Crossover con Killing You In My Mind de YisbethD
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Anne despertó con un leve dolor de cabeza, a su lado estaba Kelsey. Ella se sentía de maravilla.
– Buenos días Kels.
Kelsey se levantó, se paró al frente de la cama mirando a Anne y dijo:
– Anne, ¡Eso fue increíble!
Anne se sentó en la cama y sonrió.
– ¿Ya me crees? – preguntó.
– Absolutamente.
– Eso es bueno.
– Ya podemos decirle a Klyne, yo soy testigo.
Anne pensó en esa posibilidad, pero creyó que Klyne seguiría manteniendo su escepticismo, por lo que dijo:
– No, Kels. Es mejor no decirle nada aún.
Kelsey frunció el ceño y preguntó:
– ¿Por qué?
– Tú viste su actitud ayer Kels, es mejor esperar un poco más.
– Esta bien, iré a mi baño a arreglarme. Nos vemos ahorita.
– Ok.
Kelsey se fue y Anne hizo lo propio. Al hacer su rutina mañanera se visitó con un jean negro, una blusa blanca y botas de cuero negro y tacón alto. Agradeció no haberse llevado todas sus prendas de la casa.
Caminó al comedor, y tal como en los días anteriores sus amigas estaban allí y Luis servía la comida. Anne sintió algo en el estómago, para ella habían pasado siglos de la última vez que había vivido esa rutina, pero al mismo tiempo se sintió bien. Ella de verdad creía que irse sería algo bueno.
– Buenos días chicas – saludó Anne.
– Hola, buenos días – dijo Klyne.
– Buen día – respondió Kelsey.
Anne se sentó al frente de sus amigas y sonrió.
– ¿Qué tal durmieron? – preguntó.
– Yo maravillosamente – respondió Kelsey mientras sonreía.
Anne casi ríe.
– ¿Y tú Klyne?
Luis estaba sirviendo un omelet con tostadas y jugo de naranja. Anne le agradeció con una sonrisa y un asentimiento de cabeza.
– Pues bien, aunque con un sueño muy extraño – respondió Klyne.
– ¿Qué soñaste? – preguntó Anne con curiosidad.
– Nada... Bueno... No sé, tan sólo sentí una extraña sensación, como si estuviera atada, como si yo fuera una especie de títere.
– Cada vez son más extraños tus sueños – comentó Kelsey.
– ¿Por qué lo dices? – preguntó Anne.
– Hace un par de días soñó que una mujer le susurraba algunas palabras al oído y después de eso fue como si no pudiera controlar su cuerpo.
– ¿Y sabes cómo es ella? ¿O su nombre? – preguntó Anne a Klyne.
– No – respondió ella –. Solo recuerdo que era muy hermosa.
Luego Klyne sacudió la cabeza levemente y añadió:
– ¿Y por qué todas esas preguntas? ¿Acaso eres ahora una intérprete de sueños?
– Si, tú sabes, dejaré de escribir para dedicarme a traducir los sueños de las personas – respondió Anne riendo y siguiendo el juego.
Ambas chicas rieron.
Mientras comían las chicas hablaban acerca de sus respectivos trabajos. Anne no podía parar de pensar en los sueños de Klyne, pensaba que había algo raro detrás de ella, sobretodo luego del mensaje que le había dejado aquella mujer mientras estaba con Kelsey en otra dimensión.
Al terminar de desayunar, las tres chicas salieron de la casa juntas. Klyne y Kelsey hicieron prometer a Anne que tendría que venir a visitarlas. Anne lo prometió, ellas se dieron un abrazo y después Anne tomó un taxi, mientras que sus amigas se habían ido con un chófer privado.
Anne llegó al hotel y al entrar a su habitación descubrió a su abuela en el recibidor con su computadora. Ella sonrió.
– Hola abuela.
Alexus pareció sorprendida.
– Hola hija.
Su abuela se levantó y la recibió con un abrazo.
– Por un momento casi te llamó en la noche, pero me recordé que ya no eres una niña – Alexus hizo una mueca extraña que Anne no supo interpretar –. Creo que te hiciste muy independiente a una corta edad.
– No te preocupes por eso abuela, yo estoy bien – respondió Anne –. Cada persona tiene su ritmo, era mi destino vivir lo que viví. Lo importante es que disfruto mi vida abuela, me encanta mi vida.
Alexus sonrió. Luego fue y se sentó de nuevo delante de la computadora.
– ¿Cómo te fue con tus amigas? – preguntó Alexus.
– La verdad es que muy bien, ellas aceptaron que yo quiera buscar mi propio lugar – respondió Anne sonriendo y sentándose cerca de Alexus –. Ahora el siguiente paso es contratar a un agente inmobiliario.
Alexus dió unos pequeños aplausos.
– ¡Eso si es emocionante!
Anne rio.
El resto del día Anne lo pasó junto a su abuela, primero editando y luego llamaron a un agente inmobiliario y no las hizo esperar mucho. Esa tarde les mostró ocho propiedades. Anne estaba buscando dos, una para ella y una para Alexus. Llegaron a la casa a las 7pm, ambas ya tenían sus opciones favoritas.
– Creo que mañana haremos la compra – había dicho Alexus cuando llegaron a la casa con una enorme sonrisa. Anne estaba igual de alegre y entusiasmada.
Ambas mujeres comieron y se ducharon, luego Alexus se adentró en su sueños y Anne fue a por una nueva aventura.
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Era de noche. El brillo iluminó por segundos la habitación y Anne apareció en silencio. Miró a su alrededor y supo que estaba en un hospital. Al ver a Emireth en la camilla dormida los nervios de Anne se activaron.
Empezó a leer la mente de Emireth y sintió como una neblina. Supo que era porque estaba dormida, era una sensación extraña. Sentía como si estuviera algo elevada. Leer las mentes de personas dormidas era algo muy diferente. Le tomó algo de tiempo a Anne descubrir lo que había pasado.
Se sorprendió al saber que desde su última aparición habían pasado meses y estos estaban cargados de muchos acontecimientos importantes. El secuestro de Dayane y arresto de Emireth.
Había algo que la inquietaba a Anne, era un recuerdo que estaba como cerrado. Era como un cofre, Anne sabía que podía entrar pero no sería sencillo y podía traer malas consecuencias a la mente de su amiga. Llegó a una clara conclusión. Alguien le había borrado los recuerdos a Emireth y sólo tenía su nombre, era Drivn.
Al salir de la mente de Emireth vio como ella se movió, pero seguía dormida.
Todo estaba oscuro y Anne veía con dificultad, haciendo el mayor silencio posible Anne salió de la habitación del hospital. Era amplia, habían camillas separadas por unas cortinas, sólo Emireth estaba allí.
Al salir Anne dió con un pasillo y sintió una ola de poder extraña, pero logró captar su intención. Eso la hizo recordar a Edrick, sonrió.
El pasillo era como sacado de una película de terror. Algunas luces destellaban anunciando su final. Anne sonrió, aveces comparaba sus aventuras con las series de televisión y las películas.
Otra oleada de poder negativo le borró la sonrisa de la cara, provenía de su derecha. Anne empezó a caminar en ese sentido. Sus botas sin tacón negras causaban un sonido algo tenue y seco en el piso de cerámica del hospital.
En un punto del pasillo había un cruce a la derecha, de allí salía una mujer. Su aspecto tétrico causo que Anne se detuviera en seco.
La piel de la mujer era tan negra como la piedra de azabache. Sus ojos eran inexplicables pues carecían de color. Su boca formó una sonrisa que haría correr a los niños.
– Anne Howless – dijo la mujer con una voz extraña.
Con todos los músculos tensados y preparada para cualquier ataque Anne dijo:
– ¿Cómo sabes quién soy?
– Cuando eres un Ángel corrupto, como yo, normalmente te relacionas con demonios, es decir, conozco a La Emperatriz.
– ¿Quién es ella?
Con una carcajada la mujer respondió:
– ¿Piensas que delataré a mi querida amiga?
Anne leyó su mente pero era pesada y oscura, muchos pensamientos negativos invadieron a Anne y sólo pudo saber con seguridad su nombre.
– Rosemary Khan.
Ella sonrió y dijo:
– Eres una pena para los de tu clase Anne, no sabes todo lo que podrías hacer. Si que eres el juguete de La Emperatriz.
Anne la miraba muy seriamente.
– Nisiquiera tienes seguridad de qué eres, ¿no es así?
Rosemary volvió a reír.
– No se porqué los de tu clase guardan eso, están obsesionados con eso del aprendizaje y el orden.
– Entonces rompe ese esquema y dime que soy.
– No lo haré, mi querida Anne, sería ponerte las cosas mas fáciles a ti y se las complicaría a La Emperatriz.
Anne miraba a Rosemary con odio. Había algo que Anne había captado de la mente de Rosemary que sentía que compartía con Emireth pero no sabía qué.
– Extraño cuando eras genial – dijo Rosemary.
Anne frunció el ceño.
– ¿A qué te refieres?
Rosemary fingió sorpresa en una actuación sobreactuada en forma de burla.
– Oops, hablé de más.
Anne se sentía frustrada, ¿cómo era que está mujer podía saber mucho más de ella que ella misma?
– ¿Qué compartes con Emireth?
La sonrisa de Rosemary se borró.
– Admito que eso aún no lo sé.
Anne captó un pensamiento concreto de Rosemary.
– ¿Quieres sus poderes, eh?
Rosemary miró a Anne con desprecio y burla y le dijo:
– Que bajo has caído, ahora solo te conformas con lo poco que puedes tener. Antes rompías las mentes de los demás tan sólo para obtener lo que quisieras.
Anne estaba horrorizada.
– ¿Cómo puedes saber eso?
– Aveces recuerdo cosas, no se de donde, pero las recuerdo.
– Yo te puedo ayudar.
Rosemary puso los ojos en blanco.
– No necesito, ni quiero tu ayuda, Anne.
Anne se estaba poniendo nerviosa.
– Tú sabes cosas de Emireth, ¿cierto?
– Sé muchas cosas que ella quisiera saber – respondió Rosemary con una sonrisa.
Anne empezó a respirar lentamente. Estaba canalizando su energía.
– Ahora, querida Anne, necesito que retires de mi camino. Necesito obtener unos poderes.
Fue entonces cuando Rosemary empezó a caminar hacia Anne pero ella la detuvo con una onda de energía.
– Anne, sería mejor que te detuvieras, créeme que si.
Pero Anne no se detuvo y entonces de la piel negra de Rosemary empezó a salir un humo y estos empezaron a tomar forma de hombres pequeños. Antes de que Anne hiciera algo ellos ya habían corrido hacia ella y la empujaron a la pared, sintió un gran dolor al su espalda impactar con el muro, allí la estaban sosteniendo con fuerza. Rosemary empezó a correr a la habitación de Emireth.
Anne forcejeó hasta que le llegó una idea. Pensó por un momento lo que iba a hacer, después de su cuerpo salió una onda dorada que causó la desaparición de los hombrecillos.
Anne cayó al suelo y levantó la mano con rumbo a Rosemary. De la palma de Anne salió una especie de látigo luminoso de color dorado, este rápidamente se dirigió a Rosemary y la tomó del tobillo causando su caída. Luego la haló hasta quedar a unos cuantos metros de Anne.
El látigo desapareció y Rosemary se levantó quedando agachada. Miraba a Anne con ira y sorpresa.
De pronto todas las luces destellaban. Anne tenía mas dificultades para ver a Rosemary, su piel ahora se camuflaba con la oscuridad. Sólo tenía segundos para verla cuando las luces se encendían.
Anne corrió rápidamente, quería pararse delante de la puerta de Emireth para evitar que Rosemary entrara.
Al llegar sintió como una fuerza la empujó intensamente. Causando que la puerta se rompiera y que Anne cayera en el piso de la habitación llena de camillas. Emireth se despertó con un sobresalto. Usando telekinesis Anne hizo que todas las luces del lugar se encendieran.
Rosemary estaba entrando en la habitación.
– ¡Anne! – exclamó sorprendida Emireth –. ¡Rosemary!
– Hola Emireth – dijo Anne levantándose.
– Querida Emireth – dijo Rosemary.
– Maldita perra… – lanzó Emireth empezando a levantarse.
– No – interrumpió Anne y paralizó a Emireth –. No puedes moverte Emireth, estás débil. Si llegas a usar tu habilidad podrías matarte a ti misma.
– El mejor estado, es lo que necesito para obtener tus poderes.
Emireth empezó a sentir ira y entonces la embriago una la paz. Quería estar molesta pero no podía, ya ni tenía que preguntar quién le hacia eso.
– ¡Que habilidades Anne! ¿Cómo le haces? Pensé que serías más débil – dijo Rosemary riendo.
– No sé, tan sólo lo hago.
– Tal vez debería quitarte las habilidades a ti.
Anne formó una bola de energía explosiva rápidamente y se la lanzó a Rosemary, todo en cuestión de segundos. Pero mucho antes de llegar a Rosemary explotó. Causó estragos en el piso pero no en Rosemary.
– ¿Asi demuestras amor, Anne? – preguntó sonriente Rosemary.
– Te demostraré mucho amor – respondió Anne con una sonrisa igual.
Anne empezó a lanzarle mas de una bola, pero Rosemary las esquivaba o hacia que se desviaran. Al ver que estaba resultando inútil Anne se detuvo.
La pared que separaba a la habitación y el pasillo había quedado totalmente destruida, sólo quedaba la puerta. Emireth agradeció que no se trataba de una columna principal.
Con solo poder sentir paz a pesar de lo que sucedía Emireth preguntó:
– ¿Dónde están las personas?
– Ella las tiene en una especie de sueño profundo – respondió Anne –. Están teniendo pesadillas.
Rosemary sonrió y dijo:
– Mi turno.
En la espalda de Rosemary se formó una especie de pulpo totalmente negro. Un tentáculo tomó a Anne por el tobillo y la lanzó a la pared. Anne logró amortiguar un poco la caída con las ondas energéticas. Pero se golpeó contra la pared y luego cayó al suelo.
Se levantó rápido y lanzó unos discos energéticos que cortaron los tentáculos que salían del pulpo pegado a la espalda de Rosemary. Al caer, éstos se convirtieron en polvo.
– ¡Anne! Eso no se hace – dijo Rosemary haciendo un puchero.
Luego empezó a reír y los tentáculos del pulpo empezaron a crecer de nuevo. Pero antes de que tuviera chance de atacar, Anne ya había lanzado los discos y de nuevo estaba sin tentáculos.
– Esta bien – dijo Rosemary irritada.
Hizo que el pulpo se desvaneciera y en su lugar creo unas paredes de lava negra con destellos rojos y naranjas alrededor de Anne. Estas se movían lentamente y se les acercaban.
– ¡Adiós Anne!
Rosemary empezó a encaminarse rumbo a Emireth haciendo un cántico.
Anne estaba nerviosa. Sus ondas energéticas no podían atravesar las paredes de lava. Su nerviosismo aumentaba, no sabía qué hacer. Entonces recordó su batalla con Nova. Tomó aire y con un meñique tocó la lava.
De inmediato toda la lava se volvió humo. Al disiparse Anne vio como Emireth levitaba sobre la cama y Rosemary hacia un cántico que le resultó familiar.
Ignoró ese sentimiento y se aferró al de liberar a su amiga. Por instinto levantó la mano y un rayo dorado con plateado salió de su palma y cayó en Rosemary, con un destello ella desapareció.
Emireth cayó en la cama. Al mirar a Anne la vio de rodillas en el suelo, ya no sentía la paz. Emireth se levantó y corrió hacia donde Anne.
– Anne, ¿Qué hiciste? ¿Te hirió? – preguntó Emireth.
– No sé y no.
– Debiste haberme dejado ayudarte, Dayane me curó yo estoy bien, no estoy débil.
– No físicamente, pero si emocionalmente y eso hace que tus habilidades sean incontrolables y peligrosas. Dayane aún no puede curar las emociones.
Emireth frunció el ceño. El brillo empezó a aparecer.
– Oh no – dijo Emireth.
– Es porque usé demasiada energía. Siento mucho no haber podido venir antes, volveré lo antes posible.
– No te preocupes por eso Anne.
Anne tocó a Emireth en la frente mostrándole toda la conversación que había tenido con Rosemary. Ella quedó sorprendida.
– Debes averiguar qué oculta sobre ti… y sobre mí.
Anne sintió en la mente de Emireth como si un muro se derrumbara, algo se estaba destapando en Emireth. Anne quería saber de que se trataba, pero sabía que tendría que esperar.
– Trataré – dijo Emireth.
El brillo hizo desaparecer a Anne. Emireth quedó dudosa, ¿Qué ocultaba Rosemary de ella? ¿Y qué podía ocultar de Anne? ¿Cómo es que sabía todo eso? Ella debía averiguarlo.