— ¡No puedes hacer eso!
—JiMin...
— ¡No!, ¡Tú lo prometiste!
El menor lloraba, y lo peor, lo hacía por su culpa. YoonGi sentía su pecho estrujarse con fuerza, estaba siendo horrible, la peor persona del mundo, estaba siendo un hijo de puta con la persona que más amaba y lo hacía irónicamente, para no lastimarla. Aunque al parecer las cosas le estaban saliendo justamente al revés.
— ¡Ya sé que lo prometí! —El menor pegó un salto debido al grito de YoonGi, pero no se movió, no dejó de verle a los ojos y no dejó de llorar— ¡Sé las cosas que prometí, JiMin, créeme que lo sé! —Respondió con la voz ahogada en desesperación— Pero, ¡¿Qué es lo que quieres que haga?!
— ¡Quiero que me lleves contigo! —Respondió el menor instantáneamente, sin dudar.
YoonGi se quedó petrificado en su lugar, con la mandíbula desencajada y el pulso acelerado. Lo había pensado, claro que sí, él debía irse, debía, tenía que aceptar ese traslado al campus de Seoul, era una oportunidad única, su familia no tenía el dinero suficiente como para costearle un intercambio por sus propios medios y la universidad se estaba ofreciendo a costearle todo, no podía desaprovecharlo, no podía ser tan déspota como para decir "no". Pero una parte muy importante del asunto es que irse de la ciudad, dejar Busan, dejar a su familia... significaba dejar a JiMin.
Y por más veces que había pensado en ello, por más noches en vela que había tenido pensando en mil y una maneras de poder llevar a JiMin con él, no podía, simplemente no había posibilidad, no podía pedirle eso al menor, no podía hacerlo elegir entre su familia y él, alejar a JiMin de su madre sería una bestialidad y él no quería tener eso en su conciencia, no quería obligar a JiMin a elegir y después de todo... después de todo, él no era indispensable en la vida del menor. JiMin podía conocer más gente, tener más amigos, enamorarse, podría encontrar a alguien mil veces mejor que él, alguien que pudiera ofrecerle la luna y las estrellas si es que JiMin lo quería, mientras que él... él podía ofrecerle un departamento pequeño, apenas para una persona, una vida siempre corta de presupuesto, un horario inestable... JiMin merecía muchísimas más cosas de las que él podría llegar a ofrecerle jamás, y aunque le doliera, era la realidad. Él era un don nadie, y no podía cambiarlo, no al menos, ahora, que era cuando JiMin lo necesitaba.
—No puedo hacer eso, JiMinnie, yo... —Las palabras murieron en su garganta, porque en realidad, de poder, sí podía, podía hacerle un espacio en el departamento que la universidad le financiaría, podrían arreglarse con una sola habitación, con un solo armario, se las podrían ingeniar para hacer algo con la pequeña cocina americana que ofrecía el nuevo hogar de YoonGi, pero no debía. Moralmente no debía.
— ¿Por qué no? —Sollozó el menor viéndole atentamente entre sus pestañas húmedas— ¿No quieres? —Cuestionó duramente.
— ¡Sabes que no es eso! —Rugió YoonGi.
— ¡Entonces explícame por qué! —Exigió el de baja estatura. Su rostro estaba ya rojo por la agitación y lo dura que se estaba volviendo la conversación, se sentía alterado y traicionado, traicionado por YoonGi, que era lo que más dolía.
El mayor soltó un largo suspiro y se dejó caer en el sofá de forma brusca, sin importarle si maltrataba su cuerpo en la caída. Frotó sus manos contra su rostro retomando la compostura y soltó aire de una manera tan lenta que para JiMin fue una tortura.
—No puedo hacerlo porque no puedo alejarte de las personas a las que más quieres, JiMin —Respondió viendo atentamente sus pálidas manos, a la vez que cerraba los puños llenos de impotencia.
— ¿Y qué pasa...? —Escuchó los pasos de JiMin acercarse y prontamente, vio, por el rabillo del ojo sus pies frente a él— ¿Qué pasa si tú eres una de las personas a las que más quiero? —Cuestionó con la voz teñida de miedo.
Los ojos de YoonGi se aguaron y mierda, se sentía tan débil, tan pequeño e indefenso. JiMin le estaba haciendo las cosas muy difíciles en esos instantes.
—No soy irremplazable en tu vida, Minnie, tú... tú puedes conseguir a alguien que sea mil veces mayor que yo, en cambio a tus padres, tu familia... no podrás reemplazarlos en Seoul.
— ¿Y tú cómo sabes si eres o no irremplazable para mí? —Replicó, sorbiendo por la nariz— ¿Cómo sabes qué siento y no siento por ti?, ¿Por qué tomas decisiones por mí?
— ¡Porque es lo mejor para ti!
— ¡Lo mejor para mí es estar contigo! —Gritó el menor harto.
— ¡No es cierto! —Alzó la voz también el más pálido, levantándose de su lugar una vez más—¡No puedo ofrecerte nada, JiMin, no tengo estabilidad, no tengo una carrera, no tengo ni siquiera una casa propia, esto podría ser todo un fraude y no quiero arrastrarte a eso conmigo, entiéndelo!, ¡No quiero arriesgarte porque eres demasiado importante para mí!
El silencio inundó la habitación, tan tenso que podía cortarse con un cuchillo, las respiraciones alteradas de ambos jóvenes era lo único que interrumpía la parsimonia del momento y sus miradas seguían firmemente clavadas en los ojos del contrario, intentando sentirse enojados, intentando sentir odio, pues así, todo sería más sencillo, pero al mismo tiempo, sucumbiendo a la ternura y el cariño que no podían evitar sentir al ver a su ser más querido.
—Si eso pasa —JiMin suspiró fuertemente, cerrando los ojos para poder tranquilizarse lo suficiente y poder seguir hablando— Si tienes que volver, entonces lo haré contigo. Si en Seoul nada funciona, si todo es un fraude como tú dices, pues está bien, pero lo estará porque estaremos juntos...
—Sabes que mis padres no van a volver a recibirme en casa si me voy, JiMin, ellos...
—Entonces volveremos a la mía —Sentenció el menor— Si todo eso llegara a pasar, sabes que en mi hogar siempre estarán las puertas abiertas, para ambos, eres un hijo más para mis padres, papá te adora y está muy agradecido contigo, si todo sale mal, volveremos. Pero eso no va a pasar, PinkyPoo... porque confío en ti... confío en tus capacidades, y confío en que no vas a fallar porque eres... eres tú, eres inteligente, y perseverante, y no te rindes nunca, no importa lo que pase, siempre has estado ahí para luchar contra todo y todos. Confío en ti y en que vas a lograrlo y... y si no es mucha... si no es mucha molestia, me gustaría estar junto a ti para verte triunfar —JiMin se tomó un instante, una respiración corta en la que aprovechó por entrelazar su mano con la del mayor— porque te quiero.
—Tú, ¿Estarías dispuesto a dejar todo por mí? A tus padres, tu ciudad, tus sueños...
—A mis padres los seguiré viendo, no es como si me fuera del país, puedo llamarlos y venir a visitarlos, la ciudad... lo único que hace esta ciudad algo de lo que disfruto eres tú PinkyPoo, si no estuvieras aquí... esta ciudad no tiene nada que vaya a extrañar además de mi familia y mis sueños, bueno, no creo que en todo Seoul no haya ninguna academia o ningún curso de diseño gráfico —YoonGi le miró escéptico, aun dudando en qué responder— Quiero hacer esto. Quiero hacerlo contigo.
Y así, casi dos años después, ahí estaban, en el mismo departamento tal vez demasiado pequeño, tal vez con un closet demasiado diminuto para la exagerada cantidad de suéteres de lana que guardaba el menor, con esa cocina americana que nunca funcionaba del todo bien, con YoonGi esforzándose demasiado por hacer todo perfecto, con un trabajo pequeño en la biblioteca de la universidad, pero que les ayudaba por lo menos a sobrevivir y de vez en cuando darse algunos gustos, JiMin visitando a sus padres ojalá todos los meses, llamando a su padre día por medio sin falta, YoonGi sin hablarse con los suyos, pero dándose por satisfecho con el sentimiento de paternidad que el padre de JiMin le entregaba.
Tal vez no era lo mejor de lo mejor, no eran la luna y las estrellas. Pero JiMin no quería ningún frío cuerpo celeste, JiMin sólo quería ese cuerpo flacucho y pálido que lo arropaba con fuerza por las noches, que le entregaba calor y protección, el cuerpo que se paseaba por el departamento en boxers y camiseta, cual zombie por las mañanas, pero siempre con una sonrisa que entregarle. JiMin sólo quería a su PinkyPoo Hyung, y ningún astro podía comparársele.
🌸
El último párrafo tiene sabor a final pero no se preocupen, no es el final... Aún.
Escribí esto hace un par de días pero como que sigue sin satisfacerme del todo cómo está escrito, siento que no es el estilo de PinkyPoo😢 tal vez tiene que ver con que lo escribí estando triste.
Pasando a otro tema, quiero recalcar que el capítulo tienen que imaginarlo con un JiMin así
Porque si no, no tiene el mismo toque, ahora aunque siga siendo un Mochi pequeñito JiMin está más adulto, en cambio en esta era, solía ser un bebé en su máxima expresión💞 y es que miren su carita y su pelito y sus mejillas y ah, este niño me encanta muchísimo😭💕
En realidad no tengo muchas cosas que decir el día de hoy, ojalá igual les haya gustado el capítulo, aunque se desvía un poco del estilo de la historia.
Me di cuenta, escribiendo esto, de que al principio era JiMin el bebito que YoonGi tenía que proteger, pero en las últimas partes, es JiMin el que defiende y protege a YoonGi😱 me gusta el YoonGi bebé también💗
Cuídense, descansen, coman, hidratense y tengan una linda semana🌸 Nico siempre les desea lo mejor desde el fondo de su corazón💓
Como que siento esta nota un poco floja, pero la verdad no estoy del mejor ánimo ahora mismo😌
¡PinkyPoo!
-Nico
#CajitadeLeche.