Lentamente se deslizó entre las sábanas y con paso trémulo salió de la habitación en busca de Eros, necesitaba la compañía de alguien...aunque fuera él. Entró al salón y allí lo encontró medio recostado en el sofá punteando algunos acordes en la guitarra y con un cigarrillo en su boca.
El joven clavó inmediatamente sus ojos en Serenna en cuanto se percató de su aparición. Ella por su parte, se quedó estática, con sus ojos nublados por las lágrimas que luchaban por salir y su semblante triste, esperando a que él dijera algo.
-¿Te ocurre algo?-_pronunció al fin él.
-Es sólo que...no te rías, por favor, pero...no me gustan las tormentas-_terminó diciendo.
-Ah...es eso-_contestó Eros quitándole importancia al asunto_-puedes sentarte aquí, que no muerdo.
Serenna caminó lentamente por la estancia hasta llegar al sofá, donde se acomodó al lado de Eros, el cual colocó la guitarra en el suelo y siguió fumando su cigarrillo.
-Lithium-_dijo él entre caladas.
-¿Qué?-_preguntó la castaña sin entender.
-Las canciones para el concurso...había pensado en empezar con Lithium-_explicó
-Me encanta Nirvana ¿cómo lo has sabido?
-No, no me refería a esa canción, estaba pensando en Lithium de Evanescence-_aclaró él.
-Preciosa canción, pero me temo que la voz de Amy Lee es demasiado aguda para mí-_explicó Serenna.
-Podemos bajar el tono de la canción, y hay voces en el coro que te pueden hacer los agudos, así que no te preocupes, lo harás genial-_dijo dándole un golpecito en su rodilla para animarla.
-¿Y la otra?
-Mmmm...creo que ya te he dicho suficiente, tendrás que esperar
Serenna iba a intentar convencerlo de que se lo dijera cuando un relámpago iluminó la estancia y un enorme trueno sonó poco después haciendo que la chica en un acto reflejo, provocado por el susto, se agarrara a Eros, el cual transforma ese agarre en un abrazo.
Se sentía tan cálida la sensación que producía el contacto piel con piel que se quedaron así mucho tiempo, oyendo como la lluvia caía. Después de un rato Serenna intentó separarse pero Eros la detuvo, aprisionándola con más fuerza a su cuerpo.
-Abrázame por favor-_susurró en su oído.
No tardaron en acercar sus rostros y besarse lentamente, con dulzura, disfrutando cada sensación de electricidad que producía ese tipo de contacto. Serenna hundía sus dedos en el cabello revuelto del muchacho, y por su parte él fue deslizando sus manos por los muslos desnudos de la chica, para posteriormente adentrarse por dentro de su camiseta.
Poco después Eros la cargó en brazos, sin deshacer el abrazo, con Serenna rodeando con sus piernas la cintura del chico. Y así la llevó hasta el dormitorio. Con delicadeza la recostó sobre la cama y él se puso sobre ella, sus bocas todavía estaban unidas.
Sus respiraciones agitadas por la falta de oxígeno y la excitación propiciaron la separación de sus labios.
-No...puedes...hacerme esto-_susurró Eros entrecortadamente junto a la oreja de la chica.
-¿Eh?-_fue lo único que pudo decir ella ante la incomprensión de las palabras que le había dicho.
-Llegas con tu carita asustada por la tormenta; pidiendo mi compañía, te dejas besar por alguien como yo y no rechazas mis caricias, dejándome a mí la terrible tarea de poner algo de cordura en esto-_fue diciendo de forma más calmada mientras se quitaba de encima de Serenna y se tumbaba a su lado.
-No tenías porqué poner cordura en nada...se estaba bien así, sin pensar. Podríamos haber llegado hasta el final-_contestó ella mirando fijamente algún punto del techo.
-No creo que realmente quisieras eso
-¿Y tú que sabes?-_respondió con un deje de enfado.
-¡Vamos! No eres de esa clase de chica. Eres una princesita, perderás la virginidad con tú príncipe azul la noche de bodas-_Eros se quedó perplejo ante sus propias palabras, se dio cuenta de que su atracción por Serenna era un capricho, le gustaba sí, y se sentía muy atraído por ella, pero nada más. Era una niña, y sería injusto arrebatarle su primera vez sólo por un calentón. En ese momento supo que fue un error haberla traído hasta su casa y en general casi todo lo que había pasado ese día. Pero por otro lado, él nunca había tenido tantos escrúpulos en cuanto a relaciones sexuales se trataba, ¿querría decir este repentino cargo de conciencia todo lo contrario? ¿y si le gustaba de verdad?
-He aprendido que los príncipes azules no existen-_soltó bastante apenada_-Así que ¿qué hay de malo en pasar un buen rato con alguien que me provoca mariposas en el estómago?
Eros rió ante las últimas palabras de Serenna, haciéndola sonrojar y arrepentirse de sus palabras.
-Mariposas en el estómago-_repitió él_-¿eso es que estás enamorada de mí?-_preguntó con curiodidad.
-Bueno...eh...-_ "Tonta, tonta tonta tonta" se repetía una y otra vez en su cabeza ¿por qué has tenido que soltar esa idiotez? Se preguntaba a sí misma
-No me has contestado-_la presionó Eros para que hablara al ver que sólo balbuceba sin llegar a decir nada realmente.
-No lo definiría así, lo que pasa es que te pareces demasiado a Ville Valo, que sería lo más cercano que existe a un príncipe azul...al menos para mí.-_Fue diciendo aún sonrojada y evitando la mirada de él.
-¿Sólo por eso? Creía que adorabas mi personalidad-_ se quejó con arrogancia.
-A veces, muy muy muy de vez en cuando sí me gusta, pero el 90% del tiempo estoy pensando en como estrangularte por tu último comentario. Así que supongo que se rompe la magia-_explicó ella riendo.
De pronto, otro trueno se oyó, haciendo que la risa de Serenna se callara de golpe y volviera a tener esa expresión de pánico en su rostro.
-Tranquila, es sólo ruido, no hay de qué temer-_intentó tranquilizarla Eros mientras acariciaba su cabello_-¿te parece si dormimos?
Serenna sólo asintió ante la pregunta de Eros de modo que se deslizaron entre las sábanas, cerraron los ojos y procuraron dormir.
Eran las 11:27 de la mañana del Sábado. Hacía exactamente 44 minutos que Eros estaba despierto, esperando con algo de impaciencia a que Serenna despertase, ya que la mitad de su cuerpo se estaba empezando a quedar dormida debido a la posición de ella sobre él. Y por otra parte, necesitaba su dosis mañanera de nicotina. Aún así, tampoco quería despertarla, sin embargo hizo algo para "incentivarla" a hacerlo. Cogió su mentón y lo subió para poder acceder a su rostro y suavemente depositó un tierno beso sobre sus suaves labios. El gesto tuvo el efecto deseado, ya que segundos después, Serenna, ya se estaba revolviendo y levantando sus párpados lentamente.
-¿Qué tal dormiste?-_preguntó él
-B..bien-_atinó a decir, todavía medio dormida mientras despegaba su cuerpo del de Eros, algo avergonzada.
Él aprovechó para levantarse y coger de la mesita de noche su tabaco y su mechero, un zippo de su marca de whiskey preferida, Jack Daniel's. Sacó un cigarrillo de la caja y con el mechero lo encendió, dio una suave calada y se dirigió al estrecho balcón de la habitación para no molestar a Serenna con el humo.
Serenna se estiró en un vano intento por desperezarse. Cogió la ropa de su uniforme, el cual se había quitado la noche anterior y procedió a vestirse.
Al cabo de un rato terminó con su tarea, y cuando lo hizo se aproximó a Eros, el cual todavía estaba en el balcón, ya se había consumido se cigarro, pero él seguía con la vista perdida en algún punto de la ciudad que aún se encontraba mojada debido a la tormenta nocturna.
-¿Nos vamos?-_preguntó ella, rompiendo aquel silencio y posando sus manos sobre la a la barandilla.
-¿A donde?-_contestó él sin saber.
-Al colegio...ya sabes, vivo allí y ayer me escapé-_aclaró mientras intentaba peinar su cabello con los dedos.
-Ah, eso...-_se giró a verla_-¿por qué no...te quedas hasta mañana?-_dijo mirándola directamente a los ojos.
-Creo que no es buena idea, después de lo de ayer-_contestó bajando la cabeza y con un tono rojizo sobre sus mejillas.
-Piénsalo...podríamos aprovechar el día para conocernos más, pasar tiempo juntos,...no sé.
-¿Tan aburrida es tu vida que necesitas la compañía de una adolescente para pasar el sábado?-_se burló ella.
-Ha-ha-ha-ha-_se rió sarcásticamente haciendo una mueca con su cara, y al ver que no obtenía una respuesta sobre su primera pregunta, prosiguió_-entonces...¿le harías el favor a este desgraciado de pasar el sábado con él?
Serenna rompió a reír_-si me lo pides así supongo que no me puedo negar.
Ante la respuesta afirmativa de ella, Eros se aproximó a su rostro con intención de besarla, pero antes de lograrlo ella puso uno de sus dedos sobre los labios de él.
-Nada de besos. Esa es mi condición-_sentenció rotundamente.