Recordé la última vez que estaba en un hospital. En ese entonces yo era la paciente y Matthew estaba a mi lado. No dejaba de ver su cara pálida, sus ojos hinchados, y sus labios resecos. Es como si estuviese muerto ante mis ojos. Tomé su mano con fuerza, y comencé a llorar. Sabía que aún estaba vivo, pero no podía creer lo que había sucedido.
—¿_____...? —preguntó como si estuviese susurrando.
Subí mi cabeza y volví a ver aquél Matt de siempre dando una gran sonrisa.
—¿Cómo te sientes?
—Siento que... estoy completo otra vez.
Me levanté de la silla y abracé a Matthew con fuerza.
—No me vuelvas a hacer esto. Creí que estabas muerto —dije sollozando.
—No te preocupes.
—El doctor dijo que consumiste cloro, ¿es cierto?
—Si... —dijo con los ojos cerrados.
—¿Por qué harías eso? —pregunté asombrada.
—Digamos que ya no quería estar entre los vivos.