El día siguiente trajo consigo dos cosas, un misterio y una respuesta a ese misterio. El misterio consistía en una nota del "protector misterioso" como ya lo estaban llamando Harry y compañía.
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Dense un baño con el huevo, el agua revelara el misterio. Esta vez, quizás les convenga hacer un plan que los incluya a ambos.
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Harry llamó a una reunión de emergencia, estaban reunidos nuevamente en la sala de los menesteres a la hora de la comida. Esta vez sí pudo asistir Severus.
—La nota nos dice que quien sea tu "protector", está enterado que recibes ayuda y de que Cedric está cooperando contigo—Dijo Severus analizando la nota.
—El asunto es donde podemos sumergirnos junto con el huevo—Dijo Harry.
—Podríamos ocupar el baño de prefectos, la tina es muy amplia—Sugirió Cedric.
—Bien, es un plan al menos, vayan esta noche, Harry, ya sabes que llevarte y quizás esto te sea de utilidad, no hagas que me arrepienta de confiártelo—Le dijo Severus mientras le tendía un pergamino viejo.
Harry trago en seco, el mapa del merodeador estaba ahora en su poder y su papá se lo estaba confiando.
Esa noche, Harry salió de su sala común rumbo a la sala común de los tejones, Cedric ya lo estaba esperando fuera del cuadro y se metió debajo de la capa, encogiéndose lo más que pudo, con el mapa fueron verificando que Filch no estuviera por los pasillos y Cedric guió a Harry hasta el quinto piso, pasando la estatua de Boris el desconcertado y Cedric susurró la contraseña.
—Frescura de pino—.
La puerta chirrió al abrirse. Harry miro a todos lados y luego de echar algunos hechizos de silencio y alarma, quito la capa invisible de ambos. Por fin pudo observar el baño. Estaba suavemente iluminado por una espléndida araña llena de velas, y todo era de mármol blanco, incluyendo lo que parecía una piscina vacía de forma rectangular, en el centro de la habitación. Por los bordes de la piscina había unos cien grifos de oro, cada uno de los cuales tenía en la llave una joya de diferente color. Había asimismo un trampolín, y de las ventanas colgaban largas cortinas de lino blanco. En un rincón vio un montón de toallas blancas muy mullidas, y en la pared un único cuadro con marco dorado que representaba una sirena rubia profundamente dormida sobre una roca; el largo pelo, que le caía sobre el rostro, se agitaba cada vez que resoplaba.
Ambos chicos avanzaron por el cuarto, sus pasos hacían eco en los muros. Luego se quitaron la ropa, dejándose solo la ropa interior, Harry dejo la capa invisible y el mapa lo más lejos de la puerta y la tina que pudo, y tomaron los huevos de oro con ellos, acercándose a la "piscina". Cedric fue abriendo los grifos.
—Cada uno lleva un gel de baño diferente Harry, pero esta es mi combinación favorita—Le dijo Cedric a Harry, al tiempo que se metía a la piscina-tina de baño. Harry lo siguió.
Pronto, la tina estuvo llena de agua, perfume y burbujas. Era tan profunda que Harry apenas llegaba con los pies al fondo, y durante algunos minutos, ambos chicos se dedicaron a jugar y aventarse agua, en cuanto se cansaron un poco, regresaron a resolver la incógnita del huevo.
—Supongo, que debemos sumergirlo, la nota decía que el agua revelaría el misterio—Dijo Harry.
—Coincido contigo, además el agua amortiguara el ruido por si viene Filch—Respondió Cedric.
Ambos chicos tomaron aire y sumergieron los huevos de oro en el agua antes de abrirlos, el sonido era muy diferente bajo el agua.
Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos, que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos. Y estas palabras medita mientras tanto, pues son importantes, ¡no sabes cuánto!: Nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora. Pasado este tiempo ¡negras perspectivas! demasiado tarde, ya no habrá salida—.
—¿Lo has oído? —Preguntó Cedric.
—Sí... Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos... No sé si me convencen... Espera, quiero escuchar de nuevo—Y Harry volvió a sumergirse.
Escucharon la canción varias veces antes de memorizarla.
—Hay que ir en busca de gente que no puede utilizar su voz sobre la tierra... ¡La gente del agua! ¡En el lago negro! —Decía Harry dando saltitos y haciendo que el agua se moviera.
—Entonces la prueba consiste en ir a buscar algo que la gente del agua va a cuidar, casi como lo del dragón, pero ahora bajo el agua—Dijo Cedric pensativo.
—Bueno, eso resuelve el misterio del huevo, pero no del autor de las notas. Creo que es hora de irnos—Dijo Harry.
Ambos chicos salieron del agua y luego de secarse y vestirse, regresaron a sus salas comunes. Una incógnita menos ahora solo faltaba resolver el problema de como respirar bajo el agua durante una hora.
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—¿Podríamos usar el encantamiento casco-burbuja? —.
Sugirió Cedric cuando en la reunión de ese día, después de explicar lo de la canción del huevo y su significado, se llegó a la conclusión de que, tal como decía la nota, lo mejor era hacer un plan conjunto.
—Eso les daría aire, pero no resuelve el nadar, ambos saben nadar, pero aquí se necesita también velocidad—Dijo Sirius que había llegado por red flu.
—Recapitulando, necesitamos que ambos puedan respirar bajo el agua, que naden mucho más rápido y que el efecto de lo que sea que ocupen dure una hora o un poco más. ¿Correcto? —Dijo Theo.
—¡Lo tengo! ¡Branquialgas! —Exclamo Neville con una mirada de júbilo.
—¿¡Branquialgas!? —Preguntaron Draco y Harry al unísono.
—Buena idea Neville—Dijo Theo.
—¿Qué son las branquialgas? Pregunto Hermione.
—Son unas algas que permiten que respires bajo el agua, mi papá me las enseño un día, quería experimentar con pociones "recreativas", pero nadie sabe cuánto dura el efecto—Dijo Harry.
—Podrías pedirle un poco y hacer pruebas en el baño de prefectos. Así sabríamos cuanto tiempo podríamos usarlas. Si es menos de una hora, siempre podemos usar el encantamiento casco-burbuja para el resto del tiempo—Le sugirió Cedric a Harry.
—Pues me parece un buen plan cachorro—Dijo Sirius y Harry quedo de acuerdo en hacerlo.
Severus insistió en estar presente durante las pruebas de Harry y con un bote de branquialgas y un cronometro, Severus midió el tiempo que duraba Harry debajo del agua, una hora y 5 minutos hasta una hora y 15 minutos, ese era el tiempo que determino las pruebas. Las branquialgas si permitían respirar bajo el agua, pero era gracias a que transformaban parcialmente a quien las comía, dándole branquias, y pies y manos palmeados lo que ayudaba a nadar más rápido, era la solución perfecta.
—Harry, creo que con esto ha sido suficiente, debes ir a dormir—Le dijo Severus al tiempo que le alcanzaba una toalla a Harry.
—Creo que estas algas servirán muy bien, ahora hay que ver un plan de ataque, la gente del agua no creo que nos la ponga fácil para recuperar lo que sea que nos quiten—Dijo Harry mientras terminaba de vestirse.
—Seguramente usaran cadenas, deberías revisar tus hechizos cortantes—.
—Bueno, vayámonos, mañana hay que organizar una reunión de emergencia para decirles que encontramos la solución a la parte del agua, ahora solo hay que ver lo de las sirenas y tritones—.
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Durante las reuniones que siguieron, Harry y compañía solicitaron a la sala un tanque suficientemente grande para practicar hechizos bajo el agua, así tanto Cedric como Harry revisaban como lograr cortar una cadena bajo el agua y algunos hechizos de ataque y defensivos. Tanto Severus como Sirius iban de cuando en cuando a ayudar en lo que podían, resultado que Sirius era tan buen profesor de defensa como Severus y Remus. Pronto un plan de ataque estuvo armado y el resto del tiempo se dedicaron a refinar los detalles del mismo.
Un día antes de la prueba, Severus fue dispensado de sus clases de la tarde y el director solicito la presencia de Hermione y Ginny. Harry y Cedric no las vieron en toda la tarde, Severus no se presentó a la cena y Harry se fue a dormir temprano así que no pensó más en eso.
Al día siguiente, luego de desayunar, se repitió la escena de la primera prueba, la profesora McGonagall solicito que la acompañaran y la profesora Sprout escoltaba a Cedric, esta vez, la profesora Sprout si le deseo suerte a Harry, mientras era llevado a un muelle del lago negro, las mismas tribunas que habían rodeado en noviembre el cercado de los dragones estaban ahora dispuestas a lo largo de una de las orillas del lago. Las gradas, llenas a rebosar, se reflejaban en el agua. El eco de la algarabía de la emocionada multitud se propagaba de forma extraña por la superficie del agua y llegaba hasta la orilla. Fleur y Krum se hallaban junto a la mesa de los jueces, y los observaban acercarse.
Una vez que todos los campeones estuvieron juntos Bagman apunto a su garganta con la varita como había hecho en los Mundiales, dijo ¡Sonorus!, y su voz retumbó por las oscuras aguas hasta las tribunas.
—Bien, todos los campeones están listos para la segunda prueba, que comenzará cuando suene el silbato. Disponen exactamente de una hora para recuperar lo que se les ha quitado. Así que, cuando cuente tres: uno... dos... ¡tres! —.
El silbato sonó en el aire frío y calmado. Las tribunas se convirtieron en un hervidero de gritos y aplausos. Tal como habían ensayado, Harry y Cedric se quitaron zapatos y calcetines, y entraron en el lago. Ya bajo el agua, ambos tomaron un buen puñado de branquialgas de un bolsillo de su pantalón y las tragaron.
El agua estaba tan fría que sentían que la piel de las piernas les quemaba como si hubieran entrado en fuego. A medida que se adentraba, la túnica empapada le pesaba cada vez más. Masticaban las branquialgas con toda la prisa y fuerza de que eran capaces. Luego de unos minutos, las agallas empezaron a surgir y los pies y manos se les palmearon, los dedos estaban unidos por una membrana.
Ambos chicos nadaron hacia el centro del lago, cuando aún era solo un invitado del castillo, Harry se había hecho amigo de varias criaturas del bosque y de algunas criaturas acuáticas como el calamar gigante, varias sirenas estaban encantadas con el pequeño niño cuando llego un día al lago con una canasta de sándwiches buscando hacerse su amigo, Dumbledore se ofreció a ser su interprete y así supo que la gente del agua tenía una aldea en el fondo del lago. Pero jamás supo su ubicación exacta, así que Harry buscaba al calamar esperando que le pudiera dar alguna pista. La suerte lo acompaño. Y con señas le indico que buscaba a las sirenas, uno de los tentáculos le señalo hacia una dirección y ambos chicos nadaron hacia allá.
El agua era oscura y neblinosa, no veían más allá de tres metros a la redonda, de forma que, mientras nadaban, las cosas surgían de repente de la oscuridad: bosques de algas ondulantes y enmarañadas, extensas planicies de barro con piedras iluminadas por un levísimo resplandor. Pequeños peces pasaban en todas direcciones como dardos de plata. Unas algas de color esmeralda de sesenta centímetros de altura se extendían hasta donde les alcanzaba la vista, como un prado de hierba muy crecida. Harry le indico a Cedric que nadaran por encima de las algas, Severus y Remus le habían enseñado que ese era el escondite favorito de los grindylows y no tenían tiempo que perder.
Luego de unos veinte minutos, llegaron a unas vastas extensiones de barro negro, que enturbiaban el agua en pequeños remolinos cuando pasaban aleteando. Luego, por fin, se escuchó el canto de las criaturas marinas:
"Nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora..."
Siguieron nadando, guiados por la canción:
"... ya ha pasado media hora, así que no nos des largas si no quieres que lo que buscas se quede criando algas..."
De repente, de la oscuridad que lo envolvía todo surgió un grupo de casas de piedra sin labrar y cubiertas de algas. Harry y Cedric distinguieron rostros en las ventanas, rostros que no guardaban ninguna semejanza con el del cuadro de la sirena que había en el baño de los prefectos...
Las sirenas y los tritones tenían la piel cetrina y el pelo verde oscuro, largo y revuelto. Los ojos eran amarillos, del mismo color que sus dientes partidos, y llevaban alrededor del cuello unas gruesas cuerdas con guijarros ensartados. Le dirigieron sonrisas malévolas. Las casas se hicieron más numerosas. Doblaron una esquina, y vieron una multitud de sirenas y tritones flotando delante de las casas que se alineaban en lo que parecía una versión submarina de la plaza de un pueblo pintoresco. En el medio cantaba un coro de tritones y sirenas para atraer a los campeones, y tras ellos se erguía una tosca estatua que representaba a una sirena gigante tallada en una mole de piedra. Había cuatro personas ligadas con cadenas a la cola de la sirena.
Severus estaba atado entre Hermione y Ginny. Había también una niña que no parecía contar más de ocho años y cuyo pelo plateado le indicó a Harry y Cedric que debía de ser hermana de Fleur Delacour. Daba la impresión de que los cuatro se hallaban sumidos en un sueño muy profundo: la cabeza les colgaba sobre los hombros, y de la boca les salía una fina hilera de burbujas.
Se acercaron rápidamente a ellos, y sacando las varitas cortaron las cadenas de Ginny y Severus, Cedric les aplico a todos, un encantamiento casco-burbuja y esperaron a ver si venían los otros campeones, pero no llegaban y el tiempo corría, así que decidieron liberar a las otras chicas. De inmediato los agarraron varios pares de fuertes manos grises. Media docena de tritones los separaban de Hermione, y la niña rubia.
—Llévense los suyos. ¡Deja a los otros! —Les dijo uno de ellos
—¡De ninguna manera! —Respondió Harry furioso... pero de la boca sólo le salieron dos burbujas grandes.
—Su misión consiste en liberar a sus amigos... ¡Dejen a las otras! —.
—¡Ella también es nuestra amiga! ¡Y tampoco quiero que la niña se quede aquí! —Grito Cedric, arrojando por la boca una enorme burbuja plateada.
La niña del pelo plateado estaba espectralmente pálida y verdosa. Entre los dos intentaron apartar a los tritones, pero ellos se reían mientras los detenían. Cedric lanzo unos hechizos punzantes y los soltaron, en cuanto lanzo un hechizo de confusión, Harry rápidamente corto las cadenas de Hermione y la niña. Los tritones trataron de detenerlos, pero Harry y Cedric ya iban hacia arriba arrastrando con ellos a los secuestrados. Aun así, varios tritones no se dieron por vencidos y los siguieron.
En cuanto les dieron alcance, los tomaron de los pies y trataron de arrastrarlos hacia el fondo. Desde un bosque de algas, un hombre-tiburón llego, era Krum. Parecía que se había transformado, pero mal. El hombre-tiburón fue directamente hasta los tritones y los embistió haciendo que soltaran a Cedric y Harry, quienes continuaron nadando hacia arriba hasta alcanzar la superficie, esperaron a que les diera alcance Viktor.
Mientras los secuestrados empezaban a despertarse y a tomar bocanadas de aire, Harry y Cedric esperaron a que pasara el efecto de las branquialgas, estaban deshaciéndose de las branquias cuando llego Viktor.
—Esos trritones no me dejaban irrme—Les dijo Viktor ya convertido nuevamente en humano.
—¿Qué paso? Tardaste mucho ¿Y Fleur? —Pregunto Harry.
—Me perrdí, y perrdí a Fleurr cerrca de un bosque de algas—Contesto Viktor.
—Bueno, hay que ir con los jueces, y esperemos Fleur este ahí. Todos ustedes ¿Pueden nadar? —Dijo Cedric a los secuestrados, mientras estos asentían.
La extraña comitiva nado hasta el muelle donde Madame Maxime intentaba sujetar a Fleur Delacour, que estaba completamente histérica y peleaba con uñas y dientes para volver al agua. Los gemelos y Ron habían entrado al agua y agarraron a Ginny subiéndola hasta la orilla del muelle. Dumbledore y Bagman cogieron a Harry y este estaba ayudando a subir a Severus.
—¡Gabguielle!, ¡Gabguielle! ¿Está viva? ¿Está heguida? —.
—¡Está bien! —Le dijo Cedric mientras ayudaba a la pequeña a salir del agua.
Fleur se había soltado de Madame Maxime y corría a abrazar a su hermana.
—Fue pog los grindylows... Me atacagon... ¡Ah, Gabguielle, pensé... pensé...! —.
Pronto, todos se vieron envueltos en toallas enormes calentadas con magia. Ya fuera del agua, Severus le pregunto a Harry porque los habían liberado a todos.
—Fleur y Krum no aparecían y el tiempo estaba corriendo, no los íbamos a dejar ahí—Le contesto Harry.
—Harry, serás ingenuo... Dumbledore no nos habría dejado ahogarnos allí—Le dijo Severus sonriéndole.
—¡Oh Merlín! Debimos vernos como unos idiotas—Dijo Harry un poco abatido.
—Tranquilo hijo, ahora sé que ambos son buenos chicos y harán siempre lo correcto, o al menos lo intentarán, y me alegra saber que soy la persona que más quieres en el mundo—Le dijo Severus mientras lo abrazaba.
Harry estaba feliz de haber acabado la prueba y de que todos estuvieran bien, así que se permitió relajarse y observo a todos, Viktor hablaba con Hermione mientras le quitaba un escarabajo del pelo, Fleur y su hermana no dejaban de abrazarse mientras una impaciente Madame Pomfrey le insistía en revisarla, Cedric y Ginny estaban hablando con Draco, Pansy y Neville que se habían acercado a ellos y ahora estaban oyendo el relato de Cedric y de cómo tuvieron que adaptar el plan, y la improvisada ayuda de Viktor Krum.
Dumbledore estaba agachado en la orilla, trabando conversación con la que parecía la jefa de las sirenas, que tenía un aspecto especialmente feroz y salvaje. El director hacía el mismo tipo de ruidos estridentes que las sirenas y los tritones producían fuera del agua: evidentemente, Dumbledore hablaba sirenio. Finalmente se enderezó, se volvió hacia los otros miembros del tribunal y les dijo:
—Me parece que tenemos que hablar antes de dar la puntuación—.
Los miembros del tribunal se acercaron para discutir. La señora Pomfrey estaba en esos momentos dándoles a todos algo de poción pimentónica, y luego fue de nuevo con Fleur y su hermana. Fleur tenía muchos cortes en la cara y los brazos, y la ropa rasgada; pero no parecía que eso le preocupara, y no permitió que la señora Pomfrey se ocupara de ella.
—Atienda a Gabguielle—Le dijo a Madame Pomfrey y luego volteo hacia Harry y Cedric. Ustedes la han salvado. Aunque no ega su gueén. Les dijo a ambos.
—Sí, no fue nada—Dijo Harry mientras Cedric asentía dándole la razón.
Fleur se inclinó, besó a Harry dos veces en cada mejilla y a Cedric también. Justo entonces la voz mágicamente amplificada de Ludo Bagman retumbó junto a ellos y los sobresaltó. En las gradas, la multitud se quedó de repente en silencio.
—Damas y caballeros, hemos tomado una decisión. Murcus, la jefa sirena, nos ha explicado qué ha ocurrido exactamente en el fondo del lago, y hemos puntuado en consecuencia. El total de nuestras puntuaciones, que se dan sobre un máximo de cincuenta puntos a cada uno de los campeones, es el siguiente: La señorita Delacour, aunque ha demostrado un uso excelente del encantamiento casco-burbuja, fue atacada por los grindylows cuando se acercaba a su meta, y no consiguió recuperar a su hermana. Le concedemos veinticinco puntos—.
Aplaudieron en las tribunas.
—Me meguezco un cego—Dijo Fleur, agitando su magnífica cabellera.
—El señor Viktor Krum ha utilizado una forma de transformación incompleta, que sin embargo dio buen resultado, y a pesar de no haber sido participe del rescate, si ayudo a los campeones que lo hicieron. Le concedemos cuarenta puntos—.
Karkarov aplaudió muy fuerte y de manera muy arrogante.
—El señor Harry Potter y el señor Cedric Diggory han utilizado con mucho éxito las branquialgas, y siendo este un caso inusual, ya que ambos decidieron ayudarse y rescatar a todos. La jefa sirena nos ha comunicado que fueron los primeros en llegar y tuvieron la firme decisión de salvarlos a todos, no sólo a los suyos. La mayoría de los miembros del tribunal están de acuerdo en que esto demuestra una gran altura moral y que merece ser recompensado con la máxima puntuación. No obstante... la puntuación de ambos es de cuarenta y siete puntos—.
Empatados y ambos iban en primer lugar, Harry y Cedric estaban felices y la multitud aplaudía. Fleur también aplaudía con mucho entusiasmo. Krum, aplaudía cortésmente y trataba de llamar la atención de Hermione, pero esta estaba muy ocupada hablando con Harry, Ginny y Cedric.
—La tercera y última prueba tendrá lugar al anochecer del día veinticuatro de junio. A los campeones se les notificará en qué consiste dicha prueba justo un mes antes. Gracias a todos por el apoyo—Continuó Bagman.
Ya ha pasado, pensaba Harry algo aturdido mientras la señora Pomfrey se lo llevaba con el resto de los campeones y los rehenes de regresó al castillo, para que se pusieran ropa seca. Ya había pasado todo: habían superado la prueba, y no tenían que preocuparse por nada más hasta el 24 de mayo, cuando sabrían sobre la última prueba.