— ¿Cuándo nos volveremos a ver? —había dicho Andrew por milésima vez, solo le respondí ''No losé''.
Faltaban unas dos horas para llegar a Michigan, mi madre dormía, estaba cansada y tenía unas enormes ojeras, no había parado de llorar en toda la semana luego de lo ocurrido, A Nick se lo llevaron preso, estará en cárcel por quince años, ya que anteriormente tenía antecedentes penales.
En la semana estuve con Claire, Max y... Andrew. Mi madre hizo los papeleos para poder venirnos a Michigan, para vivir aquí para siempre.
A la casa que íbamos estaba habitada cerca de unos barrios peligrosos, pero nosotras estaríamos en un barrio más 'lujoso' por decirlo así. Claire dijo que me vendría a ver junto con Max y espero que sea pronto.
Andrew solo había dicho aquella frase ''¿Cuándo nos volveremos a ver?'' no había dicho nada más que eso, y me preocupaba por qué lo vi decaído toda la semana ¿de verdad me querrá? ¿De verdad un tipo cómo él se fijó en mí? ¿Un tipo tan apuesto... en mí? todas esas preguntas me las hacía a cada instante en mi cabeza.
Apoye mí cabeza en el ventanal y miré hacia afuera, las nubes era lo único que se veía, lágrimas bajaron por mis mejillas, me sentía deprimida, sola, me sentía... una mierda.
Destruí la felicidad de mi madre, no tenía por qué haberlo dicho... ¡Soy una estúpida! tenía que haberlo ocultado todo, ahora mi madre llorará todos los días y por mi culpa. Pero, aunque diga todo eso, me siento un tanto aliviada, como en paz y creo que eso es lo mejor que le puede pasar a una persona.
¿De verdad quería a Andrew? ¿Lo amaba? No podía amarlo en tan poco tiempo pero si me gustaba y demasiado, era él primer hombre que me hacía sentir esto... el primero y ahora me tenía que alejar de él y lo peor... para siempre. O quizá no, quien sabe.
Me limpié las lágrimas y suspire, no lloraría más, empezaría una nueva vida en Michigan.
Luego de dos horas por fin aterrizamos, nos bajamos y tomamos un taxi con destino al nuevo vecindario.
— Te encantará Annie, es grande, lujoso y muy... —la interrumpí.
—Me da igual sí es grande o lujoso, no tenías que haberlo hecho estaba bien allá. —hablé.
—A-annie pasaste por esto muchos años, soy tonta, nunca me di cuenta de que esas marcas y moretones eran producto de que Nick te golpeaba. —sus ojos se pusieron llorosos. —Estoy arrepentida.
—Mamá, no eres tonta, fue culpa mía, debí habértelo dicho. —la abracé.
Llegamos al nuevo barrio, eran unas casas gigantes y deben costar una fortuna, nos bajamos del taxi y observamos la casa, era de un color crema, el jardín estaba bien cuidado, y tenía tres pisos, observe la calle de enfrente, dónde estaban los barrios, y esto estaban separados por un grande portón, se notaba un barrio realmente peligroso, por eso quizás estaban las rejas de separación, quizá deberían haber cientos de robos cada día.
A lo lejos vi a un chico de cabello rubio mirándome de una banca, nos observaba y se dio cuenta de que lo observe ya que me sonrió, enarque una ceja y miré a mi madre.
— ¿Entramos?
Asintió.
Por dentro la casa —a pesar de ser gigante. — era muy acogedora. Subí hacia el segundo piso, y me encontré con una habitación y un inmenso pasillo, entre a la primera habitación, está tenía un televisor, Xbox, un sillón grande y mucha cosas más.
Entre a la segunda habitación que quedaba al final del pasillo, tenía una cama de dos plazas, un sillón rosado, un televisor gigante y una repisa llena de libros, era muy linda.
Deje mis cosas en ella ya que supuse que esa era mía y baje, mi madre estaba en la cocina ordenando algo.
—Gracias mamá, está muy bonita la casa.
Me acerqué a ella y sonreí.
—Creo que sirvió de algo trabajar tanto. —sonrió débilmente.
—Claro que sí. —le sonreí. —Mamá, saldré a dar una vuelta ¿vuelvo en un rato, sí?
Ella asintió y salí de la casa. Observe el barrio, estaba lleno de casas muy parecidas a la mía, grandes y bonitas. Me dirigí al portón el cual estaba abierto, salí rápidamente y me encontré con unas iluminadas calles. Estaba anocheciendo así que tendría que dar la vuelta rápido.
Caminé un poco y observe unos barrios con casas muy diferentes a las mías, estaban viejas y gastadas, hombres se ponían en medio de la calle a fumar, mujeres con la falda muy corta y algún que otro hombre en moto.
Pase por fuera pero realmente quería entrar ahí así que lo hice, camine tranquilamente, un chico en moto me miró y sonrió, en su mirada se reflejaba preocupación.
Se acercó a mí, me iba alejando más y metiéndome más dentro, donde estaban todos, el chico me agarró de la muñeca y me asuste.
Lo miré y él se sacó el cigarrillo de la mano, sus ojos... me resultaban un tanto familiar.
—Tienes que salir de aquí, no es un lugar para ti. —Hablo el chico.
Mire a mi alrededor, varios tipos me miraban, unos sonreían con malicia y me comencé a asustar. Miré más allá, por enfrente de la calle tratando de divisar mi condominio, pero solo veía estas calles, sucias y llenas de gente fumando y bebiendo.
—Mierda. —susurré. —no sé dónde está mi casa, he llegado recién hoy.
Él tipo me miro con una sonrisa divertida, miró a su alrededor y luego me miró.
—Ven conmigo, va ser un poco difícil sacarte de aquí, pero haré todo lo posible.
Le sonreí en modo de agradecimiento.
Me tomó la mano y lo seguí, a medida que avanzábamos las miradas se posaban en nosotros, me hacía sentir incómoda, lo miré y sus ojos se me hacían muy familiar.
— ¿Cómo te llamas? —pregunte para saciar él nerviosismo.
—Luck Cupper y ¿tú?
Tenía mi mismo apellido, no se me hacía raro ya que muchas personas tienen iguales apellidos así que no le di importancia.
—Annie Cupper.
Me miró por unos instantes y luego volvió a fijar su vista al frente, llegamos afuera de una casa, la cual tenía una moto aparcada afuera.
—Bien, súbete, te llevare a tú casa.
Asentí y me subí, espere a que se subiera y una vez estuve con las manos en su cintura le pregunté;
— ¿Por qué me ayudas? no nos conocemos.
Fruncí el ceño, esperando su respuesta.
—Una chica como tú no debería andar por lugares como este. —se encogió de hombros. —tienes que salir de aquí, Detroit es muy peligroso, está lleno de traficantes. —aseguró el.
No respondí y solo me afirmé más a él.
—Al pasar ese poste —apuntó a uno que estaba un poco más alejado de nosotros. — tienes que agacharte, poner tu cabeza gacha, por ningún motivo mires hacía al lado ni levantes la cabeza, no lo hagas.
Me miró y solo asentí, al instante comenzamos a sentir balazos y yo me alarmé y lo comencé a apretar.
—Cálmate, solo haz lo que te dije.
Y en cuestión de segundos su moto arrancó, íbamos a pasar por ese poste, y una vez lo pasamos, agache la cabeza, sentía el ruido de los disparos y gritos, se notaba que era una ciudad peligrosa. Mi móvil comenzó a sonar y no podía sacarlo de mi bolsillo.
—No contestes. —grito por encima del ruido de su moto. —falta poco para salir.
Estábamos bastante alejados de dónde yo vivía, había caminado mucho y me había metido por lugares realmente peligrosos, el ruido de los balazos se intensificaban y cada vez estaba más asustada.
Cuándo por fin salimos de ese lugar, levante mi cabeza y miré hacia atrás, definitivamente nos habíamos alejado de ahí.
— ¿Dónde vives? —preguntó luego de unos segundos de haber salido.
—no losé. —a lo lejos divise los grandes condominios y las grandes casas y supe que era por ahí. —es por ahí, por esas casas.
Apunté hacia donde estaban las casas y el solo asintió, al cabo de unos minutos entramos al condominio, que estaba con unas rejas gigantescas pero de igual manera entramos sin que miraran raro.
—Ahí está mi casa.
Al llegar afuera de mi casa, me bajé y espere a que él lo hiciera para despedirme y darle las gracias.
—Bonita casa. —murmuró asombrado.
Me encogí de hombros restándole importancia, ya que a mi parecer no era la gran cosa y no me gustaba estar en una casa tan pretenciosa.
—He... Luck, muchas gracias por haberme sacado de ahí, —lo abracé tímidamente y me separé. —Realmente no sabía dónde estaba, gracias.
—No te preocupes Annie, te vi tan perdí...
Su frase queda en el aire, el celular de él comenzó a sonar.
— ¿Sí? papá... no —silencio. —ahora voy. —colgó. —era mi padre, nos vemos otro día Annie.
—nos vemos Luck. —sonreí.
Se subió a la moto y luego arrancó, suspire y entré a casa.
Fin.
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