ADVERTENCIA: Spoilers de Super Danganronpa 2
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La princesa desde que pudo salir de aquél mundo virtual que había sido hackeado por la IA de Enoshima Junko, obligando a sus amigos y ella a matarse entre ellos mismos, se sentía aliviada de poder superar la desesperación, pero había algo que no la dejaba sentirse del todo bien, y era el hecho de que sus amigos quienes "murieron" en aquél juego, seguían en coma.
Extrañaba salir con todas sus amigas a la playa, la comida deliciosa de Teruteru, y entre muchas otras cosas, extrañaba poder hablar de ocultismo con Gundham; todas aquéllas perdidas le habían pegado muy duro, después de todo, la princesa era fuerte, pero una persona sensible; y a pesar de que solía sonreír la gran cantidad del tiempo, habían días en los que se sentaba sola a ver el mar, pensando en todas aquéllas cosas que la hacían sentir triste.
Y cuando menos se dio cuenta, empezó a llorar.
—Ah, Sonia-san ¿qué haces aquí? Es un poco tarde ya.
Escuchó una voz, una que no quería escuchar en ése preciso momento, la de aquélla persona quien ella misma había llamado acosador.
—¿Sucede algo? —Souda se acercó preocupado al ver que no le respondía y pudo notar que estaba llorando— ¿P-por qué lloras Sonia-san?
—¡Por todo! —Sonia le respondió a Souda con un alto tono de voz—. Por nuestros amigos en coma, no lo puedo soportar...
—Oye, por eso nos hemos quedado aquí, para ayudar a nuestros amigos, hasta el momento no ha habido buenas noticias, pero quizá pronto...
—¿Acaso no te sientes feliz por eso? —Sonia preguntó de repente, haciendo que el chico la mirara confundido, ella lo miró aún con lágrimas en sus ojos—. Después de todo, odiabas a Tanaka-san, seguramente te sentirías mejor si nunca despertara —Aquéllas palabras habían estado ocultas muy dentro de ella, pero nunca fue capaz de decirlas, en ese momento en el que sentía que podía decirlo todo, en que se encontraba en un estado muy triste y molesto, en el que no podía soportar que Souda se acercara a ella, lo hizo.
—¡Jamás haría algo que te haga sentir triste!
Sonia abrió sus ojos como platos al escuchar aquéllas palabras provenientes del mecánico. La mirada seria del chico la dejó sin aliento, jamás lo había visto tan serio en todo aquél tiempo que llevaba conociéndolo. Y algo indescriptible dentro de ella empezó a sentirse.
—Si pudiera ya habría creado algún tipo de mecanismo que los haga despertar, pero no es seguro hacer cosas tan a la ligera, podría realmente matarlos, y jamás jugaría con la vida de mis amigos. Sonia-san, haría lo que sea por verte feliz, incluso si abandono mi felicidad, no me importa —La chica guardó silencio, no tenía palabras en ese momento—. Lo siento, veo que de verdad no querías que apareciera por aquí, lo entiendo, me voy —La chica lo vio dar media vuelta y regresar, sintió que debía detenerlo y decir algo, pero no lo hizo, se sintió tan impotente en ése momento.
A la mañana siguiente, como de costumbre todos se reunían en el restaurante, Sonia se encontraba sentada junto a su amiga Akane, quien comía muy gustosa su gran cantidad de comida, mientras que la princesa aún no había ni probado la suya; en ese momento observó que Kazuichi había llegado, y Sonia no supo por qué empezó a sentirse nerviosa.
—Buenos días —Fue lo único que dijo el chico a ambas, incluso se notó que fue algo forzado.
Akane respondió con su boca llena y Sonia saludó con una pequeña sonrisa, el chico se fue inmediatamente hacia la mesa donde se encontraban Hajime y Kuzuryu, la princesa sintió aquéllas palabras frías, sabía que había sido por lo que pasó la noche anterior, era su culpa, y no entendía porque eso la hacía sentir mal, después de todo, nunca le agradó que Souda la persiguiera y dijera tantas cosas adulantes, haberse sacado un peso de encima debió haberlo echa sentir mejor, pero no, todo resultó diferente.
—¿Sucedió algo entre ustedes? —Preguntó Akane aún con su boca llena, Sonia se sorprendió de que su amiga notara algo cuando se encontraba comiendo— Kazuichi siempre te saluda más animado, pero hoy fue tan frío que incluso mi comida se enfrío.
—N-no es nada —Respondió la chica con una sonrisa nerviosa. Akane se le quedó mirando fijamente no muy convencida, pero decidió no insistir y seguir comiendo, mientras Sonia nerviosamente empezó a comer, observando disimuladamente como Kazuichi bromeaba con sus amigos.
Se sentía todo tan extraño.
Todos aquéllos días, Kazuichi no se había acercado a ella como era de costumbre, por no decir que apenas se cruzaban palabras en el desayuno para decir los buenos días, una que otras veces que tropezaban en el mismo camino, eran como dos mimos, incluso entre sus amigos, sólo se decían lo necesario, sin ir más allá; Sonia pensó que quizá pronto regresaría a ser el mismo, pero sólo eran fantasías, ella sabía que había sido cruel al decirle tales cosas, había sido egoísta por no pensar en los sentimientos de él, a quien siempre vio como alguien superficial, pero ahora todo lo sentía diferente, de alguna extraña manera, extrañaba tenerlo cerca, ¿hasta qué punto había llegado a ser tan egoísta? Siempre había estado evitándolo, yéndose incluso con Tanaka en varias oportunidades, no había razones para extrañarlo, no la habían... pero aun así lo hacía; y todos empezaron a notar que ambos no estaban bien, aunque negaban todo cada vez que preguntaban.
Todas aquéllas cosas hicieron darse cuenta a Sonia de su error, se sentía arrepentida, quería poder hablar con Kazuichi y arreglarlo todo, pero no sabía cómo.
Ésa noche, nuevamente decidió sentarse en la playa a ver el mar, pero sólo la hizo sentir peor debido a que recordó que en ese lugar fue donde había "discutido" con su amigo Kazuichi, una extraña sensación de tristeza empezó a surgir de ella, estaba empezando a detestar llorar por todo, quería que alguien estuviera a su lado en ese momento, pero una persona en específica, todo su orgullo se había ido al admitir que quería que Kazuichi estuviera ahí. Para colmo, ésa noche hacía mucho frío y había cogido un resfriado.
—Hoy la noche está muy fría —Levantó su mirada y observó a Kazuichi quien se encontraba parado con su chaleco amarillo en la mano, ofreciéndoselo— Está limpio... —Detalló.
—¿Por qué estás aquí? —Fue lo primero que preguntó muy sorprendida, no esperaba que él fuese quien se acercara a ella, quería saber su razón, y quería que ésa respuesta fuera lo que ella esperaba...
Él suspiró, pensando un poco antes de responder— Te escuché estornudar varias veces en el desayuno —Dijo sin verla a los ojos—. Iba de camino a mi cabaña cuando te vi sentada, en esta noche peculiarmente fría.
De alguna manera, Sonia empezó a sentirse aliviada, porque Kazuichi la había notado, y se había preocupado por ella, y por otro lado, se sentía peor por lo mala que había sido con él, por lo que no pudo evitar empezar a llorar.
—Lo siento, lo siento mucho... —Llevó su manos a sus ojos para que éste no la viera desbordarse tan patéticamente—. Te herí, soy la peor persona de éste mundo, no merezco tu amabilidad.
—Hey, eso no es cierto —Kazuichi se sentó junto a ella y colocó sus manos sobre sus hombros— Todo está bien —Él logró que ella quitara sus manos de sus ojos y éste secara sus lágrimas con las suyas.
—Pero... Es verdad, mientras yo te digo palabras insultantes sin ningún derecho, tú vienes a mí preocupado por mi bienestar —Manifestó Sonia, tenía tanto que decir y que no sabía cómo expresarlo— Nunca pensé en tus sentimientos, yo de verdad lo lamento.
—Admito que me dolió —Dijo Kazuichi, la princesa lo miró fijamente con sus ojos húmedos—. Pero no importa, no es como si te hubiera dicho alguna vez de como me sentía con respecto a esto. Quizá mis acciones te hicieron ver otra cosa que no era. No tengo nada que perdonar, Sonia-san —Aquello último lo dijo con una sonrisa, para luego colocar su chaleco sobre Sonia, ella sonrió levemente y rápidamente recostó su cabeza en el hombro de Souda, logrando que éste se sonrojara de sorpresa; Sonia Nevermind presintió que sólo había dicho eso porque era una persona muy buena, siempre lo había sido, quizá un gran idiota al hablar, pero no era una mala persona, sintió, en ese momento, que podía mostrarle de su cariño y agrado.
—Gracias, por todo —Le dijo ella con un tono de voz entre apenado y feliz, no lo entendía del todo, pero si, se sentía feliz de haber podido arreglar las cosas con Kazuichi, era la primera vez que se había acercado tanto a él (y que viniera de ella), y lo había hecho porque realmente quiso hacerlo, sintió con su amistad con se había entrelazado más— Me siento feliz de que hayas venido —Sentenció para luego ambos quedarse en silencio, observando el mar hasta luego irse a dormir a sus respectivas cabañas.
A la mañana siguiente, Sonia había sido la última en llegar a desayunar, se le había hecho difícil despegarse de las sábanas, cuando subió las escaleras observó a todos sus amigos.
—Buenos días —Saludó con una sonrisa resplandeciente.
—¡Hey, llegas justo a tiempo, Akane casi se come tu desayuno! —Le dijo Kuzuryu.
—¡Es que hoy has tardado demasiado en venir, se iba a enfriar, Baby gangsta no entiende! —Respondió Akane, empezando a discutir ambos, aunque más por parte de Fuyuhiko quien la insultaba.
—Hey, no peleen —Intentó calmar Hinata.
Sonia se rio por las acciones de sus amigos y en ese momento Kazuichi se acercó.
—Buenos días, Sonia-san —Le dijo con una sonrisa el mecánico, que fue respondida con otra sonrisa de parte de ella, todo había regresado a la normalidad, o bueno, quizá con algunas diferencias.
—¿Es qué ya arreglaron su problema? —Preguntó Akane— ¡Ya me estaba empezando a preocupar! —Interrumpió Akane.
—Akane, deberías ser un poco más delicada... —Dijo Hinata con una sonrisa nerviosa.
—Pero tiene razón, estos dos me tenían hasta el culo con sus problemas de novios —Manifestó Fuyuhiko sin ninguna sutileza.
—¡¿P-pero qué has dicho?! —Manifestaron ambos muy sonrojados, no sabían desde cuando los habían "emparejado", Sonia siempre había sido tan hostil con él, y Kazuichi siempre adulándola y apoyándola en todo, quizá en el pasado, Souda hubiera estado saltando de alegría porque habían dicho que parecía novio de su amada Sonia, pero ésa vez sólo desvío su mirada avergonzado, con un gran sonrojo en sus mejillas y una de sus manos rascando su cabeza, muy nervioso, mientras que Sonia, hubiera ignorado antes tal comentario, pero ahora también se encontraba muy avergonzada y nerviosa, ambos se miraron de reojo y voltearon automáticamente, desviando el tema y dirigiéndose a desayunar.
Y esa era una de las pequeñas diferentes que surgieron tras su "discusión".