27 de enero del 2016.
Ver a Beth desvestirse al ritmo de la música lenta es sexy, excitante y me pone duro.
Cuando intento tocarla ella me da un manotazo diciendo que hoy no tocaré nada, que ella se encargará de darme todo el placer que necesito, me remuevo un poco en la silla sintiendo como mi erección empieza a crecer en mis pantalones, ella me sonríe mientras desliza la correa de su sujetador lentamente, sus caderas se mueven junto a la música y desliza la otra correa dejando sus pechos completamente a la vista, lamo mis labios.
Esto es muy estimulante claramente, juega con los listones de sus bragas negras haciéndome perder la cordura. Ella lo sabe porque poco a poco las va deslizando para abajo, madre de Dios, quiero tanto hundirme en ella.
Completamente desnuda, que dulce tortura, se acerca y se deja caer de rodillas frente a mi, me sonríe de manera sensual, intento tocarla, nuevamente pero me da otro golpecito negando. Con sus manos deshace el botón de mis Jeans y poco a poco baja la cremallera haciendo que mi cuerpo reaccione de inmediato.
Cuela una mano por mi pantalón, me acaricia por sobre mi bóxer haciéndome jadear, mete la mano dentro y me sostiene firmemente, lo acaricia con delicadeza y luego lo aprieta ¡Joder! Que sensación tan agradable.
Con mi ayuda lo saca y sonríe antes de inclinarse y meterlo en su boca, echo la cabeza para atrás deleitándome con lo que su magnífica boca hace en mi, lo chupa con fuerza, metiéndolo y sacándolo, pasa la lengua y juega como quiere mientras tomo su cabello alentándola, le aviso cuando no puedo aguantar ni un segundo más y ella se aleja.
Sonrío, ella definitivamente sabía lo que hacía, por supuesto que aprendió del mejor.
Sonríe hacia mi, ésta fue un excelente noche.