El día en que Freya Mikaelson pensó que jamás volvería a estar atada a una bruja la hizo realmente feliz. Pero su felicidad no duró más que unos pocos meses.
Fue estúpido pensar que si Dahlia moría ella iba a ser por fin libre, lo fue por un tiempo por un corto de tiempo muy pequeño y jamás imagino que volvería a caer en el mismo juego de tu tomas por la fuerza, yo no recibo nada. Supone que las cosas no siempre pasan como uno realmente desea o por o menos para ella no.
Sucedió dos días después de que Aisha hubiera salido de casa, después del episodio donde la habían encontrado en las escaleras llorando mientras Hayley la miraba con el sentimiento de odio puro, fue después cuando la pelinegra había tomado una actitud tan fría como el hielo, fue cuando sin querer la toco y todo se volvió un caos en su cabeza.
Una habilidad que más brujas tenían era el don de poder ver todo el pasado de la persona a quien tocasen. Con Aisha fue la excepción. Desde que había llegado a casa, jamás había visto algo sobre su pasado cuando rozaba discretamente sus dedos sobre la piel blanquecina, al principio le pareció curioso, porque era extraño que esas cosas pasasen, pero lo hacían. Y finalmente, cuando Aisha se paró frente a ella al final de las escaleras mientras le miraba con una sonrisa que no supo reconocer en ese momento porque estaba más ocupada llenándole de besos la cara y preguntándole cuál era su comida favorita para cerciorarse de que realmente fuera ella, que todo iba bien hasta que la tomó del brazo para encaminarse a la cocina y fue ahí donde volvió a caer en una esfera de cristal donde ella sólo era el simple muñeco que había dentro.
Recuerda el sentimiento de todo su cuerpo tensándose como si hubiera estado parada en mitad del polo norte desnuda, cada uno de sus músculos se habían contraído para después arder de una manera que no es posible explicar. Fue la sensación más extraña que hubiera experimentando y a pesar de que solo duro un par de segundo, supo que todas las cosas iban a salir mal desde ese momento. Por qué no vio recuerdos, no vio nada sobre la vida de Aisha excepto la imagen de un techo desgastado y a un bebé a su costado. Aunque eso fue lo que menos le importó, lo que más había llamado su atención era esa presencia que repentinamente había aparecido en su cabeza, eran muchas y todas hablaban a la vez.
Le susurraron un montón de cosas, le gritaron otras más y le dijeron otras miles. Su cabeza fue llenada de información que la abrumo, la abrumo a tal grado de querer golpear su frente con una superficie dura para callarlas, para que dejaran de hablar, de decirle cosas que no entendía.
Y entonces, después de roda esa agonía que sufrió, después de que las voces por fin se callaron, logro poner en orden todo y lo comprendió, a paso lento, pero lo hizo. Supo que Aisha realmente nunca había tenido algún tipo de relación con Hayley, supo que todo era una mentira con un propósito que no le gustaba para nada. Lo supo todo y no dijo nada. No podía.
Cada vez que intentaba abrir la boca para decirle a sus hermanos sobre la verdadera situación, cada vez que quería revelar cada cosa que sabía, las voces aparecían y le susurraba de una manera espeluznante que cerrará la boca, un suave susurro que le ponía todos los bellos de punta, que le hacían tensar el cuerpo como la primera vez para, después, sentir un ardor de infierno. Su boca se cerraba sin que ella lo quisiese, como si la acción no hubiera hizo concientizada por su persona sino por las voces, como si hubiese sido obligada, como si no tuviera voto sobre su propio cuerpo. Y las palabras siempre iban a quedar al inicio de su garganta porque nunca salían.
Le costó creer cual era la razón por la que había vuelto a caer en manos de unos seres como una esclava, ya que su propósito en esa historia iba contra todos sus ideales, contra todo lo que amaba, contra su familia.
Mantener la boca cerrada no sólo era lo único que tenía que hacer, si no que debía de procurar que todos sus hermanos cayeran ante Aisha, confiara en ella, para que al final con un simple movimiento de manos Elijah, Rebekah y Klaus salieran del tablero anunciando el fin del juego.
Por eso intento hablar con Hayley cuando el incidente de la violación paso, sabía que aquello había sido mentira, pero en esa ocasión lo único que había en su cabeza gracias a las voces era esa falsa acusación. Quería ver que tan metida estaba la híbrida en el mismo juego que ella y descubrió que Hayley aparte de ser un juguete era también una víctima, todos ahí lo eran. La absurda idea que tenían las voces de implantar recuerdos falsos en la mente de la híbrida, de crear un sentimiento tan puro como lo eran el amor y el odio, le daban simplemente ganas de vomitar. Ni ella, ni Hayley, ni su familia, ni Aisha merecían todo lo que estaban viviendo por culpa de esas voces. Y cuando vio que Hayley era una causa perdida, supo que si bien ella era quien mentía en ese juego, Hayley era una de las personas que recibían todas y cada una de las mentiras. Ya que la única razón por la que la castaña era parte de todo eso, la razón por la que habían creado una historia tan falta llena de amor y odio en su cabeza, era para que Aisha pudiera llegar hasta ellos.
¿Cómo podían jugar tan cruelmente con todo eso? Era lo que siempre se preguntaba. ¿Por qué implantar recuerdos de esa manera cuando sólo podían hacerle creer otra cosa sin llegar a tal extremo de entremezclar dos sentimientos tan importantes como lo eran esos?
Y la respuesta aquella tarde que abandonaban a la híbrida después de haber visto esos falsos recuerdos, llegó a manera de susurros.
Lazos rotos, amor mío.
La misión de Hayley era odiar a Aisha, hacerle cosas y lastimarme física y verbal mente para dividir a la familia. Cosa que no fue tan difícil por que Aisha ya poseía un pedazo de amor por parte de sus hermanos. El sentimiento de rencor por parte de estos iba a crecer y su familia iba a dividirse, porque si bien todos querían a Aisha, Elijah siempre iba a estar del lado de Hayley y Klaus del lado que más le conviniera o le pareciera el correcto. En pocas palabras, todas las acciones por parte de Hayley creadas por el falso odio implantado en su corazón hacia Aisha, iba a provocar el mismo sentimiento hacia Klaus y Elijah, entonces Elijah buscaría la manera de entender a Hayley para estar de su lado y Klaus se enfurecería con él por hacer algo como esto creando una brecha familiar y que poco a poco los lazos se rompiera.
Algo tan simple como eso era el punto clave para el movimiento final del juego.
Sin embargo, no sólo Hayley y ella eran las únicas que estaban en contra de su voluntad, los supo las veces que tocaba la pálida y fría piel de Aisha después de que las voces la utilizarán. Aisha era la pieza clave, una que estaba ahí en contra de su voluntad, haciendo algo que no le correspondía, remendando los errores de su madre, lidiando con los demonios que no le pertenecían. A las voces no sólo les bastaba tenerla a ella en sus manos, si no que toda aquella historia ficticia que crearon con Hayley también la implantaron en ella, también le hicieron creer que había tenido una vida cuando realmente no la tuvo. Aisha no solo era un jugueteo la clave, era importante, era poderosa y dentro de ella guardaba la razón porla que hacia todo eso. Fue por eso que se empeñó en cuidarla, en ver que estuviera bien y en tratar de mantenerla al margen de toda la situación.
El propósito de Freya era estar del lado de las voces sin voluntad propia, para que cuando el momento llegara, cuando la profecía tuviera que cumplirse, el golpe llegara de improviso, de alguien inesperado. Nadie se imaginaria que la persona más cercana a ellos, fuera la causante de su deceso.
Todo era tan agotador, mentirles a sus hermanos, jugar en su contra. Todo eso hacía que su corazón se rompiese. Incluso su cabeza le nada vueltas a la última conversación que había tenido con Malikah antes de que Klaus le llamara por teléfono.
— ¿Por qué le estás dando vuelta otra vez a toda esa mierda? –la voz de Malikah la había sacado de sus pensamientos.
Parpadea un par de veces, acostumbrados al resplandor de las velas a su alrededor. De nuevo no estaba en su habitación, si no en una totalmente desconocida, parada en medio de un círculo de sal.
— ¿Qué es lo que quieres ahora? –inquiere con tono pesado, sintiendo el alivio de no sentir la presencia de las voces en su cabeza.
Malikah sonríe de lado y ella nota que su pelo no está con ese característico tono rojizo, si no que ahora es de un rubio cobrizo, cosa que le hace fruncir el ceño. Todavía no se acostumbraba a sus repentinas apariciones, ni mucho menos el ver a la gemela de Aisha pero con ojos verdes y cabello rojo o rubio, como en esos momentos.
—Vine porque el hechizo funciono –explica cruzándose de brazos–. La perrita está fuera del juego, así que dentro de pocas horas o tal vez minutos tu hermano se enteré de algunas cosas –el alivio le inunda con rapidez. Pero la sensación no le dura cuando la contraria continua–. Sin embargo, para nosotros significa que el juego ya ha comenzado, a partir de este momento empezamos a ir contra reloj.
—Ya lo sé.
El simple hecho de tener que hacer cosas que no quiere hace que su cuerpo se tense. Malikah lo nota.
—No puedes arrepentirte de esto, no cuando ya estamos tan cerca –se acerca con pequeños pasos hacia donde esta–. Tenemos un trato y tú tienes que cumplirlo.
—No me estoy acobardando –gruñe–. Estoy en esto aunque no quiera.
—Qué bueno que lo sepas –sonríe sacando una hoja de alguna parte de su ropa, estirándola en su dirección–. Este hechizo es importante, cuando llegue el momento sabrás utilizarlo. Aisha está pasando por la etapa de transición, sabíamos que si sacábamos a Hayley esto iba a pasar, así que tuve que ir por ella para inyectarle el veneno de las nueve manadas –su corazón se dispara cuando escucha aquello–. Está afectando todo su sistema por ponérselo antes de tiempo, realmente la está pasando mal, lo bueno es que no tuve que matarla porque no hacía falta.
— ¿Todo esta listo? –inquiere.
—Sí, Lucien ha consumido el veneno también, así que eso nos dará ventaja para que las conclusiones que hayan sacado se vayan por el demonio y que esas malditas brujas dejen de jodernos un rato para terminar todo esto –bisbisea entre dientes–. Si tu hermano te llama diciéndote que Aisha desapareció, hazlo regresar a la ciudad lo más antes posible ¿me oíste? Aunque creo que las brujas te harán decir algo parecido, ellas también ya saben que lo que quieren está a punto de pasar. Aisha tampoco tenía el collar que le diste a Klaus cuando la encontré, es probable que ese sea el motivo perfecto que ellas te harán decir para atraerlo a la ciudad –la mira atenta, los ojos verdes de Malikah haciéndose oscuros–. Ambas sabemos que ese collar es importante, así que una vez este en tus manos te harán ir hacia Aisha, tú ya sabes que hacer en ese momento. Procura que todo pase en el tiempo más mínimo posible, entre más rápido llegue más rápido la profecía se cumple. Y todo este maldito juego acaba.
Asiente, apretando el papel en su mano. —Se lo que tengo que hacer.
Malikah da dos pasos hacia atrás, regalándole una mueca extraña
— Recuerda cuál es tu posición en esto, Freya –la mención de su nombre le decía más que mil palabras y solo basto que lo dijera de esa manera para que se preparara mentalmente–. El juego acaba de comenzar a partir de ahora.
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Yo solo quería decirles que si este capítulo supera los votos del anterior, mañana subo el siguiente ahvea.