apaciguó a sorpresa y a lágrimas retenidas. Pensé que en cualquier momento rompería en llanto y me preparaba a consolarla.


Sin embargo, acercó su rostro al mío y comenzó un beso desesperado, rompiendo mis expectativas. Si fuera ella, estaría enojado conmigo. No es justo para ella cargar con el peso de mis recuerdos con el demonio que tenemos como enemigo común.

La acerqué más a mi tomándola de la nuca, sintiendo mis dedos enredarse en sus dorados cabellos.


Nuestras respiraciones se volvieron frenéticas al pasar los minutos. Nuestros labios besaron nuestros rostros y cuellos. Nuestras manos acariciaban otros rincones.

La ropa comenzaba a estorbar a causa del calor que nuestros cuerpos irradiaban. Conocidas y desconocidas sensaciones nos embargaban.

Suspiramos y gemimos al movimiento de nuestros seres. Susurrábamos palabras de amor mientras nos aferrábamos entre nosotros.

Pacifica clavó sus uñas en mi espalda y hundió su rostro en mi clavícula. Aferré mis manos a sus caderas mientras besaba sus hombros descubiertos.

Gritamos nuestros nombres, delirando de placer. Y nos desplomamos abrazados, con nuestras respiraciones al unisono. Ella comenzó a repartir besos en todo mi rostro, creo que en señal de agradecimiento.


Me vestí al instante y seguido de eso, la ayude a vestir al ella estar a punto de dormirse, lo cual no tardó en hacer.

Cayó en sueño profundo recostada en mi regazo. Era un pequeño ángel que acunaba en mis brazos.

Giré mi cabeza hacia la ventana casi por inercia.



Es impresionante como una simple acción puede hacer mi ser retorcer en dolor y en confusión.



El castillo de Bill, antes invisible para ocultarse de nosotros, se veía a la distancia en su peculiar grandeza. Se veía un poco borroso a causa de la lluvia, pero no me impedía ver el remolino de nubes grises que se formaba alrededor de éste. Si antes dudaba en que esta lluvia sin fin fuera obra de Bill, ahora ya no lo hago.


Lo que más me consterna es no tener idea de sus planes. Sea cual sea, no es bueno y nos afectará.


Volví mi mirada a la durmiente joven en mi regazo y acaricié su tersa mejilla. No dejaba de pensar que ella era quien me haría olvidar los erróneos sentimientos que tuve hacia Bill.

Quizá, al final de esta pesadilla llamada Raromagedon, podramos estar juntos sin un demonio acechando. El sueño de casarme y crear una familia era algo que comenzaba a aparecer y a aferrar, con Pacifica siempre presente. Comenzaba a fantasear sobre el aspecto de pequeños niños en mi vida, enseñándoles a jugar y a leer, y mimándolos en brazos junto a la mujer que se mantenía dormida en mi regazo.

No pude evitar reprimir una sonrisa risueña...



Sí, es un gran comienzo...



Seis días han sido suficientes desde la partida de unos integrantes de los sobrevivientes que estamos aquí. Seis días bastaron para verlos regresar sanos y salvos, y acompañados de otra presencia.


Al verlos acercarse desde la ventana del ático, los gritos de júbilo no tardaron en resonar en la boca de todos. Nos reunimos en el porche para recibirlos con una sonrisa en el rostro.

Tenían semblantes cansados, hasta Marchosias tenia sombras debajo de sus ojos.


Sin embargo, lo que llamó la atención de todos fue la presencia que traían a su lado. Un hombre joven caminaba al compás de ellos con elegantes pasos, insonoros al tocar el piso. Tenía un rostro inescrutable y serio, viendo siempre hacia el frente. Era apuesto en un sentido escalofriante e intangible, muy a diferencia de los demonios. Y lo más remarcable era cuan albino era; tenía piel lechosa y cabellos blanco titanio. Brillaba ligeramente un color dorado pálido a su alrededor. Sus ojos eran de un azul celeste intenso, y su esclerótica, que debía ser blanca, era de un pálido dorado.


Caminé junto con mi hermana y mi tío hacia nuestra familia y hacia el escalofriante ángel.

Ford y Stan se dieron un abrazo fraternal. Al romper ese abrazo, McGucket se acercó a mi tío Ford y le dijo algo sobre unas anotaciones.


Choqué las palmas con Soos y abracé a Wendy, al igual que fui a saludar a mi tío Stan, quien me dio una palmada en la espalda. Decidí no interrumpir a mi tío Ford con McGucket al ver que tenían una plática amena.


Mabel abrazó como un koala a todos sin importar que, aunque se abstuvo de abrazar al ángel que veía a todos con aire de indiferencia y me atrevería a decir de asco.


Pero era imposible, porque es un ángel benevolente... o al menos así tengo entendido.


- Él es el arcángel Zadquiel, "La justicia de Dios"- presentó Marchosias con una sonrisa nerviosa. No sabia que los demonios se pudieran ver de esa forma, suponía que estaban llenos de seguridad y superioridad.


El ángel no dijo nada, se limitó a barrernos con la mirada, estudiándonos con frialdad.

Posó su mirada en mi, y al instante sentí un escalofrió recorrer mi espalda.

Dejó de observarme después de lo que me pareció una eternidad y entró en la Cabaña sin esperar a nadie. Marchosias fue el primero en seguirlo y después se unieron mis tíos.


- ¿Así serán todos los ángeles?- preguntó en un susurro mi hermana, quien estaba situada a mi lado. 

- No lo sé, Mabel. Quizá- respondí y vi hacia los charcos cada vez mas grandes formándose en el piso- Es mejor que entremos antes de que se empapen más


Los que acababan de llegar estaban temblando de frío. Los hicimos entrar y les dimos toallas para secarse, mantas y café caliente. Aunque estamos conscientes de que se enfermarán de un fuerte resfriado por mas que intentemos evitarlo.


- ¿No se encontraron con Bill?- preguntó Mabel, cubriendo a Soos con otra manta.

- Con Bill, no. Con sus tropas, sí. Aunque Marchosias los paralizó el tiempo suficiente para huir. El ritual tardo un día entero, y tardábamos un día y medio en llegar. Marchosias puso un tipo camuflaje en nosotros después de habernos encontrado con las pesadillas... creo que Bill era el menor de los problemas en esos momentos- Wendy comenzó a hablar en susurro- Quizá sea benevolente y nos ayude en esto, pero no me da buena espina


Yo quería respaldar sus inseguridades, pero mi tío Stan entró a la habitación junto su gemelo. Mi tío Ford había borrado el gesto de preocupación que creía permanente y sonreía ampliamente por algo que dijo mi tío Stan, mientras éste se reía a carcajadas. Daría lo que fuera para ya verlos así todos los días...


- Marchosias y Zadquiel están planeando algo contra Bill, sólo que empezaron a hablar en latín y este tarado que tengo como hermano es el único que entiende- dijo Stan al entrar- Cuando terminen, les diremos sobre los víveres... en un mes ya todo estará bien.


Los ánimos subieron entre los pocos presentes, y yo force una sonrisa.


El simple pensamiento de derrotar a Bill y mandarlo al averno, donde pertenece, me quita la respiración de súbito. Sigo sin entender porqué me siento de esta manera tan extraña si ya me entregué en cuerpo y alma a Pacifica. Por el único ser que tengo que velar es por la pequeña y menuda mujer a mi lado.


Sólo por ella no me he vuelto demente.



¿Qué daño me has hecho?



Una sonrisa en su rostro fue suficiente para disipar los agudos pensamientos en dorado.


Un abrazo y su susurro de futuro fue suficiente para disipar el remordimiento que los recuerdos ámbar causan.


En la Cabaña se encuentran dos ángeles: Uno que es inalcanzable, Zadquiel, y otro que tengo en mis brazos, protegiéndola ante toda agonía, crueldad y tristeza... Pacifica.

En la Cabaña se encuentran dos demonios: Uno de tristes ojos cobalto, Marchosias, y uno presente en recuerdos, de hermosos ojos ámbar y de una gran sonrisa... al cual amo aún. Y su nombre no quiero mencionar.


Y yo me siento tan insignificante entre estos seres que llega a ser agónico. Encuentro mi vida con objetivos absurdos. Veo mi existencia innecesaria. Sin embargo, tres de estos seres me han demostrado lo contrario. No sé si sea verdad o si sólo lo hacen por lástima. Pero no importa, con que me hubiesen hecho sentir útil es suficiente.


Pero el último ser, el ángel incansable, me ha hecho sentir tan inútil que opacó las sensaciones que los otros seres me hicieron sentir. Sus alas volvieron a provocar sentir lo fracasado que soy, caer en cuenta que mi vida no es nada comparado con otros. Que cuando alguien necesita respuestas, yo no se las puedo dar. 



Mi consuelo en estos momentos es que quizá nadie pueda darlas...



Todos sabíamos que algo raro pasaba desde la súbita desaparición de Marchosias. Teníamos la certeza de que él estaría con nosotros para terminar este Raromagedon, lo prometió y él es de palabra. Quizá regresó al reino de los cielos como recompensa y Zadquiel se quedó aquí  mientras Marchosias terminaba con todo esto del fin del mundo. 


Buscaba cualquier pretexto para justificar la ausencia del demonio de tristes ojos.


Pero sólo eran eso. 


Pretextos...



El demonio que cuidaba de nosotros ha desaparecido y nos ha dejado con un ángel distante, que no parece ser consciente que la comida se ha acabado y que nos queda poco tiempo para sobrevivir así. 


Se paraba en silencio en el porche, como una estatua, dejando a algunos sobrevivientes inclinarse sobre él y besar sus pies, escuchando sus plegarias y ruegos, pero sin hacer nada. 


Porque es lo único que nos queda... 

Rogarle a ese frío ser por sobrevivir. 


~•~•

Hola, estrellitas!!! La Tierra les dice hola!!! ♥♥ (⌒▽⌒)

Pues creo que ya debería estar ocultandome bajo tierra en estos instantes.

Al escribir este capitulo, estaba pensando seriamente en cancelarla por temor a que alguien me matara. Y que seguramente lo va a hacer cuando nos veamos, con más razón de que esta a un metro lejos de mí seis horas :'v.

Pero no les podía fallar, y lamento poner el Dipcifica, creanme, también me duele :'v


Pues no tengo más que decir que esperen, el Billdip pronto llegará... ¿o quizás no?


La cancioncilla es de Sia y se llama Angel by the wings, algo que decidí por pos... todos somos Zadquiel (? 


¿Qué piensan del amigable angel?

¿Marchosias ya se nos fugó, alv?

¿El amor le llegara a este pobre niño desolado?


Esto y más en el siguiente capitulo :v

Todavía hay cupo en el grupillo, beibis <3 Pasan puros momos y yaoi los mens :v

Espero publicar rápido, bebes.


Mushos abrashos ashfixiantesh y beshotesh baboshotesh!!!!♥♥♥♥

Mi rexona me hizo un momo alv :'v


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