Riddle tomó asiento sonriendo con maldad mientras observaba a su compañera de puesto, pero ella no lo miró. Mientras tanto, el profesor dio las instrucciones de que analizaran en pareja las distintas pociones que tenía en su escritorio, todas se encontraban en botellas negras, por lo que deberían descubrieran que tipo de poción era. Les recordó que tuvieran cuidado, ya que más de alguna era peligrosa.
El mago oscuro iba a lanzar un comentario, pero Valerie se puso de pie apenas el profesor terminó de dar las instrucciones y fue en busca de una botella. Cuando volvió se sentó, tomó una probeta y colocó una pequeña cantidad de la poción en ella para analizarla. Después comenzó a tomar nota de su consistencia para luego ir a buscar un pedazo de piel de serpiente.
Riddle la observaba con una maligna sonrisa - ¿Harás el trabajo sola? Te recuerdo que es en parejas.
Ella lo ignoró y continuó trabajando, cortó un pedazo de la piel de serpiente con su cuchillo y colocó un poco de ella en la poción de la probeta para ver que le sucedía a la piel. Riddle tuvo que admitir que era una idea bastante inteligente, pero continuó mirándola con burla.
- Tus cambios de humor son bastante infantiles Deanoff, pensé que después de todo eras un poco más inteligente. ¿No eras tú la que quería ganar algo? ¿No querías generar un intercambio? No comprendo tu actitud patética – le dijo con maldad y sonriendo, pero ella nuevamente lo ignoró. El mago sonrió, quería probar que tan fuerte era su resistencia.
Se le acercó más, simulando que prestaba atención a lo que hacía. Estiró su mano y comenzó a acariciar el brazo de Deanoff con un dedo, mientras su otra mano descansaba en la mesa, no sabía porque lo hacía, pero cuando sintió como ella tensaba el cuerpo sonrió con más maldad.
- Es curioso... Tal vez, solo eres una mentirosa que pretende ganar algo. Eres extraña, nadie te conoce, desapareces, pero yo sé que ocultas algo. Pero estas actitudes infantiles me dicen que solo eres una pérdida de tiempo. Un ser solitario, solo, que a nadie le interesa. ¿Querías probar suerte intercambiando tus conocimientos con los míos? Dudo que tengas algo interesante que enseñar – continúo acariciándole el brazo ahora con la mano – Por otro lado, tu constante intromisión en lo que hago me tiene aburrido, pero ayer me dejaste claro que no eres más que una ilusa. ¿Crees en la amistad? –
Valerie tensó el cuerpo con demasiada fuerza y la poción que tenía en la probeta tembló en su mano, cosa que no pasó desapercibida por el mago.
- ¿De verdad eres tan ilusa para creer en esas cosas? Me entero de todo, veo que quieres hacer amigos. La amistad no existe, el miedo es lo mejor para controlar a las personas, pero eres demasiado ilusa para entender eso... Pobre... ¿Te sientes sola? Dudo que alguna de las serpientes quiera tener una amistad con alguien como...
Antes de pudiera terminar de hablar, Valerie, con una rapidez inhumana tomó el cuchillo y lo clavó fuertemente en la mesa justo entremedio de los dedos de la mano de Riddle, este abrió los ojos sorprendido y se quedó mudo.
- El miedo hará que la gente te traicione, jamás serán fieles a ti porque no les das confianza y no te admiran – le dijo en un susurro Valerie apretando con mucha fuerza el cuchillo.
El mago se tragó su sorpresa y retiró suavemente la mano diciendo – Por lo menos la gente me hace caso, me respeta y me teme. ¿Qué tienes tú? Un ataque de pánico porque te mencionan una simple cicatriz que tienes en el cuello y sales corriendo como una gallina – Valerie apretó más el cuchillo y su mano tembló por la fuerza – No eres más que una patética gallina que... - el mago se quedó callado cuando sintió una enorme fuerza que lo apretó, vio como una sombra enorme oscura salía de Deanoff y lo envolvía para ahogarlo.
- Tú no sabes nada de mi – le respondió furiosa ella.
- No necesito saberlo – le dijo Riddle débilmente debido a que se quedaba sin aire – Eres solo una pérdida de tiempo – de la nada la sombra oscura desapareció, pero Valerie seguía con el cuerpo tenso.
- No vales la pena – dijo Valerie más para sí misma
- ¿Disculpa?
- No vales la pena. No debería perder mi tiempo contigo – volvió a decir ella sin mirarlo y sin soltar el cuchillo.
- Que tú seas una pérdida de tiempo y una gallina, no significa que yo lo sea – le dijo con maldad el mago acercándose nuevamente a ella, pese a que seguía tenso por la extraña sombra que había aparecido de Deanoff – Pero que se puede esperar de alguien como tú... – estiró su mano rápidamente y le tocó la cicatriz del cuello con uno de sus dedos suavemente mientras le decía - ¿Por qué no sales corriendo de nuevo?
¡BUM! La probeta que tenía en la mano Valerie explotó de la nada y Riddle, sorprendido como jamás en su vida vio como de la mano que sostenía el cuchillo salían llamas de fuego. Ella soltó el cuchillo, pero las llamas seguían ardiendo en su mano, sus ojos se habían oscurecido completamente mientras le decía – Si vuelves a tocarme, te mataré –
Las llamas se apagaron rápidamente y ella se puso de pie, toda la clase los miraban sorprendidos sin entender que sucedía. Valerie se acercó donde el profesor y se excusó para retirarse a la enfermería debido a la explosión de la poción. Slughorn no le puso reparos y ella abandonó la sala sin antes observar a Riddle de nuevo y lanzarle una mirada de odio. Luego se retiró sin mirar a nadie.
El mago se quedó de piedra sin poder emitir palabras. Ella primero casi le había cortado la mano, luego, estaba seguro de haber sentido el poder de la magia de ella, pero lo último... Jamás en su vida había estado más impresionado, excepto cuando le habían dicho que era un mago. Deanoff había realizado un hechizo y puesto fuego a su mano sin necesidad de su varita, un hechizo de magia negra muy difícil y complicado que ni él se había atrevido a realizarlo debido a su dificultad. Se había dado cuenta como los ojos de la nueva alumna se habían puesto negros y sintió como ella se había dejado llevar por su rabia. No podía negar que al tocarle la cicatriz pudo sentir un dejo de magia, uno muy antiguo, pero demasiado oscuro y poderoso. Era primera vez que de verdad se preguntó qué escondía ella, esa cicatriz era algo sensible y denotaba un pasado muy oscuro, más oscuro que él mismo.
Trató de relajar el cuerpo, pero no lo logró. La sorpresa seguía en él y algo que nunca le había pasado le estaba ocurriendo en este minuto, no sabía que hacer ahora, tenía demasiada información que procesar. De pronto, vio que Malfoy también abandonaba la sala rápidamente. Riddle se quedó mirando por donde había salido el rubio sin decir nada, luego se giró y se quedó el resto de la clase mirando absorto en sus pensamientos el pizarrón de la sala.
***
Walburga y Abraxas miraron sorprendidos a su amiga cuando escucharon una pequeña explosión. Observaron como Valerie se levantó con el cuerpo tensó y le pedía permiso al profesor para retirarse a la enfermería. Los dos se la quedaron mirando, pero ella abandonó la sala sin siquiera dirigirles la mirada.
- Ve a acompañarla – le dijo rápidamente en un susurro Walburga a Malfoy.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- No creo que se sienta mal. Algo debió haberle dicho o hecho Riddle. Algo no está bien, solo míralo – los dos observaron al mago que estaba con la mirada perdía, el cuerpo tenso y los ojos bien abiertos. Jamás lo había visto tan desorientado y Malfoy se puso de pie rápidamente.
- Apresúrate – le dijo en un susurro la bruja.
Malfoy se dirigió donde el profesor y le expresó su preocupación por su compañera y le pidió si podía acompañarla a la enfermería.
- Oh señor Malfoy, que caballero es usted con la joven Deanoff – le dijo Slughorn con una mirada de picardía.
- Solo quiero cerciorarme que este bien – se limitó a responder de manera humilde, tratando de esconder la incomodidad que tenía ante las especulaciones del profesor.
- ¡Vaya, vaya! – le dijo Slughorn moviendo su mano mientras le sonreía y le guiñaba un ojo – Asegúrese que su compañera descanse –
El rubio abandonó la sala rápidamente y se dirigió corriendo hacia la enfermería, pero cuando iba camino hacia allá vio a Valerie ir hacia las escaleras de la torre. Sorprendido se giró y la siguió lo más rápido que pudo.
Al llegar al final de las escaleras no sabía a donde dirigirse por lo que camino lentamente mirando a su alrededor. De pronto, escuchó como una puerta se abría al final del corredor y fue hasta allá, cual sería su sorpresa al darse cuenta de lo que vio. Deanoff estaba parada en el borde del balcón mirando hacia el vacío. Malfoy sin vacilar corrió hacia a ella y tomándola del brazo la tiró contra si mientras le gritaba - ¡¡¿¿ESTAS LOCA??!! –
Ella no opuso resistencia y dejo que el rubio la sentara en el suelo, apoyó su espalda contra la pared mientras miraba el piso.
- ¿¡En qué demonios estabas pensando Deanoff!? – ella no le respondió.
Abraxas apretó los puños, furioso y suspiró para tranquilizarse, después se agachó y con su mano suavemente le levantó la cabeza a Valerie para que lo mirara, se topó con unos ojos vacíos de emoción.
- No vuelvas a hacer algo así.
- ¿Qué te importa?
Malfoy abrió los ojos sorprendido ante su comentario y se enfureció - ¿Encuentras que esto es chistoso? No me parece sensato que andes jugando con tu vida, debería importarte más. No quiero que vuelvas a hacer algo así nunca más. ¿Me entendiste?
- Ni que te importara lo que hago – le respondió ella sin mirarlo.
Abraxas estaba furioso, si había algo que detestaba es que juzgaran sus acciones y que personas valiosas perdieran su potencial – No sé qué mierda te habrá dicho Riddle, pero soy una persona bastante fiel, en especial con aquellos que me cuidan la espalda. Suelo valorar tremendamente la fidelidad y el respeto por lo que, por respeto a ti no te insultaré. Ten claro, que no dejo que mis amistades cometan actos estúpidos. Creí que eras una persona más inteligente Deanoff, espero no haberme equivocado – ella lo miró sorprendida por sus palabras y bajó la cabeza avergonzada.
Malfoy era un mago de palabra y sobre todo fiel, fidelidad con quienes lo apoyaban y estaban con él. Riddle había intentado jugar con esa pequeña llama en ella, donde pese a sus años de experiencias todavía seguía anhelando una amistad sincera. Estaba harta de sentirse sola en el mundo y no poder contar con alguien en quien confiar.
El rubio, al ver que ella se avergonzaba suspiró, se sentó al lado de ella y la atrajo hacia él, dejó que apoyara su cabeza en su hombro y la abrazó con un brazo.
- Prométeme que no volverás a hacer una tontera como esa.
- No iba a hacer ninguna tontería – le respondió ella en un susurro.
- Que así sea. Eres una persona muy bella y con mucho talento como para desperdiciarlo.
Ella rio tímidamente, no sabía por qué, pero las acciones y la preocupación de Malfoy le habían llenado mucho. Se había sentido perdida y furiosa, furiosa como no lo había estado hace años. Ese maldito mago oscuro sacaba lo peor de ella.
- ¿Estas mejor? ¿Necesitas algo? Puedes contarme lo que sucedió, si quieres – le dijo el rubio acariciándole la cabeza con sus dedos.
Valerie suspiró – Es Riddle, sabe que tecla tocar para sacar lo peor de mí. Hay temas que pensé tenia superados, pero parece que no es así.
Malfoy asintió mientras Valerie se alejaba un poco de él lentamente, apoyaba su espalda contra la pared y miraba hacia el cielo.
- Él es un experto en esas cosas, te recomiendo que no caigas, de esa forma el ganará. Aunque debo admitir que la cara de estupefacción que tenía cuando te fuiste de la sala fue increíble, jamás lo había visto así.
- ¿Eso es algo bueno?
- No lo sé... Nada bueno viene con el – se limitó a responder Abraxas encogiéndose de hombros – ¿Fue por lo de tu cicatriz? ¿Trato de indagar sobre eso?
Valerie se limitó a asentir.
- Me lo imaginé. Es un mago muy perspicaz, pero también sumamente curioso, demasiado para mi gusto. No duda en querer saber todo, es mejor guardar cierta distancia con él. Tu pasado mantenlo lejos de sus narices o lo tendrás encima de ti todo el tiempo... Dudo que quieras eso.
Valerie miró sorprendida a su amigo, no pensaba que fuera tan observador, pero todo lo que decía era verdad. Riddle sabia como hacerla explotar, jamás se había topado con una persona que supiera como sacar lo peor de ella, tocar aquellas teclas sensibles de su pasado y revivir sus peores experiencias... No... Se mentía, conocía a otra persona así, pero esperaba no tener que volver a verla nunca.
Malfoy la miró con intensidad - ¿Estas más tranquila? – Ella suspiró y asintió – Me alegro, no dejemos que ese mago nos gane – le dijo mientras le guiñaba el ojo.
Valerie le sonrió tímidamente y sin penarlo se llevó su mano hacia su fea cicatriz, pero para su sorpresa Abraxas le tomó la mano y lentamente la alejó de su cuello.
- Sé que hay cosas que no queremos recordar, mejor dejémoslo así. No dejes que la curiosidad de Riddle lo reviva.
- Es algo que siempre va a estar conmigo, por más que trate de olvidarlo. Me define en quien soy – dijo Valerie mas para sí misma.
- Algunas cosas nos marcan por siempre, pero no nos hace mejores o peores personas. El pasado ya está hecho, vive el presente.
Valerie lo miró con ternura y en un impulso lo abrazó con fuerza, el rubio sorprendido se demoró un poco en responderle el abrazo, pero lo hizo con gusto.
- Es una herida de guerra – le dijo Valerie cuando se separaron, Abraxas la observó sin entender – Mi cicatriz, es una herida de guerra – volvió a decir ella mientras se quitaba el pelo del cuello y se la mostraba – Fue hecha con magia negra y es imposible de borrar. Trate de hacerlo varias veces, pero eso solo empeoró su forma. Trato de no acordarme que la tengo, el problema es que todavía tiene algo de magia en ella, pero yo ya no lo siento.
- ¿Cómo que todavía tiene magia en ella? – le preguntó sorprendido el rubio.
- Tócala.
Malfoy la observó sin moverse, pero la mirada tranquila de Valerie lo llevó a hacerlo. Estiró su mano y con un dedo tocó suavemente la cicatriz. Comenzó a bajar su dedo desde la oreja hacia el cuello, pero cuando llegó al medio de la cicatriz una descarga llenó su cuerpo y alejó su mano sorprendido. Sintió como una oscura fuerza subía por su columna y lo dejaba sin respiración para luego desaparecer.
- ¿Qué fue lo que te hicieron? – Valerie se encogió de hombros y negó con la cabeza. Malfoy después se sintió mal por haber preguntado, pero la tranquilidad en la mirada de su amiga lo relajó.
Ambos miraron el cielo en silencio, después Valerie tomó la mano del rubio y entrelazó sus dedos con los de él y en un susurro le dijo – Gracias.
El corazón de Malfoy se aceleró sin saber por qué, él no podía ser orgulloso, no podía ser una serpiente con ella, no entendía como, pero ella sacaba una faceta nueva en él. Le sonrió y le dedicó uno de sus conocidos guiños coquetos.
***
Walburga estaba esperándolos cuando fue la hora de comer en la entrada del gran comedor. Tenía el cuerpo tenso por la preocupación, pero al ver a los dos llegar se relajó, su amiga se veía tranquila.
Cuando Valerie estuvo frente a ella, se le acercó y para sorpresa de la nueva alumna la abrazó. Ambas se miraron y Valerie le sonrió comprendiendo. Walburga no era de aquellas personas que supieran que decir, para eso había enviado a Malfoy, ella era de pocas palabras y más de acciones. Su preocupación era sincera y se alegraba que Abraxas hubiera podido animar a su amiga. Al igual que el rubio, ella admiraba a Valerie por su inteligencia y al mismo tiempo, valoraba también la fidelidad, pero más que nada la compresión. La nueva alumna no la juzgaba como todas las serpientes que la rodeaban, la respetaba y la comprendía en tantas cosas sin que tuvieran que conversarlas. Ella no se lo había dicho, pero sabía que Valerie se daba cuenta de cuanto la estimaba.
Luego, los tres entraron al gran comedor y como llevaban haciendo desde que llegó Valerie se sentaron juntos para compartir la comida.