invierno

By mil3rna

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En edición: Romance y fantasía. Amethys Lord nunca imaginó que el día de su boda sería el más horrible de su... More

Sinopsis
Booktrailer
Joyas preciosa
Prólogo
La boda
Claveles rosas
Rechazada
Suplicas
Acorralada
Los señores Winter
Corazón escarchado
Los cuatro demonios
El pacto
Frostie
Un año
Zaphiro
El leñador y los dos pagos
Decepción
El banquete de despedida
votos de amor
Ónix
Endless Challenger
Sugerencia
Sobreponiéndose al dolor

Luna

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By mil3rna

Invierno

Capítulo

Luna

Caminando sin rumbo fijo, llegó hasta el lago congelado. En medio de él se desplomó llorando. La habían decepcionado tanto esta vez.

Gritó tan fuerte, tan alto, que su grito hizo eco en la cima de la montaña,y una pequeña avalancha se desprendió.

Amethys contempló las toneladas de nieve que se deslizaban cuesta a bajo,en su dirección. No le importó, tal vez era lo mejor que podía pasarle en la vida,quedar sepultada bajo el frío polvo de diamantes, ó eso pensó hasta que Diamante apareció junto a ella y detuvo el deslave.

Se arrodilló a su lado y secó sus lágrimas con suma ternura. Amethy no comprendía como alguien tan frío podía tener tanta sensibilidad en una acción tan pequeña como secar sus lágrimas.

Por mero impulso, Amethys se arrojó a sus brazos e intentó besarlo.

Diamante la rechazó para su total desconcierto.

—¡Besame! — le exigió.

—No,señorita Lord, yo no soy tu premio de consolación — dijo él con toda la frialdad que llevaba por dentro.

Se puso de pie y deambuló dando vueltas a su alrededor.

—¿Quién te crees que soy? ¿Acaso piensas que porqué la magia de un demonio corre por mis venas yo no tengo corazón...?  Yo no tengo sentimientos, ¿es eso lo que piensas? — la encaró frustrado por su comportamiento.

La joven no dijo nada, dejo que se desahogara.

—Sí,efectivamente, soy un demonio, pero nací humano,y no estoy exento a sentir dolor. Lloro y río como cualquiera de ustedes. Tengo sentimientos por montón, y también me duele que me rompan el corazón. ¡Oh sí señorita Lord,se cómo te sientes! Yo también me enamoré... Y no funcionó.

—¡¿Enamorarte?! ¡¿Tú?! ¡Por favor! No te puedes enamorar en un solo día...

—¿... Un día? ¿Quie5n dijo que fue un sólo día?

El señor del invierno y su joven prisionera continuaban discutiendo,ajenos a la sombra codiciosa, ahíta de maldad que los observaba oculta entre la penumbra de los árboles cubiertos de escarcha.

—¡Tú me mostraste ese sueño! — le reclamó la muchacha una vez puesta en pie.

—Solo lo resumí de esa manera — confesó avergonzado al recordar como Arthemys la hermana de esta,se burló de él.

Desdé aquél primer encuentro en la linde del bosque del otoño. Arthemys volvió a la montaña al siguiente día, fingiendo ser su hermana.

Fueron quince majestuosos días en los que la atrevida pelirroja lo engatusó. Hablándole de su falso amor,llenándole la cabeza con mentiras y el cuerpo de caricias que le derretían el corazón.

—¿Cómo crees que me sentí, cuando  mire a la mujer que supuestamente me amaba,parada frente al altar a punto de desposarse con un simple mortal? Cuando yo le ofrecí todo y no me refiero a mis riquezas o magia,hablo de mi corazón, de mi amor incondicional para la que sería mi compañera. Y lo peor fue cuando mire aquella pobre imitación arrojándose a los brazos de aquel hombre,intentando protegerlo de mí.

Diamante recordó con dolor aquel momento en la capilla del pueblo,cuando Arthemys intervino al ver a Narcissus caer al suelo con un golpe seco:

¡Por Dios,parad! — había gritado su Amethys justo cuando Diamante se abalanzaba una vez más sobre Narcissus. Pero no era Amethys la que gritaba,ó eso fue lo que pensó.

¡Has algo! — musitó la angustiada copia de Amethys.

Tenía el mismo cabello rojo,los mismos ojos grisáceos,la misma piel pálida y la misma voz suave e hipnótica y aún así no era la verdadera  Amethys...

—... Fue ahí cuando todo lo entendí. Había sido engañado por una chiquilla. Pero soy un demonio y no iba a quedarme con las manos vacías...

—¡YO.TAMPOCO. SOY. UN. PREMIO. DE. CONSOLACIÓN...!

Se miraron fijamente. Un rayo de comprensión los atravesó. Los unía algo más que la traición. En el fondo de su interior eran iguales, dos almas vacías que intentaban alcanzarse.

Un ruido a sus espaldas llamó su atención.

Un lobo de terroso pelaje se acercó gimoteando,estaba herido.

—¡Luna!- a Diamante le dio un vuelco el corazón y se le estrujó dentro de su pecho cuando la vio desplomarse.

Salió corriendo a su lado.

—¡Luna! ¡Mí querida Luna! ¡¿Qué fue lo que te pasó?! ¡¿Quién te hizo esto?!

Arrodillado junto a ella, recorrió con su mano el pelaje marrón del animal.

El animal no dejaba de gemir de dolor.

—Está muy mal,hay que llevarla a palacio — anunció mientras Amethys contemplaba asombrada al señor del invierno.

¿Cómo era posible qué sintiera más compasión por aquel animal salvaje qué por ella?

No podía creer que existiera tanta ternura en esas manos frías y duras como piedras.

La loba le gruñó cuando al cargarla le lastimó la herida. Le mostró los dientes pero no lo atacó.

—Tranquila, preciosa,tranquila, soy yo — la reconfortó con sus palabras.

Diamante parecía volar en lugar de correr,mientras Amethys intentaba seguirle el paso.

Al parecer, el príncipe se olvido de ella, en cuestión de segundos la dejó atrás. Perdiéndose en la espesura del bosque.

Sin saber cómo, la pelirroja se las arregló para llegar a palacio casi al mismo tiempo que las puertas se habrían con su suave tintineo y Diamante entraba con la loba en brazos.

Amethys se detuvo en seco,al ver la asombrosa transformación que sufrió el animal.

Nada más entrar al palacio,al cruzar las puertas,todo el pelaje desapareció, la loba se transformó en una hermosa joven de piel canela y largos cabellos ondulados causando una gran conmoción en el palacio.

—¡Luna! — gimió la señora White al verlos entrar.

El señor Withe se deslizaban por el pasamanos escalera arriba,siguiendo a su amo,que no  paraba de dar ordenes.

—Dile a Tulpe... — quien era el cocinero de palacio — ...Qué vaya al pueblo y consiga,gazas,agujas,hilo y algo para el dolor,ah, también desinfectante. Y señor White... Qué lo haga rápido — ordenó con una pizca de preocupación.

La bola de nieve obedeció deslizándose lo más rápido que podía.

Y,mientras Tulpe hacía lo que se le pedía y regresaba con el encargó, Diamante usaba su magia para aliviar el dolor de aquella joven. Pero no estaba resultando tarea fácil.

A Amethys se le permitió entrar a los aposentos del príncipe, se limitó a espiar desde la puerta sin animarse a entrar a donde no era requerida.

Y se preguntaba:

¿Por qué de todas las habitaciones vacías la había llevado a la de él? ¿Cuál era su historia?

Cuando el cocinero regresó,cerca del mediodía, los señores White, entraban y salían de la habitación sin decir nada. Y ella no se atrevía a preguntarles.

Nadie hablaba con Amethys. Prácticamente la ignoraban,al parecer,lo único que les importaba a todos en el palacio era la mujer lobo a la que estaban todos cuidando.

El príncipe Diamante pasó todo el día y toda la noche cuidando a la mujer a la que llamaban Luna, la devoción que ponía a su cuidado mantenía intrigada a Amethys.

La desconcertaba, la paciencia y la ternura que demostraba ante ella y que a Amethys siempre le negó.

El señor White entró por vigésima vez en la habitación. Hasta él que siempre se comportaba huraño con ella,se preocupaba por aquella mujer y le hablaba con dulzura cuando era su turno de cuidarla.

—Amo,aquí están los líquidos que pidió
anunció mientras le entregaba un par de botellas, con líquidos de colores: una era azul oscuro y la otra amarilla.

Había dejado abierta la puerta y la pelirroja pudo ver un poco mejor.

—Señor white. Luns no mejora,hace horas que cure su herida y está empeorando — oyó Amethys que comentaba Diamante,su voz sonaba angustiada.

Ella seguía en el corredor  y la señora White le hacía compañía, las dos esperaban afuera.
Nadie descanso esa noche por estar al pendiente de Luna.

Amethys dejó de preguntar quién era,ya que nadie le respondía las pocas veces que llegó a cuestionar. Pero de una cosa estaba segura,era muy importante para Diamante.

Ya que la puerta permanecía abierta, la joven consiguió una vista del interior.

Luna estaba tendida,inconsciente sobre la cama de Diamante. Y seguía desnuda.

Diamante vertía en ese momento el líquido amarillo sobre la herida.

Un olor nauseabundo se desprendió de la herida y provocó que la pelirroja arrugara la nariz.

—¡No puede ser...! — escuchó balbucear al príncipe,quién a continuación esparció solo unas gotas del líquido azul.

Al instante,de la herida comenzó a extenderse por todas las venas de su cuerpo una mancha negra. Que debía doler, porque el cuerpo de la mujer comenzó a retorcerse sobre la cama.

—¡Amo,esta envenenada!- gimió el mayordomo —. Por eso no sana.

Para cuando la bola de nieve terminó de hablar, el principe ya se había puesto en movimiento,y cargaba de nuevo a Luna en sus brazos.

—¡De prisa señor White! Hay que llevarla con mí hermano.

Diamante salió de la habitación dando grandes zancadas. Amethys y las dos bolas de nieve lo siguieron hasta el ala este,a la habitación de las cuatro puertas.

—La fuente térmica de Zaphiro pronunció Diamante con firmeza. Al hacerlo la imagen tras la puerta cambió.

Ahora mostraba otro jardín, muy diferente al que Amethys había visitado, este estaba bordeado de setos tapizados con flores extrañas,y en el centro del jardín, se hallaba una plataforma cuadrada hecha de mármol muy blanco con dos columnas griegas y escalones de verde jade que llevaban a la cima de la plataforma.

Estaban a mitad de la escalera cuando Zaphiro los alcanzó. La bata de seda azúl ondeaba tras de él como si fueran delicadas alas.

—¡Diamante! Detente,deja que yo lo haga — su voz sonó a preocupación, corría para alcanzar a su hermano antes de que saliera lastimado.

La bata azul que llevaba puesta dejó de ondear y entonces Amethys  se sonrojo al ver que estaba abierta y mostraba el torso desnudo de aquel demonio.

—La envenenaron — le comunicó su hermano mientras le entregaba a la joven loba.

—¡Mí querida niña!

Amethys se desconcertó al ver el rostro de Zaphiro. El también la miraba con amor.

—¡Hazlo ya! — lo apuro su hermano.

—Tranquilo. En cuanto salgas de aquí me haré cargo — respondió el señor del verano.

—¡No! ¡No me iré de aquí! —Sentenció el necio del príncipe Diamante.

—¡Claro que sí! Te iras — sentenció el mayor de los dos hermanos — Y ustedes dos también — miró fijamente a los señores White.

Diamante estaba muy alterado y no tenía la más mínima intención de obedecerle.

—Señor White, saque a su amo de aquí — ordenó el mayor de los dos demonios.

—Amo, su hermano tiene razón, debemos irnos. No podemos estar aquí y lo sabe señor — dijo entonces el mayordomo.

—Sí amo,ahora Luna está en buenas manos — añadió la señora White.

—P-Pero... — protestó...

—Vamos,vamos dejemos al señor Zaphiro trabajar — dijo el ama de llaves.

Los cuatro comenzaron a bajar las escaleras,cuando Zaphiro habló.

—¡Tú no,señorita Lord! Voy a necesitar su ayuda.

Amethys se sorprendió de que le pidiera ayuda,pero no se negó.

El señor del invierno y sus sirvientes se marcharon,dejando el suelo mojado por donde se deslizaron.

(...)

Zaphiro sentó a Luna al borde de la pileta, una especie de pozo circular que había en el centro de la plataforma de mármol, era una pileta de agua bastante ancha. Amethys le cálculo unos diez metros de diámetro.

—Sujetala fuerte —le ordenó Zaphiro,mientras se despojaba de su bata y se metía dentro del agua.

La pileta no solo era ancha,también era profunda,el agua le cubría hasta el estómago a Zaphiro y él era más alto que Diamante.

—¡Ay! —gritó Amethys de repente, mientras le ayudaba a meter a Luna a la pileta.
Por error había tocado el agua de la fuente.

—¡Está muy caliente!

—¡Por supuesto que lo está! Es la razón por la que no dejé a mi hermano que se acercará. Su temperatura le ayudará a expulsar el veneno y así la herida podrá sanar — le explicó.

Amethys lo miraba perpleja. El agua estaba en punto de ebullición y Zaphiro no se quejaba.

—Acercate más,pero con mucho cuidado,tendrás que ayudarme a sujetarla.

La joven negó con la cabeza. Estaba loco si por un segundo pensó que volvería  a tocar esa agua.

—No tengas miedo,no te pido que te metas al agua,el trabajo difícil lo haré yo — le aseguró.

No terminó de explicar lo que quería porque en ese momento Luna se retorció. Gritaba y pataleaba salpicando agua por todas partes.

Zaphiro no conseguía controlarla,al parecer la mujer lobo era tan fuerte como aquel demonio.

—¡Amethys...! ¡Ayudame! — gritó Zaphiro por encima del alboroto que estaba causando Luna.

En ocasiones gritaba y después aullaba como un animal mientras seguía retorciéndose dentro del agua.

Finalmente Amethys reaccionó y fue en su ayuda,al principio el agua le quemaba, pero después de un rato se acostumbró.

Pasó un largo tiempo antes de que Luna se calmara,seguía inconsciente,mientras Zaphiro mantenía su cuerpo dentro del agua,a excepción de su cara.

Mientras tanto,al otro lado de la puerta del verano. Diamante iba de un lugar a otro sin poder controlarse. Ansioso por noticias que estaban tardando mucho en llegarle.

(...)

—¿Quién es? — se atrevió a preguntar después de un incómodo silencio — Cuando le pregunté a la señora White se negó a responderme.

Zaphiro la miró en silencio. No dijo nada. Lo que desesperaba a la muchacha

—¿A caso es... La amante de Diamante? — es lo único que se le ocurría para que se negaran a contestarle.

—¿Por qué? ¿Eso te molestaría? — le preguntó él a su vez con malicia.

—¡Por supuesto que no! ¿Por qué me molestaría? — fingió indiferencia — Es solo que... Bueno... Se preocupa... Se preocupan — corrigió —... Tanto por ella...

Zaphiro sonrió.

—¡Estas celosa! — afirmó.

—¡Claro que no!

—¡Claro que si! Señorita Lord, no sabes mentir.

En eso la calma se rompió. Luna tuvo otro ataque. No tan fuerte como el anterior,pero esta vez estuvo consciente.

—¡Amo...Amo... Ha vuelto... Él regresó...! — Gritó antes de caer de nuevo inconsciente.

Amethys y Zaphiro se quedaron mirando. No entendieron muy bien lo que quiso decir,al menos Amethys no supo a que se refería,porqué Zaphiro se quedó pensativo un buen rato.

************************************

¡Uuuuhhhhh!

¡¿Celitos Amethys?!😈😈😈😈😈😈

¿Ustedes que opinan?

¿Quién será esta misteriosa mujer lobo?

¿Por qué se preocupan tanto por ella?

¿Qué amenaza habrá venido con ella?

¿Quién regresó?

¡Cuantas preguntas!

No se pierdan el próximo capítulo.

Besitos congelados 💋💋💋💋💋💋💋

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