-Joder.-Finalizo, dejándome llevar. He logrado alcanzar la cima.
Lentamente, me giro dejando a mi lado un chico sudoroso y complacido.
-Mierda Little, has estado asombrosa.- Dice con pesar. Me giro a observarlo.
Su abdomen desnudo sube y baja aceleradamente intentando recuperar la respiración.
Le sonrío para después incorporarme. Camino hacia una esquina donde mis bragas se encuentran tiradas y una vez que me las coloco abrocho mi sujetador.
-¿Qué haces?- Me pregunta el chico de ojos claros, removiéndose en la cama.-¿Te vas?- Asiento mientras finalizo de vestirme con la corta falda y el diminuto top. Me calzo en mis tacones y le regalo una última sonrisa.
-Ha sido increíble Chase.-Le digo y él me observa ofendido.
-Soy Charles.-oh, cierto.
-Como sea.- Le digo y camino en dirección a la puerta para después salir por esta.
La estrepitosa música inunda mis oídos y sonrío entretenida. Camino en dirección a la sala con cuidado de no tropezar con algún condón. Doy grandes pasos entre la multitud hasta llegar a un sillón.
-Pero si es Little.-Dice Matthew divertido al verme.
-Pero si es Godwin.-Digo imitando su forma de hablar. Me sonríe.
-Hace tiempo que no te veo en una fiesta.-Sonrío ignorando su comentario y decido sentarme sobre sus piernas. Se tensa y a los pocos segundos se relaja.-Joder Thea, te recuerdo que soy un chico con hormonas y que aunque seas mi mejor amiga me pones.- Dice y suelto una leve risa para después levantarme y sentarme a su lado.-Mejor.
-¿En dónde te escondes? Ya no llamas y ya no te veo.-Le digo haciendo puchero. Él sonríe para después darle una calada a su porro el cual hasta ahora he notado.
-He estado ocupado con el negocio.-Dice mientras me extiende su porro.
Matthew se dedicaba a vender éxtasis y cualquier tipo de drogas.
Le doy una larga calada la cual logra relajar mi cuerpo en pocos segundos. Se lo devuelvo con una sonrisa tonta en los labios.
-Pudiste haber llamado.-Le digo dejando caer mi cabeza en su hombro.
-¿Y que tu padre me mate?-Suelto una enorme carcajada.
-Explícame algo. ¿Cómo es que no te aterren narcotraficantes con los que trabajas pero un viejo imbécil empresario te cala hasta los huesos?-Pregunto divertida para después arrebatarle su porro y darle otra calada.
-Lo mismo me pregunto cada que intento llevarte a la cama.-Me dice guiñando un ojo, tan solo le doy un golpe en el hombro y el me entrega una cerveza.-Brindo por nuestra amistad Little.
-Por nuestra rara y larga amistad Godwin.-Digo, chocando nuestras botellas y así dejamos que el espumoso líquido recorra nuestro esófago haciéndonos perder la conciencia.
Una ráfaga de viento logra que rápidamente abra los ojos haciendo que en el momento los entrecierre debido a la gran cantidad de luz que logra colarse desde mi ventana.
-¿Cómo mierda llegué?-Me pregunto mientras me incorporo lentamente. El ahora común dolor de cabeza aparece indicando que hubo una borrachera la noche anterior.
Camino hacia mi escritorio en el cual encuentro un diminuto bote con analgésicos, un vaso con agua y una pequeña nota.
Tomo la nota y comienzo a leerla.
"Te espero en mi oficina, tómate dos pastillas y ven lo antes posible.
G. Little"
Suelto un bufido mientras arrugo la nota y la lanzo a la basura. Ignoro las pastillas y solo le doy unos pequeños tragos al vaso con agua. Camino hacia mi vestidor.
Al abrir la puerta, me sorprendo ante una no tan grata sorpresa. ¿En dónde mierda esta mi ropa?
-George, considerate hombre muerto.- Salgo furiosa de mi habitación, aún con la ropa de la noche anterior. Enciendo mi coche y me dirijo a la oficina de mi padre.
Durante el largo camino intento recordar lo sucedido la noche anterior pero apenas algunos destellos se cruzan. Uno de los chicos con los que me he acostado, Matthew y los porros que me he fumado.
Sin darme cuenta, ya me encuentro aparcando en el estacionamiento de la empresa de mi padre y saliendo de mi automóvil.
Camino con paso enfurecido hacia los ascensores y oprimo el último piso.
Una vez que las puertas se abren, recorro con la mirada la sala de espera, encontrándome con las conocidas sillas finas. Observo el escritorio de la secretaria de mi padre y camino hacia ella.
-Quiero ver a George.-Le digo a la joven chica llamando su atención. Me observa disgustada.
-Se encuentra ocupado. Espérelo en esas sillas.-Me apunta hacia una silla marmoleada.
-¿Y qué te hace creer que yo tengo que esperar?-Le digo burlonamente rodeando su escritorio y caminando hacia el despacho de George. La secretaria me grita que me detenga pero decido ignorarla.
Abro la puerta de la oficina y George me observa incrédulo. Rápidamente le ofrece disculpas a su acompañante y se levanta en mi dirección.
-¿Qué haces aquí Theresa?-Me pregunta molesto intentando sacarme de su oficina pero me escabullo dándome paso en esta. George me observa rogando que le de unos segundos con su cliente pero no le daré el placer.
-¿En dónde mierda está toda mi ropa?-Le pregunto molesta.
Entonces, un carraspeo llama nuestra atención. Dirijo mi mirada inmediatamente al responsable y una sonrisa aparece en mi rostro.
Un chico de aproximadamente veinticinco años nos observa. Me tomo la libertad de inspeccionar cada parte de su rostro.
Unos ojos color avellana me observan fijamente y entonces, sus labios rosados y carnosos los cuales no dudaría en besar se levantan en una sonrisa burlona. Me detengo. ¿Se está burlando de mi?
-Mucho gusto.-Me dice en un tono borde extendiendo su mano la cual decido ignorar. Nadie se burla de mi. Él suelta una leve risa mientras pone los ojos en blanco y retira su mano. Su sonrisa aún se encuentra en su rostro dándome una perfecta vista de una hilera perfectamente alineada y blanqueada de dientes. Unas líneas se marcan en sus mejillas al sonreír. Parece estúpido.
-Theresa.-Me reprende George al no contestarle a su invitado.
-El gusto es mío.-Le digo en tono de sarcasmo.
-De eso me he dado cuenta al ver como me observabas.-Me reta y lo observo sorprendida.-Cierra la boca Theresa, no querrás que entre alguna mosca por esos preciosos labios.-Finaliza, guiñándome un ojo. Dirige su vista a George y su gesto cambia radicalmente a uno serio.-Hemos quedado en un acuerdo señor Little y espero que sea un hombre de palabra, de lo contrario, me veré obligado a que mis hombres se encarguen de que cumpla su parte del trato.-Menciona en un tono amenazador. ¿De qué hablan? El chico vuelve a observarme, me guiña un ojo y sin más abandona la oficina.
Me giro en dirección a la puerta por donde salió. Poso mi mirada en George el cual parece preocupado.
-¿Y bien? ¿En donde mierda metiste mi ropa?-Le digo exasperada pues el chico me ha sacado de mis casillas.
-Joder Theresa, no tuviste que haber venido.-Me reprende seriamente.
-¿A que te refieres? Tu mismo me has dejado una nota pidiendo que viniera.
-Esperaba que por una sola vez en tu vida pudieras comportarte y aguardar en la sala de espera que para eso es.-Me dice molesto mientras camina en dirección a unos papeles sobre su escritorio.-Tiene que haber alguna forma de detenerlo, alguna cláusula para cancelar el contrato o algo.-Dice más para él que para mi.
-Joder George, explícate-Le pido molesta. Él me observa para después caminar en mi dirección.
-Escúchame bien Thea, no hay mucho tiempo. He cometido demasiados errores en mi vida de los cuales me arrepiento, lamento no haber sido el padre que necesitabas y lamento haberte abandonado cuando tu madre murió.-Comienza a disculparse y lo observo confundida.
-¿De qué hablas? ¿Qué has hecho?-pregunto preocupada.
-No sabes cuanto lo lamento Theresa, me hubiera gustado explicártelo pero ahora se nos ha agotado el tiempo. He visto como te veía ese tío y se que no cambiará su decisión.
-No entiendo nada.-Comienzo a estresarme y tomo asiento esperando una explicación.
-Thea te he dado todo lo que siempre has querido, ¿cierto?-Me pregunta y asiento aunque sea una mentira, por un tiempo lo único que quería era una familia.-He pagado tus caprichos e incluso tus vicios.-Asiento.-Theresa, no hubiera podido hacerlo sin el dinero de la empresa.
-No entiendo que tiene que ver conmigo.-Estoy bastante confundida.
-Hace algunos años la empresa se vio en apuros y tuve que realizar algunos actos de los cuales no estoy orgulloso.-Mierda.-En mis manos llevo la sangre de otras personas.-Me dice apenado y lo observo impresionada. ¿George ha matado?-Hace unos meses alguien le dio aviso a la policía y desde entonces han estado revisando cada paso de la empresa. Ese chico que acabas de ver, él logró desaparecer cualquier evidencia que culpe a la empresa. Sin embargo un trabajo así tiene un precio.-Me dice preocupado.-Yo pensé que el buscaba dinero, nunca llegué a pensar lo que me pediría a cambio.
-¿Qué te ha pedido?-Le pregunto preocupada por la vida de George. Él levanta la mirada y me observa arrepentido.-¡Joder papá!-le grito y entonces me detengo, hace años que no le decía papá.-¿Qué mierda te ha pedido?
-A ti.