PROPHECY ━ the vampire diarie...

By dracary-s

107K 8.3K 1.2K

Ella era la catástrofe más indomable que la naturaleza podría desatar, él sólo necesitó un poco de amor par... More

PROFECÍA
GRÁFICOS
PRÓLOGO
━chapter one.
━chapter two.
━chapter four.
━chapter five.
━chapter six.
━chapter seven.
━chapter eight.
━chapter nine.
━chapter ten.
━chapter eleven.
━chapter twelve.
━chapter thirteen.

━chapter three.

6.3K 571 37
By dracary-s

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

III — VAMPIRES, WITCHES AND WEREWOLVES

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃




Después de los acontecimientos, Elena y los dos chicos se habían ofrecido a llevarme de regreso. Yo estaba en el asiento copiloto mientras sentía como los penetrantes e intimidantes ojos azules del chico pelinegro atrás mío me miraban desafiante a través del espejo retrovisor que colgaba en el centro. El coche se estacionó frente a una casa de dos pisos color blanco y la castaña salió despidiéndose de nosotros. Sin embargo, después de que Elena fuera dejada a salvo en su casa, los planes cambiaron para mi.

—¿A dónde me llevan? —pregunté al rubio que manejaba, pero no obtuve respuesta.

El auto se detuvo en una lujosa casa, el chico que había manejado anteriormente abrió la puerta de mi lado, y escoltada por ambos, entré a ella. Cuando la puerta se cerró tras de mi, las manos del chico del pelinegro fueron directamente a mi cuello.

—¿Por qué no nos dices quién eres? —cuestiona en mi cara, desesperada comienzo a tratar de quitar sus manos por la falta de aire.

No pasaron más de cinco segundos cuando el mismo chico salió por los aires mientras soltaba su fuerte agarre de mi cuello, a lo cual yo trato de recuperar el aliento faltante. El chico de cabello castaño claro se agachó a mi lado, me dio una rápida mirada y después la dirigió al otro chico.

—¡No sé de que estás hablando! —trato de gritar con dificultad—, ¡No se de lo que todos ustedes han estado hablando! —admito mientras siento las lágrimas recorrer mi rostro—. ¡Sólo quería empezar de nuevo con mi padre, y lo único que consigo es un secuestro y varios intentos de asesinato! —exclamo buscando rápidamente mi celular que es arrebatado por el chico a mi lado y con su mano, lo quiebra.

—¿Qué crees que estás haciendo? —frunce el ceño.

—¡Lo que debí hacer en un principio, llamar a la policía! —respondo sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas—, aquellos hombres están muertos.

Las manos de él tomaron las mías con delicadeza levantándome del suelo, por lo que le miro con la desconfianza plasmada en mi rostro.

—¿Me van a matar? —digo en voz baja.

—Él no —contesta el morocho— yo, por el otro lado, no lo sé —da una sonrisa caminando hacia mi.

—Damon —murmura el castaño, el chico llamado Damon se detiene y rueda los ojos—, sobre lo que Rose le dijo a Elena sobre la maldición...

—Lo sé, la protegeré —asegura el otro chico mientras se servía un trago. Yo me encontraba en una esquina con los brazos cruzados abrazando mi cuerpo mientras escuchaba la conversación que no entendía.

—Lo siento... —comenta nuevamente el castaño—, por haber sido quién te convenció de convertirte hace 145 años —lo mira. El tema de vampiros aparecía por segunda vez.

Ellos siguieron hablando y yo dejé de prestar atención, limpié mis lágrimas y mi instinto de supervivencia empezó a tratar de buscar una manera para salir corriendo de aquella casa. No quedaba otra manera más que intentar de salir por la puerta principal frente a ellos. Caminé lentamente hacia ella pero una voz me paralizó.

—¿A dónde crees que vas? —llamó el castaño. Al  girarme noté que el chico llamado Damon ya no se encontraba, y por alguna razón sentí alivio.

Antes de que pudiera dar una respuesta, una silueta pasó rápidamente alrededor de nosotros, a la misma velocidad, el chico tomó una estaca de madera y regresó a mi lado en menos de un segundo.

—¿Quién está ahí? —pregunta pasándome detrás de él.

De la oscuridad sale Rose, la chica de pelo corto que me había secuestrado y me quería entregar a Elijah. La miro aterrorizada retrocediendo.

—No estoy aquí para lastimarte —afirma mirándome y después sus ojos se dirigen al chico.

—¿Entonces por qué estás aquí? —le pregunta él nuevamente.

—Una vez Lexi me dijo que tú eras de los buenos —le responde caminando hacia nosotros lentamente—. Trevor era mi mejor amigo, por quinientos años viví con una persona y él se fue.

—Lo siento pero no puedo ayudarte.

—Yo no necesito tu ayuda, pero creo que ustedes necesitan la mía —me mira y se dirige a mi—, yo sé que tienes dudas y puede que Elijah haya muerto, pero esto no ha terminado.

—¿Cómo que no ha terminado? —inquiere.

—Los Originales, vendrán por ella —el chico me mira— y por la doppelggänger Petrova, ellos tienen que hacerlo, lo están haciendo por él.

—¿Por quién? —digo tratando de no sonar nerviosa, cosa que me falló.

—Por Klaus.


[●●●]


La puerta del sótano se abrió dejando ver a Stefan, el chico castaño. Lo único que habían provocado las últimas palabras de Rose es que me encerraran y pasara la noche en una prisión casera hasta que descubrieran mis intenciones, o había logrado escuchar. Él entró y detrás de él venía Rose.

—¿Por qué sigo aquí? —pregunto tratando de levantarme, aunque estaba débil, no había comido casi nada los últimos dos días, Stefan me había traído comida, pero no podía aceptar nada de alguien que me retenía en contra de mi voluntad.

—Necesito hablar contigo —murmura Rose entrando—, y necesito que me creas.

—¿Por qué debería escucharte? —grito con todas mis fuerzas—. Me secuestraste e intentaron intercambiarme por su libertad a un tipo que me quería matar.

—Sí, pero ahora él está muerto —responde.

—Eso no cambia las cosas —la miro fijamente intentando contener mi enojo—, sigo secuestrada. ¿Qué es lo que quieren de mi? ¿Dinero?

—Quiero que me escuches —sentencia acercándose peligrosamente a mi, pero el castaño se interpone entre las dos.

—Necesito que vengas con nosotros —habla por primera vez Stefan ayudándome a levantarme.

Ambos supuestos vampiros me dirigieron hacia la sala principal, donde ahí se encontraba Elena sentada en un sofá y Damon. Al entrar la atención de ambos se dirigió a mi, yo me senté a un lado de Elena, sintiendo la fulminante mirada que venía hacia mi de parte de Damon.

—Muy bien, tienen que entender que yo sólo sé lo que he escuchado por años, y no se lo que es cierto y qué no lo es —comienza a hablar Rose enfrente de todos—. Pero Klaus es real —me mira.

—¿Quién es él? —interroga la castaña a mi lado.

—Uno de Los Originales, es una leyenda...

—De la primera generación de vampiros —interrumpe Stefan mirando a Elena.

—¿Van a volver con ese cuento de los vampiros? —pregunto irritada.

—Linda, no me provoques —dice el chico llamado Damon—. ¿Quieres que te desgarre la garganta con mis colmillos para que me creas?

—Damon —reclama Elena y después me mira—. Por favor, se que suena de locos pero tienes que creernos —pide, hago una mueca— Elijah era uno de ellos.

—Sí, pero él era un conejito comparado con Klaus —responde Rose—, él era un soldado, Klaus es la verdadera amenaza.

—Entonces, ¿Está diciendo que el vampiro más antiguo en la historia del tiempo me persigue? —le pregunta nuevamente Elena.

—A ambas.

—Pero Elijah está muerto. ¿Cierto? —escucho decir a Stefan con cierto nerviosismo en su voz—. Nadie más sabe que existen, ¿Verdad? —mira a Rose, quién estaba un poco pálida. Stefan se acerca a ella— ¿Cierto? —repite alzando un poco la voz.

—Bueno, si es sobre la doppelgänger, nadie que ustedes sepan —comenta algo nerviosa.

—¿Y ella? —Damon me señala.

—Miren, ella es diferente, pero no me se toda la historia completa, necesito ir con uno de mis amigos, él sabe más sobre ella y Klaus.

—Eso no ayuda.

Los cuatro siguieron hablando sobre si aquel hombre era real o simplemente una fantasía y leyenda. Rose insistía en que era real, que siempre conseguía lo que quería, y eso no me daba esperanza. Al cabo de unos minutos, Elena se fue.

—Ahora dinos la verdad —pide Stefan a Rose después de que Damon se fuera. Fruncí el ceño.

Rose tomó asiento a mi lado más tranquila. Podía entender esa sensación de miedo que transmitía Damon con su presencia.

—Tienes que creerme cuando te digo que él no va a parar hasta encontrarte —indica— como dije, sólo se algunas cosas, rumores que cambian con el paso de los años, pero él te quiere más que a ella.

—¿Por qué? —titubeo un poco. Era escéptica a las cosas sobrenaturales a pesar de haberlos visto caminar de una manera sobrehumana. Pero algo que era cierto, eran las muertes que había presenciado, y si Klaus en verdad existía, yo ya estaba muerta.

Antes de que ella prosiguiera, escuchamos la puerta cerrarse bruscamente. Damon llegó con nosotros sosteniendo con ambas manos un papel que se encontraba enrollado.

—Tenemos un problema —deja saber desenrollando el papel dejando ver mi rostro. Era un cartel por desaparición, sonreí instantáneamente.

—Creo que ya deberíamos dejarla ir —Stefan camina hacia él y le quita el cartel de sus manos.

—Antes de tomar decisiones apresuradas, hermanito —lo mira—, tenemos que ir con el amigo de Rose.

La mencionada asiente y camina hacia él. Los dos desaparecieron de nuestra vista dejándome sola con Stefan.

—No tienes que ir si no quieres —masculla el castaño sacándome de mis pensamientos.

—Aquel hombre me llamo por otro nombre, y dijo que ya nos conocíamos, supongo que cuando alguien va detrás de ti, tienes que saber el porqué. ¿No? —confieso con una mueca.

No estaba segura de lo que decían las palabras de mi boca, pero no podía evitar el preguntarme muchas cosas que estaban sucediendo a mi alrededor, necesitaba saber más.

Damon llegó nuevamente y toma de mi brazo sacándome de la casa, seguidos por Rose, subimos a una camioneta negra. Después de que la chica manejara alrededor de unos veinte minutos que fueron muy silenciosos, se aparcó en un estacionamiento y los tres bajamos.

—¿Cómo sabes que ese tipo aún está aquí? —pregunta el de ojos azulados mientras caminábamos.

—Lo llamé. Él siempre está.

Damon la tomó por cuello como lo había hecho con anterioridad conmigo, llevó a Rose a una rápida velocidad estrellando su cuerpo contra la pared.

—Sólo algo más, si esto es una trampa de cualquier tipo, te arrancaré el corazón y te lo tragarás —advierte él—, algo en lo que soy muy bueno.

Mordí mis labios con miedo y nerviosismo mientras miraba la escena. No pasó mucho cuando en un movimiento aún más rápido por parte de Rose, le torció el brazo y lo puso contra la camioneta.

—Soy más vieja que tú, y más fuerte. No busques mi lado malo —amenazó la chica soltándolo.

Él sólo respondió con una mala mirada.

Los tres entramos consecutivamente a una cafetería, la cual tenía un enorme ventanal con vista a la calle hecho de vidrio por aluzado —a lo que comentó Rose—. Un chico de pelo rizado y gafas se acercó a nosotros y le dio un abrazo a Rose.

—¿Qué haces aquí? —pregunta. En respuesta, Rose se hace un lado dejándome a la vista de aquel sujeto.

—Es una larga historia...

—Por Dios, Rose... no me digas que —comienza a decir el chico alterándose—. Lo siento, pero no puedo involucrarme en esto —añade retrocediendo bajo la mirada acusatoria de Damon.

—Por favor —suplica Rose—. Elijah mató a Trevor, no puedo detenerme ahora —un suspiro abandonó sus labios y pude ver sus ojos cristalizándosela.

A pesar de no llevar una relación amistosa con ella o de conocerla muy poco en una situación incómoda y extraña, las emociones que la chica demostraba las podía sentir. Trevor me había secuestrado, sí, pero lograba entender un poco el porqué lo había hecho, y su muerte había destrozado a Rose. Me di cuenta que aquello no sólo logro que yo sintiera compasión, pues el chico de gafas asintió aún no tan convencido y nos dirigió a los tres a una mesa vacía.

—¿Qué es lo que quieren saber? —inquiere él luego de que todos hubiéramos tomado asiento.

—Ella —Damon habló señalándome—, y por tu reacción, algo me dice que serás de gran ayuda.

Era cierto, aquel joven había cometido el error de demostrar su nerviosismo frente a Damon. No necesitaba ser una experta para notar que eso sólo dejaba ver que sabía algo. Algo que no quería hablar, algo qué tal vez le podía costar la vida. Pero después de eso, Damon no lo iba a dejar en paz.

—Año 1492 en Basilea, Suiza, las brujas festejaban el nacimiento de la niña prodigio —deja saber de manera automática a lo que Damon interrumpe.

—¿Qué tienen que ver las brujas en esto?

—¿Quieres saber la historia o no? —él asiente—. Lo único que sé, es que de ahí proviene tú linaje —su mirada se fija en mis ojos.

—¿A qué te refieres con eso? —cuestiono con curiosidad. Él desvió la mirada a Rose.

—¿Es lo único que sabes de ella? —espetó nuevamente Damon fastidiado—. Estamos igual, sin respuestas —el pelinegro se deja caer hacia el respaldo de la silla molesto.

—Te dije donde puedes empezar a buscar —replica el joven de gafas sin mirarlo.

En ese momento ya no estaba segura si había valido la pena venir hasta acá. Por más preguntas que hiciéramos él no parecía estar dispuesto a darnos la respuesta que necesitábamos. ¿Qué tenían que ver las brujas en esto? ¿Por qué en Suiza?

—Bien. ¿Y por qué Klaus quiere romper la maldición del sol y la luna? —la voz enfurecida de Damon me sacó de mis pensamientos.

—Para que los hombres lobos no lo hagan.

—Vampiros, brujas, y ahora hombres lobo —hablo por primera vez irritada. Sí, había visto cosas fuera de lo común últimamente, y sí, el miedo era algo real. Pero no podía creer que mi vida era una mentira, que había cosas más allá de lo que se consideraría normal y yo no sabía.

Slater, el cuál era el chico de gafas pone nuevamente su atención a mi y luego hacia Damon.

—No cree en esas cosas, continúa —dice con indiferencia hundiendo los hombros.

Los tres siguieron hablando bajo mi mirada escéptica, y el sentimiento que me decía que Slater sabía más sobre mi de lo que había dicho, crecía cada vez más.

Un fuerte estruendo proveniente del ventanal quebrándose frente a nosotros provocó que todos se agacharan por el impacto, incluyéndome. Los vidrios quebrados habían salido volando en diferentes direcciones esparciéndose al rededor de todo el lugar. Observé a lo lejos como algunos presentes comenzaron a tener quemaduras, incluida Rose. Como pude me levanté aún con temor de que este atentado aún no acabara, Damon puso una chaqueta sobre la chica y le ayudo a salir de ahí conmigo detrás de ellos.

—¿Estás bien? —se dirigió hacia mi luego de haber salido de aquel lugar, yo asentí.

—Sólo un par de rasguños, creo —susurre con respiración agitada.

Damon subió a Rose en el asiento trasero, mientras lo hacia logré ver un par de quemaduras en la cara de ella que estaban comenzando a sanar.

—¿Quién está detrás de esto? —interrogó él luego de que ella se incorporara en el asiento.

—¿Dónde está Slater? —son las únicas palabras que dice Rose.

—Lo perdí de vista. ¿Quién demonios sabe?

—Él no lo hizo, él es un tipo bueno —asegura ella tartamudeando sus palabras. El miedo volvía a aparecer.

—Entonces, ¿Quién lo hizo? —bramó Damon en respuesta alzando aún más la voz.

—Es Klaus, ¿no lo entiendes? —dice ella llorando atemorizada— estamos muertos, todos estamos muertos.

Un dolor invade mi estómago y comienzo a sentir una increíble necesidad de toser. Obedeciendo mi cuerpo llevé ambas manos a mi boca y tosí, al bajar mis manos sentí un líquido resbalar por ellas. Sangre.

—Damon —llamo cuando me doy cuenta que un vidrio había quedado incrustado en mi estómago.

Mi vista se empieza a nublar poco a poco y cuando creo que estoy apunto de desvanecerme, los brazos de Damon envolvieron mi cuerpo antes de que pudiera tocar el suelo. Él me sube al asiento copiloto y con los ojos aún medio abiertos, vi una cara de preocupación en su rostro.

—Esto dolerá un poco —advierte llevando sus manos a mi estómago para tocar el vidrio. No sé si fue adrenalina lo que sentí, pero con una fuerza recuperada logré detenerlo con mi mano.

—¿Qué estás haciendo? Llama a una ambulancia —pido aún tomando sus manos para impedirlo.

No obtuve una respuesta y de un fuerte movimiento sacó el vidrio. La sangre comienza a salir nuevamente por mi estómago y el pensamiento de morir desangrada cruza por mi mente. Damon llevó su antebrazo a la altura de su boca y mordió la zona de sus venas, después acercó su brazo a mi.

—Bebe —ordenó y yo me rehuso—, bien —sin decir más, lleva su brazo a mi boca y lo pega a ella, haciendo que su sangre entrará a mi.

No tuve oportunidad de reclamarle cuando la herida que llevaba comienza a sanar rápidamente.

—Sangre de vampiro, de nada —explica él cuando lo miro, no digo nada—. Ahora, procura no morir dentro de las siguientes 24 horas si no quieres pasar el resto de tu vida siendo un vampiro.

Sin pedir otra explicación, asentí confundida. Damon manejó en silencio de regreso, el camino no fue tan largo pero el silencio lo hizo eterno.

—Siento lo que pasó hoy, no sabía que pasaría —nos dice Rose cuando llegamos.

Ella salió de la camioneta seguida de Damon y después yo, cerré la puerta del copiloto y di un pequeño salto cuando al girarme Stefan estaba frente a mi.

—Te voy a llevar a tu casa —deja saber.

Confundida asentí, pero el otro chico protestó. Stefan me llevó en su auto, no supe como, pero logró encontrar mi casa, la cual se encontraba con una patrulla afuera. Él se estaciono un poco lejos.

—Si mencionas una sola palabra de esto...

—No lo haré —interrumpo cuando veo a mi padre sentado en el porche de la casa, no quería ponerlo en peligro—, lo prometo.

Salí del coche sin esperar una respuesta y corrí con mi padre, él me miro y comienza a correr hacia mi. Me da un abrazo y comienzo a llorar.

—¿Dónde estabas? Te he estado buscando por todos lados —murmura sin soltarme.

No tuve oportunidad de responder cuando la sheriff salió de nuestra casa y llegó a nuestro lado.

—Tengo que hacerte algunas preguntas.

Continue Reading