Memorias XVI
—Bueno... —habló ella alargando la palabra—. Accidentalmente, estando ebria le dije que podíamos tener un hijo.
— ¿Dices accidental por lo de tu ebriedad o por lo de tu hijo? —pregunte yo.
—Ambas.
—Bayley, yo te quiero y lo sabes, pero no me parece justo que ilusiones a Sasha con algo tan delicado... es malo iniciar un matrimonio con mentiras.
—Y lo dice la señorita "Seth, casémonos sin decirle a nadie", ó, "Busquemos de testigos a Dean y a April".
—Al menos tú solo tienes un problema, yo tengo DOS. —me defendí.
—Y me parece a mí que tienen nombre y apellido...
—Luke Sanders y Seth Rollins...
Me quejé dejándome caer con dramatismo en la silla. Justo antes de escuchar llorar a Samuel.
—Deborah, si estas mordiendo de nuevo a tu hermano déjame decirte que no habrá biberón doble para ti señorita —advertí. Y casi al instante el llanto cesó.
Suspire contenta y tranquila.
Bayley miro el reloj en la pared con nerviosismo, Sasha estaba por llegar.
Entonces, yo aproveche para dejar escapar toda mi frustración: — ¿Por qué? ¿Por qué justo ahora? Mi relación con Seth iba de maravilla y, ¡de repente! Aparece Luke como compañero de trabajo de él y dice que me extraña, que no sé qué, y que va a luchar por mi corazón. No soy un trofeo y mucho menos algo que se presume por ahí... además Seth es el padre de Samuel y Deborah y, ¡¿Quién llama?! —grite con molestia ante la interrupción, si estaba desesperada por mi búsqueda de apoyo moral. Ahora más con tantas con tantas cosas que me están sucediendo.
Necesito un descanso.
— ¿Señorita Lynch?
—Sí, ¿Quién llama? —abrí la puerta con curiosidad.
—Le envían esto —un mensajero me ofreció un ramo frutal, tenia fresas cubiertas de chocolate, CAMBUR, sandia, y muchas, muchas más frutas de aspecto delicioso...
Ay de ti Seth Rollins, apenas y perdí peso de mi embarazo y ya quieres engordarme otra vez.