No es como tú quieras || Omeg...

Galing kay CoveredInPanecitorg

5.3K 502 280

El Club Grapain, a nombre de los miembros beta, se complace en invitar a la alta sociedad de Los Ángeles al p... Higit pa

GUÍA OMEGAVERSE
Introducción: La invitación
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo Extra

Capítulo III

939 81 22
Galing kay CoveredInPanecitorg

Si alguno de los dos creyó que su relación sería momentánea y que se enfriaría por aquel pequeño problema que causó el celo de Bill, en donde éste se enojó por quedarse caliente en la cama esperando a que se lo enterrarán hasta el fondo y sentir el nudo creciendo en él, no, eso no había pasado. Fue todo lo contrario.

Después de ese día se hicieron casi inseparables, a donde iba Bill, Tom lo seguía como un perrito a todas partes, siguiéndolo porque había algo en aquel omega que lo atraía por encima de su actitud descarada, de querer dominarlo aunque él se dejaría con gusto si tan sólo se pertenecieran.

Aún sin ser nada más que conocidos comenzó la gran aventura de formar una amistad, de ganarse la confianza del otro y eso fue gracias al apoyo de sus amigos en común y sí, también de Alex que había ayudado a sacarle a Ria de encima y ya con éste ayudándolo y con Tom en compañía de Bill, porque sí, el omega le había ayudado y enseñado mucho más de lo que pensó y eso sólo hacía que se volviese más loco. El olor de Bill y su alfa controlándolo fueron más que suficientes para tenerse con un pedazo del omega y de aquella actitud sumisa y timidez que lo persiguió durante mucho tiempo, poco quedó.

Era una noche cualquiera en que alfa y omega salían a cenar luego de que el mayor llegara cansado al apartamento del más pequeño, éste lo había obligado a acompañarlo a cenar fuera y de esta forma lograr que se desestresara de todo lo que sus hombros cargaban. Sí, por más loco y utópico que pareciera Bill había comenzado a preocuparse por un alfa, tan rápido y con tanta devoción como jamás lo imaginó. Tom era su excepción.

Se adentraron al restaurante al que Tom lo había llevado tantas veces y sabía era su favorito "King & King" y comenzaba a volverse también el suyo, el nombre le hacía pensar en ellos dos y lo que podrían lograr juntos, hacerlo salirse de su realidad, haciéndolo pensar como el alfa que desde aquél coctel siempre estaba a su lado.

Desgraciadamente en la entrada se toparon con Ria hablando con Georg esperando a que confirmaran su reservación, y como todos los presentes sabían, eso no terminaría con un "Hola y adiós" el omega y la beta tendrían su típico enfrentamiento, pero lo que nunca se imaginaron era que Tom saltaría con un comentario totalmente anti-él luego de que la beta se le insinuara, sacando sus chichis recién operadas.

—Tápate los cocos o pensarán que estás en servicio, cariño y no queremos un escándalo— sonrió con cinismo, tomando la mano del omega y entrando sin importarle la reservación, el gerente o sus amigos. Por algo era de los alfas más importantes del sistema pero no quería usar su voz y espantar a su omega.

Bill siguió riendo hasta que estuvieron en una mesa, sin importarle que los demás lo observaran y Tom sólo podía sonreír al verlo tan feliz. Si ser de esa forma con quienes lo molestan hacía que él riera así, lo haría más seguido. Tomó su mano por encima de la mesa y le acarició el dorso, llamando su atención y haciendo que parara las risotadas que daba.

"Tal vez haya cambiado pero sigue siendo el mismo tierno que conocí" se dijo Bill antes de soltar una de las suyas haciendo que el alfa negara antes de pedir la carta para la increíble cena que tendrían. 

Y así, una y otra vez Tom quería demostrar que no era sólo alfa por el nudo que se le formaba, ni porque su voz podía doblegarlos, debían respetarlo y por ello cada vez que salía junto al omega iba marcando territorio frente a todo aquel del que se sintiera amenazado. 

Pero claro que no todo era fácil con una cuasi relación como la que ellos llevaban, Bill por cada cambio que Tom daba se comportaba más perra, lanzaba comentarios fuera de lugar, no dejaba que éste lo mandara y se comportaba tan lanzado, tanto que sonrojaban al alfa, pero de la misma forma se daba cuenta que no podría ser de otra forma porque ya estaba destinado a ser así. Alfa y omega, ambos tratando de dominar una relación que todavía no tenía nombre… hasta ese momento.

Caminaban por el club que los había encontrado. El alfa lo llevaba de la cintura porque sentía que todas las miradas estaban sobre ese sitio del frágil omega, y no erraba en sentirlo, el olor característico de Bill era un revuelo para todos quienes lo sentían. Para cada uno era diferente y nunca lograban descubrirlo por completo, pero para Tom era el paraíso porque sentía que todo era verdadero y genuino en Bill, y todo mejoraba cuando ellos dos se unían, sentía que estaba el paraíso y sólo mejoraba cuando sus olores se unían.

—Sé que apenas han pasado unas semanas desde que nos conocemos —comenzó el alfa, con esos rastros de timidez que tanto le encantaban al omega, comenzando a soltar ese característico aroma que lo volvía loco y le daba pauta para ser como era y le gustaba, dominante. —. Y por ese tiempo que llevamos de conocernos es que sé que no podemos pasar más tiempo juntos... — Los ojos de Bill se abrieron con sorpresa y su enojo fue tan notorio, ya que quitó con desprecio el brazo de Tom de su cintura que este tuvo que apresurarse —. Sé que ya no podemos pasar más tiempo juntos sin formalizar esto que tenemos. Quiero poder llamarte mío sin tener que gruñirle a todos los idiotas que babean por ti y por donde caminas.

—Eso es lo que pasa cuando eres irresistible, bebé — sonrió ya tranquilo, tomando la mano de Tom.

El alfa lo ignoró y continuó —Quiero que seas mí omega, Bill... quiero poder llamarte mío y...

—¿Y al fin me la meterás hasta anudarme? — interrumpió Bill con cariño, haciendo que el alfa se atragantara con su propia saliba y comenzara a excitarse, y al mismo tiempo el omega demostraba que ni siendo su pareja dejaría esa actitud de la que se enamoró, y sí, a Tom no le importaba que actuara de esa forma si sólo lo hacía con él.

—Tal vez — respondió el alfa con una impecable sonrisa que le achinaba los ojos.

Estaban a medio campo del club y justo ahí fue cuando sucedió la primera muestra de amor más allá de andar de manita sudada o una rodeada de cintura. El omega se situó frente al alfa, éste lo abrazó atrayéndolo por la cintura y por los centímetros de diferencia fue que el menor tuvo que pararse de puntitas para alcanzar los labios del otro. Sus manos descansaban en los hombros de Tom. Se miraron con intensidad durante unos segundos simplemente para admirar las expresiones del contrario. Ambos se tenían ganas. La falta de experiencia de Tom no era impedimento en ese momento, aunque fue Bill el que tomó la iniciativa y juntó sus labios.

Comenzaron un beso de lo más inocente, ironicamente. Nada de humedad. Nada de apuros o ansiedad. Simplemente juntaron sus bocas en una danza interminable de movimientos suaves para gozar la dulzura y suavidad del otro.

Se separaron después de un rato de estarse saboreando, oliendo como los demás alfas y omegas que estaban ahí soltaron olores de decepción.

—Entonces... ahora eres mío — volvió a hablar Tom.

—A medias, cariño. Todavía necesito que me des la prueba de amor.

—¿Aquí y ahora? — preguntó a modo de broma pensando que se refería a tener relaciones por primera vez.

—Aquí y ahora —respondió mientras estiraba el cuello.

En ese momento a Tom le cayó la respuesta... ¡Claro! Bill quería ser mordido, y por supuesto que el alfa quería morderlo. El problema es que todo había sido tan perfecto (a su manera, pero perfecto al fin) que no quería marcarlo en un escenario tan equis, en un momento tan poco romántico a como lo tenía planeado y mucho menos bajo la vista de todos los metiches que caminaban por ahí. En su mente todo maquinaba en un escenario más íntimo y privado, que fuera algo de sólo ellos dos y tuvieran la mejor de las experiencias.

—No, corazón — se negó Tom —. Lo mejor será que lo hagamos bien.

—Esa voz me agrada.

Ninguno de los dos dudó en partir nuevamente hacia el departamento del menor para concretar el acto.

Estaban ambos puestos y dispuestos. Pero Tom seguía algo cohibido por el temita de la vez pasada. No es que se avergonzara de su físico o algo así, porque de hecho tenía un cuerpo de aspecto fuerte con musculatura atractiva, más bien lo que le daba miedo era no llegar a cumplir las expectativas del omega.

—¿Y ahora qué hago? — preguntó Tom al estar en la habitación.

—Relájate un poco — respondió Bill masajeando sus hombros para eliminar su tensión —, sólo déjate llevar por lo que deseas, sin pena.

Al instante comenzó a sentirse más tranquilo. Bill de a poco comenzaba a darle más confianza y eso lo hacía liberarse.

Llevaba puesto traje porque su trabajo lo demandaba, sin embargo, él prefería más lo casual, por lo que llevaba pantalón y camisa de vestir pero para cubrirse vestía una chaqueta negra. Bill se la retiró y empezó a desabotonar la prenda de abajo lentamente mientras lo besaba. Pasaba sus dedos por la suave piel para deleitarse. Tom por su parte comenzaba a hacer lo mismo con su omega: le sacó la chaqueta y empezó a desfajarle la camisa para acariciar la piel de su pancita y de su espalda.

Cuando el pecho de Tom quedó al descubierto Bill no dudó en pasar su lengua un par de veces para saborearlo. Terminó de quitarle la camisa dejando por fin su torso desnudo. Era una imagen de lo más hermosa ante los ojos del menor, quien terminó también por retirarse la camisa. Ahora ambos con la mitad del cuerpo al descubierto se abrazaron para poder sentir piel contra piel. El instinto del alfa comenzó a dominarlo, su lado animal estaba saltando de la alegría por al fin compartir un momento tan íntimo con alguien a quien sentía como suyo.

Lo levantó de los muslos de manera que sus piernas rodearan su cintura. Lentamente caminó hasta la cama, depositó el cuerpo de su amado sobre el colchón y lo observó un par de segundos antes de proceder a desnudarlo por completo.

Sus movimientos eran torpes por la falta de experiencia, pero Bill tomó sus manos y lo guió para ayudarle a quitarle el pantalón y la ropa interior.  Como ahora se encontraba relajado (no como la vez pasada) una vez el omega estuvo expuesto ante su mirada lo observó de pies a cabeza. Ese hombre desprendía sensualidad por los poros. No era sólo su olor, era el conjunto entero de su ser y todo eso lo estaba volviendo loco.

Bill se sentó y comenzó a despojarlo de sus pantalones y de la ropa interior. Cuando por fin lo logró descubrió la prominente erección frente a sus ojos. La boca se le hizo agua y siguiendo sus antojos no dudó en engullirlo. El alfa se sorprendió, pero al instante un escalofrío de placer le recorrió la columna haciendo que echara la cabeza hacia atrás y entreabriera la boca. Era la primera vez que su pene experimentaba algo así, pero agradecía que fuera su ahora novio el que le hiciera tener semejantes sensaciones.

Recogió las rastas de Bill en una coleta, le acarició el rostro y por un momento se miraron a los ojos. El omega ya gemía y el alfa gruñía. A ambos les encantaba. Comenzó de a poco a jalar su cabello para guiar los movimientos de su boca y aumentar la velocidad. Bill estaba más que dispuesto, así que también lo gozó.

Pasó su lengua una y otra vez sin descanso mientras lo metía y lo sacaba. Se permitió masturbarlo también sosteniéndole la base y acariciando lo que su boca no llegaba a acaparar. Su mano subía y bajaba, subía y bajaba, casi al mismo ritmo que Tom le hacía llevar las mamadas.

Comenzaba ya a percibirse el sabor del presemen y para este punto Bill también comenzaba a mojarse con su propio lubricante. Necesitaba ser penetrado, pero también quería que Tom disfrutara igual o hasta más ese momento al ser su primera vez.

—No quiero eyacular en tu boca — dijo Tom con voz entrecortada.

—Yo quiero que lo hagas.

Le jaló el cabello para sacárselo por completo y entonces aprovechó para cargarlo por la cintura y hacerlo pegar nuevamente la espalda al colchón. Le abrió las piernas, observó lo mojado que estaba y por ello se relamió los labios. Pasó sus manos por sus costados hasta subir a sus pezones y los acarició sin descanso con los pulgares. Bill estaba bastante sensible, era normal por lo excitado que se sentía. Comenzó a gemir para hacerle saber a su hombre que lo necesitaba adentro suyo con urgencia.

—Sólo mételo, Tom. Te va a encantar tanto como a mí — pidió Bill.

El alfa comenzaba a gruñir por la desmesurada necesidad de sentirse cubierto por primera vez. Sin pensarle mucho le abrió más las piernas y las alzó un poco para tener una mejor disposición de su cuerpo. Se acercó más, tomó la base de su pene y jugueteó con su punta alrededor de la entrada de Bill. Éste arqueó la espalda por ese contacto que sólo lo hacía sentirse más caliente. Tom suspiró y después de unos segundos de ese sensual roce se decidió por fin a dirigir la cabeza de su miembro hacia el pequeño y rosado esfínter de su novio.

—Al ritmo que quieras, soy por completo tuyo — dijo Bill con una sonrisa para hacerlo sentir más confiado.

El pene de Tom se bañó en el lubricante natural de Bill, por lo que entró con suma facilidad, provocando que ambos gruñieran del gusto al sentirse así de unidos.

Una vez entró por completo se quedó quieto. Ambos se observaron con expresión ansiosa y de goce. Bill se sentía lleno y Tom se sentía completo. El alfa se acercó al rostro del omega para iniciar un beso húmedo. Probó de sus labios el sabor de su propio pene y eso lo hizo querer comenzar el movimiento. Empezó lento, siseando la pelvis de adelante hacia atrás. Bill le acariciaba el pecho, le gustaba toquetear sus ejercitados músculos y no dudó en juguetear también con sus pezones

En un momento sintió que Tom se movía más lento, pero cada vez que daba una estocada lo hacía con más fuerza y eso lo hacía gemir más alto con cada penetración.

Una de sus manos viajó hasta su propio pene para empezar a masturbarse con gusto. Éste quedaba entre sus abdómenes, por lo que se limitó a pasar la punta de su pulgar por la cabeza y de ahí imaginar que era la bonita lengua de Tom dándole placer.

El omega comenzó a sentir que algo crecía dolorosamente dentro suyo. Ambos se quedaron quietos.

El nudo se había formado.

—¿T-te está gustando? — preguntó el menor.

—Me encanta — respondió Tom con un especial brillo en sus ojos —. Todo tú me encantas.

Ese era el momento perfecto, porque Bill estaba experimentando un orgasmo de lo más maravilloso que lo hizo entreabrir la boca y poner los ojos en blanco por semejante placer. Por su parte Tom también estaba alcanzando un poderoso orgasmo que lo hizo flaquear y caer sobre el cuerpo de Bill. Por pura inercia el omega levantó el rostro para dejar el cuello al descubierto y entonces Tom aprovechó para besárselo. Tanteó con su lengua toda su extensión y mientras la unión de ambos continuaba... lo hizo.

Lo mordió para dejar una bonita marca en él.

Ahora se pertenecían mutuamente. Sus mentes y cuerpos estaban siendo uno solo en ese momento. Nada podía ser mejor, todo era perfecto.

Se querían y ahora estarían juntos para siempre.

Concluyeron el acto con una eyaculación en conjunto. Lo hicieron un par de veces más sin importarles el mundo exterior. Ellos estaban en su mundo y todo era como lo querían.

Un mes después...

—Tom, es que yo estoy seguro. Algo dentro de mí me lo dice.

—¿Y si no? Me vas a romper el corazón.

Ambos venían saliendo del baño. Era la tercera vez en el día que Bill vomitaba y tenía mareos, pero esto había sido constante en la semana. Se sentía algo sensible y creía que algo dentro suyo estaba creciendo.

Por si a caso, Tom en el camino del trabajo a su casa compró una prueba de embarazo para su novio. Habían hablado y el alfa se emocionó por tan sólo considerar la idea de tener cachorros. ¡Qué lindo! Un cachorrito mitad Bill mitad Tom.

Tomó la caja de la prueba y se la dio a Bill, quien lo miró algo confuso pero no dudó en tomarla.

—Sólo quiero estar seguro.

Esperaron al día siguiente y con la primera orina del día fue que hicieron el test. Lo dejaron sobre la mesa de la sala en lo que esperaban, ya que las indicaciones decían que debían esperar cinco minutos para que apareciera el resultado.

Ambos fueron a la cocina para tomar el plato de sus desayunos y sus tazas de café. Fueron al comedor, la alarma del reloj de Tom sonó y fueron a revisar.

En cuanto la tomaron las lágrimas de felicidad no dudaron en hacerse presentes. Se unieron en un abrazo de alegría no contenida que los hizo entrar en éxtasis.

Ahora serían tres.

°

Muchísimas gracias por leer y perdón por la tardanza.

¡Las amamos!

Coveredintorg y UnPanecito.

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

209K 11.7K 19
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
31.2K 3.1K 41
- "¿Qué sucede cuándo las luces se apagan?" - preguntó Bill -...- Tom se quedó en silencio por un momento - "Todo se acaba" - suspiró Tom Kaulitz, gu...
401K 26.4K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
688K 89.1K 63
"Y si no eres el amor de mi vida diré que me equivoque de vida y no de amor" Cuando Izuku observó como Kacchan le decía que sería padre, supo que en...