Después de llegar a casa, Yurio estaba demasiado afectado por algo que ni él sabía realmente lo que era, sentía su corazón comprimido y un dolor horrible en la cabeza. Dejo al pequeño en el suelo, mientras se arrodillaba y secaba sus lágrimas.
—Lenya, pequeño...No llores.— Pidió dulcemente mientras intentaba calmar su propio llanto, antes de poder reaccionar, unos brazos un tanto mas grandes y músculosos lo atraparon en un abrazo, atrayendo a su pequeño hijo también.
—Perdónenme...Por favor...No lloren.—Suplicó el Kazajo con la voz rota mientras sujetaba con fuerza a los dos chicos que componian su propia familia, esa mujer había lastimado al pequeño y tambien al mayor, ¿Acaso las mujeres no sabian cerrar la boca? Joder, estaba demasiado molesto.
Lo que menos esperaban ambos jovenes,era sentir unas pequeñas manos tomando sus mejillas, cuando levantaron la mirada su pequeño estaba aguantando las lágrimas mientras su labio inferior temblaba.
—N-No quiero que lloren...Mamá, papá, Lenya es fuerte y va a protegerlos.— Intentó sonreír mientras que decía.— Así que, sonrian...¿Si?.
—Lenya...— Murmuraron ambos, aunque se sorprendieron por esto y giraron a verse. Una sonrisa apareció en el rostro de ambos y abrazaron con dulzura al más pequeño.
—Pequeño, aún no necesitas ser fuerte, mamá y papá...—murmuró avergonzado el ruso.— Nosotros te vamos a proteger, ¿Vale?.
—Es cierto Lenya, vamos a protegerte pase lo que pase.— Intuyó Otabek mientras besaba la frente de su pequeño, sonrió levemente mientras mantenía de reojo su mirada en el ruso, quien acariciaba con ternura el cabello de su hijo.
—Otabek...— Susurró Yurio mientras su retoño abrazaba a su cuello.— Se que...sonará muy tonto...pero, ¿Quién era esa chica?.—preguntó avergonzado de los celos que literalmente no debería tener.— Digo...si solo quieres decirme...no es que este celoso o algo...ya sabes...yo...
—Yura.— Llamó suavemente el kazajo a la vez que le sonreía.— Si te soy sincero, no se quien es esa mujer...solo llegó diciendo cosas sin sin sentido.— Soltó un suspiro y se levantó, estirando su mano para ayudar al ruso a incorporarse.— Sinceramente, espero no conocerla...Ni recordarla.
—Aún no puedo creer que le haya hecho eso a un Niño, menos aún si...solo quería alejarlo de ti.— El rubio se levanto con ayuda del otro mientras mantenía a Lenya entre sus brazos, el pequeño no pesaba casi nada.
—Es por esa razón que no creó conocerla...No se, hay algo que no esta bien.—
—¿Enserio solo crees que eso no esta bien?.— Bufo el ruso mientras sonría con dolor por lo que diría.— Te casaste con un hombre...
—Y no me siento mal por eso.—Dijo Otabek, tomó el mentón de Yurio y elevó su rostro.— De hecho me siento feliz de eso.
Y lo logró, el rostro de Yuri Plisetsky volvió a mostrar un sonrojo digno de enamorar a cualquiera y lo hacía de nuevo, con su esposo.
—Asi que, ¿Golpeaste a esa mujer?.— Pregunto risueño el rubio, imaginandose al tranquilo y adorable japonés perdiendo los estribos y golpeando esa charlatana.
—N-No me lo recuerdes...—Mencionó Yuuri a la vez que se sonrojaba de la vergüenza. Ambos estaban cocinando juntos para su familia, mientras Otabek y Viktor cuidaban a los niños.
Todos los pensamientos en la mente del más joven se removian con impaciencia y torpeza, mientras cortaba con cuidado las verduras preguntas sin respuesta se formulaban en su mente «¿En serio Otabek me ama?» «¿Porque?» «¿Dónde?» «Quiero recordar…» Fue lo último que paso por entre todas esas preguntas, aunque antes de darse cuenta un recuerdo llegó a su mente con firmeza.
Era un día de otoño, iba caminando de la mano de su pequeño Lenya, mientras lo ayudaba a pisotear las hojas secas en el suelo, amaba oir la risa de su pequeño bebé.
— Te ves hermoso.— Escucho a sus espaldas después de ser abrazado por unos brazos que emanaban amor, cariño y confianza.
—¿Otabek?, ¿A que viene ese piropo tan...vergonzo?.— Respondió mientras tomaba a su pequeño en brazos para girar a ver a su esposo.— Sin duda tu te ves aún más hermoso bajo este clima, chocolatito.
—Oh mi gatito, solo estoy diciendo la verdad, ¿No crees Lenya?.— Mencionó alegre mientras el bebé reía dulcemente y asentía con energía.— Por cierto, feliz aniversario Yura...
—Feliz aniversario, Beka.—
En ese momento dejo caer el cuchillo contra la mesa, sujetando su cabeza debido al leve dolor que le provocaba aquel lindo y a la vez fugaz recuerdo. Sonrió con ternura mientras llevaba las verduras hasta la olla a presión donde las cocinarian para luego armar la tortilla de verduras que tan bien le queda al japonés.
Una vez ya los había vertido, cerro la olla con su respectiva tapa. Se giro y salió de cocina mientras dejaba al mayor terminar lo debido para la comida, necesitaba ver a su esposo y a su hijo; quienes jugaban en la sala junto a Misha y Viktor.
—Vamos capitán, hay que salvar la nave.— Exclamó Otabek mientras empuñaba una espada de juguete hacia Viktor, quien fingia ser un monstruo con un disfraz improvisado entre las cosas que habian encontrado entre los juguetes.
—¡Al ataque!.— Gritó Misha saltando del sofá hacia su padre, quien lo atrapó y comenzó a hacerle cosquillas.— ¡No! Ja, ja ,ja ¡No!.— entre carcajadas logró llamar a su mejor ayudante.— ¡Ayuda, Lenya!.
—¡Lenya al rescate!.— Gritó este mientras se lanzaba y hacian caer a Viktor entre risas y cosquillas, en poco tiempo Otabek también le hacia cosquillas a su pequeño mientras Viktor fingia su muerte.
—¡Han derrotado al gran y hermoso pulpo asesino! ARGHHAT...—Mencionó en un idioma demasiado extraño, haciendo reír a sus acompañantes de juego y al rubio que los observaba desde la puerta de la cocina.
Jamás había imaginado la idea de tener una familia después de todo, jamás conoció a sus padres y creció solo con el amor incondicional que su abuelo Nikolai le brindaba; siempre estuvo solo...Pero no dejaría que Lenya viviera eso, era un niño demasiado tierno e inocente para tener un corazón lastimado como él.
Golpes en la puerta del hogar lo obligaron a salir de su trance y gritar un "yo voy" para no distraer a sus acompañantes de lo que hacían, se acercó hasta la puerta y sin mirar a través de la pequeña abertura cristalina de está, la abrió para encontrarse con algo que quizás...No traería más que problemas.
—Buenas tardes, Yuri Plisetsky.— Mencionó alegre el Canadiense quien venia acompañado de otro hombre de nombre Emil. Sus sonrisa trajo un recuerdo a la mente del ruso, algo que hubiese sido mejor no traer a su vida nuevamente.
—Nunca vas a notar el momento en que tengas que perderlo todo.—
—¿A qué te refieres?.—
—A qué a veces es mejor dejar lo que amas para encontrar algo mejor. Después de todo, ya conozco tú cuerpo y cada rincón de este, ¿No es así, Yurio?.—
—…—
Holah~ jeje, volví y muy rápido(?) Jsksjskjss xD Me divertí mucho leyendo sus comentarios en el anterior capítulo 😂💕 Gracias por su apoyo~ ❤😊🌻 Y por eso escribí este capítulo lo más rápido que pudiese >w<)9
Por cierto, mi nuevo fanfic se titula: «Evolution.» Es de temática Omegaverse y muy pronto lo subiré, puesto que aún no termino de redactar el primer capítulo, pues es el más largo para explicar de que va la trama y eso jslsksksi ❤🐺🐷 Espero que se animen a leerlo y apoyarlo al igual que esta historia, ¡Nos vemos!~ Besitos y abrazos🐻💕🐯