La última semana era la peor experiencia que Alec había tenido en el colegio hasta ahora. En su ingenuidad había pensado que con toda la lectura y el estudio que había estado haciendo, estaba listo para todo, pero la verdad era que no podía haber estado más equivocado. Su primer examen había sido un desastre y aunque estaba seguro de que al menos sacaría una C, no era la calificación a la que estaba acostumbrado. Siempre había sido un chico de A+.
– Deberías estar celebrando, Alexander, – dijo Magnus, entrando a la habitación. – Soy oficialmente un hombre muerto. Finalmente te deshacer de mi, – anunció.
Ale pretendió, como siempre, ignorarle.
– Te doy mi consentimiento para hacer una fiesta en vez de mi funeral. Odio los funerales, me hacen sentir triste, pero después de el examen de hoy, estoy seguro que no lo lograré. Soy hombre muerto. Odio construcciones técnicas. – dijo un poco cabizbajo.
Alec quería darle una respuesta sarcástica o burlase de él, pero no pudo. Primero porque Magnus realmente se veía preocupado por su futuro y segundo, porque Alec estaba probablemente del mismo humor. – A mi tampoco me está yendo bien. – Confesó.
– ¿De verdad? – preguntó Magnus sorprendido. – Pero ¿porqué? Quiero decir, siempre estás estudiando, no que sea algo malo. Al contrario, eres la persona más inteligente a mi alrededor. Deberías ser capaz de pasar lo exámenes con los ojos cerrados. –
Alec se sonrojó. Eso había sido definitivamente un cumplido y no quería pensar en ello demasiado, pero le hiso sentir algo gracioso en su estomago. – Bueno, aparentemente no lo soy. –
– Aun creo que lo eres. ¿Cuántos exámenes te faltan? – Magnus preguntó casual. Se acababa de sentar con sus piernas cruzadas en su cama, mirándome de frente. Tenia una sonrisa amable en sus labios y Alec no pudo evitar recordar los primeros días en que se conocieron. Se habían sentado en la misma posición y hablado por horas y horas.
– Cuatro...–
– ¡Ha! ¡Cinco! ¡Yo gano! – dijo Magnus con una sonrisa radiante. – Estoy tomando una clase extra. –
Alec sonrió de vuelta, rápidamente volteando la vista. Esa era la primera vez, desde su primer semana, que estaban teniendo una conversación decente.
– El campus entero está volviéndose loco. Intenté ir a la biblioteca y esta llenísima. Supongo que todos subestimamos lo difíciles que iban a estar los finales. Encontré a dos chicos y cinco chicas llorando como bebes, mientras venía hacia acá. – dijo Magnus.
Alec no sabía que decir, afortunadamente Magnus parecía no dejar de querer hablar. – Una vez vi un video llamado "estudia menos, estudia inteligentemente" de un psicólogo e intente llevarlo a la práctica, pero no funcionó de la forma que quería. Supongo que tendré que intentarlo más si quiero pasar los exámenes. –
– Hice un plan de estudios y tampoco me funcionó, así que supongo que ambos debemos de intentarlo más. –
Magnus sonrió. – Quizá podríamos, no lo se, podríamos....– Magnus estaba diciendo cuando la puerta se abrió de un portazo y entró una chica.
Era Camille.
– La puerta está por una razón ¿lo sabes? – le dijo Magnus.
– No seas así, – le dijo sintiéndose como en su casa. – Necesito tu ayuda. –
– Déjame adivinar... finalmente te diste cuenta que no es solo un show de moda y que de hecho, tienes que estudiar para los exámenes. – dijo Magnus sarcásticamente. Alec no pudo evitar la risita que se escapó entre sus labios. Eso había sido divertido.
– ¿Qué es tan gracioso, Lightwood? –preguntó Camille.
Alec solo levantó las manos en derrota, no quería iniciar una pelea con Camille. Desde su encuentro en la biblioteca ella había mantenido su distancia, pero la hostilidad seguía ahí, así que mejor no arriesgarse. Además, no estaba de humor.
– Y si, querido, – continuó ignorando a Alec y centrándose en Magnus de nuevo. – Necesito tu ayuda para estudiar. ¿podríamos estudiar juntos? –
Alec sintió los ojos de Magnus sobre el, pero pretendió que no lo notó y siguió haciendo notas para su próximo examen. Sabia que Magnus y Camille eran ambos estudiantes de diseño de modas, así que tenían casi todas sus clases iguales.
– Bien...– dijo Magnus con un suspiro. – Pero me comprarás la comida. –
Alec notó que Magnus sonó un poco resignado.
– Si, como sea... entonces ¿podemos comenzar? – preguntó, tomando unos libros de la estantería de Magnus.
– Mmm, no vamos a estudiar aquí, – anunció Magnus.
– ¿Por qué no? – preguntó y Alec levantó la mirada de su libro. Curioso de saber el porque.
– Porque Alexander también está estudiando y ambos no pueden estar en la misma habitación sin intentar matarse. Vamos a tu habitación. Estoy seguro que a Lily no le importará. – dijo Magnus.
– Yo me puedo ir, mejor, – Alec se metió en la conversación. Después de todo, Lily y él eran buenos amigos. Ambos estaban en la misma clase de ingles y aunque al principio fue un poco dura con Alec, terminaron volviéndose buenos amigos.
– Cierto... casi olvido que mi compañera idiota es amigo de ratón de biblioteca, – Camille le dijo a Magnus.
Alec solo la ignoró y comenzó a juntar sus cosas.
– ¿Estás seguro, Alexander? – preguntó Magnus.
Alec asintió. – Necesito un poco de aire, – dijo sin mirarlos, y solo caminando hacia fuera. De verdad necesitaba aire, ya que con ese pequeño encuentro con Magnus se había dado cuenta de que no podía continuar negándolo. Su hermana había tenido razón. Magnus era más importante para él de lo que se atrevía a admitir.
– ¡Maldición! – soltó. Estaba jodido.
*
Cuando finalmente llegaron los últimos días de finales, Alec estaba completamente exhausto. Había logrado sacar una C en su primer examen, una B en el segundo y una A en el resto de ellos, pero estaba preocupado a muerte por su último examen. Era, hasta ahora, su clase más difícil, y no porque se le dificultaran las lecturas, si no el análisis después de ello, la forma en la que cada persona interpretaba el contenido era completamente subjetiva, y por ello, no había forma de saber si lo que pensabas de cierto texto iba a ser correcto o no.
Alec estaba estudiando con sus amigas Maia y Lily, ambas estudiantes de Ingles como él, para su último examen. Estaban en la habitación de Maia aprovechando que su compañera de cuarto no estaba por ahí.
– ¿Por qué es tan difícil? –preguntó Maia, ojeando las paginas de un libro. – Cuando me inscribí para esto, pensé que solo trataba de leer y escribir ciertas cosas, no prácticamente hacer un análisis científico de un estúpido poema escrito hace más de 200 años. –
Alec se rió. Compartía su opinión. – Bueno, el profesor Peters diría que "analizar el trabajo de alguien más es la forma más sencilla de hacer una crítica constructiva, – dijo Alec, imitando la voz del hombre mayor.
Maia giró los ojos, y continuó leyendo en silencio por un rato hasta que Lily rompió el silencio.
– ¿Van a asistirá la fiesta de fin de curso mañana? – preguntó.
Maia y Alec negaron con la cabeza al mismo tiempo.
– Creo que deberíamos ir, – continuó Lily. – Quiero decir, tenemos que dejar salir el estrés de alguna forma, ¿no? una fiesta sueña como una buena idea, podría ser divertido. –
– Nos van a comer vivos, – dijo Maia. – Esas fiestas están llenas de gente "cool" y mayores, y odio decírtelo mi amiga, pero no somos ninguno de ellos. Somos los novatos de Ingles, ratas de biblioteca... no pertenecemos ahí. –
– Maia tiene razón, – concordó Alec.
– Se que tiene razón, – dijo Lily. – Y eso es exactamente por lo que debemos ir; para probarles a todos que están equivocados y mostrarles que no somos las aburridas criaturas que todos creen. Mostrarles que también podemos divertirnos. –
Maia y Alec la miraron, una y otra vez.
– Escuchen chicos. Puede ser algo bueno. Podemos ir todos como amigos. Maia, tu puedes ser mi pareja y tu Alec, puedes invitar a Lydia. De esa forma, ninguno ira solo y nos podemos divertir todos juntos. –
– Bueno, eso no suena tan mal, ¿qué piensas Alec? – preguntó Maia.
– No lo se... – dijo Alec dudoso. – Las fiestas no son realmente lo mío. –
– Tampoco lo mío, – agregó Lily. – Pero podría ser divertido, y nos merecemos un poco de diversión después de todo el estrés. Juro que esta vida de colegio me va a terminar matando. –
Alec meditó la idea por un segundo. – Okey, bien. Pero nada de tomar. –
– ¿Dónde está la diversión si no tomamos? – se quejó Maia.
– No estamos legalmente autorizados a...– Alec estaba diciendo pero Lily le interrumpió.
– ¿Y? Somos jóvenes Alec. Se supone que somos temerarios y estúpidos. Se que no lo somos, pero ¿podríamos serlo por una noche? –
– ¿Por favor? – rogó Maia.
– Okey, hagan lo que quiera, solo no me fuercen a hacer nada que yo no quiera. –
– ¡Eres el mejor! – exclamó Lily dándole una beso a Alec en la mejilla.
– Deberías mandarle una texto a Lydia y pedirle que nos acompañe. – sugirió Maia.
– Lo haré... cuando termine de estudiar. – dijo Alec.
– No, Alec. Deberías hacerlo ahora. Esto de estudiar nos va a tomar años, – dijo Lily, mandona como siempre.
Alec suspiró y sacó su teléfono, rápidamente mandándole un mensaje a su amiga. Su respuesta fue casi inmediata.
L: Seguro, suena divertido. Los veo mañana.
– Listo, – anunció Alec. – Dijo que si. Ahora, ¿podemos continuar estudiando? –
Maia escogió un poema de del montón de la lista y comenzó a leerlo en voz alta. Cuando Maia terminó de leer el poema, preguntó.
– ¿Entonces? –
– No lo se... – dijo Lily. – Para mi ese poema es solo como un verso de el punto de vista masculino del amor que...–
Alec puso atención como por dos segundos antes de que se diera cuenta de algo. Iba a ir a una fiesta y no tenía idea de que usar. Cada vez que iba a una fiesta en el pasado, su hermana, Izzy, era la que le decía que usar. Y ahora su hermana no estaba con él, y peor aun, ni siquiera había traído ropa decente como para una fiesta. Su entero guardarropa consistía en pantalones negros y sus típicos suéteres viejos.
– ¿Estás bien? – preguntó Maia. – Te fuiste por un segundo. –
– Si, estoy bien. Continua con lo que decías, Lily, que piensas que ¿el poema es una versión masculina del amor? –
– Si, – dijo Lily. – Esta expresado perfectamente, no hay pierde. Campbell no esconde la verdad. La expresa en cada línea que...–
Alec se perdió de nuevo en sus pensamientos y sacó su teléfono. De repente horrorizado por la fiesta, sabiendo que necesitaba ayuda.
A: S.O.S... voy a ir a una fiesta mañana en la noche ¡y no tengo nada que usar!
I: No te preocupes, hermanito mayor. Tu hermana estará mañana después del escuela para salvarte.
Así es como Alec bebe debería reaccionar y defender a su hombre 😢😢
Gracias a todos por leer 😘😘