Con todo este tiempo que ya ha trascurrido,
y no puedo quitarte de mi cabeza.
Estoy pensando qué escribir, sobre ti,
como si cualquier cosa que se me ocurra
fuera algo vacío, tonto o baladí.
.
Yo me pregunto todos los días si es
malo tener ese recuerdo, grabado,
viendo tu carita llorando, diciendo
"¡Cobarde! ¡Tú eras el elegido! ¡Tú!"
Tus lágrimas son agua, el sudor es agua .
.
Y el río, que también es agua, también.
Viene a mi mente como de un escenario
contigo saltando y riendo como niña
y esa foto que no puede ser mejor
porque eras feliz. Yo con este calvario.
.
En aquella playa (o mar) donde lo hicimos,
ya no queda ni el recuerdo de nosotros
pero en mi cabeza todavía giran
las cosas simples: las plantas espinosas,
las conchitas, el bote y tú sobre mí.
.
Hay una ventana, con agua de lluvia,
afuera por todas partes inundando.
Calles que están vacías y casas llenas
de gente viviendo, gozando y amándose.
Y tú, desnuda, comiendo boca abajo.
.
"No te cases conmigo, no te conviene"
Te dije varias veces. "¿Por qué?", decías.
"Llegaré muy noche, saldré muy temprano.
Ya casi no te escribiré en todo el día.
Haremos el amor cada madrugada."
.
"Renegaré de no tener agua en casa.
Casi no nos veremos en la semana.
Los fines de semana siempre encerrados.
Ya verás lo rutinario que soy.", dije.
"¡¿Y eso qué?!", dijo, "¡Eso es lo que hacemos siempre!"
.
La vida me había dado buenas cartas
pero no se había dado cuenta que
yo me había levantado y paseaba
sin rumbo fijo hasta llegar a mi mesa.
Y miraba el hielo (agua) de las bebidas.
.
¡Agua!, ¡agua!, ¡agua!. Veo el agua en todas partes.
En cada gota te veo, en cada lágrima.
En cada río te imagino, fluyendo.
En cada orilla de mar de agua turquesa.
En cada florero, cubeta o nevera.