Mi Pequeño Ángel. [Libro 1]

By lizbethrgamez

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•Primer lugar en los Caribbean Awards• "Cuando un demonio sonríe desata el pecado en la mirada de un ángel. Y... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20.
¡ANUNCIO!
FELIZ CUMPLEAÑOS A MI.

Capítulo 10

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By lizbethrgamez

La casa de Liam era enorme, una mansión diría yo, había gente fuera de la casa cuando el amigo de James aparcó junto a esta, Clara y yo bajamos primero que el resto, la gente llegaba como abejas a un jarrón de miel, todos gritaban y saltaban emocionados por la fiesta, jamás había asistido a una fiesta tan grande, incluso cuando Aaron me pidió ser su novia no había tantas personas.

– ¡Si, adelante! ¡Gracias! –gritó James a sus amigos que caminaban hacia la enorme casa.

– ¿Aquí vive Liam? –preguntó Clara casi con la boca abierta al igual que yo.

–Sí, su padre es un abogado MUY reconocido y famoso en el negocio así que... –se encogió de hombros.

–Vaya –murmuré.

–Vamos –dijo James tomándonos a Clara y a mí por los hombros juguetonamente. Me reí, sabía que Clara debería estar gritando por dentro.

Caminamos a través del jardín enorme hasta llegar frente a la puerta y pasar, la música resonaba en mis oídos, estaba repleto de gente, incluso en las escaleras, no sabía cómo la gente podía bailar así, caminamos hacia la cocina inmensa y vimos a Liam repartir cerveza y chupitos a todos.

– ¡Hey! –dijo Liam al vernos.

– ¿Tan rápidos llegaste? –preguntó James, al ver que no tenía el uniforme y traía ropa casual.

–Bueno, digamos que me pase un par de altos –se río – ¿Podrían ayudarme? –nos apunto detrás de la barra de la cocina con la cabeza ya que sus manos estaba bastante ocupadas.

–Solo si puedo tomar uno por cada dos que reparta –dijo Clara.

–Por supuesto –se río Liam.

–Oye bro ¿Podrías prestarme algo de ropa? –preguntó James.

–Sube, ya sabes donde esta mi habitación

–Bien –dijo James –En un momento bajo chicas –y trotó hacia las escaleras.

Clara y yo nos pusimos detrás de la barra de la cocina pasando cervezas y llenando vasos vacíos con tequila, los tres estábamos bastante ocupados, yendo al refrigerador y regresando una y otra vez.

–Dos –dijo una chica a mi lado.

Tome dos cervezas y me gire para dárselas, me di cuenta que era Vanessa.

– ¿Se te acabo el dinero? ¿O porque estas repartiendo cerveza?

Tenía las dos botellas en mis manos apunto de entregárselas pero lo pensé mejor y las acerque a mí para no dárselas.

–Es casa de mi amigo y vine a ayudar, no a estar de mojigata arrastrándome con cualquier chico que veo solo –dije.

– ¡Tres de aquel lado! –gritó Liam.

Rodó los ojos.

– ¿Vas a dármelas o qué?

Hice una mueca y se las di, me sonrió y se dio la vuelta pero antes de alejarse se giro de nuevo a mí.

–Si te preguntas porque pedí dos, es una para mí y para mi acompañante que acaba de llegar y esta justo en la puerta –se dio la vuelta y camino entre la gente.

Como dudaba que ella tuviera acompañante porque lo único que hacía era insinuarse a cualquiera, eche un vistazo hacia la puerta, vi a Aaron entrar y buscar con la mira entre la gente. Ella se acerco a él y le beso la mejilla, la fulmine con la mirada.

– ¡Mad, tres de aquel lado! –gritó Clara a mis espaldas.

Yo estaba tan concentrada viéndolos, Vanessa le entrego una cerveza y él negó, vi que movía los labios y ella negó con la cabeza y se encogió de hombros. ¿Qué le estaría diciendo? ¿Porque creyó que Aaron era su acompañante? No sé cómo se había enterado que Aaron y yo nos habíamos enojado o más bien... él conmigo pero me daba rabia saber que aprovechaba cualquier oportunidad para lanzarse sobre él.

– ¡Oye! –me tomaron por los brazos y me di cuenta que Clara estaba frente a mi – ¿No me estas escuchando?

– ¿Qué? –pregunte.

–Olvídalo, solo sigue repartiendo, Liam fue por mas botellas

Asentí y le seguí ayudando, a los pocos minutos James y Liam entraron a la cocina con dos cajas y las colocaron sobre la barra, estaba hablando sobre algo pero por el sonido de la música no pude oírlos, las luces de colores que estaban por toda la casa me mareaban pero tenía que estar concentrada y ser rápida, los chicos pasaron las botellas y yo las metía dentro del refrigerador, Clara y yo llenamos vasos frente a nosotras una y otra vez, cuando la gente se calmo, ella se sentó en la silla al igual que los dos chicos y yo me recargue en la barra mirando a todos bailar.

–Podrías darme una cerveza –escuche a mi espalda y me di la vuelta, Aaron estaba con una sonrisa detrás de mí, me beso en los labios y me atrajo hacia él, de nuevos besándome con pasión y ternura al mismo tiempo, cuando me aleje me beso la frente.

–Para ti, todo lo que quieras –le dije y tome una cerveza del refrigerador, la abrí y se la di.

Aaron bebió todo de un trago y la dejo a mi lado sobre la barra de la cocina, me tomo por la cintura y me sonrió.

–Estaba buscándote –dijo.

–Con Vanessa no ibas a encontrarme –le dije y mire a mi derecha, ella nos fulminaba con la mirada, sonreí al hecho de que ella le había ofrecido una cerveza y no la había aceptado.

–Ella fue hacia mí, le pregunte dónde estabas pero dijo que no sabía

Maldita.

–Pero te encontré –besó la punta de mi nariz. Luego se giro y vio a los chicos y a Clara – ¡Hey! Deja que los de primer año se encarguen –dijo Aaron sobre la música.

Ellos asintieron y cuatro chicos de primer año entraron y nos sustituyeron entregando cervezas más rápido que nosotros.

– ¿Que hacen ellos aquí? –le pregunte.

–Querían ir a una fiesta, les ofrecí una pero a cambio de ayuda, aceptaron y aquí están. ¿Ya tomaste algo? –preguntó.

Negué.

Uno de los chicos le paso una cerveza y él la abrió y me la dio.

–Bebe, te hará bien.

Asentí y la tome con las manos, la bebí y él beso mi frente mientras lo hacía, mi corazón se acelero y baje la botella, hice una mueca por el sabor amargo pero poco a poco me gustaba, bebimos y reímos todo el tiempo, los chicos, Clara y mi novio caminamos hacia la improvisada pista de baile y ellos hacían sus movimientos extraños pero divertidos, bailamos, reíamos y bebíamos, la noche se volvió perfecta pero cuando acabe mi cuarta cerveza, tenía que ir al baño y Aaron también, así que subimos las escaleras para ir al baño de la habitación de Liam, donde no había borrachos por todos lados, entre y baje mis pantalones, beber tanto no ayuda a mi riñón ¡diablos! me dolía la cabeza. Cuando termine y me limpie todo lo que tenía que limpiar, subí mis pantalones y los abroche, me acerque a pasos muy lentos al lavamanos y abrí el grifo y moje mis manos con agua y jabón, cuando termine las seque y abrí la puerta, Aaron se apresuro a entrar y estrellar su boca con la mía, me cargo por los muslos y me pego a la pared más cercana.

–Que... ¿Qué haces? –conseguí preguntar entre sus labios.

No respondió me siguió besando con pasión y luego sus besos bajaron a mi cuello, suspire y tome su cabello entre mis manos ¡Dios se sentía tan bien! Sus pulgares acariciaron mis muslos, sus manos subieron hasta mi trasero y lo apretó levemente, gimió cuando lo hizo y yo sonreí.

– ¿Van a salir de ahí hoy? –preguntó Clara detrás de la puerta mientras la golpeaba, me reí y Aaron también, me bajo con cuidado y abrió la puerta. –Vaya si que hubo acción –se río – ¡Muévanse de mi camino que tengo que orinar!

Aaron coloco su mano en mi cintura y caminamos hacia las escaleras para bajar, la gente no disminuía y me dolía la cabeza, todo me daba vueltas así que mientras bajábamos acerque mis labios a su oído.

– ¿Puedes llevarme a casa?

Asintió.

Nos acercamos donde Liam, Scott y James estaban bebiendo.

–Chicos voy a dejar a Mad a casa.

–Claro... a casa... –dijo Scott y todos rieron.

–Es enserio –dije yo. –Cierren la boca y sigan bebiendo –me reí y salimos de ahí.

Caminamos hacia la puerta y salimos, me tomo por la cintura ya que me tambaleaba en el suelo, había bebido más de lo que había bebido en mi vida, subimos a su auto y me puso el cinturón, o algo así luego condujo a casa, me obligue a seguir despierta, veía borroso pero sabía lo que hacía y en un segundo (lo fue para mí) estaba fuera de casa, mi precioso novio se apresuro a salir del auto y ayudarme a mí a hacerlo, lo tome de la camisa negra y lo acerque a mí, iba a besarle pero el sonido que salía de su bolsillo no me dejaba continuar, me sonrió en forma de disculpa y tomo su teléfono.

–Sí, estoy con ella... ¿Qué? Okay, voy para allá.

Término la llamada y me beso la frente.

–Tengo que irme Mad, unos idiotas están peleando en la casa de Liam, te veo luego.

–Ten cuidado –dije y corrió a su Ferrari, subió y salió disparado como un rayo.

Me quede ahí de pie viendo la casa, sola, oscura y fría, camine hacia la puerta y tome las llaves de mi bolso y después de tres intentos logre abrir la puerta y caí al suelo, para mi sorpresa había almohadas, ¿almohadas? ¿Por qué abría almohadas en la sala?, me levante y cerré la puerta me quite la chaqueta y la arroje al sofá al igual que mis zapatillas, camine difícilmente hacia la cocina y quería hacerme de cenar pero la estufa no encendía, me rendí y camine hacia las escaleras y subí a mi habitación, entre al baño y me lave la cara con agua helada me sobresalte y limpie mi cara con una toalla, había despertado un poco aunque me dolía la cabeza, recordé haberme caído cuando entre y haber visto... almohadas, salí corriendo del baño y observe por la reja de escaleras y no había ninguna almohada frente a la puerta ¿me estaba volviendo loca? No sabía si reír o llorar aunque lo segundo me gano y mis mejillas ya estaban cubiertas por ellas.

Me pase las manos por la cara y luego grite frustrada, me deshice de mi ropa y la arroje al suelo, tome mi pijama y me metí bajo las sabanas con lágrimas en mis ojos, quería que mamá y papá llegaran, quería saber que no estaba loca y que todo lo que había visto en la casa era real... porque yo sabía muy dentro de mí que lo era. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, me subí las sabanas hasta el cuello y mire alrededor, no había nadie, estaba sola y no iba a pasarme nada, nunca me pasaba. Tranquila Mad.

Mis lágrimas no dejaban de salir y mis ojos rogaban porque los cerrara pero tenía tanto miedo que mis piernas no dejaban de temblar, suspire y me sentí más tranquila, entonces abrí los ojos y mire a mi lado izquierdo, sentía algo, cerré los ojos asustada.

– ¿Eres un fantasma? –pregunte muy bajo.

Me quede en silencio, suspire.

–Estoy loca –me dije, abrí los ojos y seguía sola en la habitación, sabía que estaba a salvo pero siempre me sentía así cuando lo que sea que me perseguía estaba cerca. –Dime que no estoy loca...sé que eres real, te siento –murmure.

Mis lágrimas salían sin control, sentí a mi lado izquierdo una fuerza completamente desconocida, sabía que estaba aquí, lo sentía y quería verlo, quería saber que era lo que me aterraba.

Me levante de la cama y me quede de pie frente a esta viendo donde estaba hace un segundo.

–Déjame verte –limpie mis lágrimas. –Por favor –susurré y apreté mis puños, la cabeza me daba vueltas, ya no sabía qué era lo que estaba haciendo de pie en primer lugar, me volví a acostar en la cama me cubrir con las mantas y me di la vuelta, sentí de nuevo esa fuerza detrás de mí, pidiéndome a gritos que me diera la vuelta pero cerré los ojos y lo ignore, sentí un escalofrío en mi nuca y me cubrí la cabeza con las sabanas, mis pies temblaban y sentí que el corazón iba a salirme del pecho, respiraba demasiado rápido.

–Por favor –susurré entre lágrimas y me di la vuelta.

Juraba por Dios que había un chico frente a mí, bajo las sabanas, tenía unos alucinante ojos azules, me miraba fijamente y yo a él, sentí su mano en mi mejilla y aunque al principio me desconcertó no tarde mucho en relajarme con su contacto, la acarició y se tomo su tiempo, con su toque se me corto la respiración y me envió electricidad a mi cuerpo, no quería ni parpadear, temía que si lo hiciera, desaparecería y si él era el que me daba tranquilidad en mis peores noches, no iba a dejarlo ir.

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«Adaptada. Todos los créditos a la escritora.»