iii. Volando y cara rosada
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Los días han pasado con tranquilidad, en realidad, Hermione es una gran amiga, ella le ayuda a Phoebe a levantarse por las mañanas y le hace peinados lindos. Su amistad con Theo va mejor que nunca, Phoebe nunca se imaginó en tener un amigo hombre y ahora que lo tiene no piensa dejarlo ir. Cuando no está con él pasa el tiempo en la sala común junto con Neville y Amber, de vez en cuando juega Ajedrez Mágico con Ron, quien resulta ser mejor oponente que su padre. Tampoco imaginó que sería amiga de Harry Potter, a quien le gusta hacer reir cada que cambia de apariencia. Tener amigos es algo que Phoebe le gusta demasiado, ya que anteriormente solo hablaba con sus primos.
Fred es un gran amigo a diferencia de George que solo molesta a Phoebe (al igual que a Theo), y en realidad Phoebe no entiende el motivo por el cual hace eso.
Así que ese día decidió preguntárselo y su respuesta fue demasiado tonta.
—Todo es malo en esa amistad, ¿no entiendes? Tu eres una leona y él una serpiente. ¿Dónde está tu orgullo?
«Ja, idiota, ni siquiera soy tan orgullosa.»
Así que decidió ignorarlo y continuar su camino al campo de entrenamiento donde se llevaría a cabo su primera clase de vuelo. Aunque a Phoebe aprendió a volar en escoba desde los cinco años ya que su padre es un gran aficionado del quidditch (y en sus años en Hogwarts fue golpeador), sabe que será mucho más interesante tomar las clases con una entrenadora.
—No sé por qué tenemos clases de vuelo —le dijo Theo mientras caminan juntos.
—Bueno, hay niños que nunca se han subido a una escoba —respondió haciendo que hiciera una mueca.
—Sería bueno que dividieran a los que no saben nada con lo que sí sabemos —Phoebe comenzó a reír sin poder evitarlo, es bastante notorio la diferencia entre ambos y en ocasiones no suelen estar de acuerdo.
—Si tú lo dices —canturreo, Theo al verla sonreír le dio un ligero codazo.
—Lo sé, nunca estamos de acuerdo —musitó Theo, ambos comenzaron a reír fuertemente y al llegar quedaron apartados del resto, ya que había una gran división entre Gryffindor y Slytherin.
—¿Por qué nos miran raro? —preguntó en un susurro a Theo.
—Por qué nos tienen envidia —dijo después de unos segundos y Phoebe cree que eso es cierto, está segura en realidad de que si tan solo dejaran las rivalidades de lado podrían llevarse muy bien.
—Hola Theo —saludó una niña de cabello castaño muy bonita.
—Hola Daph—Daph dedico una sonrisa a Phoebe quien también le respondió de la misma manera para después irse con el resto de las niñas de Slytherin. Theo la observó charla con Parkinson y Bulstrode, un tanto burlona Phoebe soltó una risilla—. Qué? –preguntó confundido.
—Hola Daph —lo imitó haciendo voz aguda.
—Oh vamos...
—Te gusta, ¿eh? –negó ligeramente sonrojado.
—Tengo 11 años, no estoy como para que me guste alguien —respondió cuál adulto—, aunque admito que me cae mucho mejor que Parkinson y Bulstrode y... es bonita —susurró.
Phoebe casi grita.
—¡Sí! Yo lo sabía, siempre la vez cada que pasamos cerca de donde está —Theo rodó los ojos y Phoebe puso un dedo sobre sus labios—. Soy una tumba —susurró.
—Confió en ti —la profesora Hooch llegó pidiendo que se colocaran de lado a cada escoba.
Phoebe se puso del lado a Hermione, lamentablemente Amber no se encontraba ahí ya que de los nervio termino vomitando y ahora descansa en la enfermería. Theo se colocó frente a Phoebe y le guiño un ojo un tanto divertido, cosa que Phoebe le respondió mostrando su lengua de manera infantil.
Tuvieron que apretar sus labios para no comenzar a reír.
—Ahora, estire su brazo derecho y digan arriba —pidió la profesora. Phoebe estiró su brazo encima de escoba y la miro fijamente achinando sus ojos.
—¡Arriba! —exclamó con fuerza. Su escoba se elevó con rapidez y la sostuvo con fuerza para mirar a Theo, esta vez fue ella quien guiño un ojo mientras él mostraba su lengua.
—Arriba —su escoba se levantó solo unos centímetros y lo miro con una cara de incredibilidad, llevando una mano a su cintura.
—Métele fuerza, Theo —él rodó los ojos.
—¡Arriba! —la escoba llegó a su mano y sonrió, Theo le miro con cierto agradecimiento y Phoebe mostró una ligera sonrisa.
Hermione no logró que su escoba llegar a su mano, así que tuvo que agacharse para levantarla y tener que aguantar la burla de algunos Slytherin (Parkinson y Bulstrode especialmente) y de no ser por Neville, Phoebe le hubiese soltado un golpe directo a la cara a Parkinson.
Luego, Madame Hooch les enseñó cómo montarse en la escoba, sin deslizarsehasta la punta, y recorrió la fila, corrigiéndoles la forma de sujetarla. Phoebe sedivirtió muchísimo cuando la profesora dijo a Malfoy que lo había estado haciendomal durante todos esos años.
—Ahora, cuando haga sonar mi silbato, darán una fuerte patada —dijo la señoraHooch—. Mantened las escobas firmes, se elevarán un metro o dos y luego bajarán inclinándose suavemente. Preparados... tres... dos...
Pero Neville, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de quesonara el silbato.
—¡Vuelve, muchacho! —gritó, pero Neville subía en línea recta, como el corchode una botella... Cuatro metros... seis metros... Phoebe ahogó un grito cubriendo su boca al ver como se deslizaba hacia un lado de laescoba...
—¡Neville! ¡Neville! —exclamó corriendo hacía él, ya que quedó tirado en la hierba. La escoba seguía volando y desapareció de la vista, pero eso fue lo que menos importó.
—La muñeca fracturada —susurró Hooch—. Vamos muchacho, está bien.
Phoebe miro con cierta preocupación a Neville, tiene su rostro lleno de lágrimas y está sujetando su muñeca.
—No quiero ver a nadie volando, si llego ver que alguien desobedeció dejará el castillo antes de que pueda decir quidditch —la profesora tomó a Neville para comenzar a avanzar hacía la enfermeria, Phoebe camino hacia Theo.
—Pobre Neville, estaba tan nervioso —susurró.
—Un poquito torpe tu amigo —le di un codazo en las costillas que le hizo soltar un jadeo adolorido.
—¿Vieron la cara de ese gran zoquete?—Los otros Slytherins le hicieron coro en risas salvo por Theo, quien frunció el ceño mirando a Draco.
—¡Cierra la boca, Malfoy! —dijo Parvati Patil en tono cortante.
—Oh, ¿estás enamorada de Longbottom? —hablo Parkinson—. Nunca pensé que te podían gustar los gorditos llorones,Parvati.
—¡Miren! —exclamó Malfoy, agachándose y recogiendo algo de la hierba—. Es esacosa estúpida que le mandó la abuela a Longbottom —la Recordadora brillaba al sol cuando la cogió.
—Damela Malfoy —pidió Phoebe dando pasos hacía el Slytherin.
—No, no creo —dijo con una sonrisa maliciosa.
—Trae eso aquí, Malfoy —dijo Harry con calma. Todos dejaron de hablar paraobservarlos.Malfoy sonrió con malignidad.
—Creo que voy a dejarla en algún sitio para que Longbottom la busque... ¿Qué les parece... en la copa de un árbol?
—¡Tráela aquí! —exclamó Harry, pero Malfoy había subido a su escoba y se alejaba. Desde las ramas más altas de un roble lo llamó:
—¡Ven a buscarla, Potter!
Phoebe miro a Harry con los ojos bien abiertos, ella estaba consciente de que él no sabía volar y cuando tomó su escoba frunció una mueca.
—¡Aguarda Harry! Ni siquiera sabes volar —pero Harry le importo un pedazo de tocino el comentario de Hermione puesto que se elevó entre tambaleo—. Que idiota —suspiró cruzándose de brazos.
Para Phoebe fue como ver un atrapa la snitch pero en más grande y sin alas, Harry voló de una forma increíble y la atrapada fue aún mejor. Muchos aplaudieron ante el triunfo Harry y Phoebe no se quedó atrás en dar fuertes aplausos, Theo miro con una sonrisa divertido a su amiga al verla festejar pero los aplausos terminaron cuando la profesora McGonagall llegó.
—Nunca... en todo mis años en Hogwarts...
La profesora McGonagall estaba casi muda de la impresión, y sus gafascentelleaban de furia.
—¿Cómo te has atrevido...? Has podido romperte el cuello...
—No fue culpa de él, profesora...
—Silencio, Giles.
—Pero Malfoy...
—Ya es suficiente, Weasley. Harry Potter, ven conmigo.
—Que suerte la de algunos —comentó con burla Malfoy una vez que Harry siguió a la profesora, Phoebe no lo pensó ni dos veces en sacar su varita y apuntarlo, el Slytherin abrió sus ojos asustado y sin meditarlo se fue de ahí rápidamente.
—¿Acaso ibas a hacer algo divertido? —preguntó Ron.
—Pensaba dejarlo calvo.
—Las pociones no son tan difíciles —dijo Theo, mientras Phoebe rodaba los ojos y seguía leyendo su libro de pociones.
—Theo, soy un asco.
—No si te juntas conmigo.
—Presumido—resopló divertida—. ¿Vamos al pasillo donde hay libros de dragones? —preguntó cerrando su libro emocionada.
—Phoebs, aún no has hecho el reporte del bezoar y es para mañana —hizo un puchero y Theo se cruzó de brazos.
—Por fi, Herms me puede ayudar, anda, ¿sí? —suspiró rendido.
—Bien, andando —chilló emocionada y tomo su brazo para caminar por los estantes, llegaron al segundo piso de la biblioteca y anduvieron por la sección de dragones.
—Mi papá ama los dragones, en mi cumpleaños número 11 me llevó a Rumania a conocerlos.
—¿No es eso peligroso? —preguntó algo dudoso.
—No... quizá... un poco —meditó, Theo la miro con una ceja levantada—. Sí, es peligroso, ¿pero y qué? ¡Siempre quise tener un dragón! —sacó un tomo de unas mil hojas para abrirlo y comenzar a hojearlo—. El colacuerno húngaro es realmente peligroso, pero el ridgeback noruego es adorable de bebé —señaló la imagen, ambos se sentamos en el piso, pegados a la estantería.
—Uff, si, bellísimo —ironizó, le dio un golpe y Theo soltó una risa—. Ya viene Halloween, Phoebs —comentó emocionado.
—Sí, ya viene Halloween, ¡habrá dulces! —musitó sin poder contener una sonrisa.
—No te dejare comer dulces, de por sí ya tienes mucha energía.
—Calla —murmuró.
—Hey, ya viene tu cumpleaños, ¿no? —Phoebe cambie de página y Theo la miro curiosa.
—Sí, pero no es la gran cosa —murmure.
—¿Por qué?
—Bueno... —lo pensó unos segundos antes de decirlo—. Mi mamá nos abandonó el día de mi cumpleaños —hizo una mueca y Theo la miro comprensivo—. Teníamos planeado ir a la playa, ¿sabes? Dure dos meses convenciendolos de ir a la playa, no tenía la idea de por qué mamá no quería ir. Resulta que ella odia a los muggles y no quería pasar un día entero en una playa repleta de muggles.
—¿Cómo es que tu mamá y tu papá...? —preguntó curioso.
—No sé —murmuró—. Desde entonces, no me gusta celebrarlo.
—Vamos Phoebe, ¿no quieres nada? —quiso saber, a lo que nego.
—Nop, no necesito nada.
—Bien, si tú lo dices —canturreo. Dos gemelos entraron por el pasillo donde se encuentran, pero pararon en seco ya que si no lo hubiesen hecho terminarían pisandolos.
—Cita romántica en la biblioteca, que aburrido —miró con odio a George y Fred comenzó a reír, dejó de hacerlo al ver la mirada molesta de Phoebe y fingió tos.
—¿Se te ofrece algo? —preguntó molesto Theo.
—No, nada —respondió de la misma forma George.
—Vámonos Phoebs, hay que ir al lago, pide el libro —Theo se paró y extendió su mano a Phoebe quien la tomó, ambos quedaron frente a los gemelos y a pesar de que los pelirrojos son altos, Theo y Phoebe no se quedan atrás.
—Andando —Phoebe jalo del brazo de Theo y para caminar a pedir el libro.
—Vete con cuidado serpiente —advirtió George y Fred le codeo.
—Respira, inhala, exhala —Theo obedeció las palabras de Phoebe y la miro sonriente.
—Estoy relajado —dijo en un tono pacifico.
Salieron de la biblioteca después de que Phoebe se anotara en la lista de que entregaría el libro la semana que viene, hablando con alegría de los dragones (son criaturas increíbles), pero en cuanto giraron por un pasillo, una bomba de gas rosa exploto.
Phoebe tosió de forma exagerada y rápidamente busco a Theo para ver cómo su cara estaba rosa al igual que su cabello. Antes de que se preguntaran quién había sido, dos pelirrojos corrieron por el pasillo contrario soltando risas y Theo trono sus dedos.
—Voy a matar a esas comadrejas —espetó con odio después de escupir rosa de su boca.
Nota de autora:
BUENAAAAS! No me tarde en actualizar me amo.
Espero alguien siga leyendo esto y sino pues ni pedo ua ua
Lots of love, Cici 🍪💙
Pd: Phoebe flasheando que no es orgullosa, me reí