Salimos del elevador hacía nuestra habitación y los guardaespaldas de Jason ya estaban afuera de la puerta, cerré los ojos recargándome en su pecho y los abrí de nuevo al recordar que había tirado el teléfono, mierda.
-Jason, joder, he olvidado el teléfono tirado en el piso.-Mordí mi labio sintiéndome sumamente tonta y lo vi sonreír de una forma apenas perceptible.
-Baja por el teléfono y cualquiera cosa que hayamos dejado, sexto piso.-Le dijo a uno de sus hombres y éste asintió e inmediatamente caminó hacia el elevador.
Entramos a la habitación mientras yo aún estaba en los brazos de Jason y me arrojó delicadamente a la cama, lo cual me sorprendió ya que él solía ser rudo todo el tiempo.
Sacó su playera quedando semidesnudo frente a mí y observó por unos segundos mi cuerpo extendido en la cama, haciéndome sentir intimidada y frágil. Se acercó aún más y de un momento a otro lo tenía sobre mí, sus piernas estaba a mis costados así como sus brazos, me sentía acorralada y caliente como el infierno, observé sus ojos y los noté obscuros, su mandíbula estaba apretada y sus labios eran una fina linea sin expresión alguna, se acercó a mí y juntó sus labios con los míos.
Nadie jamás me había besado como él, era simplemente indescriptible, comenzaba rozando mis labios lentamente para después juntarlos y terminar con un juego de lenguas que pasaba a mordidas espontáneas.
Nos separamos para obtener un poco de aire y sacó mi playera, observó algunos segundos mi sostén y me levante un poco incitándolo a que lo quitara, sonrió y no dudó en desabrocharlo con una sola mano, vaya que tenía experiencia, pensé y no pude evitar sonreír un poco. Cuando lo quitó por completo, me sonrojé, me había visto desnuda muchas veces pero seguía siendo intimidante.
-Me encantas.-Gruñó y comenzó a dejar besos en mi cuello, sentía su torso caliente en mi vientre y no pude evitar gemir cuando sus labios llegaron a uno de mis pezones, jalé un poco su cabello y mordió haciéndome gritar. Siguió bajando y cuando su rostro estaba en mi vientre, se levantó de la cama y quitó mis botas así como los jeans, dejándome sólo en bragas.
Me senté en la cama y ante su mirada atenta, comencé a desabrochar su pantalón y bajar el cierre, él quitó sus tenis arrojándolos a cualquier lado de la habitación y posteriormente hizo lo mismo con los calcetines y el pantalón.
Me levanté de la cama y quedé totalmente pegada a su cuerpo, sentía su erección golpeando mi vientre y mis pechos recargados en su caliente torso, no hacíamos nada más que observarnos el uno al otro en silencio, nuestras respiraciones se mezclaban y sentíamos la tensión sexual irradiando de ambos.
-Quiero follarte.-Jason rompió el silencio y me tomó de la espalda para colocarme sobre la cama, comenzó a rozar su miembro contra mis bragas y sentí como me humedecía, era tan malditamente bueno.
Cerré los ojos y gemí cuando una de sus manos comenzó a masajear mis pechos, dandole atención a ambos y provocando que mis pezones se irguieran ante su tacto. Sentía mi cuerpo hirviendo y con ganas de más, mi voz estaba quebrada y un nudo en mi garganta me impedía hablar, abrí los ojos y Jason seguía frotándose contra mí, sin llegar a penetrarme, suspiraba fuertemente y tenía los ojos cerrados.
-Hazlo ya.-Dije apenas audible y abrió los ojos, sonrió y atacó mis labios salvajemente, nos separamos un poco para obtener un poco de aire y se levantó para quitar sus bóxers, acercó su rostro a mis bragas y las bajó por mis piernas con la boca, mordí mi labio ante la erotica escena que estaba presenciando y apreté las sabanas cuando su lengua atacó mi zona sensible.
-Joder, ¡Jason!-Grité y cerré los ojos fuertemente, sentía su lengua contra mi clitoris y tan solo podía gemir y gritar, era un maldito dios.
Subió de nuevo para quedar a mi altura y besó mis labios delicadamente haciendo que probara mis propios fluidos, comenzó a penetrarme lentamente y arañé su espalda por el dolor y placer que sentía cada vez que entraba en mí, bajó sus labios y succionó varias veces por toda el área de mi cuello y clavículas.
-Estás tan apretada.-Susurró en mi oído y gemí, amaba su voz ronca y podría correrme tan sólo de escucharlo.
Siguió penetrándome lento y fuerte, mordiendo y chupando cada parte de mi cuerpo que estuviera a su alcance, mientras yo tan solo arañaba su espalda y succionaba de vez en cuando su cuello, algunas marcas en tonos rojizos y un poco morados comenzaba a adornar su cuello.
Sostuvo mis manos por encima de mi cabeza y comenzó a penetrarme más rápidamente, en toda la habitación se escuchaban nuestras pieles chocando y los gemidos provenientes de ambos, sentí un escalofrío recorriendo mi columna y supe que estaba a punto de correrme.
-Jason... estoy cerca.-Gemí y aceleró los movimientos, haciéndome sollozar un poco por las sensaciones.
-Córrete para mí.-Mordió el lóbulo de mi oreja y grité cuando llegué al orgasmo, Jason siguió penetrándome unos segundos más y salió de mí antes de correrse, derramando todo su semen sobre mi vientre.
Suspiré y ambos nos quedamos acostados, exhaustos y sin decir una sola palabra, eso había sido increíble.
-Busca que usaras mientras yo me doy una ducha.-Me guiñó y besó mis labios antes de levantarse de la cama.-Ya vamos tarde.-Caminó hacia el baño y observé el reloj, para mí había sido rápido pero en realidad habíamos tenido sexo por un par de horas.
Observé mi cuerpo, estaba cubierta de sudor y semen, tomé un pañuelo y me limpié un poco antes de levantarme, estaba adolorida y sentía mi cuello arder terriblemente así que me acerqué al espejo, estaba cubierta de marcas desde la mandíbula hasta los pechos.
Cubrí mi rostro con mis manos pensando en todo el maquillaje que tendría que usar y me observé de nuevo en el espejo, había subido un poco de peso pero me quedaba realmente bien, mis pechos estaban un poco más grandes y mis caderas se habían ensanchado, seguro por el embarazo... eliminé cualquier pensamiento al respecto y comencé a buscar lo que usaría.
Observé toda la ropa que había, sin tener la menor idea de que usar, ¿Formal? ¿Casual? ¿Discreto? Observé muchos vestidos, faldas, incluso considere algunos pantalones y shorts, pero si conocería a la familia de un mafioso ruso, sin duda tendría que estar a la altura.
Unos minutos después de estar buscando sin resultados, observé un vestido blanco que se amarraba por la nuca y tenía un escote discreto pero llamativo en la parte trasera, mientras que por delante estaba totalmente cubierto, podría funcionar para cubrir un poco las marcas en mi cuello cortesía de McCann. Era un poco corto pero sin llegar a ser vulgar y estaba adornado con pedrería en color plata que le daba un toque de vida.
Asentí en señal de aprobación al vestido y comencé a buscar que ropa interior usaría, sin sostén ya que no quedaría con el vestido.
-No quiero que uses bragas.-Me sobresalté al escuchar a Jason tras de mí.
Lo observé y besé sus labios que ahora tenían un ligero olor a menta, entré a la ducha y me perdí en mis pensamientos por algunos minutos.
¿Que estaba haciendo? Me estaba enamorando de Jason y eso no podía ser, él había arruinado mi vida en todo sentido posible, yo no podía caer tan bajo.
Algunas lagrimas resbalaron por mis mejillas y sollozos inundaron el cuarto de baño, era una estupida egoísta y sumamente débil, McCann me estaba manipulando a su antojo y lo estaba consiguiendo, me tenía en la palma de su mano.
-¡Te odio!-Grité hacia la nada, sin saber si era lo que sentía por Jason o por mí.
-No lo creo.-Escuché su voz y sollocé aún más. Giró mi cuerpo y quedamos juntos de nuevo, desnudos bajo la lluvia artificial mientras yo sollozaba y él tan solo me abrazaba.
-Si, te odio, me odio.-Dije con la voz entrecortada.
-Lamento decírtelo, pero te estás enamorando de mí.-Susurró en mi oído y lo miré con recelo.-Y no puedes evitarlo.-Besó mi frente y salió de la ducha, dejándome más enfurecida que antes.
Estaba molesta porque era un maldito pretensioso y sobre todo, porque tenía razón.
Terminé de ducharme y al salir agradecí que Jason no estuviera en la habitación, me dirigí hacia el lugar en donde había dejado el vestido y mi teléfono estaba sobre éste.
Sostuve el hermoso iPhone entre mis manos y sonreí observándolo por algunos segundos, lo tomé con mucha fuerza y lo arrojé contra un florero que se encontraba sobre una mesa, provocando que se rompiera y un gran estruendo resonara en toda la habitación, haciéndome sentir mejor.
Jason llegó corriendo junto a uno de sus guardaespaldas, fingí que no lo había visto y me acerqué hacia el tocador, tomé un poco de crema humectante y comencé a esparcirla en mi adolorido cuerpo.
-Si destruir iPhones te hace sentir mejor, mañana mismo tendrás un lote completo para que los hagas añicos.-Dijo divertido y se fue de nuevo.
Giré los ojos ante lo pretensioso que era y seguí arreglándome para la cena, me coloqué el vestido y después comencé a maquillar lo que aún estaba visible de las marcas que me había dejado así como mi rostro que estaba un poco pálido.
Sostuve mi cabello en una coleta y cuando al fin estaba lista, Jason entró de nuevo.
Elegí unas zapatillas en color negro con detalles plateados y un bolso del mismo color, había comenzando a nevar así que también tomé un abrigo del color de los accesorios.
-Estás loca.-Dijo McCann mientras se acerca a mí, él estaba usando unos jeans negros, camisa blanca, corbata negra y un abrigo del mismo color, además de unos zapatos que brillaban más que mi iluminador.-Y así de loca me encantas.-Besó mis labios y no le correspondí.
Comenzamos a caminar para salir de la habitación y observé las marcas que yo había dejado en su cuello, algunas estaban en un tono verdoso, otras casi moradas, pero lo hacían ver incluso más sexy que de costumbre.
-Será una larga noche.-Habló a la nada y coincidí.
Sólo esperaba que todo saliera bien.
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Mucho sexo explícito, sé que les encanta ah, ¿Que creen que pase en la cena con los rusos? 😏
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600 votos y 350 comentarios para el siguiente capítulo (:
¡Espero que les haya gustado! Muchas gracias por leer ❤️ All the love xx