El anuncio de la clase especial fue recibido con, digamos, demasiado entusiasmo por parte de los alumnos, prácticamente todos los alumnos a partir de tercero se habían inscrito y ya estaban enviando lechuzas a sus padres para obtener el permiso necesario. Los despachos de Snape y Lupin recibían visitas a diario entregando los pergaminos ya firmados, y todos tuvieron que ser sometidos a los hechizos para revelar trampas, solo un par de ellos fueron falsificados, los demás habían sido autorizados. Quizás era por la paranoia de que Sirius Black podía atacar a quien sea.
Lupin estaba ahora el día viernes, luego de la cena, organizando las primeras clases del día siguiente. Snape ya tenía un programa que seguía desde el principio, Harry estaba en una especie de modulo "defensivo", ya había tenido clases de defensa muggle, rastreo, y ocultamiento, además de practica de hechizos "comunes", y ahora este módulo era para aprender a usar esos hechizos comunes como "defensa", el siguiente serían hechizos de ataque. Severus había organizado muy bien esta clase defensiva.
—Remus, creo que lo mejor es que te encargues primero de los de tercero y cuarto y luego me asistas con los de quinto a séptimo, no quiero juntar ningún grado hasta ver si están en el mismo nivel de hechizos, DCAO y encantamientos, el nivel que tienen en la escuela no cuenta para estas clases, aunque ayuda—.
—Me sorprende lo estructurada que tienes esta clase cuando solo pensabas dársela a Harry—.
—No era solo para él, he estado pidiéndole a Dumbledore que me diera la oportunidad de dar DCAO, pero nunca ha escuchado mi petición—.
—Pues pienso que serias un excelente profesor de DCAO, Harry está por encima del nivel en cuanto a hechizos defensivos y vi a sus amigos, los has guiado muy bien para mejorar sus habilidades innatas—.
Los esquemas que tenía Severus para cada clase eran excelentes, no había más que seguirlos y ya, tenían todo resuelto.
—Creo que no tendremos ningún problema Severus, prácticamente ya está hecho todo el trabajo—.
—Aun así, no te confíes Remus, los niños a veces son muy difíciles, sobre todo cuando se trata de dejar las varitas—.
—Bueno, ya veremos mañana—.
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—Retiro lo dicho Severus, es como tratar de educar a duendecillos de Cornualles—.
—Vamos Remus, estoy seguro de que puedes con unos cuantos niños—.
Remus nunca pensó que los niños podían ser tan renuentes al ejercicio muggle, solo les había pedido que corrieran un poco y se habían comportado como niños pequeños. Le estaban empezando a dar dolor de cabeza. Severus observaba algo alejado la escena hasta que sintió que ya había tenido suficiente y dijo con su modulada, siseante y fría voz.
—¡Todos formen una fila! ¡Van a correr 10 vueltas a la pista! ¿Creen que Black u otro mago oscuro solo usara su varita contra ustedes? ¡Ellos se moverán! ¡Y ustedes deben ser tan rápidos y ágiles como ellos! ¡Incluso más!, ahora no quiero más insulsas quejas, ¡Muévanse! —.
A la orden de Severus, todos los alumnos empezaron a trotar y luego a correr, Severus se volteó hacia Remus con una sonrisa de suficiencia y la ceja arqueada. Este último tuvo que reconocer que, aunque no le gustara mucho el método de Severus, ponía las cosas en perspectiva a los renuentes alumnos y les hacía participes de la verdad ineludible, y en última instancia ese era el fin de la escuela, prepararlos para el futuro.
Para la clase de cuarto y contra todo su buen juicio, Remus decidió ocupar algo que se negaba antes a hacer. Al ser un licántropo había cierta aura que podía usar para dominar, nunca la usaba porque la consideraba oscura, pero al ver la reacción de los de tercero ante Severus, supo que debía poder usar todos sus recursos, si no podía dominar a un grupo de niños ¿Cómo esperaba poder ayudar a Harry en el futuro a vencer a Voldemort?
Dejo que su aura oscura y ominosa fluyera entre los alumnos y aunque no dejo de ser amable y cordial, los alumnos sintieron que Remus Lupin era un profesor que era mejor no enojar. Severus enarco una ceja hacia él, dándole su aprobación a su nuevo método.
Las siguientes clases fueron más fáciles, los amigos de Harry y él mismo se integraron al grupo de quinto, ya que el nivel de avance de ellos estaba similar. Y ante la sorpresa de los de quinto, Severus tuvo necesidad de explicar el porqué de su decisión con una muestra práctica.
—Antes de que se pregunten porque están estos alumnos de tercero aquí, debo decirles que ellos están justo en el nivel que muchos de ustedes manejan en hechizos defensivos, y para que no quede duda le pediré a la señorita Granger y al señor Potter que demuestren dos hechizos, ustedes saben cuáles—.
Hermione respiro y apunto a una roca enorme que estaba cerca de ahí y lanzo una Bombarda que destruyo la piedra haciéndola polvo. Los alumnos de quinto tragaron en seco. Luego Harry eligió un tronco especialmente grueso y concentro su mente en rebanar el tronco, imaginando de nuevo el cuello de esa serpiente gigante, en cuando dijo Diffindo, pareció que no había pasado nada, hasta que instantes después el árbol se desplomo, mostrando un corte limpio y certero en la base del grueso tronco. Varios alumnos palidecieron.
—¿Alguna pregunta que quieran hacer sobre él porque están estos alumnos aquí? —.
Nadie dijo nada.
—Bien, entonces podemos comenzar con la clase, el profesor Lupin y yo les instruiremos en hechizos defensivos, pero no en los clásicos hechizos defensivos, muchos hechizos simples pueden ser utilizados como ataque, un ejemplo de esto es el Diffindo, si se le imprime suficiente fuerza y energía mágica puede ser letal, el otro es la bombarda, que aun cuando es un hechizo defensivo clásico, solo tenía una versión simple y otra que imprimía fuerza, la Bombarda Maxima, pero la señorita Granger ha demostrado que no es necesaria esta versión si se le pone suficiente magia—.
>> Ronald Weasley también ha mejorado un Incendio y Neville Longbottom ha desarrollado un interesante Incarcerous. Y el señor Malfoy que recientemente se ha unido al módulo de hechizos defensivos ha estado probando diferentes hechizos, maldiciones y encantamientos antes de desarrollar y mejorar el que se adapte a su magia. ¿Alguna duda de lo que pretendo enseñarles? —.
Ningún estudiante hizo amago de decir algo, simplemente asintieron con la cabeza.
—Bien, profesor Lupin, haga los honores de mostrar su encantamiento estrella, creo que ese en particular les gustara y podría ser necesario si los Dementores llegan a salirse de control—.
Todos estaban expectantes ante el profesor Lupin, este se acercó al frente y pidió que se hicieran hacia atrás, tenía una seria mirada de concentración y dijo claramente ¡Expecto Patronum! Apenas termino de decir esto, de la punta de su varita salió un lobo plateado que arranco jadeos de sorpresa de parte de los alumnos y de Harry y sus amigos también. Harry y Hermione ya habían leído algo sobre ese encantamiento, pero no habían tenido la oportunidad de verlo. El profesor Lupin empezó a explicar el encantamiento.
—El encantamiento patronus conjura un guardián mágico, una proyección de todos tus sentimientos alegres. El encantamiento es complicado, y muchas brujas y magos son incapaces de producir un patronus completamente corpóreo, un guardián que por lo general toma la forma del animal con el que comparten una afinidad muy profunda. Suele usarse contra Dementores y Lethifolds—.
>> Evidentemente, este encantamiento es bastante difícil de ejecutar y tarda en perfeccionarse, no son muchos los magos que pueden hacer un patronus corpóreo en una edad joven, así que cuando lleguemos a practicar este encantamiento, no se desanimen si no logran hacer un patronus corpóreo en poco tiempo. Bien, hora de practicar. Empezaremos con un sencillo Aguamenti y como imprimirle fuerza para usarlo en combate—.
La clase se fue en un santiamén y tanto los alumnos de tercero como Harry y compañía, se regresaron al castillo dejando a Severus y Remus poniendo el área de la clase tal y como estaba antes de ese grupo. Los siguientes grados no fueron tan reticentes como el primero, y los de séptimo estaban más que dispuestos a practicar, así que la tarde murió rápidamente entre las practicas.
Ya de camino al gran comedor para la cena, Remus soltó la pregunta que se moría por hacer.
—¿Es cierto que ya no tienes la marca? —.
—Veo que a Albus se le ha vuelto a ir la lengua—.
—Un poco, pero porque pensó que ya me lo habías dicho. ¿Cómo lo lograste? —.
—Mira Lupin, antes de decirte nada, debes jurar que jamás se lo dirás a nadie, bueno quizás solo a un par, pero porque esas personas ya lo saben, a nadie más incluyendo a Harry, ¿Lo juras? —.
—¿Es algo malo? —.
—No exactamente pero no puedo decir más si no lo juras—.
—Está bien, lo juro—.
—Fue por Harry, el borro la marca—.
—Espera, ¿Estás diciendo que ese niño borro la marca? ¿Cómo? —.
—Dumbledore no me quería dar la custodia de Harry sin prometer hacer un hechizo vinculante, pero este tenía aunado un juramento de lealtad, en cuanto lo hice, algo paso y la marca se borró—.
—Pero eso significa solo una cosa Severus, las marcas mágicas no desaparecen a menos que jures lealtad a un mago más poderoso que el que te hizo la marca, así que eso significaría... —.
—¿Qué Harry es un mago más poderoso que Voldemort? sí, eso estoy diciendo. Y si no me equivoco, puede que incluso sea más poderoso que Albus—.
—Tienes razón, es mejor que Harry no lo sepa—.
Continuaron su camino en silencio hasta llegar al castillo, cada uno meditando en su propia mente.
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Las semanas pasaron rápido y ya había llegado Halloween a Hogwarts, y con ello, el primer fin de semana en Hogsmeade, Harry solo logro ir después de prometerle a Severus no separarse de sus amigos y llevarse con él a Shadow. El perro aun le pedía tocino a Severus poniendo su pata y dando un gemido. Albus miraba con interés a Shadow cada que iba a la mesa de profesores, pero si pensaba algo en particular, nunca dijo nada.
Harry estaba comprando en Honeydukes varias cosas para su primo, y otras tantas para su dotación personal, Shadow esperaba pacientemente, salió de la tienda y se encamino a las tres escobas, Ron y Hermione iba detrás de él con sus respectivas bolsas de compras, Draco había dicho que se adelantaba a buscar una mesa y lo encontraron sentado cerca de la chimenea y una ventana.
—Excelente elección Draco—Le dijo Harry.
—Pedí bebidas para todos, espero les gusté lo que elegí—.
Shadow estaba ahora bajo la capa invisible de Harry y se recostó con el lomo hacia la chimenea.
—Cerveza de mantequilla y ponche para cuatro, aquí tienen dulzuras—Dijo la señora Rosmerta mientras les servía las bebidas y se retiraba.
Los cuatro pasaron una agradable tarde y en cuanto acabaron las bebidas y unos bocadillos que invito Hermione, se dispusieron a tomar los carruajes que los llevarían de regreso al castillo. Ya todos los alumnos estaban trepados en los carruajes cuando a mitad del camino, el frío empezó a sentirse, Harry y sus amigos sabían que esa era una mala señal, ya habían sentido ese frío antes, en el expreso. Harry asomo la cabeza fuera del carrito y los vio, un grupo de unos 4-5 Dementores que iban hacia los carruajes.
—Son Dementores, ¿Recuerdan el encantamiento Patronus? —Les pregunto Harry.
—Sí, pero apenas íbamos en la teoría... —.
—Pues no hay tiempo Hermione, tendremos que hacerlo sobre la marcha, así que todos concéntrense en su recuerdo más feliz y esperemos que se vayan en vez de enfrentarlos, pero si no es así, ya saben qué hacer—.
El aire rápidamente se volvió gélido y se veía el aliento de los niños cuando las figuras encapuchadas de los Dementores se detuvieron en su carruaje, Shadow les gruño fieramente y los 4 niños dijeron al unísono ¡Expecto Patronum!, al principio solo salió una neblina blanca, pero cuando Harry lo lanzo por segunda vez, una figura plateada salió de su varita y envistió contra los Dementores, cuando las criaturas se retiraron, el patronus de Harry llego ante él.
—Un ciervo, ¡Un ciervo! Mi patronus en un ciervo—Harry hizo una pequeña reverencia a la plateada figura de ciervo y esta desapareció.
Cuando los carruajes por fin llegaron a Hogwarts, ya estaban esperándolos Severus y Remus.
—¿Están bien niños? —.
—Sí tío Sev—Dijeron Ron y Harry.
—Sí profesor Snape—Dijeron Draco y Hermione.
—¿Comieron chocolate? —.
—Una rana cada uno tío—Le contesto Harry.
—Bien, vayan a ver a Madame Pomfrey, que los revise y luego directo a su sala común, llévate al saco de pulgas también—Les indico Severus con esa voz tranquila pero que no admitía replica.
Severus miro como los niños y Shadow entraban al castillo y le indico a Remus que le ayudara con el resto de los alumnos, varios de ellos indicaron que intentaron hacer un patronus, pero solo salía un humo plateado y nada más, pero al parecer eso basto para alejarlos de sus carruajes, Harry fue el único que había conseguido hacer un patronus corpóreo. Los dos profesores distribuyeron chocolate y luego fueron a ver al director para informarle de la situación.
Como era de esperarse, el director estallo en furia, los cuadros de su despacho cayeron por la onda de magia que exploto y un par de vidrios de las ventanas se rompieron.
—¡Esas criaturas rastreras, podridas y miserables! —.
—Lo sabemos Albus, los Dementores son criaturas despreciables—Contesto Remus en un intento de calmar a Dumbledore.
—El director hablaba del ministro de magia y su séquito—Dijo Severus sin mostrarse ni levemente sorprendido por el arranque de furia de Dumbledore.
—¡Oh! —Exclamo Remus.
—Albus, contrólate, sabíamos que cuando Black escapo, el ministerio iba a meter su cuchara en el asunto, que pondría sus propios "guardias" con el pretexto de "cuidar" a los alumnos, afortunadamente, casi todos los alumnos usaron el encantamiento patronus y pudieron protegerse adecuadamente, y todos llegaron lo más sanos y salvos posible—.
La actitud impasible y en apariencia imperturbable de Severus pareció obrar en Dumbledore quien lentamente se calmó.
—Iré a ver a Fudge en cuanto esté más tranquilo para notificarle de esta situación y para que tome cartas en este asunto, de lo contrario, tomare este asunto en mis manos y eso no le va a gustar a Fudge. Caballeros, me siento algo indispuesto en este momento, agradezco vinieran a notificarme—.
—Hasta luego Albus—Dijo Severus, despidiéndose.
—Hasta luego señor director—Dijo Lupin y alcanzo a Severus en las escaleras.
Ninguno dijo nada, y ambos se dirigieron a sus respectivos despachos, había sido una tarde muy larga.
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Como no podía ser de otra forma, cada año le pasaba algo a Harry Potter, este año un maniático homicida en masa parecía ir tras él y de todo lo que se hablaba en Hogwarts era del hecho de que se había convertido en "la mascota del profesor". Para nadie era un secreto de que era el alumno favorito del profesor Snape, y todos suponían que se debía a que era su tutor y lo crio desde bebé, pero nadie nunca espero que Harry se convirtiera en el alumno favorito de otro profesor. Y ahí estaba en clase del profesor Lupin, ayudando constantemente durante las clases. Harry Potter siempre parecía ir un paso delante de todos, sabia infinidad de encantamientos, hechizos y maleficios de DCAO, tanto como de pociones, había leído muchísimos libros sobre defensa, si se obviaba su corta edad, él y el profesor Lupin podrían haber pasado por colegas de la misma materia.
Dado que ahora era el favorito de dos profesores, las burlas sobre su "cambio de estatus" no se hicieron esperar, y de esto trataba la conversación en los jardines, poco antes de la clase de, por si fuera poco, DCAO.
—En serio Hermione, no sé por qué es malo que yo le agrade al profesor, ¿Por qué tienen que decir eso de "favorito del maestro" como si fuera algo malo? —.
—Calma Harry, al menos no están hablando de ti como el año pasado, ahora es porque son un montón de inmaduros que no les gusta estudiar—.
Draco, Theo, Neville, Ginny y Ron apoyaban a Hermione, Harry, aunque era muy buen estudiante no tenía las calificaciones que tenía Hermione, pero, aun así, lo estaban molestando más a él porque el profesor Lupin le pusiera atención que a Hermione por ser un "ratón de biblioteca".
—Pues hablan mucho sobre ti, pero de todos modos esperan que sigas siendo bueno en el quidditch, solo ignóralos Harry, a los chismosos no hay manera de tratarlos más que "fingir que no existen"—Le dijo Ginny dándole unas palmaditas.
Desde el incidente de Hogsmeade, el profesor Lupin había estado pidiendo ayuda a Harry en cada clase, le pedía que lo asistiera con algunos hechizos y aprendía con muchísima celeridad, esto ocasiono que muchos de sus compañeros se sintieran, digamos, celosos de sus habilidades. La verdad de las cosas es que Harry había estudiado mucho antes esos hechizos, su tío le había dado una educación con énfasis en defensa contra las artes oscuras desde mucho antes de entrar a Hogwarts, además de que el profesor era muy entusiasta para enseñar y su forma de explicar las cosas era muy fácil, así que no le suponía mayor reto hacer bien los hechizos con un par de intentos.
Lo único que le daba algo de consuelo a Harry es que al menos ahora hablaban de él a sus espaldas por algo que no suponía un peligro a su vida o la de sus amigos, sino por algo en lo que él era bueno, tan bueno como el quidditch. Y esto era algo que a futuro podría ayudarle cuando le tocara pensar en su futuro profesional. Al menos es lo que le había dicho Hermione en un intento por hacerlo sentir mejor.
Harry y compañía ya habían llegado al salón y tomaron sus asientos habituales, cuando entro el profesor Snape y dijo que él daría la clase de ese día, ya que el profesor Lupin se encontraba indispuesto. Ese día tocaba "gorros rojos" y Severus empezó a explicar cómo identificarlos, y donde encontrarlos antes de pasar a la explicación sobre cómo combatirlos. Pero Harry empezó a hablar con Hermione sobre algo que había notado.
—Hermione, ¿Habías notado que el profesor Lupin se ha ausentado en los días que hay luna llena? —.
—Sí, pensé que era la única que lo había notado—.
—¿Crees que sea un...? Digo, es que es mucha coincidencia Hermione—.
—Lo sé, quizás deberíamos preguntarle algo al profesor Snape—.
—Justo en eso estaba pensando, nos quedamos en cuanto acabe la clase, ¿Qué opinas? —.
—Hecho—.
Harry y Hermione tenían una fuerte sospecha de que algo extraño pasaba con el profesor, sobre todo por el color de sus ojos, de un inusual color dorado, y sus ausencias coincidiendo con las fechas de luna llena, no ayudaban a calmar sus sospechas, así que esperaron a que la clase acabara antes de acercarse al profesor. Sus amigos ya iban hacia afuera y les hicieron señas de que se adelantaran, Hermione fue la primera en hablar.
—Profesor, ¿El profesor Lupin se encuentra bien? —.
—Tiene un ligero virus estomacal, nada de gravedad, estará aquí en un par de días señorita Granger—.
—Verá es que... no sé cómo decírselo, creo que el profesor Lupin tiene algo más fuerte que un virus—.
—¿De qué está hablando señorita Granger? —.
—Creemos que el profesor Lupin es un licántropo—Dijo Harry rápidamente, antes de que el valor lo abandonara.
Severus Snape palideció y por un instante estaba tan blanco como cualquier fantasma del castillo.
—¿Q-que has dicho Harry? ¿Cómo puedes creer eso? —.
—Tío, nos dimos cuenta, tiene cicatrices que coinciden con garras, aunque él diga que es por las criaturas de Hagrid, luego siempre se desaparece en las fechas que hay luna llena y esta el color de sus ojos, el color dorado es signo de licantropía, lo leí en uno de esos libros que tenemos en la casa—.
Severus supo que alguno de esos dos se daría cuenta tarde o temprano, pero no pensó que los dos al mismo tiempo, esperaba convencerlos de que estaba todo en su imaginación, pero eso no funcionaría con estos dos chicos en particular. Así que opto por decir la verdad. Suspiro.
—Es cierto Harry—.
—¿Es un hombre lobo? —.
—Sí, lo es—.
—¿El abuelo lo sabe? —.
—Sí—.
—¿No le importa que sea un hombre lobo? —.
—No—.
—¿No piensa que Remus sea peligroso? —.
—No—.
—¿Toma la poción matalobos? —.
—Sí, yo mismo se la suministro—.
—Está bien—.
Severus estaba sorprendido, esperaba quizás más resistencia de parte de Harry, pero no fue así, parecía aceptar la condición de su profesor de forma muy tranquila y natural.
—Harry ¿Te importa a ti que Remus sea un licántropo? —.
—No, si toma la matalobos, es inofensivo—.
—Opino lo mismo profesor, es un excelente maestro, y no debería ser discriminado solo por una condición de la cual él no es culpable—Agrego Hermione.
—¿Están de acuerdo en que nadie debe saber sobre esto? ¿Verdad? —.
—De nuestros labios no saldrá ni una palabra profesor—Dijo Hermione mientras Harry asentía.
—Aunque me gustaría hablar con Remus cuando este otra vez en condiciones, tío—.
—Bueno, eso será hasta dentro de un par de días, así que, por lo mientras, deben ir a su siguiente clase—.
Los chicos se despidieron y salieron hacia su siguiente clase, Severus se quedó pensando en que debió imaginar que Harry tenía mucho de Lily en su carácter, no juzgaba a las personas por lo que eran, sino por quienes eran. Y se enorgulleció de eso.