A ella siempre le enseñaron
a volar,
pero nunca alguien le advirtió,
que sus alas pueden romperse.
Siempre fue un ave,
volaba por encima de todos nosotros,
veía lo que nadie podía
y creía en las personas.
Tenía una manera muy personal de ver las cosas,
jamás te diría sus pensamientos
ella era demasiado misteriosa.
Porque llegaba al cielo, y conversaba con las estrellas.
Le gustaba ver todo desde arriba,
tenía un alma colorida,
viajaba buscando lugares cálidos.
Pero puedes perderte en el invierno sin notarlo.
Creció sin saber que todo podía volverse cruel y frío,
que puedes no llegar muy lejos.
Sus colores eran algo superficial en ese lugar.
Ella no comprendía lo que pasaba,
no notaba que querían encerrarla
en una jaula,
y dejarla observando a los fantasmas.
Ellos no entendían que estaba muriendo.
Las alas de un ave pueden romperse sin tocarlas,
sólo sacando su libertad se rompen.
Puedes robarle los colores a alguien,
pero nunca los que no puedes ver.
Puedes ser feliz,
y romperte, pero ser feliz.
Eso le sucedió a Birdy.