Se me cae el alma a los pies al ver eso.
"SD" Sin Don
La marca que aparece cuando un vampiro se ha quedado sin su poder. Escrito en cursiva, la S primero junto con la D encima en la parte inferior de esta.
—No sé qué es eso—habla Rihanna severamente preocupada—. Juro que yo no me lo he hecho—extiende su brazo en mi dirección brindándome una mejor vista de su marca.
— ¿Hace cuánto que lo tienes?—interrogo mientras inspecciono el tatuaje en su muñeca, aunque no necesito hacerlo, porque sé perfectamente lo que significa, al igual que Monique.
—Cuando nos fuimos después de que te dejamos en el taxi, me di cuenta de que lo tenía, lo peor fue que intenté detener el tiempo en cuanto te subiste al taxi...pero no pude hacerlo—se talla los ojos.
—Te pedimos que trajeras a R porque tal vez, averigüemos que es lo que sucede—me explica Zack.
Miro a Monique con tristeza, ella asiente tambaleante, vacilo un poco antes de sacar a R de mi mochila, y con mucha dificultad lo tomo entre mis manos, mas no se lo entrego, sino que permanezco con la vista fija en sus ojos grises, dudo un momento antes de tomar la decisión. Vuelvo la vista hacia el libro y me tomo el momento de pensar... ¿Cómo se sentiría Rihanna al averiguar la causa de la pérdida de su don, o como lo que ella cree un simple tatuaje?...o peor aún ¿Qué es lo que hará Zack?, si siendo humano golpeó antes a Greg, ahora lo matará siendo vampiro.
Los miro a todos, Zack se encuentra con su brazo estirado hacia mí en espera de que le entregue el libro.
—No es necesario que te muestre a R—digo con la voz quebrada—. Sabemos lo que le pasa.
—Nos sabemos el libro de memoria—Monique empieza a sobar su brazo con nerviosismo.
— ¿Y bien?—cuestiona Zack con insistencia, la situación comenzaba a desesperarle.
— ¿No es nada malo cierto?—Rihanna nos mira esperanzada, siento una punzada de dolor y un nudo se me hace en la garganta.
No contesto su pregunta, no puedo hacerlo, sobo mi muñequera y con mi mano buena, abro a R y me ubico en la parte que debo leer.
—"SD" es la marca utilizada para los vampiros que...—me detengo, trago con dificultad preparándome para lo que estoy a punto de decir—. Han perdido su don o poder, "SD" significa Sin Don—siento como si un balde de agua helada me cayera encima cuando veo la expresión en el rostro de los gemelos, aun así, con el peso ahora en mis parpados, prosigo—. Hay pocas causas de la pérdida del don y la mayoría son imposibles, la única que no lo es y la más común es por amor. Si un vampiro se enamora de un humano automáticamente perderá su don...—me detengo para ver la furiosa expresión en el rostro de Zack—. El amor es muy complicado, no es lo mismo sentir atracción por alguien a amarla, se ama sólo a una persona en la vida, la palabra amar es muy fuerte y sólo se puede sentir hacia la persona verdaderamente indicada. Por eso cuando un vampiro ama a un humano, este pierde su poder—decido que esto es lo único que necesitan asimilar, miro a mi alrededor, todos los vampiros se encuentran atónitos, sobre todo Zack que pareciera estar congelado.
—Bueno...era de esperarse— Adelí se encoge de hombros como si no le importara nada de lo que acabo de decir y se vuelve hacia la maquinita de "Pacman" dispuesta reanudar su partida.
—Ese idiota—murmura Zack con los puños cerrados mirando hacia el suelo.
Apenas me da tiempo de ver la expresión en su rostro. En un abrir y cerrar los ojos ya no se encuentra en la habitación, solo siento como vuela mi cabello por el efecto del viento.
—No quiero perderme eso— son las últimas palabras que dice Adelí antes de que desaparecer.
Me percato de que Rihanna ya no está, entonces miro a Alex preocupada.
—Nos vemos en casa de Greg—dice justo antes de que desparezca de nuestras vistas.
No tengo tiempo de pensar, camino rápidamente y salgo de la enorme casa. Estoy tan distraída en lo que acaba de pasar que me sorprende llegar sana y salva a la escalinata, hasta que me detengo de golpe.
¿Cómo diablos llegaremos a casa de Greg?
Está a más de un kilómetro.
Pongo mis manos a los lados de mi cabeza enmarañando mi cabello. Monique está detrás de mí dando vueltas por un círculo imaginario, me quedo observándola hasta que se detiene y mira un punto detrás de mí, volteo y me sorprendo al ver un bellísimo auto deportivo color blanco justo frente a nuestros ojos, el hombre al que había entregado Alex las llaves de su auto anteriormente–El cual obviamente no es tan genial como este– Sale de él, me entrega unas llaves, y se adentra a la mansión.
Me quedo atónita mirando las llaves en mis manos sin poder creérmelo yo misma...
¿Acaso habrá sido idea de Alex?...
Obviamente, ¿A qué loco se le ocurriría entregarme el auto de su patrón sin su permiso?
Bajo las escaleras lentamente en dirección al coche, deslizo mis dedos por este hasta llegar a la puerta del copiloto, la abro con delicadeza, por alguna loca razón, adoro el sonido que hace al abrirla, así que decido cerrarla de nuevo para después, volverla a abrir, repito la acción un par de veces hasta que me doy cuenta de que Monique me mira como si estuviese loca. Aclaro mi garganta y subo al auto, acaricio el volante, esperando a que suba Monique para luego arrancar y dirigirme a casa de Greg.
Bajamos del auto rápidamente y corremos hacia la entrada, me preparo para tocar pero me percato de que la puerta se encuentra abierta, o más bien el picaporte está hecho pedazos. Eso no es una buena señal.
Empujo ligeramente la puerta con mis dedos, todo se encontraba oscuro.
Entramos lenta y silenciosamente, verificando que no haya nadie en la primera planta, subimos con precaución las escaleras que nos llevan al siguiente piso, cruzamos el pasillo hasta llegar a la habitación de Greg y abrimos la puerta con lentitud escuchando el agudo chirrido de las bisagras.
Dejo salir un suspiro de alivio al verlo cubierto con una sábana aún en su cama, aunque comienzo a pensar en que es extraño que todavía no hayan venido por él. Me acerco, con cuidado de no despertarlo, aunque después de todo no haya nada que despertar, en cuanto levanto la sábana que lo cubre, descubro que sólo se encuentran unas cuantas almohadas colocadas verticalmente. Siento un escalofrío recorrer mi piel, me vuelvo hacía la ventana que se encuentra abierta con las cortinas ondeándose con el aire.
—Oh no—susurro para mis adentros.
Salimos de la casa en dirección hacia el bosque, la luz de la luna era nuestra única iluminación mientras recorríamos la maleza sin rumbo fijo, hasta que algo o más bien alguien choca contra nosotras.
— ¡Corran chicas!—grita Greg mientras intenta ponerse de pie.
—Greg, Greg ¿Qué es lo que pasa?—digo colocando mis manos sobre sus hombros en un intento de tranquilizarlo.
— ¡Trata de matarme!—hace un grito agudo que por poco y me deja sorda.
Me giro y veo a Zack que se encuentra furioso, abre la boca y hace un espantoso gruñido enseñando sus filosos colmillos, Greg maldice aterrado para después caer al suelo desmayado.
— ¡Basta Zack!—Rihanna envuelve a Greg en sus brazos, haciéndose ver como una madre salvando a su hijo de un malvado monstruo.
En este caso, el monstruo era su hermano, que trataba de asesinar al amor de su vida.
—Entonces... ¿Todo lo que viene en tu libro es real?—asiento lentamente—. Woooh eso no me lo esperaba―sonríe sorprendido.
Al parecer el pequeño cerebro de Greg había asimilado de una manera muy inesperada la noticia.
Mantiene la vista fija en el tatuaje de Rihanna, observándolo con tristeza.
— ¿Es mi culpa?—dice con la voz apagada.
—No, no lo es—Rihanna toma su mano entre las suyas.
—Bueno yo creo que debe asumir algo de responsabilidad—gruñe Zack quien se encuentra cruzado de brazos con el ceño fruncido como un pequeño que acaba de hacer una de sus rabietas.
— ¡Zack!—interviene Monique, él sólo gira los ojos irritado
—Creo que debemos hablar...a solas—Greg nos mira con los labios apretados, nadie le hace caso hasta entender que nos está echando de la habitación "Indirectamente".
Salimos sin ganas del cuarto de juegos, Alex nos guía hasta su auto, subo en el asiento del copiloto y Monique en el trasero, Adelí había dicho que se regresaría a su casa sola así que sólo iremos nosotros tres.
Mientras vamos camino a mi casa, una duda ronda por mi cabeza.
— ¿De quién era el auto blanco en el que nos fuimos Monique y yo?—la pregunta no le sorprende para nada, solo sigue conduciendo con la vista en la carretera.
—De Rihanna.
— ¿Y por qué no se va ella a la escuela en su propio auto?—lo miro en espera de su respuesta.
—No queremos que todos sepan que somos... ¿Cómo decirlo?... ¿Ricos?... ¿De dinero?...Ya sabes―dice.
Eso explica porque que el auto de Alex no es tan lujoso a comparación de los que he visto anteriormente en su casa. Mi tía Sandra podría pagar la hipoteca de la casa con uno de ellos. Aun así el auto de Alex era genial, el sueño de todo adolescente.
— ¿Viven solos?—la pregunta se me viene de la nada a la cabeza.
—No...mi tío siempre está trabajando—dice a regañadientes.
— ¿Y él sabe...lo que son?—continúo preguntando.
—No, si lo supiera lo primero que haría sería meterse un tiro en la cabeza—dice entre risas. Me alegra que al menos lo haga reír.
Llegamos a mi casa, me despido de Alex y entro junto con Monique no sin antes ver como el auto de Alex se aleja por la calle. Suspiro.
Tomo un vaso de agua de la cocina y subo a mi habitación dejando a Monique en la sala mirando televisión. Me aviento a mi cama como una niña pequeña y pongo una almohada sobre mi cara pensando en todo lo que ha pasado este día...definitivamente el más extraño de todos.
— ¿Dormirás ya?—una voz interrumpe mis pensamientos.
Doy un salto fuera de la cama al ver a Alex acostado a mi lado.
— ¡¿Qué?!—grito—. ¿Qué haces aquí?—digo, bajando mi volumen de voz. Tía Sandra debería llegar a casa en cualquier momento.
—Venía a verte—pone sus brazos bajo su cabeza y cruza sus pies.
Tuve que aguantar la respiración al ver los músculos de sus brazos. Y esa sonrisa...
—Largo—señalo la ventana.
— ¿Acaso me estás echando?—en menos de un segundo ya se encuentra detrás de mí.
—Comienzo a hacerlo—digo, alejándome de la cama.
—Lo lamento pero no puedo hacerlo—mete sus manos en sus bolsillos y se encoge de hombros.
— ¿Por qué?—lo miro burlona.
—Me estoy volviendo loco—sacude la cabeza divertido.
—Bueno, eso no puede ser peor que ser una criatura sobrenatural—digo entre risas.
—En resumen...—da un paso al frente—. Si a un vampiro le gusta una humana... ¿Entonces pierde su don?
—No exactamente—me siento en la orilla de mi cama y con ayuda de mis manos elevo un poco mis piernas para cruzarlas—. Las cosas no funcionan así...—automáticamente una sonrisa se forma en mis labios—. Debe amar a esa persona...—elevo mi vista hacia Alex que me mira atento, entonces prosigo—. Amar es... pensar y estar con la persona indicada, es aquella que sabes que, siempre va a estar ahí para ti, siendo tu amigo, tu compañero, la que no sólo te sigue la corriente si no que te apoya y corrige tus malas decisiones, no es aquella que siempre te perdonará si no aquella que te enseñará a pedir perdón, no significa que deba ser la persona más especial de todas sino la que te haga sentir especial, que cuando estás con ella, descubres que tu comportamiento es diferente a cuando estás con las demás personas, que con ella siempre puedes ser tú mismo y a ella le agradará eso, tal vez te dará más sermones que tu propia madre, pero al final, será la única que tomarás en cuenta, sus palabras estarán por encima de las de los demás, y ahí es cuando te das cuenta, de que es con la persona que quieres estar, siempre— me vuelvo hacia Alex, que ahora se encuentra con la mirada fija en la ventana de mi habitación, sin mover un solo músculo.
— ¿Y tú alguna vez...has sentido eso...has amado alguien?—murmura sin quitar la vista de la ventana.
Mi corazón comienza a palpitar de una manera desenfrenada, era consciente de que él podía escucharlo, su pregunta me había puesto más nerviosa de lo que pensaba, y seguramente él lo sabía.
Aun así me tomo unos segundos para pensarlo.
¿Realmente he amado de esa forma?
— ¿Tú sí?—digo con un hilo de voz, en un intento de evadir su pregunta.
—Yo, no lo sé...aún.