De la A hasta la Z: Destiel.

By Liaenamaine

2.3K 411 95

Dean Winchester y Castiel Novak son los chicos nuevos de la escuela, por lo tanto los ponen en pareja para qu... More

Capítulo 1: Amigo.
Capítulo 2: Beso.
Capítulo 3: Contigo.
Capítulo 5: Esperanza.
Capítulo 6: Fresa.
Capítulo 7: Gatito.
Capítulo 8: Huída.
Capítulo 9: Indecisión.
Capítulo 10: Jamás.
Capítulo 11: Kilómetro.
Capítulo 12: Lawrence.
Capítulo 13: Magia.
Capítulo 14: Novios.

Capítulo 4: Dolor.

193 35 11
By Liaenamaine

¡Hola! ♡
Este es el segundo y último capítulo especial, esta vez teniendo a Dean como total protagonista, sólo que su historia completa se verá en próximos capítulos.
¡Saludos!

☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆
D:

Dolor.


Dean rodó los ojos con una media sonrisa, escuchando aquella inconfundible y escandalosa risa al otro lado del teléfono.

Había estado hojeando una revista porno, cómodamente acostado en su cama, cuando su amigo Ash decidió molestarlo con una inesperada llamada aquel tranquilo sábado a las 18:00 hs de la tarde.

—Te recuerdo que me cobraste las cervezas. ¡E incluso tuve que limpiar el baño de tu mugre de bar!

Dean se defendió, recordando uno de los "favores" que su amigo lo obligó a realizar tras este haberle ayudado con un problema que el rubio estaba atravesando en ese entonces.

¿Qué decirte? Fueron épocas difíciles.

—Si, si, claro. —Negó en lo que observaba distraído la ventana, logrando visualizar a un joven corredor trotar por su vecindario.

A proposito de eso... —Su amigo carraspeó, llamando su atención. —¿Cómo van las cosas con papi Winchester?

Dean dejó escapar un suspiro pesado y abatido, lo que Ash comprendió pese al silencio.

Entiendo, Dean, no te preocupes, sólo recuerda que no fue tu culpa. Nada de lo que pasó fue tu culpa.

Dean sonrió agradecido, sintiéndose feliz por contar con la compañía indiscutible de su amigo. Ash siempre estaba ahí para molestarlo o quitarle dinero a base de "me lo debes, yo hice esto por ti", pero también estaba para apoyarlo y escucharlo, aún sabiendo que el rubio no se abría fácilmente a cualquiera, y eso lo incluía. Nunca lo admitiría abiertamente, pero lo extrañaba.

—Gracias, Ash.

Ambos siguieron hablando entre risas y bromas hasta que el rubio cortó la llamada con una sonrisa; fue cuando el sonido de la puerta principal llenó sus oídos y, con ello, el silencio de la casa.

Su padre había llegado.

Dean desvió la mirada para tomar la fotografia que se hallaba sobre el velador, observando con angustia a las personas sonrientes en ella. Ocho años transcurrieron desde aquella visita familiar a la playa, donde la felicidad del pasado contrastaba con la tristeza del presente.

Dean, mi amor, no corras o te harás daño.

—Mamá... —Susurró con dolor ante el recuerdo de su dulce voz, y con absoluta suavidad acarició el rostro de Mary, su madre, mientras se mordía con fuerza el labio inferior, cerrando los ojos al oír a su padre llamarlo desde, lo que parecía, el inicio de las escaleras.

Dejó la fotografía en su sitio y se dirigió con pasos lentos hacia el pasillo.

—¡Dean!

—Ya voy. —Respondió con fastidio, terminando por bajar las escaleras.

El joven se paró en seco al ver a la tercer persona en la sala. Su padre, John, se giró a verlo con su chaqueta negra en mano.

—Hola, Dean.

—Hola, Kate.

Se esforzó por esbozar una sonrisa, más una mueca fue lo que pudo dedicarle a la mujer que se acercó a abrazarlo con suavidad. Dean no correspondió.

—Kate y yo iremos a una importante reunión de trabajo a Kansas. —Habló con seriedad su padre. —Lo más probable es que estaré fuera varios días. Si algo sucede, ya sabes que hacer, ¿verdad?

—Por supuesto, no soy idiota.

John frunció el ceño.

—Dean, ¿estarás bien solo?. —Inquirió preocupada la mujer.

—Si, además, no sería la primera ni la última vez.

—Perfecto, en tal caso. —Su padre le dirigió una fria mirada que él correspondió con dureza.

Y sin más, sin volverse a ver ni a dirigirse la palabra, el mayor abandonó la sala hacia el recibidor en donde esperaba a la mujer.

Kate, su "asistente", se despidió de Dean con una pequeña sonrisa para poco después juntarse con John, abandonando juntos el hogar que, al instante, se sumió en un completo silencio.

Se quedó parado en el mismo lugar, sin moverse, hasta que la bocina de un auto lo despertó; se encaminó hacia el ventanal que daba hacia la calle y los vio subirse a un taxi, sonriendo. Ante la imagen Dean soltó un gruñido, apartándose del ventanal y yendo hacia la cocina.
Golpeó la mesa céntrica al llegar. Viejos y dolorosos sentimientos lo asaltaron sin compasión, y el resentimiento por una culpa latente dio inicio a una serie de recuerdos que le encantaría olvidar.

Sin embargo, ¿cómo olvidar aquello que, sin importar lo mucho que duela, te hace feliz?

¿Cariño? ¿Aún te duele la pancita?

Si, mami... ¿Por qué me duele?

¿Quizá porque comiste cuatro platos de pie? No tienes que ser tan glotón, cariño.

Pero ser glotón no tiene nada de malo si se trata de pie.

—Ay, Dean.

Optó por prepararse un té y unos bocadillos para llenar el vacío que sentía en su estómago, en eso su celular sonó, pero Dean estaba tan enojado con el mundo que sencillamente lo ignoró.

Estaba poniéndole mantequilla de maní al pan tostado cuando el móvil volvió a sonar. El Winchester, hastiado, tomó el aparato de la mesa y atendió sin ver quién era.

—Diga.

¡Dean!

Frunció el ceño, reconociendo al instante aquella voz.

—¿Cas?

—¡Por favor, tienes que ayudarme!

—¿Ayudarte? ¿Qué tienes? ¿Estás bien? ¿Estás herido?

¡Cállate y escúchame!

Tan rápido como la llamada concluyó, Dean salió corriendo hacia la casa ajena. El corazón le dolía horrores por lo rápido que latía; asustado, preocupado por su amigo que, sin duda alguna, se encontraba en medio de un serio problema.
Al estar a tan sólo pasos de la casa del pelinegro se ocultó tras un árbol, viendo sorprendido al mismo corredor, que anteriormente habia visto, justo en la entrada. El joven, uno alto, morocho y atlético, estaba acompañado por otros dos jóvenes, uno rubio y otro pelinegro, que cumplían con las mismas características.

El garaje tiene una puerta en el costado, entrarás por ahí.

¿Por qué no por la principal?

¡Tú sólo hazlo!

Con cuidado de no ser visto se aproximó a un arbusto bastante extenso, utilizándolo como pared para desplazarse hacia el costado indicado del garaje.

Allí, oculto detrás de un pequeño ladrillo contra el garaje estará la llave.

El Winchester, recordando y siguiendo las indicaciones de su amigo, encontró la llave y abrió la puerta con sigilo, adentrándose al cuarto cuidadosamente.

Busca una pinza o una ganzúa.

¿Me dirás que ocurre?

No.

Rápidamente dio inicio la búsqueda de cualquiera de esos artefactos, terminando por encontrar una ganzúa algo oxidada en uno de los estantes.

Con el objeto ya en mano fue hacia la puerta, terminando en un limpio pasillo ya adentro de la casa.

Sube hasta el ático, ahí estoy.

Con absoluto cuidado comenzó a subir las escaleras, mientras su mente era todo un torbellino de inquietudes y dudas, preguntándose cómo es que acabó así cuando él sólo quería tomar un delicioso té, acompañado de unos deliciosos bocadillos y siguiendo con la deliciosa lectura que su amigo Ash se había encargado de frustrar.

La respuesta era clara: Castiel Novak.

Ya en el segundo piso, abrió una puerta y se apuró en subir las últimas escaleras de la casa, las mismas que lo guiaron a un ático que, a diferencia del garaje, estaba bastante descuidado y oscuro. Cerró la puerta, caminando con cuidado por el piso de madera que amenazaba con caerse en cualquier momento.

—Tss, Cas, Cas.

Nada. Ni un sólo movimiento o ruido había en ese lugar.
Un mal presentimiento lo invadió por completo de modo que tomó el móvil y marcó velozmente el número del moreno.

La vibración de un celular lo llevó hasta un enorme cofre marrón a una esquina del ático. Con cuidado se aproximó y lo tocó, notando lo extremadamente duro que era.

—¿Cas?

Luego de mucho tratar, finalmente obtuvo una respuesta. Su corazón se había encogido al oírlo, tan débil y angustiado.

De-an...

—¡¿Cas?! ¡¿Qué haces ahí?!

Sácame de aquí... por favor.

—Espera, espera, ya te sacaré, te sacaré enseguida, Cas.

Comenzó a forcejear con el enorme candado, usando la ganzua sin éxito.

—¡Demonios!

Se estaba desesperando, la situación lo superaba de sobremanera y le llenaba de impotencia el no poder ayudar a su amigo. Trató de tranquilizarse y volverlo a intentar, pudiendo abrir el candado al cabo de varios intentos fallidos y tortuosos minutos. Contuvo la respiración por la imagen tan dolorosa frente a él una vez abrió el cofre.

Castiel estaba en posición fetal, en ropa interior, con las manos y los pies atados por unas gruesas cintas negras. Sus codos y costillas se veían muy mal, evidenciando nuevos golpes.

Poco a poco Dean comenzó a recomponerse de la impresión y con cuidado tomó al moreno por los hombros, aunque no sin antes haber liberado tanto sus manos como sus pies, sacándolo del maldito cofre para acomodarlo en su regazo.

—Cas... por favor, despierta.

Lo movió con lentitud, aún así no recibió ningún tipo de respuesta.

—Cas...

Se quitó su chaqueta de cuero marrón y envolvió el pequeño, débil y maltratado cuerpo del moreno, tomándolo en brazos para así dirigirse hacia la salida del ático, esperando no encontrarse con nadie en la huida.

Cuando bajó las escaleras principales tuvo que esconderse en el pasillo cerca de las mismas, observando al trío de jovenes ingresar a la casa mientras reían. En eso, el moreno se despertó.

—¿D-Dean?...

—Shh, tranquilo, Cas, ya estoy aquí.

—Dean... —Ocultó el rostro en su cuello, suspirando. —Gracias...

Una vez los chicos fueron a la sala, Winchester se dirigió al garaje y salió de la casa lo más rápido que pudo. Para entonces, Castiel se había desmayado.

---------

—¿Me dirás quién te dejó encerrado en ese cofre?

Preguntó a nueva cuenta con seriedad, cruzado de brazos sin dejar de observar al moreno quien, ya bañado y vestido, bebía un humeante café.

Ya era de noche, exactamente las 22:50 hs, y todavía no había podido sacarle la verdad al pelinegro, aún cuando le curó las heridas y le prestó ropa.

—Es complicado.

—¡¿Complicado?! ¡Pero Cas...!

—Estoy agradecido con tu ayuda, Dean, en serio, pero esto es...

—Si, si. "Es complicado".

El rubio se puso de pie molesto, con los profundos ojos del moreno puestos en él. Ambos se sostuvieron la mirada hasta que el mayor dejó la sala y se encaminó hacia las escaleras.

—Iré a dormir, mañana trabajo. Buenas noches.

Y sin más, se encerró en su habitación de un portazo.

—¿Cuál es su maldito problema? —Masculló enojado, quitándose la camiseta con rabia para luego pasar a desabrocharse el cinturón. —Yo arriesgue mi cuello por él y así me lo paga.

Se acostó boca abajo en la cama para luego estirarse a tomar la fotografía, observando a Mary con pesar.

—Ash está equivocado... sí es mi culpa. Todo es mi culpa.

Ahogó un sollozo con rabia y cerró los ojos, siendo atacado por miles y miles de recuerdos que sólo lo destruían. ¿Algo en común que tenían esos recuerdos? Que en todos y en cada uno de ellos aparecía Mary.

—Lo siento tanto, mamá...

Y sin poderlo evitar más lloró, lloró como nunca lo había hecho en mucho tiempo. Lo ocurrido con Castiel más los recuerdos de su madre lo afectaron, y la única manera de aliviar su dolor era desahogándose, precisamente, de la manera que más detestaba.

Le hacía tanta falta hablar con alguien.

Hablar con Ash.

Hablar con Cas.

Abrió un poco los ojos debido a aquél fugaz pensamiento, negando con decisión.

Si el moreno no tenía la suficiente confianza como para compartir su dolor, pues él tampoco lo haría.

Ese fue el primer día desde que conoció a Castiel que deseó nunca haberlo hecho.

Continue Reading

You'll Also Like

111K 6.7K 26
"Mírame solo a mi Jungkook" "¿Acaso no lo hago Taehyung?" "No,solo la miras a ella" Porque amarte es lo más bonito y doloroso que me ha pasado. #kook...
997K 87.5K 43
Emma Brown es una chica que desde niña supo que todos los hombres eran iguales. Cuando creció se permitió salir con ellos pero dejando los sentimient...
85.9K 7.8K 57
Júlia Fort García es la hermana mayor del joven lateral del Fc Barcelona Héctor Fort,el club invita al equipo a un partido de la sección femenina,est...
42K 2.3K 8
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...