Un mes y medio después.
Pov Namjoon.
El papeleo estaba listo solo faltaba escoger a nuestros futuro hijo. Mirábamos a cada uno de los pequeños en las fotos, todos muy lindos. Quiero adoptarlos a todos.
—¿Que tal éste? -señaló Jungkook a un niño de cabello negro y piel blanca-, aquí dice que tiene doce años.
—Justo iba a decirte sobre él -le sonreí.
—¿Ya han elegido a uno de nuestros chicos? -preguntó la encargada.
—Así es -respondí-, a este chico.
Le pasé la fotografía y la mujer sonrió, levantó su teléfono y habló.
—Por favor, diganle a Junyi que arregle sus cosas. A partir de hoy tiene una nueva familia.
Salimos de allí para esperar a esa personita que será nuestro hijo, nos tomamos de las manos nerviosos y emocionados.
De esa gran puerta salió un pequeño chico junto a una mujer que le ayudaba con sus cosas.
—¡Es él, Namjoon! -chilló Jungkook.
—Shhh, vas a asustarlo.
Mientras más se acercan, más se acelera mi corazón. El chico quedó frente a nosotros y se presentó.
—Mi nombre es Junyi, mucho gusto -dijo con una sonrisa.
—Hola hombrecito, mi nombre es Namjoon y este chico a mi lado es mi esposo Jungkook. A partir de hoy vivirás con nosotros.
El pequeño sonrió ampliamente y nos abrazó muy fuerte a los dos, Jungkook comenzó a llorar de la emoción y yo solo miraba a ambas personitas sonriente.
Día siguiente.
Pov Jungkook.
Era una mañana nublada, perfecta para salir como familia pero Namjoon debía ir a su trabajo.
—Por favor quédate y salgamos -le insistía.
—Llegaré temprano, ¿está bien?
—Bien pero es una promesa Kim, ¿de acuerdo? -le dije para luego hacer un pequeño puchero.
—Por supuesto mi amor -dejó un beso en mis labios y después de despedirse de su madre y nuestro niño se fue.
Encontré a mi pequeño hijo bailando frente al televisor, a mi parecer lo hace muy bien. Pareciece que lo ha practicado durante mucho años, supongo que le gustaría ir a MONSTER PLAZA.
—¿Que haces, cielo? -le pregunté llegando a la sala con dos vasos de jugo de naranja.
—No es nada, mamá -tomó un vaso y lo bebió.
—Te ví bailar hace un momento y lo haces bien, ¿te gusta el baile? -pregunté revolviendo su cabello.
—Si y mucho -siguió bebiendo su jugo.
—Te llevaré a un lugar que te gustará así que ve a cambiarte y mientras hago una llamada ¿Te parece? -le apreté una mejilla y él sonrió.
Junyi salió corriendo a su habitación y su rostro reflejaba una emoción inmensa. Mientras mi niño se preparaba llamé a Jongup para que nos acompañara.
Más tarde.
—Mucho gusto en conocerte Junyi, dime ¿que edad tienes? -le preguntó Jongup antes de iniciar.
—Tengo doce años y también es un gusto conocerle -dijo sonriente.
—Te presento a mi novio Junhong pero aquí puedes llamarle Zelo, ¿ok?
—¡Omma, también quiero un novio! -dijo mirandome con una sonrisa.
Mi hijo me miró con una enorme sonrisa mientras que los chicos me miraron con los ojos bien abieros.
—Emm -no sabía que decir-, quizá en las clases encuentres un lindo chico, cariño -le dije nervioso.
(...)
La pasamos muy bien con ese par de chicos, sin duda voy a inscribir a mi niño en clases de baile para que mejore y sea una estrella.
Fuimos a casa a tomar una ducha y cambiar nuestra ropa sudada por algo cómodo y seco.
—¿A dónde iremos? -preguntó sentado en mi cama, movía sus piesitos impaciente.
—Iremos a comprarte algunas cosas para tu habitación y también un celular -le respondí terminando de arreglar mi cabello.
—¿Papá no irá?
—¡Claro que si! Solo que lo veremos allá e iremos a cenar como familia, ¿te parece?
—¡Si si! -dijo lleno de energía.
Arreglé una pequeña mochila donde llevaba dinero, las llaves de la casa, mi celular... en fin, cosas importantes.
Salimos de casa, lo tomé de la mano y caminamos a la parada del autobus. Me encantaba ver su rostro tan feliz, me hacía sentir tan bien.
Al llegar al centro comercial fuimos directo a elegir algunos juegos de sabanas, almohadas de diferentes tamaños, incluso le compré algunas cosas extras.
Terminamos las compras y Namjoon pasó por nosotros, en el camino a casa nuestro niño iba muy emocionado con su celular.
—Junyi -le habló Namjoon-, tenemos una cena muy importante y vas a conocer a unas personas.
—Claro appa, ¿puedo saber quienes son? -preguntó curioso.
—Son tus abuelos por parte mía -le dije-. La última vez que los ví todo terminó muy mal porque no aceptaban mi relación con el guapo chico que va conduciendo -los tres reímos.
—¿Debo hacer o decir algo en especial?
—No te preocupes mi niño, sólo se amable y dulce y todo irá bien contigo -le sonreí.
Ya en casa dejamos las compras en la habitación de Junyi y dejé la ropa que usaría sobre la cama. Entré a mi habitación y Namjoon terminaba de arreglar su ropa, me senté en la cama pensando en tantas cosas que podrían pasar.
Estaba tan nervioso que no le presté atención a lo que mi esposo decía ni a la hora y que ya era algo tarde.
—¿Qué es lo que pasa por esa cabeza, Kookie? -se sentó a mi lado y puso su mano sobre mi muslo.
—Millones de reacciones... -dije bajo.
—Todo saldrá bien, van a amarlo. Solo míralo, es un niño increíble.
—Sabes bien como son, no quiero que lo hagan sentir mal.
—Relajate amor -se acercó a mi cuello y dejó pequeños besos mientras apretaba un poco mi muslo.
—No tenemos tiempo para esto Nam -solté un pequeño suspiro.
Estaba por ceder a los cariños de Namjoon cuando tres golpecitos en la puerta nos sorprendieron.
—Estoy listo -dijo con sus manitas cubriendo sus ojitos.
(...)
Durante el camino me sentí muy ansioso, pasé mi mano por mi cabello para bajar esa ansiedad que sentía. Empecé a sentir mucha calor y sudaba, sentía que el aire me faltaba en los pulmones.
Miré a mi niño por el espejo y lucía tan tranquilo mirando por la ventana, sus ojitos brillaban con cada cosa que veía. ¿Acaso no sacaban a los niños de ese lugar para divertirse?
Luego miré al guapo hombre que se encontraba a mi lado conduciendo, su mirada seria y fija en el camino por alguna razón lo hacía verse muy guapo.
Traté de tranquilizarme pensando en actividades divertidas para Junyi los fines de semana. Eso funcionó.
Llegamos y mientras Namjoon estacionaba el auto, Junyi y yo nos adentramos al lugar. Vi a mis padres en una de las mesas del centro, conversaban entre ellos pero se veían muy serios.
—Wow, todo es muy bonito aquí -dijo mi pequeño con su carita de asombro.
—En un momento nos llevan a la mesa -habló Namjoon detrás de nosotros.
Un joven nos indicó que lo siguieramos y nos llevó hasta la mesa del infierno donde mis padres se encontraban. Y digo del infierno porque de ahí es de donde salieron mis padres.
—¿Mamá? ¿Papá? -hablé, traté de sonar seguro pero mi voz tembló un poco.
—Oh... Jungkook, creí que nos dejarían esperando aquí toda la noche -respondió mi padre.
—Tomen asiento chicos, hablaré con el estúpido mesero para que quite la silla de más que nos pusieron -dijo mi madre con un tono molesto.
—No fue ningún error señora Jeon -le habló Namjoon con el mismo tono-. Yo hice la reservación para cinco personas.
—¿A quien esperamos? -me miró mi padre.
—Queremos presentarles a alguien, el nuevo integrante de nuestra familia -dije tratando de formar una sonrisa.
Mis padres se quedaron callados y nos miraron confundidos, Junyi se encontraba detrás de nosotros así que nos movimos un poco para que lo vieran por primera vez.
—Mucho gusto -habló mi pequeño con una amplia sonrisa-, mi nombre es Junyi y tengo doce años.
Lo miraron por unos minutos que parecían eternos, hasta que mi madre se levantó de su lugar sin apartar la mirada de él.
—Lo siento por no saber que decir, es... una enorme sorpresa para los dos. Yo soy tu abuela de ahora en adelante, ¿que tal si te sientas a mi lado? -le dijo en un tono amable.
—Claro abuela.
Cenamos tranquilamente, todo fue tan diferente a lo que me imaginé. Mis padres aceptaron a su nuevo nieto y eso me hacía muy feliz. La hora del postre, mi madre comenzó a hacerle muchas preguntas e igual mi padre. Yo solo veía lo contento que estaba y lo educado que era al responder.
—Vamos a dejarlos hablar un poco, ¿te parece? -me dijo Namjoon en tono bajo.
—Pero... -
—Tranquilo, vamos al baño solamente -de nuevo tenía su mano sobre mi muslo y lo apretaba.
—Bi-Bien.
Nos levantamos de nuestros lugares sin interrumpir la plática que tenían, cuando entramos el lugar estaba vacío. Namjoon me tomó del brazo y me metió con él a uno de los baños. Cerró la puerta con su segurito.
—¿Que rayos haces? -le dije en tono bajo.
—Me quedé con ganas de algo -dijo y comenzó a besar mi cuello.
Me tomó de la cintura y me pegó a su cuerpo, sentía que su miembro despertaba con los roces de nuestros cuerpo. Me miró deseoso y yo miré sus labios, estampó sus labios con los míos en un beso hambriento y desesperado.
Mis manos actuaron por sí solas y desabotonaron la camisa de Namjoon dejando al descubierto su abdomen un poco marcado. Mientras pasaba mis manos por ese lugar, él hizo lo mismo con mi camisa y además desabrochó mi pantalón y lo bajó junto a la ropa interior hasta cierta altura.
—Estás loco -le dije agitado contra sus labios.
— Tú me vuelves loco -respondió.
Namjoon bajó su pantalón con su ropa interior y liberó su gran miembro a mi vista. Era momento de disfrutar pero a la vez tenía que pensar en una excusa de porqué tardamos tanto.
Me puso contra la pared, cubrió mi boca con una de sus grandes manos y entró en mi de una sola estocada. Quería gritar y gemir alto pero si nos descubrían, eramos chicos muertos.
Se movía tan brusco y delicioso contra mi que ya me sentía venir, sus embestidas eran rápidas y duras. Apretadaba mi trasero a su antojo.
La exitación era mucha, uno porque Namjoon es un Dios en hacerme esto y dos, el lugar donde estábamos. Escuché la puerta del baño abrirse y su vocesita hizo eco en el lugar.
—Mis abuelos preguntan por ustedes, ¿porqué tardan tanto? -preguntó Junyi desde el otro lado de la puerta.
Namjoon no se detuvo pero si bajó la intensidad, dolorosamente lento.
—Ya vamos, solo que Jungkook no se siente muy bien. Diles que no tardamos -le respondió Namjoon.
—Está bien -dijo y se escuchó como salía.
Al momento Namjoon aceleró el ritmo y ya no lo soporté más. Me vine manchando la pared con mi semen y Namjoon se vino dentro de mi. Luego de unos segundos para regularizar nuestras respiraciones salió de mi, solo sentía como su semen escurría por mis piernas.
—Eres un idiota Namjoon.
(...)
La cena fue estupenda, mis padres hicieron planes con Junyi para salir con él un día a la semana y divertirse, Namjoon dudaba pero yo accedí. Extrañamente mi madre me abrazó, ¡por primera vez me abrazó! Al parecer Junyi sacó de muy dentro de ellos sus sentimientos, vaya... si tenían.
Al llegar a casa, Junyi y yo revisamos que nada faltara para su primer día de clases. Mientras se duchaba yo colocaba el juego de sábanas nuevo y dejé su uniforme colgado fuera del armario.
—Buenas noches, Junyi -le dije un beso en la frente-. Mañana será un gran día.
—Gracias omma, ¿y ahí puedo encontrar un novio? -preguntó.
—Oum... ya veremos como son los niños de tu clase -le respondí-. Descansa.
Apagué la luz de la habitación y cerré la puerta detrás de mi. Cuando entré a mi habitación con Namjoon lo encontré desnudo sobre la cama.
—¿Qué demonios haces? -cerré la puerta con seguro y me acerqué a la cama-. ¿Tienes calor o que?
—Tú me pones caliente, Kookie -dijo con una sonrisa.
—Aún me duele de lo que hicimos en el restaurante así que nada de sexo hasta mañana.
—Eso no es nada y lo sabes, hemos hecho otras cosas que te dolieron más.
—No podemos hacer ruido, Junyi irá a la escuela mañana y no podemos hacer que se desvele.
—¿Seguro que no quieres? -preguntó con un tono seductor.
—Bien pero esta vez yo quiero tener el control.
—Quítate eso y ven a montarme -sonrió.
Me encantaba estar con Namjoon y me sentía con la seguridad de que así sería por siempre, para toda la vida. Apenas nuestra vida como familia empezaba y nos esperan muchas aventuras para los tres.
Todo será perfecto de ahora en adelante, ¿que podría salir mal?
FIN.