"No sientas pena de los muertos, sino de los vivos, y sobre todo de aquellos que viven sin amor" Albus Dumbledore.
Poder. Todos los hombres terrenales desean tenerlo, incluso aquellos que creen superar al promedio, contar con el poder en cualquiera de sus formas o estructuras es una posición cómoda de juez. Los justos y benevolentes lo usaran dentro del marco moral, defenderán al débil y castigaran al malhechor. Los cobardes lo transformaran en su barrera de protección. Los malvados usaran esta herramienta para destruir todo lo que consideren un obstáculo.
Los rumores habían circulado hábilmente entre los pasillos de Hogwarts, chismear era una cuestión inevitable y un mal habito entre los jóvenes estudiantes, (por muy excepcionales que estos fuesen). Entre las habladurías más comentadas figuraban dos alumnos prestigiosos del colegio, el joven apuesto y encantador Tom Riddle y Hermione, la estudiante francesa.
Todos comentaban la presencia de la singular pareja, pues Tom, que nunca antes había mostrado interés en alguna chica, se había inclinado caballerosamente para besar la mano de la rubia, un par de días después habían tropezado y al recoger los libros caídos de ambos, sus miradas se fusionaron en una muestra de amor silencioso... era una obvia cuestión romántica que mantenía a todos con los ojos abiertos, Amor a primera vista, el cliché de la dulce joven que logra conquistar el corazón frío del chico rudo (pero en el fondo tierno) y que terminan uniéndose en amor, eso era lo que esperaban sus compañeros de clase que pasarían lentamente a convertirse en espectadores y apostadores de la situación...
Los rumores no podrían estar más equivocados. Lejos de cualquier sentimiento amoroso, por parte de ambos solo existía frívolo interés sustentado en la razones egoístas y precarias. ¿Tom quería enamorarla? Sí, ¿Despertar su interés en él? También, ¿Conseguir explicaciones y después desecharla como basura inservible? Por supuesto.
Tom existía como un ser incapaz de sentir afecto.
Hermione saludo a los alumnos que amablemente le dirigían palaras amistosas al reconocerla como premio anual, (Y potencial pareja de Tom Ryddle) La mayoría eran compañeros de su clase, que estaban interesados en hablar con ella sobre Tom, pero eran amigables. Aunque le parecía extraño dormir y estudiar al otro lado de sus compañeros leones, además de vestir los colores verde y plateado como símbolo de orgullo no la pasaba mal, todos la trataban con respeto, claro porque la consideraban una sangre pura genuina.
Lamentablemente debido a estos pequeños momentos su mente y corazón le recordaban la vida que había dejado atrás, cuando tenia amigos reales y un estatus de sangre inferior.
Con un hojeada repaso los libros de texto que se le habían proporcionado para la clase de Pociones, el temario no le resultaba ni difícil ni desconocido pues ella había avanzado mucho en su educación. Por ahora mantendría un perfil de bajo registro académico y se enfocaría en otros deberes. Encontrar al viajero del tiempo que había mencionado el sombrero seleccionador y seguir a Tom.
— ¿Mis queridos estudiantes, alguno de ustedes reconoce lo que tengo a mi derecha? — hablo el profesor Slughorn señalando una mesa con distintas pociones. Había alrededor de quince sustancias en distintos calderos enumerados. — ¿Alguien puede identificar alguna de estas pociones? Algunas serán con las que trabajaremos en este ciclo. No es un examen, es solo una actividad para medir su avance de conocimientos con respecto al año pasado.
El profesor espero con una mirada de alta expectativa, pero al observar a su publico silencioso se apresuro a seguir con su charla.
— No es un examen, es solo una actividad para medir su avance de conocimientos con respecto al año pasado...¿Sí? ¿Señorita Gamp?
La idea de Hermione no era alzar la mano, pero ¿qué le vamos a hacer? era poseedora de una gran bocaza. Así que se aclaró la garganta antes de hablar.
— Profesor me parece que puedo identificar algunas pociones, consulte el libro de...
— No se preocupe señorita Gamp, yo tomare la actividad por usted — interrumpió una voz profunda y masculina en tono encantador — Lamento la tardanza, profesor — Tom caminaba con elegancia y superioridad hacia la mesa, sonriendo con coquetería, posicionándose a un lado de los calderos.
Pronto los suspiros emocionados llenaron el salón, <La ayudara con el profesor... Llego justo a tiempo para salvarla del cuestionario, ah, que romántico... > Eran algunas cosas que se comentaban.
Hermione frunció el ceño con disgusto ¿Ayudarla? Pero si ella había pedido la participación.
—Claro si no hay problema con usted profesor, la señorita Gamp es nueva y seguramente no tiene los conocimientos adecuados para tomar una tarea tan pesada...
— Gracias Ryddle pero no necesito SU ayuda — Hermione dirigió una mirada endurecida. Nadie le llamaba tonta.
El pelinegro observo sorprendido como la situación se tornaba oscura ¿Acaso no estaba siendo encantador? Se había ofrecido simplemente a ayudarla con un problema académico pero al parecer la respuesta tuvo un resultado negativo.
Horace Slughorn sonrió con emoción, mientras una escandalosa idea cruzaba su mente.
— Pase al frente señorita Gamp— y así lo hizo, se colocó al otro lado de la mesa— Señor Ryddle y señorita Gamp, tomen un pergamino y una pluma con tintero, empiecen a escribir cada una de las sustancias en orden, de acuerdo al número que tiene cada caldero, escriban nombre de la poción y características generales. El primero que termine se llevara un premio ¡Un trago de Felix Felicis!.
Una pequeña guerra de miradas comenzó, pupilas de chocolate contra unos profundos pozos negros.
— Suerte — le dirigió una mirada que pretendía ser encandiladora. Hermione entrecerró los ojos por un segundo.
— Igualmente— respondió recelosa.
<<¿Otro rechazo?, no entiendo a esta mujer. Debería estar agradecida y no retarme, pero no todo es tan malo, cuando se humille me acercare como el alumno ejemplar y le ofreceré tutorías >> pensó Tom suspirando.
Por otro lado la mente de Hermione dudaba tenía dos opciones; La primera, mantener su actuación y comportarse una vez más como la alumna de conocimientos apenas rayando a promedio o ser Hermione Granger. Sin pensarlo mucho tomo la pluma y empezó a escribir con rapidez sorprendente.
Antídoto para venenos comunes, crecehuesos, esencia de murtlap, filtro de muertos en vida, poción herbicida, poción mopsus, poción multijugos, poción oculus, poción pimentonica, poción magica reveladora, solución reductora, solución agrandadora, poción volubilis y poción Wiggenweld.
¡Ja! Fácil.
Los alumnos espectadores, observaron con sorpresa a la joven entregar su pergamino en minutos, antes que el perfecto alumno Ryddle. Aunque no fueron los únicos sorprendidos. Tom disimulo adecuadamente su sorpresa y se tragó la cólera que subía por su garganta, si había algo que él no toleraba era perder y acababa de ser vencido por esa tonta rubia entrometida. ¿Como era posible? solo le faltaba una y ella le había superado.
— ¡Que enorme sorpresa! Sus respuestas son exactas, perfectamente correctas. Un trato es un trato, felicidades señorita Gamp.— sonrió satisfecho el profesor Slughorn entregándole aquella suerte enfrascada.
Hermione sonrió al mirar la expresión de frustración y rabia contenida de Ryddle. Le miró de manera triunfal. No todos los días se puede presumir el hecho de ganarle a Lord Volemort.
Hermione apresuró el paso mientras el pasillo empezaba a parecer cada vez mas desierto y cuando no quedo nadie más que pudiera observarla la joven corrió en dirección a la biblioteca. Su refugio.
Suspiro con fuerza, la biblioteca olía a paz y a libros, mientras se escondía detrás de un estante, tomo un libro al azar acariciando el tomo, lo hojeo y hundió el rostro en este.
¿Qué iba a hacer? Ella había huido ¡Huido! en todo su auge de osadía simplemente había salido de ahí. La joven se reprendió a sí misma, mientras alejaba ese recuerdo para concentrarse en su problema primordial. De su bolsillo saco una nota arrugada y observo por décima vez el manuscrito impecable que yacía frente a sus ojos.
Hoy a la medianoche. Torre de Astronomía. Balcón. ¿Te suena el apellido Granger?
Ya tenía una leve idea de a quien se encontraría a la medianoche. Con enojo lanzo un incendio a la nota.
El viento helado calaba a través de su grueso abrigo, a pesar de estar aun en septiembre el viento soplaba mucho y el frio era insoportable. Desde la torre de astronomía el cielo se veía misterioso, opaco, oscuro.
Hermione brinco del susto al sentir una mano en su hombro. Pero al girarse no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Jamás pensó que se alegraría tanto de ver a un insoportable Malfoy a su lado, recargándose en la pared del balcón.
— Hola — saludo el joven rubio.
— Malfoy— con un ligero asentimiento de cabeza saludo al Abuelo de Draco ¡Por Merlín! Era su viva imagen. Ese cabello rubio, ojos platinados y aquella sonrisa genética. Podría golpearlo por tener las facciones idénticas. Claramente existían diferencias, Draco era más bajo y menos robusto, aunque también la voz sonaba completamente distinta.
Vaya que se parecían bastante, en la clase de Transformaciones había conocido al abuelo Harry. Charlie Potter. Casi se lanza a sus brazos.
—¿También te gusta despejarte— pregunto el rubio de forma casual.
—Si, algo así, se podría decir que espero a alguien— contesto con precaución, podría ser simpático, pero seguía siendo un asqueroso mortifago.
— Oh bueno entonces es momento de retirarme. — el joven le sonrió e hizo un amago de salir. Pero Hermione lo detuvo.
— No, tranquilo llegue antes. — Abraxas Malfoy sonrió con coqueteo.
—Supongo que aún no nos han presentado formalmente — le guiño un ojo mientras sacaba a relucir ese hoyuelo, a un costado de sus labios. —Soy Malfoy. Abraxas Malfoy.
Extendió su brazo para estrechar la mano de la chica.
Hermione miro distraídamente ese dije que colgaba de su cuello, brillaba en color verde. Ella sonrió... Solo existía en todo el mundo una razón para confiar en un Malfoy. — Soy Hermione Granger.
Mientras le estrecha la mano, de la varita de Hermione salió un hechizo revelador no verbal. Dejando al descubierto al otro viajero del tiempo.