Escuchamos, pero no somos reales.
Ojalá ella se diera cuenta de que somos parte de su vida, ojalá sintiera nuestros abrazos y que nos importa.
Ojalá viera nuestras lágrimas cada vez que sube el volumen de la radio y grita paa que no la escuchen.
Nosotros lo hacemos, pero somos invisibles.
¿Por qué no podemos hacer algo? ¿Por qué no podemos decirle que sobreviva? Valdrá la pena, haremos que la valga.
Ella viaja por un tren fantasma, pero no pertenece a ese lugar,
porque no ha llegado su final.
Su mente es real, todo.
Pero nosotros no.
Porque aún somos demasiado pequeños para que nos vea, pero siempre estamos allí.
En las fiestas con música alta y recuerdos infelices,
cuando se oculta en un rincón y desea desaparecer.
Estuvimos allí junto a ella cuando le gritaron que era inservible, que nunca podría vivir ni mantenerse sola. Porque su autoestima está en el suelo, y algún día terminaría muerta.
Pero vale mucho.
Es más que un corazón roto,
porque su amor es más grande que el odio.
Llegará a ser alguien,
porque no es necesario gritar para hacer un cambio.
Luchará por paz, nadie podrá volver a romperla.
Cuando llegue a la cima,
seguiremos ahí, estaremos.
Somos más reales de lo que creen.