Al día siguiente en el trabajo...
Francisco pidió que yo le llevara el café y eso hice. Toque la puerta y al escuchar un pase, entré seria.
-Jazmín por favor perdóname.
Lo ignoré y apoyé sobre el escritorio su taza de café.
-Jazmín por favor, no quiero estar así contigo.
-Y como prefieres: ¿Separados?- Trate de contener mis palabras.
-Claro que no, quiero que estemos normal, como estábamos antes.
-Yo igual, pero no será asi. Adiós me voy a trabajar.
-¡Espera!- Se interpuso en mi camino.
-¿Y ahora qué? No tengo tanta paciencia.
-Por favor Jaz, perdóname.
-Que no.
-Enserio por favor- se me acercó y me besó.
Me alejé- ¿Acaso no entiendes Francisco?
-No puedes aguantar las ganas de besarme...- me sonrió.
-Claro que sí, como crees que hice todo este tiempo.
-Vamos, Jaz perdóname por favor...
-Debo ir a trabajar.
-No, órdenes del jefe, te quedarás aquí.
-Déjame salir.
Tocaron la puerta.
-Mira ahí esta tu amor, Emma - La vi por el vidrio que estaba a los costados de la puerta blanca.
-¡Pero...!
-¡Mejor muerta que verte con esa!
Abrí la puerta y la vi, llevaba una remera escotada, una mini falda y su pelo espantoso. Me sentí insegura de mi cuerpo, como cuando era una adolescente. Era entendible que la prefiriera a ella.
Salí corriendo mientras las lagrimas recorrían mi rostro. Pero logré calmarme.
Cuando estaba trabajando recibí una llamada de Francisco y no atendí pero como insistió muchísimas veces tuve que atender.
-Hola?
-Qué quieres Francisco.
-Ven a mi oficina por favor.
-¿Para que vea como se besan? Paso.
-Solo ven y no hables si no sabes.
Cortó.
Fui a su oficina, toqué la puerta y me abrió la tal "Emma".
-Pasa querida.
-Perra...- Dije por lo bajo pero Francisco me escuchó.
-Jazmín por favor, te presento a la periodista Emma...
-Buen día querida-Por dios, si seguía diciéndome así la sacaba a patadas.
-Ya la conozco, ¿Para qué me llamaste?
-Ella quiere hablar contigo...- Dijo Francisco mientras la miraba de reojo.
-Si... quería aclarar las cosas, me contó el Sr. Morris que estabas creyendo que te engañaba...- La interrumpí.
-Asique ahora también eres buchón- dije mirándolo con dolor.
-Déjame terminar... solo somos amigos, me encargan a mí los trabajos estos y bueno, como están bastante a la moda-O sea que ahora la moda era mi pelea con Francisco- Y bueno, eso, me los encargan a mí y no puedo negarme, al que le toca le toca- Dijo la maldita perra esa sonriendo.
-¡Escuchame bien que no repetiré! ¿Trabajo? ¿En serio? ¿No tenías una mejor excusa? A ver explícame ¿Dónde están las cámaras? ¡De moda estará la ropa, no una persona, y tú maldito hombre, me estas sacando la paciencia, si tanto amas a esta mujer dímelo en la cara! ¿Comprendes? ¡Y tú, perra prostituta, deja de creer que soy la moda, porque estás equivocada, soy una simple persona a la que le hacen la vida imposible! ¡No haces más que abrir las piernas!- Dije con la voz quebrada y salí corriendo.
Justo se hacía hora de irme, asique tome mis cosas y salí corriendo y llorando hacia mi casa...