— ¿La encontraron allá? — Pregunté al grupo de chicos que llegaba.
— No, no saben dónde puede estar y nos han amenazado — Piper se cruzó de brazos —. Tenemos 2 días para encontrarla o habrá consecuencias.
— Vaya — Clarisse abrió los ojos en sorpresa —. Bueno, ¿Hablaste con tu padre, Jackson?
Percy entre cerró sus ojos. — ¿Por qué?
— Porque, quizás, él sí te ayude a buscar a Hallie — Clarisse lo miró obvia.
— Hablaré con él ahora — Percy soltó el aire —. Me va a querer matar, no puedo cuidar ni siquiera a mi hermanita. Dioses, soy un desastre.
Fuimos a la Casa Grande porque Quirón dijo que habláramos ahí con el padre de Percy. El hijo de Poseidón hizo un mensaje Iris esperando a la respuesta de su padre y todos observamos curiosos, porque no creíamos que contestara. Los dioses nunca contestaban, pero esperábamos que con él fuese diferente.
— ¡Percy! ¿Qué sucede? — Poseidón lo miró frunciendo el ceño —. Estoy algo ocupado en este momento.
— Hallie desapareció — Percy habló rápidamente sin pensar.
Poseidón frunció el ceño y abrió la boca en sorpresa. Percy tragó y se alejó unos pasos del mensaje Iris, aunque no podía hacerle daño. Al menos, no a través de los mensajes, quizás luego encontraría la manera de castigar a Percy por perder a su otra hija.
— ¿Cómo que desapareció? ¿De qué hablas, Percy?
— Lleva dos días lejos del campamento y se llevó parte de su ropa — Annabeth contestó por Percy nerviosa —. La hemos buscado por todos lados, incluso en el inframundo, pero no está.
— ¿Dos días? Pero sí... — Se tocó la mandíbula pensando.
— ¡Hey Poseidón! ¿Me tendrás esperando todo el tiempo? Así no es divertido, te lo dije — Habló una voz femenina detrás de él.
— Hallie, dijiste que le habías dicho a Percy que te ibas del campamento unos días — Poseidón le habló a la chica molesto y ella se encogió indiferente.
— No, no dije eso. Yo nunca respondí y tú tomaste mi silencio como afirmación. Tú debiste insistir — Ella rodó los ojos —. ¿Cuál es el problema, de todas maneras?
— ¡Que te he buscado por dos días completos! — Percy le gritó acercándose, enfadado.
Scarlett alzó una ceja. — ¿Y...? Repito, ¿Cuál es el problema? No tengo por qué avisarte a dónde voy o con quién estoy. Eres mi hermano, no mi dueño.
— ¡Hallie! — Poseidón la regañó y ella hizo una mueca —. Debiste decirle a Percy. En eso debo darle la razón a él.
— Si vas a estar de su lado no tengo nada que hacer aquí. De verdad, qué desesperantes son.
La chica salió de la imagen y Poseidón gritó su nombre varias veces, igual que Percy, pero ella no volvía. Poseidón tomó aire y miró a Percy alzando una ceja. Era gracioso presenciar el regaño de Percy y Hallie, quizás lo más cercano a una escena familiar que hubiésemos visto.
— No voy a preguntar qué hiciste para que esté tan enfadada, pero arréglalo — Demandó furioso —. Espera a que vuelva al campamento cuando ella quiera y luego arréglalo.
Hallie POV's
Fui a mi habitación designada por estos días y comencé a guardar mi ropa en el bolso. Había aprendido bastante en estos dos días aquí, sabía más sobre mis poderes y lo que podría hacer con ellos, pero tenía que entrenar con ellos para poder usar todo mi potencial, como con los demás dones que tenía.
Resulta que Percy controla muy bien el agua en todas sus formas, yo puedo, pero no tanto como él. Más sutil podría decir, pero sí puedo controlar terremotos y tormentas. Poseidón se veía como un padre orgulloso la primera vez que intenté uno. Tal como Zeus me miró la primera vez que usé los dones que él me había regalado.
También conocí a Tyson, mi otro hermano. Hablamos mucho y definitivamente está de mi lado, aunque creo que lo hace para que yo no me enfade con él como con Percy y Poseidón, creo que le encuentra razón a Percy, pero mientras no lo diga todo está bien.
— ¿A dónde vas? — Poseidón se puso a mi lado. Rodé los ojos.
— ¿A dónde crees? — Me crucé de brazos —. Lejos de ti.
Poseidón cerró los ojos, exasperado. — Hallie, cielo, deja de escapar de todo. Quiero entablar una relación contigo, eres mi hija. Es lo único que quiero, de verdad.
— No lo parece y tampoco me importa lo que quieras o no. Ya te dije lo que pienso sobre nuestra relación.
Volví a guardar mis últimas prendas y lo escuché exhalar. Realmente no quería ser mala con él, porque él no era para nada como me lo describieron en el Olimpo. De hecho, me agradaba, pero no quería sentir que estaba traicionando de cierta manera a Zeus y todo lo que hizo por mí durante tanto tiempo. Y mientras más tiempo pasaba en su reino, peor era la sensación de traición.
— Probablemente no te importe, pero significas mucho para mí, hija — Susurró, detrás de mí —. Y sé qué crees que te abandoné, pero no es cierto. Siempre estuviste en mis pensamientos, en mis recuerdos. Siempre tengo presente el momento en que tu madre te entregó a mí y me acariciaste con tus manitos pequeñas y me brindaste tu primera sonrisa...
Comencé a sentir lágrimas acumularse en mis ojos, mientras cerraba mi bolso y le daba la espalda. No es justo que me hable así cuando intento odiarlo. La confusión que tenía en mi cabeza ya era suficientemente grande como para que él me diera otro remordimiento del que hacerme cargo. Yo no sabía su parte de la historia y tenía miedo de que al escucharlo, terminara por sentir rencor por las personas que me criaron.
— No sabes lo mucho que sufrí cuando creí que habías muerto, me odié a mí mismo y desee nunca haber conocido a Sally, me habría ahorrado todo ese sufrimiento, pero no podía retroceder — Susurró dolido —. Me quedaba Percy y él era un constante recuerdo de que te había perdido, me costó mucho separar las cosas.
— No hables, por favor, basta... — Supliqué con la voz entrecortada.
— Cuando supe que estabas viva... Hallie, intenté por todos los medios verte, conocerte, escucharte... Te quise todos los días, hija, incluso en esos días en los que ni tú me querías.
Dejé a las lágrimas salir y me di vuelta encontrándome con un preocupado Poseidón. Él no es malo, me recordaba mi subconsciente. Cerré los ojos y caminé hasta chocar con su pecho y rodearlo con mis brazos formando un abrazo, nuestro primer abrazo.
Poseidón me apretó en sus brazos y besó mi frente como lo hacía Percy y volví a sentirme pequeña e insignificante. Extrañaba a Percy y mucho. Sí, se había comportado como un imbécil, pero podíamos arreglarlo si habláramos las cosas.
— Él también te extraña, hija — Susurró en mi oído enternecido —. Ve por él, hablen... se necesitan.
— ¿Puedo volver cuando yo quiera? — Lo miré al separarme con mis ojos llorosos. Él sonrió.
— Puedes volver todas las veces que quieras, es tu hogar también — Acarició mi mejilla con cariño —. Ahora ve al campamento, habla con Percy y aléjate de los problemas.
— Soy una diosa menor, no creo que la última parte sea posible — Sonreí levemente —. Gracias por esto, Poseidón, en serio.
— No me digas Poseidón — Frunció el ceño y yo hice una mueca.
— Lo siento, no me acostumbro a que seas mi padre aún.
Exhaló. — Cuando vea a mi hermano y al resto de los dioses, voy a regañarlos, no deberían hacerte su hija, eres mía.
— ¿Qué puedo decirte? Soy fabulosa, me aman.
Ambos reímos y nos abrazamos la última vez antes de que yo me envolviera en un remolino escuchando el agua en mis oídos y sintiendo la brisa marina, para luego aparecer en el campamento, en medio de todos, llamando la atención.
Caminé con la mirada de todos encima, pero no me importó para nada, debía buscar a Percy. Aunque no sabía qué decirle, de todas maneras no tuve tiempo para pensarlo porque en un segundo tenía a Percy corriendo hacia mí y en el siguiente segundo lo tenía abrazándome fuertemente mientras besaba mi mejilla repetidas veces.
— ¿Estás bien? ¿Pasó algo? ¿Estás enfadada? ¿Comiste? ¿Bebiste algo? ¿Estás herida? ¿Te sientes mal? ¿Quieres dormir? ¿Has dormido algo? ¿Quieres que me aleje? ¿Quieres seguir viviendo conmigo? ¿Te atacaron? — Preguntó sin dejarme responder nada.
— ¡Cállate, Percy, deja que hable ella! — Piper gritó y yo le agradecí la interrupción.
(...)
— Entonces, ¿Qué hiciste con Poseidón? — Preguntó Nico mientras entrenábamos.
— Entrené — Sonreí mientras le daba una estocada —. Te vencí.
— Sólo porque te dejé hacerlo, Jackson — Se levantó del suelo bufando.
Me reí. — Aprende a ser un buen perdedor, di Angelo. Anda vamos a revisar esas heridas. Quiero ver cómo te trata tu médico personal — sonreí —. Creo que sería algo como: "Oh, querido Nico, no puedes volver a hacer viajes sombras en lo que te queda de vida, ni volverás a luchar; ahora podría aprovecharme de ti y decirles a todos en el campamento que necesitas descansar por dos semanas aquí, aunque no sea cierto, ni necesario".
>>En eso llegaría mi hermano con algo de comida que te lanzaría diciendo "¡Claro!, él sí es tu tipo, ¿cierto?". Mientras tanto Annabeth y yo estamos en las sombras sonriendo malévolamente y comiendo palomitas y bebiendo cualquier cosa, encantadas de verlos relacionarse.
— ¿Tomaste café y comiste chocolate? — Preguntó confundido y yo asentí —. Sí, no volverás a juntarte con Leo nunca más. Hablas cosas extrañas después.
— Me alegra volver a hablarte.
— A mí no, honestamente estaba mejor cuando no estabas — Dijo serio quitándome la espada.
— No es cierto, me adoras. Hago tu vida más fácil y mejor — Le saqué la lengua y él rodó los ojos —. Nico, ¿Por qué no me dijiste que habías estado con Will?
Él se tensó notoriamente y me miró sorprendido. Percy y Annabeth lo comentaron anoche mientras hablábamos de cualquier cosa, pero al parecer el azabache no quería que yo supiese. No comprendía el motivo, no es como si yo me fuese a sentir mal porque él estuvo con el hijo de Apolo o lo fuese a criticar.
— No lo sé — Se encogió de hombros.
— Necesitas aprender a confiar, ¿sabes? — Le sonreí burlona.
Bufó. — Te veo en los Elíseos, Jackson.
— ¡Uh! ¿Me estás pidiendo una cita? ¡Acepto! — Dije con falsa emoción dando saltitos a su alrededor.
— ¡Hallie! — Gritó Connor viniendo hacia mí interrumpiendo el momento de burla hacia Nico.
— ¿Si?
— Necesito que me ayudes — Sonrió inocente.
Fruncí el ceño. — ¿Qué pasó? ¿Qué hiciste ahora?
— Percy quiere que le ayudemos a conseguir cosas para una sorpresa, ya sabes, para Annabeth — Se rió —. Y Travis está ocupado con Katie, así que me dejó solo con esta importante misión.
— ¿Y quieres que yo haga qué cosa?
— Espera y verás — Apuntó a Percy que corría en nuestra dirección.
— ¡Connor! Necesito que me consigas esos libros y chocolates que te pedí, ¿Cuánto es? — Preguntó Percy recuperando el aire.
Connor y yo nos miramos cómplices antes de sonreír maliciosos. Connor sabía cómo conseguir las cosas, pero me necesitaba para que se las dieran. Hermes no le mandaría libros, ¿por qué lo haría si sus hijos no leen nada? pero por mí sí lo haría, teníamos buena relación y siempre me consentía.
— 90 dracmas — Respondimos al mismo tiempo, después de hacernos una señal, y Percy frunció el ceño.
— ¿Cuánto para mí? — Me miró con ojos de cachorro.
— 110 dracmas — Volvimos a responder rodando los ojos fastidiados. Nico aguantaba su risa.
— ¡Soy tu hermano, Hallie! — Me miró frunciendo el ceño enfadado y yo sonreí.
Miré a Connor, y él asintió — Sólo por eso...
— 135 dracmas — Respondimos riendo.
— No pueden cobrarme tanto por tan poco — Se cruzó de brazos molestos. Alcé una ceja.
— No puedo creerme que creas que es poca cosa cuando es para tu novia.
— ¡Bien! Pero lo quiero todo en una hora y media — Sentenció entregando los dracmas —. Hablo en serio, Hallie.
Y Percy se fue enfadado mientras Connor, Nico y yo nos reíamos de la escena. Nico, al percatarse de que estaba sonriendo, se puso serio nuevamente y miró a otro lado. Rodé los ojos sonriendo y miré a Connor que observaba a Miranda.
— Ve, háblale y luego me dices cómo te fue — Le sonreí —. De seguro sale contigo.
— No, no lo haré... quiero decir, ¿De qué hablas? — Se rascó la nuca nervioso.
— Hombres. ¡Miranda! — La llamé y ella se acercó sonriendo ampliamente.
— ¿Qué haces? — Connor susurró angustiado y yo le guiñé un ojo.
— ¿Si? — Habló la chica cuando estaba a nuestro lado.
— ¿Ayudas a Connor con unas cosas?