Al día siguiente Valerie bajó sola a tomar desayuno. Como siempre era la primera en estar de pie ya que no soportaba estar echada en una cama haciendo nada. Sin embargo, sus pensamientos estaban centrados en el hecho de que cuando regresó del bosque prohibido, bien entrada la noche, no se encontró con Walburga durmiendo en su cama.
Cuando ingresó al gran comedor se percató que era la primera de los alumnos en llegar, por lo que caminó tranquilamente a su mesa y se dispuso a desayunar llenando rápidamente su copa con su "liquido especial".
Varios minutos después los alumnos comenzaron a entrar, pero ni Malfoy ni Walburga dieron señales de su presencia. Cuando quedaban ya pocos minutos para que terminara el desayuno ambos aparecieron y la vampira los miró sorprendida. Bruja y mago tenían unas enormes ojeras negras y caminaban tratando de disimular las muecas de dolor que los acompañaba en cada paso.
Tomaron asiento frente a Valerie y se limitaron a mover la cabeza a modo de saludo. La vampira se sorprendió de no ver la característica sonrisa de Malfoy como todas las mañanas, sin embargo prefirió guardar silencio y esperar a que ellos dijeran algo, pero ambos se dedicaron a comer rápidamente sin decir nada.
Finalmente, cuando mago y bruja terminaron de tragar su desayuno Valerie no pudo aguantar más y les preguntó qué les ocurría. Walburga tensó el cuerpo asustada y negó con la cabeza sin decir nada.
— No queremos hablar de eso ahora — se limitó a responder Abraxas sin dirigirle la mirada.
La vampira los observó preocupada y no pudo evitar preguntarles — ¿Algo en que pueda ayudarlos?
Walburga negó con la cabeza y Malfoy le regaló una pequeña sonrisa — Quédate tranquila, estaremos bien.
Valerie asintió no muy confiada, pero prefirió respetar su decisión y no los cuestionó, sin embargo no puedo evitar sentirse media desplazada, ella les había contado ayer que le ocurría, pero tal vez ellos simplemente no querían hablar del tema.
Dicha sensación era muy extraña para ella, no se había sentido parte de un grupo de personas o generado un lazo de amistad hace varios años. Finalmente, los tres se pusieron de pie para dirigirse a su clase de historia de la magia.
Durante la clase, la vampira no pudo evitar estudiar a Abraxas y Walburga con preocupación, ninguno de los dos dijo algo, sino que simplemente se limitaron a prestar atención y tratar de disimular sus rostros de dolor.
A su vez, Valerie se percató que varios de los seguidores de Riddle tenían gruesas ojeras y más de alguno se tocaba el cuerpo con gestos de sufrimiento. Ella no había visto al joven Riddle durante la mañana y tampoco pensaba buscarlo con la mirada durante la clase, prefería evitarlo ya que estaba preocupada por Walburga y Malfoy.
Cuando el profesor terminó de recitar las instrucciones del próximo ensayo que debían entregar la semana siguiente, la vampira escuchó como Abraxas dejó escapar un largo suspiro y la observó. Ella le regaló una sonrisa de apoyo y sin pensarlo le acarició con suavidad la mano. El rubio se la quedó mirando sorprendido y una mueca alegre cruzó sus labios. Luego ambos se levantaron y, tras esperar a que Walburga guardara sus cosas, los tres abandonaron el salón camino a su siguiente clase: Defensa Contra las Artes Oscuras.
Mientras que el trio caminó en silencio por el pasillo, la vampira notó como la tensión en el cuerpo del mago y la bruja comenzó a a desaparecer lo que la dejó un poco más tranquila.
Al llegar al aula, los tres tomaron asiento juntos. Abraxas quedó en medio de ambas chicas y, mientras esperaban que llegara la profesora, el mago se acercó sutilmente a Valerie y le dijo — Perdóname, no quiero tenerte preocupada, pero ahora no es el mejor momento ni lugar para contarte que fue lo que pasó.
La vampira asintió levemente — Mientras sepa que ustedes están bien, me quedo tranquila — y le sonrió.
Abraxas clavó sus orbes grises en su rostro, tomó la mano de la vampira y entrelazó sus dedos con los de ella para dedicarle una mueca coqueta — Estoy de maravilla, siempre que estés de mi lado — Valerie rodó los ojos y rio por lo bajo, ahora el rubio volvía a actuar con normalidad.
Malfoy la observó reír y relajó un poco le cuerpo mientras continuaba con sus manos entrelazadas. Notó que su piel era suave y estaba un poco fría, por lo que sin pensarlo comenzó a hacerle caricias con los dedos. Valerie levantó una ceja con una expresión de cuestionamiento en el rostro, pero el mago no se inmutó, la verdad era que se sentía mucho más relajado sosteniendo su mano.
Se sorprendió de sus propios pensamientos e intentando no demostrar su turbación le guiñó un ojo a la vampira y le soltó suavemente la mano. Al mismo tiempo, Walburga que había observado en silencio el actuar de su amigo sonrió para sus adentros, el rubio parecía no saber en lo que se estaba metiendo.
De pronto, las puertas se abrieron e ingresó la profesora Galatea Merrythought. Tras un saludo general, la profesora comenzó la clase hablando sobre los hechizos aturdidores y de desarme, a lo que varios alumnos, que ya sabían de la materia, dejaron inmediatamente de prestar atención.
— He de imaginar que muchos de ustedes creen que estoy hablando de meros hechizos que cualquier joven de primer estaría aprendiendo, sin embargo creo que ustedes no son capaces de dimensionar como manejarlos correctamente — dijo la profesora con fuerte logrando captar la atención de varios alumnos que se sintieron indignados. — Un hechizo aturdidor tiene más eficacia de la que pueden imaginar, más si logran dotar al hechizo de mayor fuerza y efectividad — continuó hablando la profesora mientras daba varios pasos por la sala. — ¡Efectividad señores y señoritas! ¿Alguno sabe cómo podemos lograr eso? — tres manos se alzaron rápidamente: las de Riddle, Deanoff y Malfoy.
— ¿Señor Riddle? — la profesora optó por darle la oportunidad a su mejor alumno.
— Practicando el hechizo hasta manejarlo de manera perfecta.
— Es una respuesta acertada, pero no del todo correcta. No me refiero precisamente a eso, señor Riddle — luego miró a Abraxas. — ¿Señor Malfoy?
— Realizando el hechizo de manera no verbal.
— ¿Cómo así? — le preguntó con falso desconocimiento la profesora mientras sonreía.
— Un hechizo aturdidor tendría una mayor eficacia si se logra realizar de manera no verbal. A simple vista se puede tildar como un encantamiento demasiado simple, al igual que un hechizo de desarme, pero ambos realizados de manera no verbal pueden ser muy eficaces a la hora de querer defenderse.
— ¡Excelente, señor Malfoy! Veinte puntos para slytherin.
Valerie miró de reojo a Malfoy y le guiñó el ojo, el rubio se encogió de hombros con una sonrisa altiva.
— Ahora bien — continúo la profesora. — La realización de hechizos no verbales requiere de mucha practica y concentración, como también de una buena postura y rapidez. Haremos un pequeño ejemplo y ya la próxima clase comenzaremos a ponerlo en práctica... ¿Algún voluntario de slytherin que quiera intentarlo? — solo Riddle levantó la mano de manera tranquila. — Oh señor Riddle, no dudo de usted ni de sus capacidades, pero tal vez quisiéramos darle la oportunidad a otro de sus compañeros por esta ocasión. ¿Alguien más se quiere ofrecer? — nadie levantó la mano.
La profesora no se intimidó ante la poca participación y se acercó hacia las mesas donde se sentaban los alumnos de slytherin — Ante tantas manos alzadas — replicó con ironía. — ¿Qué le parece si lo intenta usted señorita Deanoff? — la bruja se quedó mirando a la vampira con una mueca de satisfacción, ante lo que Valerie asintió y se puso de pie.
— Muy bien, póngase por aquí por favor — le señaló la profesora el pequeño estrado que había a la derecha de la pizarra. — Ahora, ¿algún voluntario de gryffindor?
Mientras Valerie caminó hacia la esquina derecha no logró ver quienes levantaron la mano hasta que oyó a la profesora decir — ¡Oh maravilloso señor Weasley! Por favor, adelante, póngase frente a su compañera en el mismo lugar.
Valerie sonrió para sus adentros, no le sorprendía para nada que el pelirrojo se hubiera ofrecido. Se giró y clavó sus oscuras orbes en el rostro del pelirrojo sin mostrar ninguna expresión en su rostro. Weasley le dedicó una sonrisa socarrona.
— A continuación, ambos arriba del estrado por favor y saquen sus varitas — les ordenó la profesora.
Mientras lo hacían, varios alumnos se inclinaron hacia adelante en sus mesas interesados. Casi la mayoría estaba al tanto de como la nueva alumna de slytherin hechizó a Weasley, por lo que sabían que el ejercicio iba a ser bastante interesante.
— Perfecto — continúo la profesora cuando ambos alumnos estuvieron en sus posiciones y con sus respectivas varitas en mano. — Lo siguiente que quiero que hagan es tratar de desarmar a su oponente de manera no verbal, pero claramente eso no sería demasiado real, por lo que les está permitido atacar a su oponente. — Weasley sonrió con maldad. — Solo podrán utilizar hechizos simples, nada que pueda dañarlos seriamente ¿quedó claro? — ambos asintieron. — Entonces a la cuenta de tres alcen sus varitas. 1... 2... ¡3!
Weasley no perdió el tiempo — ¡Depulso!
Valerie, que estaba preparada se limitó a moverse hacía un lado sin siquiera mover su varita para defenderse. El pelirrojo abrió los ojos sorprendido por su ágil reflejo y ella le dedicó una mueca burlona.
— ¡Desmayus! — gritó Weasley, pero nuevamente la vampira solo esquivó el hechizo sin mover su varita.
Todos observaron anonadados a la nueva alumna por sus increíbles reflejos y varios compañeros de la casa de slytherin comenzaron a reírse, lo que aumentó la rabia de Weasley —¡Everte Statum! ¡Depulso!
Ante el último hechizo Valerie por fin levantó su varita y dijo — Protego — Un escudo se formó rápidamente y con fuerza detuvo el ataque. Nuevamente le dedicó una mueca burlona al pelirrojo, el furioso gritó — ¡Bombarda!
La profesora iba a replicar y trató de detenerlo, pero el hechizo voló rápidamente en dirección a la vampira. Ella, sin embargo, no se inmutó y sin dudarlo se protegió con un enorme escudo que desvió el encantamiento. Weasley la observó perplejo, sus reflejos eran absolutamente impresionantes.
Fue entonces que Valerie se puso en posición de ataque — Mi turno — y comenzó a avanzar hacia Weasley moviendo su varita con rapidez. El pelirrojo se percató que estaba siendo atacado con hechizos no verbales y gritó levemente desesperado — ¡Protego! — un escudo se formó frente a él, pero aquello no detuvo el avance de la vampira, quien simplemente atravesó las defensas del mago como si no existieran.
Todos los presentes quedaron sorprendidos cuando la vampira atravesó la defensa de su contrincante sin dificultad. Cuando Valerie estuvo a menos de un metro del pelirrojo le sonrió con malicia, agitó su varita y Weasley salió volando hacia atrás cayendo estrepitosamente contra el suelo. Valerie le apuntó con su varita y todos, absortos, vieron como ella movió su mano y la varita de Weasley salió volando lejos de su dueño.
El silencio reinó por unos segundos hasta que la profesora interrumpió aplaudiendo, satisfecha — ¡Muy bien hecho, señorita Deanoff! Parece que subestimé sus habilidades y se maneja a la perfección con los encantamientos no verbales — la vampira inclinó la cabeza a modo de agradecimiento y se dirigió a su asiento.
Weasley se levantó como pudo, molesto, y la profesora le dijo — Señor Weasley, debo decir que su rapidez con los hechizos fue bastante impresionante, pero cuando digo que no sean encantamientos que puedan dañar al contrincante parece que usted no entendió. Vaya a tomar asiento rápidamente, todavía debe practicar para lograr realizar hechizos verbales — el aludido tomó su varita y se fue a sentar, furioso por su derrota.
Por otro lado, cuando Valerie tomó asiento Walburga y Abraxas la miraron asombrados.
— ¡Eso fue impresionante! — le dijo Walburga con una pequeña sonrisa.
— Gracias — Valerie le devolvió la sonrisa.
La bruja le guiñó el ojo y se concentró en las explicaciones que estaba dando la profesora.
— Debo decir — le dijo en un susurro Malfoy cuando estuvo a su lado. — Que eso fue más que asombroso. Le diste nuevamente una paliza a ese pelirrojo. ¿Dónde aprendiste a pelear así?
La vampira se encogió de hombros — Fue la necesidad de saber defenderse.
El rubio alzó una ceja y creyó que había un tema sensible para ella, por lo que se le acercó disimuladamente, tomó su mano con delicadeza y con su dedo gordo comenzó a acariciarle los nudillos. — Menos mal que nos llevamos bien, no quisiera tenerte como enemiga — y le dedicó una sonrisa coqueta.
Valerie rio con disimulo y suavemente retiró su mano. Abraxas parecía siempre saber como hacerla reír, pero sus recientes muestras de afecto la ponían un poco tensa e incomoda. Con los años había dejado de confiar fácilmente en las personas que la rodeaban y no toleraba que se le acercaran y menos incluso que la tocaran. Pese a eso, comprendió para su sorpresa que Malfoy no tenía malas intenciones, sin embargo sus reacciones eran automáticas.
Finalmente, tras un entretenido repaso la profesora les recordó que la próxima semana practicarían en pareja hechizos no verbales y dio por terminada la clase. Animados, Walburga, Abraxas y Valerie se levantaron para abandonar el salón.
— ¿Les parece que empecemos el ensayo de historia de la magia? — les preguntó Valerie mientras cargaba su mochila.
Walburga dejó escapar un suspiro divertido — ¡Tan aplicada que eres!
— Si te soy sincero... Prefiero empezar mañana, creo que necesito descansar un poco y en la tarde tengo entrenamiento de quidditch — respondió Malfoy rascándose el rostro.
— Yo también quiero descansar — añadió Walburga con un bostezo.
— Vayan a descansar entonces, se nota que lo necesitan — Valerie los miró con afecto.
Walburga asintió y bostezando nuevamente se despidió para dirigirse a la sala común.
— No te olvides de lo que quedamos — le dijo Malfoy antes de retirarse.
— ¿Qué cosa?
— La próxima semana tendremos la prueba para el equipo de quidditch y quede en enseñarte a volar — el rubio le sonrió con picardía.
— ¡Oh vamos Abraxas! ¿Es en serio?
— ¡Por supuesto! No te libraras de esta — y agitó su mano a modo de despedida.
Valerie puso los ojos en blanco, Abraxas a veces podía ser bastante insistente, se acomodó su bolso y se encaminó a la biblioteca.
***
Tom Riddle se mantuvo en silencio durante todo el desayuno. La reunión de la noche anterior no se desarrolló como él había planeado debido a que su mal humor perduró toda la noche, por ende, su tolerancia se vio disminuida al mínimo. No podía soportar el hecho que tenía que enseñarle cosas tan básicas a sus seguidores y limitarse a esperar que sus patéticas cabezas pudieran manejar la información que les entregó.
Mientras todos tomaban desayuno sin decir nada, él no dejó de observar a Deanoff de vez en cuando. Apenas él ingresó al comedor la vio sentada en la mesa como si nada hubiera pasado. No podía creer que ella actuara de manera tan tranquila... ¡Había saltado de la torre más alta del castillo, por Merlín! Y pese a que Riddle sabía que no encontraría nada no puedo evitar buscar en ella alguna herida, pero se encontraba intacta.
Tras la tediosa clase de Historia de la Magia, se dirigió a Defensas Contra las Artes Oscuras donde se llevó varias sorpresas.
En primer lugar, la profesora no lo dejó demostrar el ejercicio, el cual sabía, no poseía de dificultad para él. Como segunda sorpresa, la profesora llamó a Deanoff para que fuera quién pusiera en práctica un encantamiento no verbal y él estaba seguro que la nueva alumna se luciría. ¡Y vaya que tuvo razón!
La destreza que demostró Deanoff lo molestó profundamente, ella era sumamente hábil, poseía un talento y potencial que no podían pasar por alto. ¿Cómo logró que sus reflejos fueran tan rápidos? Esquivó todos los ataques sin necesitar defenderse. Sin embargo, su actitud y posición al momento de atacar fue completamente distinta, atacó a Weasley sin piedad y atravesó su patético intento de escudo para vencerlo de la manera más simple posible.
Cuando la vampira se retiró a su puesto tras su victoria, Riddle cerró los puños furioso. Las cosas no iban a quedarse así, ya no necesitaba más argumentos para saber que tenía frente a él una mina de oro.
La quebraría, sacaría el oro y después, tal vez si servía de algo, la utilizaría.
***
Valeria caminó tranquilamente hacia la biblioteca, cuando de pronto sintió un hechizo que voló hacia ella por su espalda. Se agachó y el encantamiento pasó sobre ella. Quiso levantarse para girarse, pero apenas se puso de pie fue empujada contra la pared y una varita se clavó en su cuello de manera amenazante.
— Hola Riddle — la vampira no se movió mientras el joven mago la miró con malvada satisfacción.
— Deanoff.
— ¿Alguna razón en particular por la que hayas tenido que atacarme?
— Pensé que serias más rápida — le respondió Riddle con burla. — Después de tu pequeña demostración en clases.
— Al menos esquivé el hechizo que me lanzaste, bastante pobre debo decir. Un mago como tu, atacando a alguien por la espalda... Hubiera esperado algo mejor.
Riddle apretó más su varita contra su cuello, iracundo —Cierra la boca.
—¿O qué?
— No eres la persona más inteligente cuando esta acorralada e indefensa — le escupió Riddle con desprecio.
— ¿Quién dijo que estoy indefensa? — le cuestionó Valerie y le regaló una sonrisa coqueta.
El mago la tomó del cuello con su mano libre y la apretó más contra la pared — Me tienes harto Deanoff, tus patéticas burlas y tu mera presencia me molestan. Sé quién eres.
Y yo también se quién eres y lo que intentas ocultar, Tom Riddle .
Riddle tensó el cuerpo aún más molesto. —¡Cállate! No estoy aquí para hablar sobre mi... En cambio tu, sé que eres descendiente de la familia Deanoff proveniente de Rumania. Se que posees conocimientos de magia superiores a los demás y me los vas a dar. Quiero que me entregues todos lo que sabes sobre magia negra.
Valerie alzó una ceja y no pudo evitar soltar una fuerte carcajada. Sabía que si Dumbledore había sido capaz de encontrar información sobre la descendia de su familia, Riddle también lo haría. — Eres un mestizo patético, nunca te conformaras con nada de lo que hagas, siempre encontraras que es insuficiente, porque eso es lo que eres.
Y en ese momento Riddle perdió el control. El odio que venía acarreando por año inundó su cuerpo y lo dejó salir. El odio hacia todas esas personas que lo juzgaron al momento de llegar a Hogwarts, pero que después comprendió que eran inferiores a él. Cuando descubrió quién era y decidió convertirse en el mago más poderoso del mundo.
Aborrecía a todos quienes eran menos que él hasta que conoció a Valerie Deanoff. Se topó con alguien diferente, una bruja muy poderosa, inteligente y astuta, sin embargo Deanoff era igual o peor que los demás. Ella creía saber quién era y que por ello podía juzgarlo, pero él no dejaría que por eso una fuente de conocimientos sus planes y el poder que tenía se perdieran por su presencia.
Su magia se remeció en su interior, inquieta, desesperada por salir de su cuerpo y las cosas a su alrededor comenzaron a temblar.
Valerie ahogó quejido de sorpresa cuando toda esa magia la aprisionó, era impresionante. Riddle era más poderoso de lo que jamás hubiera esperado ¡todo un potencial! Sintió como la magia apretó su cuerpo cuando, abruptamente, la olió.
La magia pura de Riddle, su centro de poder, su sangre mágica... Su garganta se contrajo de la excitación. ¡Jamás había olido una sangre tan deliciosa como esa!
El cuerpo de Valerie se tensó mientras que Riddle continuó sin control y ella se vio cada vez más tentada a dejarse llevar por ese olor. Observó el cuerpo del joven mago, tan cerca suyo y se relamió los labios, sedienta. Valerie notó como su autocontrol disminuyó y sin poder evitarlo se dejó llevar, ese olor la llamó poderosamente y no pudo negarse.
De pronto, Riddle la observó con odio y ella aprovechó para tomar su camisa y con una fuerza sobrenatural giró sobre sus pies y encerró a Riddle entre la pared y su cuerpo. El mago sorprendido no opuso resistencia, Valerie acercó rápidamente su boca a su cuello y rodeo la cabeza del mago con sus brazos.
Riddle tensó el cuerpo furioso y creyó que nuevamente la bruja quería burlarse de él, coqueteándole. Su enojo hizo vibrar su magia lo que separó a Valerie de él. Sin dudarlo, la tomó del cuello y volvió a arrinconarla contra la pared. La vampira abrió los ojos sorprendida y se dio cuenta que volvía a tener el control sobre su cuerpo, pero solo por unos segundos.
— Riddle, por favor, tu magia...
El mago la miró asombrado y se percató de que había liberado toda su magia y oprimía con ella a la nueva alumna. Sonrió con maldad, le gusto verla así, arrinconada y suplicando. Apretó más el cuerpo de la bruja contra la pared con su magia y ella no pudo evitar soltar un gruñido grave.
Valerie estaba desesperada, tenía que salir de ahí, pero la fuerza de la magia de Riddle la tenía atrapada, no podía perder el control o podría matarlo, pero tampoco podía resistir más ante ese olor.
Vio como Riddle la observó con odio y con una sonrisa maligna en su rostro. Sin pensarlo y antes de perder el control la vampira se lanzó hacia él, le tomó la cara y le plantó un fuerte beso en los labios. Riddle se tambaleó sorprendido y su magia dejó de vibrar por unos segundos, los cuales Valerie aprovechó para acercar su rostro más al de él y continúo besándolo, mordiendo los labios del mago.
La magia de Riddle comenzó a tranquilizarse y lentamente los encerró a los dos. Sin pensarlo rodeó la cintura de la vampira y apretó su cuerpo contra el de ella, siendo él que ahora comenzó a besarla con desesperación. La magia de Riddle los tenía a ambos completamente rodeados y el mago volvió a arrinconar el cuerpo de Valerie contra la pared mientras la besaba.
La vampira sorprendida abrió los ojos cuando sintió la pared en su espalda y empujó a Riddle fuertemente al darse cuenta que su magia se había controlado. El aludido se tambaleó anonadado y ella salió corriendo dejándolo solo.
La vampira no entendía porque había hecho semejante cosa y menos como había funcionado, pero con esa distracción evito perder el control. Se tocó los labios mientras corría y suspiró asqueada, esto claramente no estaba en sus planes y menos que el mago le respondiera con tanta ferocidad. Molesta se dirigió rápidamente hacia la única persona con quien podía hablar sobre lo sucedido.
Mientras tanto, Riddle se quedó mirando por donde Deanoff había desaparecido corriendo, respiró agitadamente y se llevó una mano a la boca para cerciorarse que lo que acaba de pasar no era producto de su imaginación. ¿Por qué ella lo había besado? Pero sobre todo ¿Por qué él había respondido?
La ferocidad con la que ella lo comenzó a besar lo descontroló, no entendía por qué, nadie provocaba esas reacciones en él. Sonrió con maldad y se relamió los labios, no pensaba darle más vueltas al asunto, pero definitivamente las cosas con Deanoff se estaban poniendo cada vez más interesantes.